Partida Rol por web

Sistemas Terminus - Salida del Relé de Masa

La tripulación del Inconnu no había cesado de trabajar desde que se aventuraran al relé de los Sistemas Terminus. Dada la gravedad de la situación la mayoría de los tripulantes guardaban un silencio voluntario. Todo el mundo conocía las consecuencias derivadas del más mínimo error en el rescate, lo delicado de su situación y la carencia de apoyo si necesitaban ayuda. No había nada bueno que decir así que mejor no decir nada,

Todos los sistemas de armamento estaban encendidos minutos antes de abandonar el lanzamiento del relé. La nave se adentró en espacio desconocido y gracias a Dios que en su computadora estaban los valiosísimos datos del Doctor Hanfman. Las palabras del médico fueron casi proféticas. Había tres fragatas en órbita alrededor del relé y dos docenas de caza.

No hubo provocación ni aviso previo, las naves abrieron fuego contra el Inconnu, era un típica táctica intimidatoria, dañar la nave para posteriormente enviar un comunicado y exigir la rendición, para posteriormente abordarla con total facilidad.

Los cazas no lograron penetrar los escudos alienígenas de la nave. Cada batería de cobertura comenzó a disparar sin piedad ninguna envolviendo cada pequeña nave en un campo mortal de disparos. Uno a uno caían abatidos por el fuego de corto alcance.

Caelia Sancrinus ordenó disparar la batería prisma, Mavros orientó la frontal de la nave hacía una de las fragatas piratas, los dos cañones rugieron y su letal disparo perforó la nave como si el metal fuera mero papel. La pilotó giró el morro reduciendo a chatarra otra de las naves asaltantes. La última nave intentó huir y pedir refuerzos, pero los técnicos del Inconnu tenían las frecuencias bloqueadas, ninguna señal se escapó de aquel lugar. Un último destello de los prismas terminó con el último elemento pirata.

Sistemas Terminus - Cerca de la Ruta a la Feria de la Luna Negra - Bahía de Despegue del Inconnu

Una vez erradicada la amenaza el Inconnu voló a toda velocidad a las coordenadas facilitadas por el contacto del doctor. Los sensores de peligro de la nave no tardaron en detectar el inmenso campo de asteroides que convertía las rutas en una trama mortal. Las computadoras más avanzadas detectaron la estrella anómala que alteraba los campos magnéticos, tal y como se había predicho las comunicaciones no funcionaban ni en entrada ni salida.

Todo el equipo del grupo había sido alterado para ocultar cualquier tipo de afiliación, las armaduras de las asari habían sido alteradas y dotadas de un aspecto acuchillado y siniestro, con un yelmo metálico cerrado que no ayudaba a permanecer tranquilo cerca de ellas.

Había la tentación de llevarse muchos más cargadores de munición de los que realmente necesitaban, pero portar semejante cantidad de munición aparte de resultar poco discreto ponía en peligro la operación. La feria tenía su propia seguridad, en teoría no había incidentes, aunque se dejaba portar armas llevar cargadores para una batalla estaba fuera de lugar. Quedaba a discreción de cada integrante si quería o no correr el riesgo.

Los medpac se había modificado, parecían comprados en el mercado negro en vez de origen militar, pero funcionaban exactamente igual. Además suministros les había cedido a cada uno una pasta química que una vez mezclada con un catalizador actuaba como explosivo retardado de poca potencia. Era bastante silencioso y perfecto si había que "forzar" velozmente una cerradura.

Todos los comunicadores funcionaban en la misma frecuencia. Estaba programados para cifrar cada palabra y enviarla de forma segura, deberían ser suficiente pero desconocían hasta que punto llegaba la seguridad del látigo.

Cada chip de datos estaba revisado, las identificaciones estaban en orden, así como los créditos y la ruta entre el laberinto espacial. "Spin" Kheel debería ser capaz de acercase sin mayores dificultades a las zonas de aterrizaje.

Sistemas Terminus - Feria de la Luna Negra

Gracias a las coordenadas de ruta Kheel logró volar con la lanzadera sin mayores problemas. Todo el lugar era un laberinto de asteroides a la derriba. Cualquier nave más grande acabaría azotada por todos los frentes. La violenta distorsión magnética imposibilitaba el volar en automático y el uso de sensores de proximidad, por fortuna la pericia del piloto fue suficiente para guiar la nave.

El drell aterrizó en un lateral de una luna, había varias pistas preparadas para que naves de poco tamaño se posaran en aterrizaje vertical, además de una buena cantidad de torretas defensivas camufladas. La luna aunque no tenía oxígeno presentaba una gravedad no muy distinta a la terrestre, la entrada a la feria estaba a pocos metros de los hangares, tras varias compuertas metálicas presurizadas.

Kheel no podía quedarse a esperar, desde el "espacio puerto" de la luna negra le ordenaban abandonar el hangar una vez que la tripulación había bajado. Tenía sentido no había ninguna nave que durase más de unos segundos en tierra. Como medida de seguridad era bastante ingeniosa.

Las puertas se abrieron a una antesala con el diseño de los compartimentos para descontaminación. En unos pocos segundos fueron vaporizados con varios gases para eliminar posibles virus o bacterias que se portasen del exterior y suprimir efectos de radioactividad.  Una vez los gases se disiparon la compuerta se cerró  y el oxígeno comenzó a llenar la sala facilitando la respiración sin tener que usar el soporte vital de los trajes.

Una segunda puerta se abrió, daba a un largo pasillo con luz que debía terminar en una bóveda gigantesca. Una docena de guardias embozados salieron por la puerta y se colocaron a cada lado. Los lideraba una figura humanoide, con un traje típico de los ninjas terrestres completamente blanco, dos vibrokatanas reposaban a la espalda junto a una pistola de asalto en la cintura.

Uno de los guardias cedió una tableta de trabajo a la figura de blanco, la cual se distanció de estos tres pasos antes de hablar con voz neutra.

- Buenos Días, invitación, tarjetas ID y bolsa de crédito por favor. -
 

La información del doctor era lo más veraz posible, casi como si de una bola de cristal la hubiera sacado. Podría decirse que me siento tranquilo mientras la Inconnu combate contra las naves pirata, pero si he de ser sincero, los cañones prismáticos me sorprenden cada vez más. Espero no tener que estar al otro lado de los cañones bajo ningún concepto.
Con la información proporcionada por el doctor y nuestro contacto del Látigo, volar al interior del planeta a través del campo de asteroides es casi un juego de niños. Ahora empieza nuestro trabajo. Ocupo mi lugar y avanzo con tranquilidad. Cuando se nos pide la información saco mi chip y lo ofrezco sin decir nada. Si tengo la invitación o la bolsa de créditos la enseño de igual manera.

Elora se sentía francamente extraña con aquella armadura tan llena de pinchos puesta, ella estaba acostumbrada a trajes lisos y sin nada susceptible de engancharse o golpear en ningún sitio. Es más, mientras observaba el casco entre las manos, le dio la sensación de que había leído una descripción muy parecida en una novela terrana, algo de una trilogía sobre un anillo y un señor oscuro... pero no lo recordaba bien.

Se encogió de hombros y se lo puso. La parte buena era que sólo tenía pinta de armadura pesada, no era pesada. Y con el casco no necesitaría ni borrarse o cambiarse el tatuaje para aquella misión así que, perfecto. Además, se había asegurado de memorizarse su papel; solo por aquel día tendría una hermana y hasta una organización terrorista. Lo que eran las cosas.

Minutos después, es decir, después de que el Inconu convirtiese a la flota de cazas que les estaba esperando nada más salir del relé en polvo espacial... se encontraron delante del primer control. Cosa normal y cosa de la que ya les habían avisado de modo que mostró a aquel tipo tanto su tarjeta ID como el chip de bolsa de créditos.

Fueron momentos tensos para el turiano después de la ronda informativa para la operación rescate. No había tiempo que perder y necesitaba toda su concentración para aprenderse su papel. A priori no era demasiado complicado: un turiano sin escrúpulos capaz de torturar a cualquiera para conseguir su objetivo y encima expulsado de la flota. En resumen, debía adoptar la personalidad que era totalmente opuesta a la suya.

Mientras se equipaban, Kerius decidió llevarse solamente dos armas: la escopeta y el fusil de asalto. No era de su agrado, pero tampoco quería ser el foco de atención por llevar más armas de las necesarias. No había que arriesgarse a iniciar una batalla campal en los primeros compases de la operación. Después de su difícil elección, observó a sus dos compañeras asari enfundadas en sus nuevas armaduras. Les daba un aspecto tenebroso, pero les quedaba bien.

El tiempo pasaba y el turiano se concentraba. Respiró hondo, al mismo tiempo que el Inconnu borraba del mapa el comité de bienvenida pirata. El espectáculo de luces le sirvió para recordar el largo trabajo que tenía por delante para descifrar y conocer mejor el sistema de armas. Pero eso sería más adelante.

Ya en tierra, Kerius se mantuvo cerca de sus dos jefas, cumpliendo así su labor de guardaespaldas. En cuanto le llegó su turno, con calma y disciplina, repitió el mismo procedimiento que el de sus compañeros mostrando  tanto su tarjeta ID como su chip de bolsa de créditos.

Tras la reunión informativa, Elvos (Ahora Pasiphae, un nombre bien extraño), se fue a memorizar su papel y adaptarse a su personalidad. Cruel y juguetona. Y tendria que practicar eso de tener una hermana. La armadura era bastante hortera pero intimidante con ese casco y esos pinchos. Por lo menos en el cuerpo a cuerpo tendria algo de ventaja. Y aunque le dolia dejó atrás su querida vibrokatana, pues no queria delatarse. Seria la primera misión a la que no la llevase, pero su papel lo exigia. 

El combate de la Inconnu contra las fragatas fue espectacular, como una nave sola podia con tres fragatas de batalla. Ojalá tuviese bastante tiempo tras la misión (si todo salia bien) para descubrir mas cosas acerca de ella. 

El viaje a través del los asteroides fue tan movido como esperaba pero nuestro querido Spin era tan bueno que ni una sola roca nos rozó. 

Ya en el hangar y tras recuperar oxigeno me sentí tentada de quitarme el casco, pero no podia, Las hermanas nunca revelaban su rostro. Por lo que simplenete avancé junto a mi "hermana" y ofrecí lo que nos pedian los guardias de aquel lugar de mala muerte. 

Todos los chip de identificación pasaron por el comprobador del Látigo, la falsificación hizo su trabajo ya que a cada lectura siempre correspondía el destello verde de identidad confirmada. Los créditos no tenían traza de origen ninguna asi que no había posibilidad de lectura comprometida, de momento el plan transcurría según lo establecido.

- Las Ángeles de Thessia, todo un honor. Bienvenidas a un mercado de lujo, el Látigo les agradece su presencia. Por favor prosigan por el pasillo hasta la bóveda. Disfruten de la feria. -

Elora entornó un ojo bajo el casco, aquella era la frase que les había dicho el doctor Hamfman... por lo que aquel tipo debía ser el contacto. Y debía esperar la contraseña.

—El anterior fue bastante aburrido—respondió con desdén, en su papel de supuesta señora del crimen.

El grupo recorrió el largo pasillo hacia la bóveda principal sin prisa alguna. Cualquier gesto de nerviosismo o premura era suficiente para delatar que algo no marchaba bien, además había más de una docena de cámaras a lo largo del corredor, la organización parecía tomarse muy en serio el tema de seguridad, solo con un campo de ocultación podría cruzarse el pasillo sin ser detectado, pero había otros métodos como los sensores de presión y sensores de calor que podían anular esa ventaja.

Al final del corredor una pequeña puerta metálica automatizada se abría por proximidad, franqueando el acceso a la enorme bóveda donde se llevaba a cabo la feria. No se trataba de algo natural, sin duda había sido excavado, varios pilares apuntalaban con firmeza el lugar, cuya altura llegaría tranquilamente a los veinte metros sin dificultad. Había multitud de barandillas en los niveles superiores en donde las cámaras y una buena cantidad de guardias patrullaban sin cesar vigilando celosamente todo lo que se desarrollaba.

Buena parte de los guardias contaban con la ayuda de androides de seguridad. Inteligencias virtuales programadas para el combate, no tenían la capacidad de los geth ni remotamente, pero al igual que sus "primos" mayores carecían de muchos impedimentos que tenían las demás razas, ni hambre, ni sed, ni cansancio, etc. Sentidos mejorados electrónicamente, comunicaciones casi en el acto y pensamiento táctico de unidad. Además de la aplastante superioridad numérica.

El bloque más terrorífico de seguridad eran los mechs de combate. Vehículos de combate bípedos armados con armas pesadas y muy a menudo con lanzamisiles y otros añadidos, protegidos por escudos de ultima generación y buenos centímetros de blindaje. Uno solo de esos andadores podía neutralizar un pelotón entero sin apenas rasguños.

Un solo error y estarían en un fuego cruzado, con enemigos en posición elevada y con armamento pesado. Controlados por varias cámaras monitorizadas remotamente junto con sus correspondientes accesos de seguridad. La distracción tenía que ser formidable si esperaban tener una mínima posibilidad.

Por otra parte la feria estaba organizada por secciones, desde la "A" a la "Z", en cada una había algún tipo de especialidad, los paneles virtuales repartidos por las paredes ofrecían mapas del lugar e información sobre los puestos de comercio y algunas transacciones. Se podía encontrar desde armas ilegales, drogas, esclavos, bienes de contrabando, órganos y un largo etcétera de mercancías ilegales en la mayoría de los sistemas de la galaxia. El volumen de créditos que debía mover en la feria pasaría tranquilamente de los cientos tal vez miles de millones de créditos.

Incluso había establecimientos para comer y relajarse, además de un casino bastante lujoso y prostíbulos para todos los gustos. Un hilo musical variado amenizaba el lugar. En otras circunstancias y con otras mercancías sería un buen mercado, tristemente era una mácula de avaricia y escoria sin escrúpulos.

Había miembros de casi todas las razas repartidos por doquier, el crimen y el dinero no son racistas ni hacen distinciones, los escrúpulos y principios podían venderse a un buen precio. Nadie caminaba solo, siempre en grupos bien definidos con guardaespaldas preparados y armas listas. Todo ese lugar era una maldita trampa mortal.

En uno de los momentos de mayor ruido la frecuencia de comunicaciones se abrió con una voz nueva. Forzosamente debía tratarse del contacto del doctor Hanfman, ninguna señal de comunicación externa podría pasar la bóveda de roca, tenía que venir obligatoriamente del interior.

- Vayan al pabellón "C", hay un estante de granadas ilegales procedentes del espacio batariano expuestas. La que esta situada en la esquina inferior izquierda esta armada y modificada. Que alguno la examine y pulse con disimulo un minúsculo botón situado en la parte inferior, eso la dejara armada. Compren 4 cajas de granadas de metralla sin identificación y no las carguen, pidan que se envíen a su transporte a la vuelta.

Continúen al pabellón "E" hay un están púrpura donde se vende alcohol exótico. Compren cualquier licor dulce de thessia. Mientras esperan que se los traigan para comprobar siéntense en los asientos para los clientes. El más próximo al cuadro de luces tiene un saliente imperceptible por el lateral derecho. Denle un ligero toque para armar un disparador oculto, que preparen sus bebidas para su transporte y salgan del local.

Sigan luego al pabellón "F", paren en la segunda consola de la pared izquierda nada más entrar. Busquen información sobre esclavos especialistas en áreas científicas y descarguen la lista. Luego hagan cualquier consulta para hacer tiempo, cuando el segundero marque "47" pulsen el botón de retorno dos veces con rapidez e introduzcan la siguiente clave "aZcX1". El archivo que han bajado será actualizado con todos los datos de los esclavos de la feria, entre ellos su procedencia, precio y especialidad además de su ubicación. Busquen en la lista a sus tripulantes y donde los retienen, luego contacten conmigo cuando sus omniherramientas detecten 70 decibelios en el ambiente de ruido.

Mientras tanto sigo cargando un virus en la unidad de control para anular las cámaras. -

Elora suspiró para sus adentros; el contacto había establecido idem con ellos. Bien.

Escuchó la larguísima lista de instrucciones, poniendo especial atención en no olvidar detalles que pudieran ser importantes. Tras repetirla una vez más en su fuero interno para asegurarsede que se había quedado con todo, aprovechó que aquel momento era bueno para comunicarse por la frecuencia privada para hablar con los demás.

—¿Os parece que conforme vayamos entrando en cada sitio cada uno hagamos una cosa para llamar la menor atención posible?—propuso susurrando por el comunicador—. "Zartom" el especialista en armamento o "Thadeus" el traficante de armas, podría inspeccionar las granadas del pabellón C. Los aquí "Ángeles de Thessia" podemos preguntar por el licor cuando entremos en el E. Y en el F, a "Light Fuse" podría interesarle mirar las consolas y esas cosas electrónicas.

«Ángeles de Thessia... por la diosa, que ganas de darle una paliza a quen le puso ese nombre a una organización criminal»

Escuché la larga lista de cosas que requeria la operación. Y traté de memorizarla. Re1almente era muy complicado pasar desapercibido por allí. Suerte que contabamos con ayuda. 

Nunca habia tenido que infiltrarme de este modo e ignoraba si la mayoria de cosas que haciamos o teniamos que hacer realmente servian de algo. Pero lo hariamos de todos modos. Las vidas de esos cientificos están en nuestras manos. 

Con ese mantra en mente asentí imperceptiblemente a los que decia mi "hermana" Elora. 

- No perdamos mas tiempo. - Les dije al resto. 

El lugar de la feria era un sitio bastante grande y con muchísima seguridad. Kerius trataba de mantenerse todo lo sereno que podía, debía actuar con naturalidad y resistir la tentación de abrir fuego y llevarse a cuantos pudiese al otro lado. Si abría fuego y revelaba su identidad, no tardaría en morir.

Al cabo de unos minutos, una vez dada la contraseña, el infiltrado asesino contactó con el grupo ofreciendo toda una serie de instrucciones. El turiano trató de quedarse con la información más relevante para llevar a cabo la operación. Kerius imploró a todos los espíritus que todo marchase sobre ruedas y no hubiesen complicaciones.

- Me parece bien. Despacito y con buena letra.- le contestó también susurrando a su "líder". A continuación se dirigió a todo el grupo.- Mantened los ojos bien abiertos y vigilemos nuestras espaldas.

La situación no me gustaba demasiado, pero si que estaba de acuerdo en separarnos unos metros, si íbamos todo el rato juntos daría mucho el cante, además éramos guardaespaldas, no "rascaespaldas".
-Zartrom, muévete por el perímetro de las salas, yo me mantendré en un perímetro más cercano, así daremos la sensación de estar reconociendo el terreno. Tratad de descubrir donde están las cámaras de seguridad, nos puede venir bien saber si hay puntos muertos. Cualquier cosa que veáis que creáis que nos puede ayudar o dificultar, decidlo y lo valoraremos. No nos pongamos nerviosos y adelante, se supone que estamos acostumbrados a este tipo de reuniones sociales, actuemos como lo que somos...
Dicho esto me moví unos cuantos pasos al frente, De todas formas, si veía armas o algo que aglomerara a mucha gente tendría que hacer mención de pararme a mostrase interés.

El grupo se fue separando paulatinamente, sin prisas ni aspavientos, evitando por todos los métodos llamar cualquier tipo de atención innecesaria. La ventaja de un lugar como la feria era que cada individuo venía con las ideas muy claras, nadie se pasaba por un recinto de semejante seguridad solo para echar un vistazo por si hay algo interesante que comprar.

Tampoco era un evento para hacer amigos, a lo sumo contactos, pero nadie venía a socializar, a fin de cuentas estaban rodeados por todas partes de asesinos, contrabandistas, esclavistas, ladrones, mercenarios y un largo etcétera de miembros integrantes del crimen. Puede que la gente crea que existe el concepto de "honor entre ladrones" pero el refrán más acertado siempre ha sido "nadie conoce a nadie".

Connor y Kerius pudieron inspeccionar de primera mano el material disponible, las granadas que podían comprar no eran las típicas antivehículo. Todas estaban preparadas para liberar metralla causando estragos en la infantería enemiga, podían considerarse armas "sucias", pocos ejércitos se plantearían usarlas pero todos tenían en nómina algunas para los desgraciados casos en que fueran necesarias.

El botón camuflado no llegaba a los dos milímetros de diámetro, Connor escucho un "click" casi imperceptible confirmando que la granada estaba ahora activada. Sin mucho interés la depositó en su lugar mientras examinaba otros modelos. Finalmente para disimular adquirieron las cajas con las especificaciones que les habían dado. Luego sin prisa alguna fueron al pabellón "F" dónde estaba planeada la reunión.

Por su parte las asari no tuvieron dificultades en el puesto de alcohol. Ambas tenían un aspecto lo bastante siniestro como para evitar comentarios y preguntas innecesarias. Las cartas de bebidas era extensas y muy bien clarificadas, la variedad era inmensa y podían leer una buena lista de bebidas ilegales y potencialmente letales según su consumo, verdaderos peligros para la salud.

Tras unos minutos mirando cual decidir compraron el licor dulce de thessia, Elora pulsó el disparador oculto al bajar de la silla sin levantar sospechas, tras unas preguntas finales vacías sobre el licor para disimular se dirigieron al pabellón "F".

La quarianna localizó sin dificultades el terminal. Un último modelo de gran confort y con una seguridad extrema. Muy típico de ver en reuniones entre dignatarios de otros planetas, senadores de la ciudadela y demás figuras de gran poder. Derivar una unidad de esas características llevaba mucho tiempo y esfuerzo, además resultaba muy complicado extraer información sin dejar huella visible.

El terminal reconoció al instante la conexión a la omniherramienta, siguiendo el procedimiento Caemmi realizó la primera consulta y descargo un escueto fichero de datos sobre el personal científico disponible para adquirir. Mientras controlaba el tiempo necesario decidió mirar una lista de resortes y disparadores para explosivos, algo acorde a su identidad alternativa. Sus dedos actuaron con rapidez cuando el segundero alcanzó el cuarenta y siete, una diminuta ventana quedo abierta solicitando una contraseña, desde esa posición las cámaras de seguridad no podían verla, ya que el cuerpo de la quariana bloqueaba toda la visión. Al introducir la clave suministrada una nueva lista mucho más extensa y cifrada se registró en su omniherramienta. La ventana se cerró por si sola y la terminal continuó su funcionamiento sin cambios aparentes.

Mientras esperaba al resto se dedicó a mirar un están de componentes electrónicos mientras la omniherramienta en modo automático reconocía la lista buscando a los tripulantes de la Osiris.

Para cuando todos se volvieron a reunir la quariana tenía ya el archivo preparado con toda la información sobre los tripulantes de la Osiris, así como su ubicación actual y los planes de la organización para su venta. En aras de la prudencia esperó a un momento de ruido elevado antes de hablar por el comunicador a sus compañeros.

- La tripulación de la Osiris estaba al completo, salvo por dos miembros que habían sido ejecutados por resistirse. El resto de la dotación estaba asignada a un precontrato de venta a un tal Betin Ger'mebar por un importe de 120 millones de créditos. Supuestamente la operación se está realizando en esta precisa feria. -

Todo iba bastante bien por el momento, lo que he hacia sospechar. Nunca nada era tan sencillo. Cuando la quariana nos avisó de que tenia la lista, ya tenia los nervios a flor de piel. Echaba de menos el reconfortante peso de mi espada en la cadera. Y a veces mi mano iba instintivamente a apoyarse en la empuñadura, para caer como si nada en cuanto me daba cuenta. 

- Bien. Hora de avisar a nuestro contacto. 

Elora asintió a su "hermana" y encendió su omniherramienta como quien simplemente está mirando los datos de algo que acaba de comprar en la feria.

Lo que en realidad estaba haciendo era medir el volúmen de decibelios. Y aguardó a que este marcar a 70 para contactar con e contacto, valiera la redundancia.

—La tripulación de la Osiris está al completo... salvo por dos miembros que han sido ejecutados por resistirse, ha sido asignada a un precontrato de venta a nombre de un tal Betin Ger'mebar por un importe de 120 millones de créditos. La operación se ejecutará supuestamente en la misma feria.

Aquello tenía su gracia... porque, quitando que ya habían sido comprados, ellos solo "contaban" con 50 millones de créditos y ya le había parecido un aburrada en su momento, ¿y aquel tipo iba a pagar 120?

Esperaba que realmente hubiera un buen plan de rescate detrás de aquello, pero, después de todo, ya había supuesto que las cosas no iban a ser tan sencillas.