Partida Rol por web

Nos hospedamos a un hotel, si nos enteramos de algo te lo diré - le dijo ya con la mano en el pomo, a grandes rasgos le dijo más o menos dónde estaba situado y cómo era por fuera, sonrió ante el corto beso, sin poder evitarlo - Me ha alegrado verte. 

Y salió del baño, frunciendo el ceño para fingir confusión y girándose para mirar enfadada el dibujo de los servicios. 

Edie se da cuenta que Lucy sale del baño de los chicos con cara de espanto y mirando con mala cara a la puerta, dónde hay un cartel ininteligible.

Allí está la chica.

Confundiéndose de puerta.

- Bueno, es lo que tenemos. Pero al menos, estamos cerca de nuestro destino. ya encontraremos la forma de entrar. Quizá baste con tener paciencia y esperar a que la vecinita se largue. Entrar entonces, no será excesivamente complicado.

Veo entonces cómo Layla se acerca a la ventana. Sin duda, la chavala está evaluando nuestras posibilidades. La tía será una borde y tiene la maldición de la juventud, pero no puedo negar que es seria en lo suyo. La oigo murmurar entre dientes. No sé si está jurando en arameo, ha visto algo o simplemente está rezando. Bueno, esto último no. No tiene pinta de ser de las que pisa la iglesia dominical. Y como no estoy para comerme el tarro, me acerco a ella y me apoyo en la ventana, justo a su lado.

- ¿Qué es lo que estabas dici...? - empiezo a preguntar cuando veo a la tiparraca del apartamento vecino saliendo al balcón. Pero no es eso lo que me ha dejado con la palabra en la boca, y mira que es jodidamente difícil conseguir eso conmigo. Y no es porque la tía esté buena un rato y tenga más estilo que una de esas modelos de portada. No, cojones, que la tía parece se quiere tirar por la barandilla -. Hostia, hostia, hostia, que se nos echa a la puta calle - digo al tiempo que mi mente trabaja apresuradamente. La expresión abotargada de la señora me hace pensar en una buena dosis de pastillitas de esas para calmar los nervios combinada con algo de alcohol y burbujas muy, muy caro, aunque no parece haber tenido demasiado tiempo como para empastillarse y que le hayan hecho efecto desde que la vimos subir en el ascensor. Entonces parecía fresca como una lechuga. Y como se nos estampe contra el suelo, la habremos cagado. La poli se personará y adiós a cualquier pista que pudiéramos pillar. Y además, qué es eso de matarse. La vida está para vivirla.

- ¡Ni se te ocurra! - casi grito, al tiempo que me concentro para mantenerla ya no sobre la barandilla, sino para devolverla al balcón y dejarla sentada sobre el suelo-. Layla, dime si estás preparada para volar y te llevo a ese puto balcón. Y sujeta a la loca para que no vuelva a intentarlo - le digo mirándola seriamente. No es momento en el que tenga ganas de bromear.

Layla enarca una ceja al ver lo nervioso que se pone Jose Luis... Ella sin embargo, niega con la cabeza, suspira, y levanta una pierna para dejarla fuera de la ventana. De un salto se planta en el balcón de esa habitación, mirando al balcón donde está la loca suicida.

Vale, vale, tío... pero cálmate, joder.

Le suelta con el mayor pachorrismo del que es capaz. En el borde del balcón a Layla.

¡Fiu.....! Me puedo pegar una muy gorda...

Murmura, pero no parece para nada asustada... más bien, excitada. Sin embargo, toda la excitación desaparece al ver que lo único que tiene que hacer es saltar una mierda de muro.

Joder... estos hoteles ya no son lo que eran... si de una habitación puedes pasar a la de al lado sólo levantando las patas.

Apoyando la mano en el muro que separa los dos balcones y pegando un salto, se planta en el balcón de la otra habitación y se acerca a la mujer.

Venga, tira padentro, cacho loca.

Le dice medio suspirando, decepcionada por la falta de acción, y cogiéndola de un brazo para tirar de ella hacia el interior de la habitación.

Heh.. Sonríe Edie al ver aparecer a la pequeña Lucy. Se acerca a ella y los dos juntos se encaminan hacia la salida de la comisaría.

El tipo este... Malachi... Comenta Edie en voz baja mientras cruzan el umbral de la puerta y lejos de miradas curiosas. parece haber dicho la verdad... tendremos que conformarnos con esta información.

Una vez fuera, Edie se lleva una mano en su bolsillo y saca un arrugado cigarrillo que enciende acto seguido con un movimiento al prender el fosforo.

Entonces desvió la mirada hacia su compañera. Deberiamos ir a ver a los demás.

Lucy Maria sonrió al ver a aparecer a Edie. 

Me confundí de baño, ¿te lo puedes creer...? Salgo y había un chico haciendo pis tan a gusto... Menudo susto me ha dado. - le dijo poniéndose una mano en el pecho para dar émfasis al "susto". Su tono de voz era el amable y dulce que usaba siempre, y no había rastro alguno de lágrimas. 

Asintió a sus palabras. 

Ha dicho la verdad, me metí en su cabeza... Tampoco parece un hombre con muchas luces. - comentó una vez a fuera - Quizás deberíamos hablar también con la policia de Santa Ana, ¿qué les vamos a decir? Solo nos ha dicho que los "secuestradores" parecían hermanos. 

Quizás debería ofrecerme para llamar a la puerta y cuando me presente a la mujer pueda dejarla sin sentidopienso con gesto algo preocupado, no es que me agradase la idea pero hasta el momento no había podido prestar ayuda alguna y me sentia un estorbo.

Quizás yo.... comienzo a decir cuando me quedo sin aliento al ver a una mujer subida en la barandilla del cuarto de al lado. Por un segundo me quedo clavada en el suelo

¿Que debería hacer?, parece que la mujer esta como ida.. A lo que quiero reaccionar Layla ya ha pasado al balcón de al lado y ha conseguido salvar a la mujer

Soy una inútil, solo estorbo a la gente, ¿por que me han elegido para esto? pienso mientras aprieto los puños

Lo siento digo a Jose Luis parece que solo se quedarme haciendo la estatua

Edie no pudo contener una carcajada. -¿El labavo? Pero mujer! ¿Acaso no ves los letreritos?-

Entonces cambioó la expresión -¿Asi que te metiste en su coco?- En realidad no se sorprendió ante la confesión de aquella muchacha. -Realmente eres una criatura temible. Definitivamente no me he equivocado de compañero.- A estas alturas, Edie ya comprendía que la actitud cándida de la pequeña era tansolo una máscara.

Mientras caminaban por la calle, Crawford reflexionaba con las palabras de Malachi. ¿Quiénes serían esos que acompañaban a Arturo...? Además de esa curiosa confesión...

-Malachi me ha confesado un asunto algo turbador...- Edie sabía que esconderle algo a aquella muchacha era inútil. De manera que se dispuso a comentarle lo que Malachi le confió a solas. -...Al parecer no es el primer inspector que se ocupa del caso. Sus tres predecedores han... bueno... se han pedido una vacaciones...-

-Tengo un plan pequeña...- Dijo ahora dibujando una malvada sonrisa en su rostro. Reflexionó unos instantes antes de proseguir. -Dime Lucy, querida... ¿Que has encontrado en el coco de ese tipo?-

Layla coge a la mujer por un brazo y cuando su mano toca la piel desnuda de la jóven, se da cuenta que no sólo está fría como el hielo, sino que parece que esta no siente absolutamente nada.

Aunque hace un ademán con el brazo cogido, soltándose de la mano de la chica por un instante.

En ese momento, la mujer que se había subido a la barandilla, abre los brazos y girándose 180º hacia el balcón, se lanza de espaldas al vacio, cayendo pesadamente por la fachada del hotel.

La musiquilla seguía sonando al otro lado de la pared, mientras la chica caía en picado.

Seguramente, ahora la habitación se encuentre vacía...

Pero si la chica se estrella contra el suelo, la policia no tardará en llegar...

- No tienes de qué disculparte, Alejandra - le digo a mi compi al tiempo que le paso un brazo por el hombro y la apretujo brevemente contra mí, antes de volver a soltarla -. Cada uno hacemos lo que podemos. Hay quien es más echado para adelante, como ella - digo apuntando a Layla que ha pasado al otro lado del balcón sin necesitar finalmente mi ayuda - y otros que son más tranquilos o tímidos. Pero basta que te pongan a prueba para que reacciones a saber cómo. Si te tengo que ser sincero, me alegra que estés aquí. No nos conocemos demasiado pero me inspiras confianza - le respondo sonriente antes de percibir por el rabillo un movimiento que me obliga a volver la cabeza. De algún modo, la tía chocha se ha soltado de Layla y se ha vuelto a subir a la barandilla y en esta ocasión, y poniéndome los pelos como escarpias, la zumbada parece que va a hacer un picado con todas las de la ley. Ni reflexión ni pollas en vinagre. Antes de darme cuenta tengo medio cuerpo fuera del balcón y una mano extendida, en una reacción puramete instintiva, mientras mi mente hace lo que sea que hace y trata de sujetarla y devolverla a mi lado.

Cuando Jose Pasa su brazo por encima de mi hombro y me lleva contra el casi puedo sentir como si el tiempo se detuviese, en un segundo los peores momentos de mi vida pasan ante mis ojos, casi como si se tratase de esa película que ves en el instante que mueres.

puedo escuchar una voz en mi cabeza que me susurra Cada vez que te han puesto la mano encima han sido para hacerte daño, a pesar de que se que es un compañero no puedo evitarlo, mi cuerpo parece tener voluntad propia, mis músculos se tensan y mi cabeza se va hacia atrás, dejando mi rostro totalmente al descubierto Nooooooo!!! grito mientras comienzan a brotar algunas lagrimas en mis ojos

Ya no pueden hacerte daño Alejandra, ahora sabes defenderte

Tras el entrenamiento con Rabitten todo había cambiado, había aprendido a entender las reacciones de mi cuerpo y sabia que en ese momento cada célula de mi cuerpo se había puesto a la defensiva y habían comenzado a tratar de extraer cada gota de energía que hubiese en el cuerpo de Jose

José hace un esfuerzo mental prodigioso y logra subir a la mujer nuevamente al balcón, pero en ese momento, el grito de Alejandra lo saca de su concentración y simplemente, siente como poco a poco sus fuerzas van dejando su cuerpo. Todos veis una especie de aura que cubre a José Luis y que de esta sale un zarcillo que se conecta con lo que parece ser el Aura de Alejandra.

Así durante unos pocos segundos.

Después, la niña se queda quieta en el lugar, sin decir absolutamente nada, mientras que José Luis va recuperando lentamente sus fuerzas, poco a poco, sin saber muy bien que es lo que acaba de pasar.

Parece como si algo o alguien le haya drenado la vida...

En poco tiempo llamáis a un taxi y os subís a él.

El taxista se gira para preguntaros donde váis y le decís la dirección. 

Al poco tiempo, algo así como quince minutos, llegáis a la puerta del hotel. El consserje os abre la puerta del taxi y os pregunta si tenéis maletas, a lo cual decís que no y entráis al hotel.

La recepción es bastante lujosa, es el mejor hotel de la ciudad. Tiene varias habitaciones y en el ático, dos enormes casas para la gente más importante. Seguramente, el profesor vivía allí. Esas habitaciones, tienen hasta servicio privado, así que no dependen del servicio de habitaciones del hotel para su limpieza y demás.

Una recepcionista bastante simpática y guapa os ve llegar y os sonríe desde detrás del mostrador, como esperando que le preguntéis algo.

Al fondo hay un ascensor cuyo letreto indica que es uno directo a los áticos del último piso.

Será zorra la tía esta...

Murmura mientras se acerca a la mujer, que está a salvo de nuevo, y esta vez, la arrastra a la fuerza hacia el interior de la casa.

¿Estás bien, viejales? ¿Y tú?

Pregunta también a la niñita que acababa de gritar, extrañada.

Lucy miraba al chico, no le había gustado el comentario de que era una criatura temible... Probablemente con él se había mostrado demasiado como era realmente, y eso no le gustaba nada. No obstante, no podía mandarlo todo a cagar y debía seguir fingiendo lo buena, perfecta y dulce que era...

Nada interesante, todo lo que ha dicho es lo que hay en el informe... Estaba confundido, como si realmente no supiera como coger el caso.

Respondió con una leve sonrisa de disculpa, por no sentirse tan útil como le gustaría. Claro que todo era culpa del imbécil del inspector, lo que tenía de guapo le faltaba de inteligente.

El inspector dijo que fue la ama de llaves la que alertó de su desaparición, ¿no? Quizás deberíamos hablar con ella. Pero no creo que siga aquí. 

Le comentó a Edie, antes de llegar a la recepcionista.

hum.. Edie asiente pensdativo. Tienes razón Le dice a Lucy. No creo que la ama de llaves ande aun por aqui...

De manera que deberíamos investigar y encontrar a esa mujer. Sentencia mientras observa a la recepcionista. Quizá preguntando sacásemos algo de ingormación. Entonces le dirije una mirada pícara a la pequeña Lucy.