Partida Rol por web

¿Aventuras dices? No joven, yo no cuento aventuras de semejante traidor. He estado a punto de atraparlo, y algún dia lo haré. El caballero Zorro es un villano y un malhechor que pagará con su vida su traición!! grita ser Joris sin poder ocultar su odio a tan despreciable caballero según él.

Hace ya algún tiempo que no tengo noticias de su paradero, pero creo que se oculta en algún lugar del bosque real, apunta.

Sin ser consciente de lo que había dicho anteriormente y de la mirada desaprobadora de su prima, sigue la conversación de los demás casi sin decir nada, sonriendo de tanto en tanto. 

Dickon vuelve a aparecer y le sonrío para intentar animarlo, traía una cara demasiado larga. Es entonces cuando pregunta por el misterioso caballero zorro. 

Al ver la reacción del hombre mi curiosidad se incrementa, y lo miro con ella brillando en los ojos mientras apoyo los codos en la mesa y acomodo la barbilla entre las manos -¿y qué fue lo que ocurrió para ser llamado traidor? Si no es descortés preguntar...

Jovencita, lord Archay fue un caballero errante que luchó junto a Raeghar y al ser derrotado se esconde por los Siete Reinos tras ser deshonrado por el rey Robert.

Desde entonces es conocido como el caballero Zorro, un sinvergüenza de mucho cuidado que algún dia atraparé vivo o muerto, sentencia.

Ragar había olvidado por un momento que debían asistir a los ritos mortuorios del maestre. Todavía no podía creer que su compañero hubiera sido asesinado y eso le jugaba algunas malas pasadas. Estuvo pensando en ello hasta que empezaron a hablar del caballero zorro de nuevo. Si mal no recordaba el puño de una de las espadas de los asaltantes tenía un zorro tallada en ella. Sin embargo, no estaba seguro de ello y prefirió no cometer más errores sin antes averiguarlo.

- Mi señora, cuando guste iremos a los últimos ritos del maestre pero... quizás también deberíamos encargarnos de otro asunto.- comentó señalando con la cabeza en dirección a la habitación dónde estaban el comerciante y el asaltador herido- Que pudiera declarar era una de sus mejores bazas y no podían permitirse que alguien interesado en su silencio lo callara para siempre. 

Namir había estado ausente toda la conversación ... pero ahora tenía una duda que le quemaba tanto que su hubiera habido competiciones de fuego de dragón, le hubieran expulsado por abusón, incluso entre dragones reales adultos.

- Perdone caballero. El cansancio aún le hacía arrastrar las palabras. Había sido el último en acostarse y no compensaba ser el último en levantarse. pero tengo dudas. ¿Qué relación tienen los Dannett y ese tal Zorro? ¿Puede que el Zorro ese haga trabajos sucios para aquellos que no tienen valor y arrestos de hacerlo por si mismos?

Sus preguntas había sido más sentencias que pero aún así, no había levantado la vista de ese pequeño mendrugo de pan con pasas y pipas de girasol. Lo roía apresando los tropezones con cierta avidez y disfrutaba de sus capturas como pequeños manjares que paladeaba hasta haber perdido todo su sabor ... tras lo cual se encarnizaba en la búsqueda de otro tesoro que arrancarle a aquel mendrugo.

Que yo sepa los Dannett y el caballero Zorro no tienen nada que ver, y si hacen negocios entre ellos, eso sería una deshonra para esa noble casa, dice serio.

Más vale que tengas pruebas para una acusación de ese tipo muchacho.

No acuso, pregunto. Explicó el hombre al anciano. De todas maneras es usted quién la ha acusado de difundir calumnias en nuestra contra, y con un gesto de cambio de postura, agradecía el dato ... amargamente. Información que esperamos la Justicia del Rey sea capaz de metabolizar en la apropiada amonestación y consiguiente resarcimiento. De todas maneras ... ya es bastante humillante para una casa caer en el bajo juego de la desacreditación a ojos de los demás. Vil calumnia que puede que ni con sangre pueda ser limpiada esta mácula.

Si se rebaja a tales patrañas, tampoco está muy lejos la deshonra y la traición. Y añadió. Por no decir que es lo mismo.

Sonaba irreverente. Casi irrespetuoso. Sin haber dirigido la mirada a nadie más que a su trocito de pan, que por momentos disminuía de tamaño, tras cada envite de su dentadura. Desaparecía lenta y tenazmente.

Qué impertinencia de juventud!, masculla entre dientes el viejo caballero.

Mi lady, me reitero en mi pésame, hágaselo saber a su madre de mi parte. Que tengan un buen dia, dice a todos.

Y dicho esto sale de la posada, al mismo tiempo que Orten Lugus también se disculpa y se retira junto a su hermano, su hermana y el resto de acompañantes de su casa.

- Muchas gracias Ser joris, se lo transmitiré a Madre.

Antes que se terminen de marchar todos Nymeria llama a Orten.

- Lugus! Una pregunta mas si me permites. Hen... tiene idea qué sitios frecuenta?

Se despidió con cortesía de los dos nobles, procuro fijarse bien en sus caras para poder recordarlas, puede que le fueran de ayuda en otro momento.

El escudero esperaba órdenes, pero como ya había dicho Ragar lo lógico era ir a inscribirse para el torneo.

Orten se vuelve cortésmente ante la nueva pregunta de Nymeria, y con una sonrisa le contesta:

- Seguramente en alguna de las muchas tabernas de los suburbios del Lecho de Pulgas. Pero de ningún modo se adentre en esos lugares, no estaría segura ni con la mejor de las escoltas.

Termináis de desayunar y os dirigís a las hemanas silenciosas para darle una buena sepultura al buen maestre.

Un par de horas más tarde concluye el ritual, aún con lágrimas en los ojos por la reciente pérdida.

Es mediodía.

Nymeria trató de mostrarse lo mas entera posible, pero sus ojos brillaban húmedos. Aquel hobre, con todos sus defectos, la había traído al mundo y había servido con lealtad a su casa. La tristeza se mezclaba onadmente con sus deseos de venganza.

Luego de largo rato en silencio, era hora de continuar. - Ser Ragar iremos ahora a anotaros en el Torneo y luego haremos alguna indagaciones...

La sepultura del maestre había sido triste pero necesaria. El pesar parecía estar en rostro de todos. Ragar no pudo ocultar alguna que otra lágrima y decidió que en cuanto pudiera debía tomar unas copas en el buen nombre de Gilliant. Que descanse en paz y saboree los mejores vino allá donde esté, pensó mientras salía.

Nymeria quería ir entonces a apuntar al caballero al torneo y aunque él no se encontraba con muchos ánimos sabía que debían hacerlo. - Vamos.

El escudero asistía al funeral, permaneció impasibles, tratando de mostrase impasible. La gente muere, es algo normal. Se repetía para tratar de mantener la compostura, pero eso no impedía que notara un sabor amargo en la boca y que la cabeza le diera vueltas. Te vengare…. Aunque el escudero era joven e inexperto, algo le decía que detrás de la muerte del maestre había algo mas grandes.

Dickon se acercó al caballero dispuesto a acompañarles hasta la inscripción.

El pesado ambiente parecía estar en el lugar, algo normal... Lo que más agradecía era estar en un lugar discreto donde nadie te puede mirar y juzgar o preguntarse "quién era" simplemente por el morbo de meter el dedo en la llaga y de verte sufrir.

Había estado en todo momento cerca de mi prima, bien tomando su mano, bien simplemente abrazándome a mí misma, obligándome a comportarme como una adulta, aunque sin poder evitar las lágrimas que recorrían mis mejillas e inundaban mis ojos mientras rezaba plegarias en voz baja por su alma. 

Sin decir nada me giro hacia los demás, mirando hacia el suelo para evitar que viesen mis ojos rojos, y los sigo hacia donde fuesen, esperando encontrar algo con lo que entretener mi mente allá a donde fuésemos. 

Terminado el ritual os dirigís hacia los terrenos de los torneos, en las afueras de la ciudad.

Caminando desde el centro de Desembarco hacia la puerta real, os encontráis con un niño de unos 10 años que os corta el paso, señalando a ser Ragar como su padre. Ante la incredulidad de todos, el niño, con lágrimas en los ojos saca una carta que os enseña.

El niño no sabe leer, pero según le han dicho, en la carta su madre recién fallecida le escribe la identidad de su padre, el caballero de la casa Bredford llamado Ragar Silox.

Efectivamente eso es en esencia lo que dice la carta.

Ragar se queda atónito ante la situación. ¿Quién es este crío y que mierda está diciendo?, pensó. Agarró la carta y se la pasó a Nymeria. No tenía intención de intentar leerla.

- ¿Quién eres? ¿Quién era tu madre y quién te ha dado esta carta, muchacho?- cada vez más tenía la sensación de que esto formaba parte de otra jugarreta de la casa rival. Sin embargo, algo así no era tan grave como las muchas otras acusaciones que estaba recibiendo últimamente. Un hijo ilegítimo de un ex-caballero andante no era nada extraño ni mucho menos nada por lo que se le pudiera impedir participar en el torneo.

Nymeria se quedó helada al escuchar las palabras del pequeño. Aquello no olía nada bien. Tomó la nota de manos de Ser Ragar y la leyó detenidamente...

El escudero se situó a distancia y presto atención a la bolsa propia y a la de los compañeros. Puede que solo sea una maniobra de distracción para podernos robar el dinero. Había oído en muchas ocasiones como algunos mozos se jactaban de haber hechos trucos similares. Una vez aseguradas las bolsas presto atención a las caras que empezaban a arremolinarse.