Partida Rol por web

El Inconnu abandonó el relé de masa y se acercó a una distancia prudencial al sistema. Asegurándose de estar siempre ubicado fuera de cualquier tipo de sensor y con las comunicaciones bien cubiertas por si el enemigo buscaba intrusos en las frecuencias de transmisión.

Con todos los preparativos finalizados el grupo abordó la lanzadera y en escasos minutos el pequeño transporte dejó atrás al misterioso navío alienígena. El trayecto pareció eternizarse, pero era evidente que Spin Kheel prefería dar un amplio rodeo que exponerse a cualquier nave de vigilancia que pudiera patrullar el sistema.

Adentrarse en la atmósfera de Jartar era un espectáculo difícil de olvidar, los gases nobles de la atmósfera excitados por la electricidad adquirían tonalidades celestes y en ocasiones un tono claro de violeta. La mayoría del planeta estaba envuelto en esa bóveda de color tan notorio que le daba un toque sobrenatural a ese mundo inhóspito para la vida.

En cuanto la lanzadera se adentró en la superficie la amplia orografía montañosa del planeta se hizo evidente. Usando picos elevados para ocultarse el piloto drell manejó la nave entre sinuosas cordilleras hasta finalmente alcanzar su destino en un amplio saliente en una ladera de una amplia formación rocosa.

Con los trajes bien asegurados el grupo abandonó el interior presurizado de la lanzadera y avanzó escasos metros hacia la pared montañosa. Una puerta metálica tapada por el polvo y la edad les cerraba el paso. El número de acceso estaba casi borrado por la erosión, pero las coordenadas eran las correctas. La terminal en el lateral de la puerta aun parecía estar en buen estado.

La terminal no presentaba un reto demasiado complicado, en la flota aprendías a reparar lo que sea con las herramientas que tuvieras a tu disposición, claro que en el entorno controlado de la nave no había peligro de una erosión por condiciones climáticas adversas.

Casi toda la estructura estaba intacta, pero el polvo y la abrasión se habían cebado con las partes delicadas del interior, el fallo debía provenir de algún componente electrónico, de hecho el circuito había sido aislado de la toma de corriente, una solución drástica pero eficiente.

- Daño por erosión, fuera del suministro de energía, burdo.... -

Las herramientas eran suficientes, pero tenía que retirar el panel y conectar la alimentación a la propia omniherramienta, luego emitir un pico de energía lo bastante grande para abrir las puertas. Un error y freiría el circuito, pero al estar aislado no saltarían las alarmas.

- Lo han desconectado de la red central, no detectaran ninguna manipulación. -

Unos pocos intentos con intensidades muy leves, subiendo paulatinamente. Los circuitos resistían, la corriente no se salía de los modelos estandarizados, finalmente la lectura fue positiva y el cierre de seguridad quedó abierta.

- Cierre anulado, una sola pulsación y la puerta se abrirá. -

Se quedo esperando serena, con el aire de miedo que portaban algunos lo más seguro es que la respuesta biológica fuera preparar el inmenso arsenal que habían traído.

Elora buscó el scanner de la omniherramienta, lo más probable es que no funcionase desde fuera pero una vez dentro quizá sirviese de algo. Tenían el mapa del lugar así que igual la actividad sintética, la concentración de radiacción o los pasillos bloqueados podían aparecer.

Si la puerta presentaba algún tipo de impedimento la abriría para reintentarlo una vez se asegurara de que todo el mundo estaba listo.

Durante el trayecto de la lanzadera hasta llegar al punto objetivo, el turiano estuvo repasando mentalmente estrategias de combate contra sintéticos. Recordó enfrentamientos anteriores, desde los más recientes hasta los más antiguos, repasando las claves del éxito y del fracaso. Imágenes de los duros entrenamientos turianos le vinieron a la mente, pruebas difíciles bajo la atenta mirada de los superiores, quienes corregían los errores más infantiles.

A su vez, hizo memoria de los últimos momentos en El Inconnu. Una vez había acabado de equiparse, comprobó que había sido demasiado exagerado con la elección de los cargadores. Era una misión de infiltración, no una guerra con más tropas. Si iba con todo aquello, frenaría  la marcha del grupo y alargaría la operación, además de que las posibilidades de ser descubiertos aumentarían. Kerius ya se había dicho que quería evitar eso, por tanto, cuando salió de su vestuario, decidió reducir la carga. Se quedó tres cargadores para el fusil y la escopeta, dos para el subfusil y uno para la pistola ligera.

Al mismo tiempo, Caelian no perdía ojo de la entrada a Jartar. Era difícil creer que aquel espectáculo sólo lo podían ver quienes se acercasen a la órbita del planeta. El turiano respiró hondo centrando su mente en el objetivo: encontrar el plutonio y hacerlo explotar. Un soldado que no hubiese recibido un entrenamiento basado en la disciplina seguramente estaría temblando. Un paso en falso y significaría la muerte. Sin embargo, para él, sólo era una posibilidad entre muchas más.

Cuando pisó tierra firme, no tardó en sacar el rifle Avenger, sin activar el sensor de movimiento y en observar el entorno. No había contacto visual con el enemigo. Aún así, adoptó una actitud de alerta. La misión acababa de empezar y quedaba mucho trabajo por hacer.

Se colocó en un lateral de la puerta, aferrando con fuerza el rifle y le hizo una señal con la cabeza a su compañera quariana.

-Estoy listo.

Esperó a que sus compañeros tomaran posiciones.

Estaba armada y lista para la acción. Aunque el explosivo a la espalda la inquietaba, no se dejaria avasallar por esa sensación. Seria tan dura y efectiva como siempre. La quariana trabajaba bien y rapido. Deseaba que esta operación fuese asi de sencilla. Podia complicarse y... Mejor no pensar en esas opciones. 

Me preparé junto a Kerius, con la espada en la derecha y el subfusil en la izquierda. Esperaba no tener que disparar, y poder acercarse a los objetivos solitarios en silencio, pero dudaba que tuviera esa suerte. 

- Lista. - Dije al grupo confirmando mi posición como el turiano acababa de hacer. 

Una vez tomadas las posiciones necesarias Caemmi activó el suministro de energía a la par que se posicionaba hacia uno de los laterales. La puerta de metal crujió unos segundos y finalmente se abrió silenciosamente.

La entrada daba a un largo pasillo excavado en la roca de unos doce metros de largo y escasos cuatro de ancho. Todo el sistema de iluminación estaba desactivado, al igual que el suministro de oxígeno. A primera vista aquel lugar llevaba mucho tiempo sin ser usado. Algunas cajas vacías de mineral se apilaban a un lado pero salvo ese detalle no había nada fuera de lugar, los sensores de Elora tampoco mostraban la presencia cercana de ningún hostil y el rifle de Kerius corroboraba que no había blancos cercanos.

Al final del corredor estaban los controles que según el mapa correspondían al elevador que los llevaría a la planta subterránea. De igual forma que la entrada parecían estar desconectados del circuito de alimentación, pero era difícil de averiguar sin examinarlos de cerca.
 

—Supongo que este trasto empezará a volverse loco en cuanto bajemos por ahí... —suspiró Elora dejando activado el scanner—. Aunque no me quejaré si no lo hace.

Cosa que, por supuesto, no iba a pasar. Nunca era tan fácil. Se aproximó a echarle un ojo al panel del ascensor para ver si estaba operativo o tenían que ajustarlo.

—Por el momento me conformo con que cuando lleguemos abajo no haya un pelotón de geth en la puerta esperándonos con una pancarta de "Bienvenidos"... —masculló entre dientes. No le hacía ninguna gracia entrar por un cuello de botella que les convertía en patos de feria convenientemente juntitos pero no había otra forma de entrar.

Elora parecia nerviosa con tanto parloteo. La miré con seriedad. 

- Nos estamos infiltrando... Silencio. - Esa Asari habia estado en pocas infiltraciones. Uno estaba en silencio y solo hablaba para alertar de cosas y para poco mas. 

Seguia avanzando espada y subfusil en mano, mirando por todas partes para controlar el entrorno y sobretodo para ver si había cámaras apuntándonos. De haberlas ya la teniamos liada, puesto que ya sabrian que veniamos. 

—Descuida, estaba en la misma sala cuando nos lo dijeron.

Elora le devolvió la mirada a Elvos con expresión indescifrable, al segundo siguiente pareció perder el interés y centró su atención otra vez en el panel.

No es que le pareciese precisamente amable que la tratasen como si fuese estúpida. O como si fuese una novata que no hubiera hecho aquello nunca y la hubiesen metido en el proyecto por gracia divina... más que nada porque ella al menos había tenido el detalle de no decir en voz alta lo absurdo que le parecía vigilar los alrededores en un pasillo que era una linea recta precisamente para no resultar maleducada.

«Sería todo un hito encontrar geth capaces de escuchar susurros desde varios pisos más abajo. Ya lo creo.»

Tras inspeccionarlo un poco más, terminó por separarse del panel.

—Está sin energía—dijo abriendo la tapa. Por suerte era una función básica y no una complicadísima desencriptación así que aproximó sin tocar la palma de la mano que tenía la omniherramienta activada. Pulsó un único botón de la interfaz holográfica y esta emitió un suave de bip. Las luces de los botones del panel titilaron y se encendieron—. Ya. Debería funcionar.

Caemmi logra abrir la puerta, todos nos preparamos para lo que está por venir. Enfrente tenemos el ascensor que nos llevaría hasta las profundidades del complejo. Elora deja caer que es posible que lo que tiene entre manos puede dejar de funcionar en cualquier momento y Elvos la reprende. No puedo dejar de sonreír en este instante.
-Llevamos cascos, no hay problema... Pero concentrémonos.
Traté de quitarle hierro al asunto, Elora pareció... Molesta, a su manera, no había motivos para una discusión ni para hacer sentir mal a nadie, esto sería diferente cuando hubiera confianza entre nosotros. Pero mientras tanto deberíamos andar con pies de plomo. El panel que controlaba Elora parecía estar sin energía, le pidió a Caemmi que le echase un vistazo. Me aparté para dejarla pasar y me acerqué al ascensor, mirándolo con cierto resquemor.
-Quizá me arrepienta de esto pero... Debería bajar yo primero, bueno, si consigue ponerlo en marcha... y comprobar que no hay amenaza, desde abajo os podré decir a que atenernos. ¿Os parece bien?
Me ofrecí sabiendo que era la mejor opción, yo podría escabullirme sólo si hubiera enemigos esperando abajo, no podía permitir dejar correr peligro a mis amigos sabiendo que podía ahorrar este tipo de eventualidades. Comencé a buscar una ruta alternativa de descenso en el caso de que el ascensor no pueda repararse. Quizá un conducto de ventilación o uno de residuos... O el mismo hueco del ascensor nos serviría para poder cumplir la misión. Aunque la vuelta, en este caso... Necesitaríamos más de veinte minutos... Miré a Elora y asentí, a modo de agradecimiento, dándole un toque en el hombro, de camaradería.
-Lo estás haciendo bien.
Dije escuetamente para ver como encajaba la muestra de ánimo.

Silencio. Demasiada tranquilidad para albergar tanta cantidad de hostiles. Al menos esa fue la primera impresión del turiano. Cierto era que según los escáneres aquella zona estaba desprovista de geth. Un punto a favor para no ser descubiertos de forma tan prematura. Aún así, silencios como aquel no le gustaban a Kerius. Sentía el peligro acechando por las cuatro paredes.

Por eso mismo, no perdió de vista el escáner de su arma, ni en ningún momento se desprendió de su arma. Manteniéndose en alerta, tal y como le habían enseñado.

Se detuvo, dejando paso a Elora y al resto para que comprobasen los controles del ascensor. El turiano permaneció en la retaguardia y se giró para vigilar el pasillo por el que acababan de pasar. El enemigo podía aparecer en cualquier momento. Tras unos minutos volvió con el resto del equipo, sin perder un ojo a su espalda.

- ¿Seguro que es buena idea?- susurró.- El ruido que hará el elevador podría alertar a los geth y si bajas sólo estarías en grave peligro. Eso sin contar que el ascensor tendría que volver a subir y volver a bajar. Perderíamos tiempo, además de que podríamos iniciar una difícil batalla antes de tiempo. Quizá nos toque bajar e improvisar… salvo que haya alguna ruta alternativa.

Negué con la cabeza, aunque el casco hizo un juego similar al de mi cabeza el movimiento quedó demasiado robótico.
Nada de lo que hagamos aquí es seguro. Pero al menos podré escabullirme si hay problemas. De todas formas, si bajamos todos por el ascensor deberemos prepararnos para lo peor. La verdad que los cuellos de botella que nos puedan preparar me pone de los nervios.

Elora observó la mano humana que había aparecido en su hombro durante unos segundos, luego levantó la vista hacia él y esbozó una sonrisa sesgada que duró un poco antes de volverse a diluir.

—No, es una insensatez—dijo negando suavemente con la cabeza—. Entramos juntos y salimos juntos. Separarnos sólo nos hará más débiles.

Señaló el ascensor.

—Además, no sería raro suponer que los geth lo utilizaran para cuando quieran salir a sus naves, ¿no?—apuntó. Según el mapa era el único modo de entrar y no tenía mucho sentido que a los sintéticos les hubiese dado por hacer un tunel teniendo ya una entrada—. Y aunque abajo nos esperase un cuello de botella, pensad que los cuellos de botella son peores para ellos que para nosotros. Si están juntos les puedo montar un auténtico desastre con una sola singularidad, o con un pulso, y eso los convertiría en patos de feria para vosotros.

La idea de Elora era buena. Si nos esperaban y era capaz de provocar esa Singularidad seria un juego de niños. 

- Buena idea, Elora. - Le dije con renovado respeto. - Podriamos tratar de hacerlo como ella ha sugerido. - Dije, preparando en mi arma la munición criogenica. 

Kerius iba a replicarle al humano su razonamiento, pero ya lo hizo Elora por él. El turiano simplemente asintió enérgicamente ante la sencillez de las palabras de la asari.

Tras eso, Elora ofreció una solución ante la posibilidad de encontrarse a un pelotón grande. Aunque no se viese a través de su casco, Caelian sonrió con esa posibilidad.

- Me gusta como piensas.- afirmó. Con un ligero movimiento de mano, activó su munición disruptora para partir con ventaja contra los sintéticos. Segundos después volvió a mirar el radar acoplado al rifle Avenger. Volvió a asentir- Cuando queráis.

Vuelvo a sonreír, sinceramente complacido, de la vuelta de tuerca de la situación. Salimos reforzados, como un grupo y con una estrategia que llevar a cabo. Además, no me voy a jugar la vida en solitario, algo que agradecer a todos.
-Pues si os vale a vosotros, a mi también.
Espero a quenos montemos en el ascensor y me preparo para lo que esté por venir. Me aseguro de que mis armas estén perfectamente cargadas y listas para entrar en acción.

Caemmi, aunque desvió su casco, y con él su atención, a Elvos y Elora cuando saltaron chispas estúpidas, volvió a centrarse rápidamente, de nuevo, en sus propio universo personal. Estaban discutiendo cosas que habían dicho en el navío hacía un rato, entre ellas, el número de efectivos para cada frente, pero tenía un mínimo de sentido, y Connor le caía bien — para ser humano — así que lo dejó correr. Bajó la mano, aliviada, cuando no le tocó hacer nada con el ascensor.

— ¿Patos de feria?— preguntó extrañada, haciéndose la alienígena en general.

Sacó la escopeta de la espalda y destapó el seguro. Rotó ligeramente el contenedor donde sus dos pequeños hijos — droides de ataque y defensa — descansaban a la espera de tener algo sobre lo que abalanzarse.

A medida que el elevador descendía a las entrañas de la mina el ruido procedente del interior aumentaba a extremos cada vez más insoportables, de no ser por los cascos aislantes el martilleo a los tímpanos les habría provocado dolor. Pero por otro lado también jugaba a favor de ellos pues camuflaba el descenso del grupo entre el estruendo de la vieja estación.

Los contadores de radiación ya se habían activado, los niveles estaban aun muy bajos y la temperatura a la par había ascendido casi 4 grados, sin duda alguna la planta de procesamiento estaba activa.

Más de media docena de geth se repartían por los pasillos frontales del elevador. Efectivamente el ruido había cubierto su descenso pero uno de los sintéticos tenía el equivalente a un oído bastante fino, pues al girarse automáticamente provocó que todos los androides fueran conscientes del peligro que acaba de aparecer.

Y ahí estaban, nada más abrirse las puertas un grupo de geth apareció delante de nosotros. A la mierda las tácticas sigilosas, empezaba la contrarreloj.
Apunté y disparé a uno de los Geth ahí presentes, después active el campo de ocultación y me muevo a K7, dejando la primera cobertura a uno de mis compañeros más necesitados. Iba a dar la voz de alerta pero... Creo que todos tienen ojos para ver en dónde nos hemos metido. Además confío en ellos como para saber más o menos cuales serán nuestros primeros pasos.

El geth recibe el disparo de improviso y la bala del Striker le impacta de lleno, el androide cae al suelo del impacto pero aun se puede ver que esta operativo.

Los pirogeth avanzan tomando cobertura y arrojan dos granadas incendiarias, una a Caemmi y otra a Elora, atrapando al resto del grupo en la deflagración, llevándose el turiano y la quariana la peor parte al recibir sendas detonaciones. El suelo del elevador queda prendido en llamas por los explosivos químicos de la granada.