Partida Rol por web

Book suspiró cuando su maestro le informó de que ellos también irían al pueblo. Más andar… Empezaba a sentir que los cascos se le iban a caer de las patas en cualquier momento pero desde luego prefería estar con él. ¿Más que quedarse descansando? Eso ya era discutible.

Según se acercaban a Berryland, el potro se dio cuenta de algo: además de estar cansado, volvía a tener hambre. Ver todos aquellos campos siendo trabajados le recordó que era el sitio del que venía la comida y sus tripas la llamaron con ganas, haciendo que él se sonrojara. Su tripa tenía que aprender a ser más discreta.

Aquel pueblo no era tan diferente de Cerco Blanco. A excepción de la ausencia de murallas, claro. Bien pensado, esa era ya una gran diferencia. Igual en esta zona no estaban acostumbrados a recibir ataques. Eso sonaba muy bien. Y… la forma en la que todos los ponis empezaban a mirarles raro en cuanto les veían… casi le hacía pensar que ni ataques ni visitas de ningún tipo. Algunos incluso se habían acercado con sus cosas del campo y daban un poco de miedo. Book casi se sentía como en casa… Cuando el alcalde se presentó, buscó la protección del costado de Cloudy. No parecían contentos de tenerles allí. El lado bueno era que casi se había olvidado del hambre.

Night Green da unos pasos al frente situandose frente al alcalde y con todos sus buenos modales hace una leve inclinacion de cuello a modo de saludo.

- Buenos dias, señoría. Mi nombre es Night Green, de Cerco Blanco. Estos ponis que me acompañan son, Maese Sight y su aprendiz Book Shield y nuestra herrera Moonlight.

Hace una breve pausa dejando al alcalde que asimile sus nombres.

- Hemos hecho un largo recorrido desde las entrañas de Everfree.

Dice al tiempo que baja la testa mirando al alcalde fijamente y dejando que los engranajes de su mente comiencen a unir piezas. Una poni famosa relacionada con las princesas, un viaje desde el castillo de las dos hermanas, un sabio y una herrera. No hacia falta haber estudiado en Canterlot para hacerse una suposicion de que pasaba.

- Solo veniamos a aprovisionarnos, quizar pasar una noche y mañana en la mañana a mas tardar seguiremos nuestro viaje. Siempre que vuestra Señoría de su beneplacito.

A Rain nunca le ha gustado pelear si no es absolutamente necesario a si que espera a ver la reacción de los ponys que acaban de aparecer cuando Cookie trata de apaciguar la situación.

Entrar al pueblo empezó siendo facil, solo un par de personas nos miraba, pero empiezan a rodearnos con herramientas para trabajar el campo. No creo que tengan malas intenciones, pero me asustan. Retrocedo un poco y me junto a Night Green. Ella se mantiene firme, y nos presenta. Cuando pronuncia mi nombre, no puedo evitar asentir levemente con la cabeza. 

Susurrando-Na- Natty, esto no me gusta...se que querías que n-nos separáramos, pero no creo que sea buena idea- Miro a todos los que nos rodean, y sus posibles armas improvisadas, deben saber quienes somos, o por lo menos de parte de quien venimos. Querrán aprovecharse.

El alcalde no parece mejor que los demás, no soy capaz de distinguir si le se dirigen a él con respeto o con miedo. 
Cada vez estamos mas rodeados, no pinta nada bien, mi cuerpo se tensa en anticipación a lo que pueda pasar. Si esta ha sido la recepción, no quiero pensar que serian capaces de hacer si se enteran de que Night Green y yo, en el fondo queremos, la noche que se avecina.

Cada vez más cerca, cada vez más presión, si ahora hacen algo no tengo claro que todo el mundo salga ileso.

Los ponies se miraron entre sí y se echaron a reír socarronamente al oír las palabras de la cocinera. Un gesto de su "líder" hace que se calmen un poco mientras vuelve a hablar:

-No nos interesan vuestros motivos. Moved vuestros malditos flancos de una vez y largaos de aquí o colgaremos vuestros pellejos para darles un buen aviso a los próximos visitantes que se acerquen.

A un gesto, el resto de la banda avanza empuñando sus armas. Está claro que no se puede razonar con ellos, solo queda defenderse o salir huyendo.

Fair no había dicho y hecho nada, esperando que las palabras de Cookie surtieran algún efecto. Pero no fue así y cuando vio que no pensaban en dejarles en paz y tenían sus armas preparadas, el también preparó la suya. Si algo no iba hacer, era huir de un grupo de asaltantes de poca monta. 

Dio un paso al frente y con la cabeza bien levantada miró al líder - entonces habrá que luchar, para que los próximos visitantes no se encuentren escoria como vosotros...

Con la espada lista, se lanzó al ataque, directo al que parecía ser el líder. 

Al nombre de Night Green los cuchicheos empiezan a extender y los ponies empiezan a mirar con mucha más curiosidad a la yegua y sus acompañantes. Al saber que venís de Everfree la agitación es evidente y todos se mueren de ganas por preguntar, pero es Ink quien lo hace.

-No me llaméis "Señoría", solo los unicornios necesitan ser tan pomposos. Sin animo de ofender. -dice dirigiéndose a los tres.- Si es cierto lo que decís, será mejor que me acompañéis, es necesario que hablemos.

Se gira y empieza a caminar sin observar si lo seguís o no. De todas maneras no hay mucho más que podáis hacer. Cloudy es el primero en seguirlo, haciendo un gesto para que los demás le sigan.

Era como se lo habia imaginado estos ponies eran brutos maleducados, tanto que las palabras no servian con ellos. A Cookie no le gustaba pelear contra otros ponies producto de la guerra pero parecia no tener opción esta vez. Iba a hacer su movimiento cuando Fair apenas mediando palabra corto de manera brutal a su lider con su espada, esto trajo un poco de nostalgia a la cocinera, que pudo ver por un momento a un Fair Swordwind mas joven decapitando a varios grifos mercenarios a diestra y siniestra con ese mismo movimiento, dandole al poco tiempo de haberse introducido en el conflicto la reputación de un pony terrible con quien no se debia jugar.

Cookie no se iba a quedar atras, se quito su sarten de su lomo y con un movimiento rapido lo lanzo hacia la cabeza de uno de los arqueros con la esperanza de noquearlo*, el sarten sumbaba mientras que girando se dirigia volando hacia la cabeza de su blanco, ¡¡¡Impacto Directo!!!, dando en su blanco la sarten regreso volando del mismo modo que habia ido, volando hacia el casco de Cookie que lo atrapo y se puso en guardia con el.

No habia terminado, sin esperar a que los enemigos reccionaran Cookie se lanzo hacia el segundo arquero con la intención de neutralizarlo tambien*² , no funciono tan bien como esperaba, regreso hacia donde estaba Raini aún con su pose de guardia y le dijo:

-Vamos Raini, ¿que estas esperando? debemos pelear si no seremos ponies muertos.

Era su pueblo, eran sus reglas, de eso no habia duda. Con un movimiento de testa comienza a seguirle al tiempo que les pide a los demas que la acompañen.

- Por supuesto Sr. Stained.Mas no quisieramos retenerle mas de lo necesario.

Afortunadamente, Cloudy no parecía asustado. Sería que no había verdaderos motivos para temer nada. Lo bueno del asunto era, además, haber terminado yendo también con Moonlight. Si una yegua tan mayor podía asustarse un poco, un potro como él no parecería tan… cobarde como creía haber parecido.

El pequeño pony frunció un poco el ceño. Cuando alguien decía sin ánimo de ofender era porque sabía que había ofendido. Eso sí, si su maestro pensaba ir, él no se separaría. Que todavía era capaz de perderse en un poblado alejado de la pezuña de Celestia en plena crisis apocalíptica.

Así que ahora los unicornios somos pomposos...por lo menos no rodeamos a un grupo de extraños con herramientas de labranza. Ese hombre me pone nerviosa, no por su aspecto, me he enfrentado a algún que otro animal más grande. Parece el líder auto-impuesto de una especie de secta, todos le observan, le siguen y le obedecen.

Cloudy, Night y Book deciden seguirle, no voy a quedarme yo sola, aunque me rezago un poco, camino por detrás de ellos. Me observan demasiado, me incomoda y me hace encogerme, como un pequeño animal que se esconde, de esos que se acurrucan y sacan sus colmillos cuando no tiene escapatoria. No quiero tener que llegar a eso, no quiero hacer daño a nadie... ¿Que pasa con este pueblo?

Una vez llegados os hace pasar a su casa, una cabaña que no se diferencia en absoluto del resto de las del pueblo. Por dentro es como cualquier casa de Cerco Blanco, con sus pequeñas cocinas y un gran espacio central justo al lado de la chimenea. Una yegua de pelo verde sale a su encuentro nada más llegar y lo kira preocupado, extendiendo un vistazo sobre vosotros.

-Avisa a Freezie y que monte guardia por mí, yo tengo que asuntos que atender.

-Claro cielo. -dice la yegua y sale sin hacer más preguntas.

Ink se sienta en una mesa que debe llevar en pie al menos una generación y os invita a sentaros, aunque solo hay cuatro asientos. -Perdonad por nuestra rudeza, pero de un tiempo a esta parte los desconocidos no nos inspiran mucha confianza. Ahora, permitidme ser directo. ¿Qué está ocurriendo? ¿Traéis nuevas de la Princesa? ¿O sois soldados a sus ordenes?-señala la armadura que porta Moonlight.

Diligente sigue a Stained hacia lo que parecia actuar de ayuntamiento en aquella villa. Pintaba que no iban a ser interrumpidos. Con tranquilidad toma asiento y escucha las inquietudes de aquel hombre. La orden era no dar mas detalles de los necesarios. Haciendo gala de toda la diplomacia que le habia conferido tantos años de observar a Luna desvia sutilmente las preguntas.

Se apoya en un tono de voz autoritario aunque interesado.

- ¿Ha habido algun problema en el pueblo ultimamente, como para levantar esas suspicacias?

Le pregunta devolviendo la pelota.

Ya en la casa, Book se relajó un poco. Tras aquella escena hogareña, el semental le parecía menos imponente, más mundano o corriente. Seguramente la gente de aquel lugar se habría sobresaltado al ver visitantes porque el cielo tampoco estaba como para ir confiando en el primer extraño que se acercase. Por supuesto, eso no hacía que le cayera mucho mejor.

Él se adelantó un poco y apartó uno de los asientos de aquella mesa para su maestro mientras Night Green hablaba con el alcalde.

Invito a Book a sentarse con una leve sonrisa.-No te preocupes, estoy bien sin sentarme-

Ink Stained parece preocupado y algo desconfiado hacia nosotros. Cuando me señala, me sorprendo y miro hacia mi pecho...juraría que no hay ningún soldado que lleve algo así.

Night Green por su parte, parece interesada en el hombre que tenemos frente a nosotros, quizás más de lo que estamos Book y yo, pero su pregunta ya resonaba en nuestras cabezas desde que llegamos al pueblo. ¿Bandidos, saqueadores, ladrones, mercenarios? o puede que Ponis-lobo, Changelings y demas criaturas mágicas de las que solo se oye en las leyendas. Seguramente solo sean bandidos que se aprovechan de la confusión con los astros.

Rain se da cuenta en ese momento que no le va a quedar más remedio que pelear y más cuando ve como Fair a dejado inconsciente (o eso espera) a uno de los atacantes, lo cierto es que no quería tener que llegar a esto, pero si no queda más remedio, después de todo se encuentra en una importantisima misión la princesa cuenta con ellos y el intento de razonar con ellos de Cookie ha sido inútil.

-Deberíais saber que esas no son formas de responder cuando os hablan educadamente- Dice Rain en tono enfadado antes de embestir a alguno de los que queden en pie, su idea es dejarlos inconscientes no le gustaría tener que matar a nadie

Si hubieran esperado unos instantes antes de entrar en combate, quizás se habrían detenido al ver caer a su líder con tanta facilidad. Al fin y al cabo, eran guerreros, no estúpidos. Pero estaban envalentonados y no estaban dispuestos a reprimirse ante los que consideraban presas fáciles.

Su error se demostró pronto. Con el tañido de una campana, la sartén de Cookie golpeó rápida y certera a los dos ponies con arco. No obstante, no fue suficiente para acabar con ellos y furiosos dispararon sus flechas mientras otros ponies acudían para acabar con ella. Con un silbido, los proyectiles surcaron el aire, buscando como objetivo a un cierto pegaso rojo...y lo encontraron.

Entonces el verdadero talento salió a la luz. Aquellos que lo vieron jamas olvidarían aquella combinación de fuerza y destreza perfectamente equilibrada. Como si estuviera bailando, cada movimiento tenía un propósito que se cumplió con total exactitud. Las flechas cayeron al suelo, dispersadas, mientras el pegaso se hallaba intacto.

Por su parte, Rain tampoco tenía problemas para manejarse contra sus agresores. Tras esquivar dos ataques, golpeo con sus cascos a uno de ellos, arrojándolo al suelo, aunque todavía dispuesto a luchar. Sin embargo Cookie no tuvo la misma suerte y la espada de uno de ellos atravesó su defensa, realizando un tajo contra su pata delantera. La armadura no fue suficiente, pero atenuó el corte para que apenas fuera un rasguño.