Partida Rol por web

Agradando a la chica. Je. Sus pensamientos empiezan a desvariar. ¿Debería seguir insistiendo? Sus ropas son de alta calidad, y sin duda parece alguien de prestigio. Podría ser justo lo que necesita para salir de la ruina.

-Aunque bueno, podríam...- "Soy la directora de esta academia". "Soy la directora de esta academia". "Soy la directora de esta academia". Se queda durante un momento mirando a la mujer arqueando ambas cejas. "Bien, Agdayne, déjate de tonterías. Si ofendes a esta mujer de alguna forma, te quedarás sin lo prometido en la carta. Controla tus hormonas, ¿quieres?"

Al instante le tiende la carta para que la tome, cosa que aprovecha para inclinarse y besar su mano. -Agdayne, pero usted puede acotarlo como quiera. En-chan-té.- Guiña un ojo con un toque pícaro. Por su cabeza no obstante pasa otro pensamiento. "¿¡QUÉ CARAJO ESTÁS HACIENDO!? ¡Que te la puedes cargar! ¡Es una oportunidad de oro!"

No obstante la descarga de energía interrumpe la escena. Se reincorpora llevándose las manos a la nuca. Guiña el ojo a la directora y sonríe de lado entre dientes, pícaro. -No he sido yo-. Dice refiriéndose a la explosión.

Su sonrisa se desdibuja en cuanto la mesa vuela. Se pone en pie, viendo como truena los nudillos pero no retrocede. De hecho, se planta firme.

-¿Trampa en la tercera jugada? Incluso si fuese cierto, ha pasado tu oportunidad para quejarte.-, no parece que vaya a dejarse intimidar. ¿Comenzará otra batalla campal tan pronto después del final de la que ha sucedido entre los profesores...? ¡Que Academia más violenta!

Los alumnos cercanos se sobresaltan cuando la mesa vuela y se fijan en ellos. Ériu míra de soslayo a Beorth'rar, no se digna a responderle. Su mirada está cargada de altanería, ¿Es aquella la forma de mirar a un príncipe, incluso si no tiene pueblo? ¡De ninguna manera! ... Que caos se ha montado en un instante. El profesor Demian no ha tenido tiempo a levantarse de su asiento y ya hay más de uno al borde de los puñetazos.

-Agdayne estará bien.-, responde ella con elocuencia, tomando la carta y leyendo sus contenidos. Su comentario sobre la explosión le hace sonreír con curiosidad: ¡Bromas de flatulencias! El más alto nivel de comedia.

-... Si Robert te ofrece su voto de confianza... Entonces te doy la bienvenida a la Academia. Si tienes algo de equipaje, por favor...-, alza su bastón y conjura unas palabras. -Invoco a un Golem de Tierra.-, toca el suelo con el báculo y del suelo surge una criatura de metro noventa de altura, compuesta primariamente de rocas y tierra sólida. -Él lo llevará a tus aposentos. Por hoy puedes disfrutar del Festival. Más tarde haremos una visita por la Academia para los nuevos y les explicaremos todo lo que sea necesario.-, ella esboza una sonrisa.

Se lleva una mano a la barbilla. ¿Equipaje? ¿Aposentos? ¿Qué? Oh, no, no. Esto se sale de sus espectativas. ¡Están tratándole como un príncipe! O duque. O quién sabe qué. Aunque realmente no le gusta demasiado la etiqueta... ¿por qué no aprovecharlo un poco?

-¡Oh, por supuesto! Merci, por la bienvenida, tendré en cuenta e...- Distraído en sus pensamientos, da un brinco al ver surgir al gólem de piedra, erizándosele la cola de la impresión. -¿¡Ah!? ¿Equipaje?- Queda perplejo ante la pregunta. El joven va solo con lo puesto, y se le veía dubitativo de entregar algo al gólem. Rascándose una oreja, se quita una pulsera extraña y se la tiende al gólem. -Pardon por las molestias, me temo-. Dice esbozando una larga sonrisa, rascándose la mejilla.

-Bon, identificaré qué significa "más tarde" y estaré ahí. Como decía, mi más absoluto agradecimiento, madàme-. Vuelve a inclinarse, para luego girarse y despedirse con un gesto más informal, con dos dedos. -Aaau revooir-.

Y va a buscar algo interesante por ahí. O directamente un sitio soleado donde poder echarse. ¿Por qué no? Ya se ha dado el buen camino hasta aquí, y aún no sabe nada de esos "aposentos". Igual luego se lo dicen, o algo.

Aquella extraña sensación se desvaneció casi tan rápido como había aparecido, le hubiera gustado pensar que había sido sólo una perturbación provocada por la pelea entre los dos profesores pero incluso para si mismo sonaba como una excusa demasiado conveniente. 

Mientras tanto en la zona cercana a él se estaba gestando otro combate, esta vez al parecer por un juego de cartas, viendo que la pelea parecía a punto de estallar Roland decidió actuar rápido y colocarse entre las dos muchachas intentando calmar los animos-por favor no os peleis por algo tan trivial como unas cartas - dijo haciendo su mejor esfuerzo por ser conciliador. 

Había seguido al resto con la directora a la cabeza que nos había dejado con un grupo de alumnos aventajados, el festival estaba en su máximo esplendor aunque aun así me quede al margen de todo el grupo, desde hacia demasiado tiempo las multitudes no eran lo mío y prefería quedarme en una esquina pensando para mi misma, después de el accidente con Mi señor, el gran Ahr’iwen, no me gustaba relacionarme demasiado y eso aclaraba totalmente que no conociera casi nada o prácticamente nada a mi acompañante.

Mi mente pensó para adentro: el viaje ha sido agotador, creo que necesito dormir un rato.

Me apoye en una pared cercana, me senté en el suelo empedrado y estire las piernas.

Prácticamente me quede dormida o más bien transpuesta, cuando sentí algo en el aire y las sombras se empezaron a juntar de forma delicada lo que hizo que despertase momentáneamente.

Me puse en pie de inmediato y fui hacia el grupo.

El compañero azulado de raza acuática dijo que me protegería. Claro…soy una monjita por eso necesito que me protejan suelta mi cabeza en un pensamiento sarcástico.

A pocos centímetros de mi hay dos chicas jugando a lo que parecen ser cartas.

Escucho al palmípedo pero hago caso omiso y sigo a Beorth que esta hablando con las jugadoras, el muy listo se metió en medio, no me extraña nada…pensé para mi cuando las chicas empezaron a discutir.

En medio de todo el barullo, yo seguía esperando a que alguien se presentara. En el pueblo me habían enseñado que una niña buena siempre se presenta, y allí nadie había respondido a mi elegante y educada presentación. Cansada de repetir tantas veces mi presentación, en los meses previos me había presentado tantas veces que había perdido la cuenta, me acordé del útil artilugio que me había fabricado la profesora Alma.

- Ejem...ejem... - saqué de mi bolsito una bonita bola de cristal de color blanquecino y concentré mi energía en ella. La bola empezó a adquirir una tenue luz azulada y de pronto, una aguda, pero melodiosa voz salió de la bola, diciendo: "¡Hola! ¡Soy Ami! ¡Y este es Roth!" señalé a mi zorrito y este chillo indignado porque no le hacían caso.

Su paso era firme y decidido hacia Ériu antes de ser interrumpida. Cuando se acercan ambos los observa, responde primero a Beorthar por su cercanía.- Qué mas da las reglas, se las ha saltado y es lo que importa. -Cuando insiste sobre las trampas sonríe confiada, señalando a su rival. -Si, hizo trampas para ganar, ¿Como explicarías que he perdido entonces?-

Tras eso, prosigue su camino hacia ella, hablando en voz alta y claramente enfadada.- No lo entiendes- Responde a Roland.- Es el honor lo que nos estamos jugando. ¿Cómo puedo como guerrera aceptar mi derrota ante una sucia tramposa como ella? Esto solo puede arreglarse dándole una paliza. ¡Ven aquí, maldita!- Y cuando está lo suficientemente cerca, se abalanza hacia ella. Le ha hecho caso omiso... Y es una chica grande para parar.

A la pobre Ami no la escucha con su riña y rencilla personales. Parece más que obscecada en darle un buen puñetazo a su compañera. La vena se le marca en la frente mientras aprieta los dientes en su embestida.
 

La directora se fija en la pulsera, parpadeando. -Vaya.-, murmura, haciendo un gesto con el báculo para que el golem la lleve. Bueno, ya lo ha ofrecido, no va a negarle el transporte ahora.

-'Más tarde' significa 'cuando os avise'.-, sonríe ella, asintiendo y dejando de lado la curiosidad que le trae el objeto. -Después de los eventos principales del Festival, seguramente.-, le explica.

Finalmente, tras que el felino se despida, la directora se reverencia suavemente ante él y le deja ir.

El gato se ve atraído por una mesa llena de comida. Parece haber una banda tocando música cerca. Una mujer con un sombrero tira una mesa hasta cuenca, parece que ha perdido una apuesta o algo por el estilo: Un grupo de alumnos se acercan para intentar evitar que vuelen dientes.

Consiguió lo que quería a fin de cuentas; suscitar la curiosidad de la directora en él. Podría ser un importante objetivo más adelante, pero ahora mismo... Estaba invitado a un festival, ¿no es así? Quizás la mejor opción sería aprovechar este factor. Un rugido estomacal confirma lo que está pensando. Tiene hambre, y mucha, dado que no acostumbra a comer demasiado bien. Esa mezcla de aromas que proviene de las mesas provoca más aún su sensación de vacío.

Se acerca a la mesa y mira hacia los lados. Ve a la gente comer y se pregunta a sí mismo... "¿Es gratis?". Al ver el comportamiento del resto, se dispone a comer de todo. Un poco de pescado, algo de pollo, un pastel... ¡Aaah...! La dulce vida del estudiante adinerado. Observa de reojo la pelea entre estudiantes sin echarle mucha cuenta. COMIDA. GRATIS. ¿Por qué sería más importante que eso?

Una gota de sudor frío resbala por la espalda de Velvet. Se siente atrapada, ese sentimiento le recuerda a sus días vividos en esa horrible mansión. Esto no puede terminar así... ¡No puede terminar antes de haber empezado!

Velvet muere de rábia por dentro, pero su fría expresión no refleja en absoluto su ira. Con voz calma pero ligeramente temblorosa habla en alto, y su voz resuena por todos los pasillos que componen el laberinto del alcantarillado: -¡No pienso dejar que me arrastres de vuelta, maldito perro faldero de mi padre! Esto no acaba aquí, vas listo si crees que mi fin será en tus manos. Tu y mi padre...  ¡Voy a condenar vuestro futuro!

Con este último grito Velvet concentra toda su rábia y la dirige en Faceless. Este empieza a golpear a puñetazo limpio el techo del pasillo en el que se encuentran. A simple vista casi no se distinge, pero los puños van y vienen a 100 por segundo. Empiezan a caer piedras y ladrillos por lo que Facelees protege a Velvet envolviéndola. Parece que Kuroyami también se aparta unos metros del derrumbe. En menos de 5 segundos Faceless ha abierto un agujero de considerable tamaño en el techo, provocando que se filtren algunos rayos de sol en el oscuro subterráneo donde se encuentran. Al poco tiempo, se escuchan algunas voces sorprendidas no muy lejos.

Sin pensarlo dos veces, el bicho blanco lanza a Velvet por los aires hasta que esta logra agarrarse del margen del agujero y termina de trepar hasta arriba, a la deseada superfície donde se encuentra la academia. Acto seguido, Faceless se manifiesta al lado de su dueña.

El puño de Jennifer se mueve hacia Ériu, indiferente de los intentos de los alumnos cercanos por convencerle de detenerse. La otra alumna alza la mano y está a punto de pronunciar una o más Palabras de Poder.

Un joven chico-gato está cogiendo cosas para comer de una de las mesas cercanas, pasando por detrás del grupo. El resto le están dando la espalda, atraídos por la disputa entre Jenn y Ériu.

Kross y Ami consiguieron encontrar los últimos muffins de chocolate y están muy orgullosos de ello. Están a punto de llevarselos a la boca.

Es entonces cuando el suelo tiembla. A Kross y a Ami se les caen los muffins por el súbito temblor, un alumno gordo tropieza y cae de cara en un pastel sobre una mesa, la cual cede y hace salir volando otros postres varios. La falta de estabilidad hace que Jennifer falle su ataque y que Ériu deba retroceder y cancelar su conjuración. El chico gato ve la mesa que asaltaba caer y sus contenidos volar por los aires.

Otro temblor. Otro más. Los presentes empiezan a estar cada vez más confundidos, ¿Qué sucede? Cada vez es más claro: ¡Algo está taladrando el suelo! Repentinamente vuelan por los aires ladrillos, piedras y tierra: Un puño blanco atraviesa el suelo. Luego otro. Luego el primero, que ha desaparecido y vuelto a golpear. Antes de que nadie pueda reaccionar, una chica sale del suelo de un salto, siendo perseguida por la criatura que efectuó los golpes, la cual parece un niño blanco sin ninguna característica que lo defina.

La joven que es acompañada por esta criatura es pelirroja y va vestida con un bonito y elegante traje. Bueno, quizás era bonito y elegante en el pasado: Ahora está manchado de tierra, barro y las botas y medias están empapadas de agua.

Antes de que nadie pueda terminar de reaccionar ante la llegada de esta persona, mientras los profesores aún se están levantando y los alumnos aún siguen flipando, detrás de ella sube un torrente de figuras oscuras, abalanzándose sobre todo lo que encuentran: Incluído la pelirroja que acaba de llegar. 

¡Están por todos lados! Y empiezan a ser más y más. Los alumnos más avanzados reaccionan rápido y ejecutan la técnica más efectiva contra estas situaciones: Huir por patas. Los profesores empiezan a correr en esa dirección, la música se detiene de golpe. ¡Deben haber dos de esas criaturas oscuras por cada alumno presente, y para colmo la mayoría de los futuros magos y aventureros se están escapando!

Parece que el festival se ha encontrado con una pequeña interrupción.

¡Lo sabía! Zak no se había imaginado, el peligro. Es más, ¿como había podido ser tan tonto? ¡Era la misma estrategia de caza de los suyos! Desaparecer justo antes del ataque, "bajar la aleta" saliendo de la vista de la presa para morder con fuerza segundos después. Bien, pues en lo que a él respecta, estos extraños predadores han mordido hueso esta vez.

La vena de su sien se marca de nuevo y su aura comienza a temblar como antes. En vez de huir espera a que la sombra más cercana se acerque, y antes de que lo haga su puño se abalanza sobre lo que el chico estima que debe ser la cabeza de la criatura, acompañado de un rugido de guerra.

Si el combate de los alumnos consiguió captar toda mi atención -tanto como para no darme cuenta de ese supuesto peligro que al menos dos si percibieron- el de los profesores fue todavía mejor. Corto, demasiado corto, pero igualmente intenso. Ver al Aspecto de Caesar activado había sido una de mis metas meses atrás, mientras estábamos en clase nos hablaba de él pero nunca nos lo enseño... ¡Y ahora estaba justo ahí! Increíble. Pero más increíble fue aún la actuación de Tao, que lo despachó sin despeinarse. Empezaba a tener mis dudas sobre la fuerza de ambos, ¿quién sería más poderoso? Esa pregunta tendría que resonar en las mentes de muchos alumnos en este mismo momento.

Pero la cosa no terminaba ahí, se ve que hoy estaba la cosa calentita y fueron varios los enfrentamientos que hubo. Pude disfrutar de todos ellos desde la comodidad de mi asiento. Con la demostración terminada, no pude evitar desviar la mirada hacia las jugadoras de cartas. Una frase que dijo la chica de la gorra me hizo recordar porqué nunca me había aventurado a probar el juego. Era demasiado fácil llevárselo a lo personal y montar gresca por una partida. A la vista estaba.

Cuando el nuevo combate estaba por empezar, unos temblores en el suelo fueron los precursores de una situación bastante extraña, con la aparición de esas figuras negras que no pintaban nada bien. Fue entonces cuando me di cuenta que Ami se había ido. Empecé a buscarla con la mirada, hasta que la vi junto a una magdalena* espachurrada en el suelo. Bueno, podría ser peor, pensé, podría ser ella la espachurrada.

Me levanté de un salto y fui hasta dónde ella se encontraba y... ¿y qué le iba a decir? ¿que corriera? Seguro que la niña ni siquiera es consciente del peligro que podemos estar corriendo, ella se quedaría para poder verlo de cerca, incluso conseguiría hacerse amigo de una de esas cosas, no lo dudaba.

-Quédate detrás de mí -empiezo a doblar las mangas de la chaqueta para estar más cómodo de cara a un posible enfrentamiento que quería evitar a toda costa. ¡Para algo estaban los profesores!-. Pase lo que pase -me giro para mirar a Ami, a pesar de que quería mantener el contacto visual con aquellas criaturas, alzo un dedo en señal de advertencia- quédate detrás.

Cuando vuelvo a girarme, veo al chico pez que se lanza sin pensárselo. Demasiado impulsivo, pienso mientras niego con la cabeza, se ve que tenía ganas de enseñar de lo que es capaz y se tira sin más, sin saber siquiera si es el enemigo o de lo que es capaz de hacer. Me mantengo en guardia, a la espera de que se sigan desarrollando los acontecimientos.

Está apunto de empezar su deseosa paliza-Por que claramente iba a ser una paliza hacia Ériu- Cuando todo empieza a tambalearse. En primera instancia para su ataque, retrocediendo para que nada la golpee y poder analizar la situación. Una vez ve la escena... Su cabreo no hace sino aumentar.

Se gira con ambas manos en los bolsillos hacia las figuras de sombra, crujiéndose el cuello. Ve a un chico saltar... Tiene agallas.- Ahora monstruitos... Dadme un respiro. Al menos tengo con qué tranquilizarme.- Acto seguido saca ambas manos de sus bolsillos recolocándose bien la gorra- ¡Pendulum!- Grita mientras avanza hacia la sombra más cercana.-¡Nadie interrumpe mis combates! - Grita mientras intenta soltarle un puñetazo. A su vez una figura negra, de la misma complexión y tamaño que ella se forma tras de sí, imitando su movimiento. El puñetazo doble ataca.

Si ha ganado haciendo trampa entonces no has perdido nada,pero si te equivocas solo mancharias tu honor siendo tan mal perdedora- dijo haciendo su mejor esfuerzo por contener a la muchacha de la gorra aunque con la fuerza que ella poseía se estaba volviendo más difícil de lo que esperaba. 

El combate entre las dos parecía inevitable a pesar de sus esfuerzos cuando de repente la sensación de peligro regreso más fuerte que nunca solo que esta vez la siguió una maraña de criaturas que literalmente habían salido de la tierra aparentemente persiguiendo a una muchacha- Gwynbleidd- pronunció el casi al instante al ver que aquellas criaturas no tenían buenas intenciones, de su sombra surgió un lobo del color de la nieve que no tardó un instante en convertirse en un par de revolveres en las manos del muchacho.

Separando ambos pies para tener soporte Roland junto ambos revolveres y disparo un solo rayo de luz hacia la oscura masa de criaturas. 

La pelea ni había empezado cuando otro temblor puso en guardia a parte del grupo con el que, mas por que no tenia opción a otra cosa, estaba.

Le dirigí una mirada a Beorth, y me adelante para combatir.

Se habían topado con quien no debían y cuando vieran mis poderes se calmaría un poco el ambiente.

-Manipulación y Movimiento serán suficientes para controlarlos, o eso creo-digo en alto.

De mi voz brotan palabras incomprensibles para el resto, mi cuerpo comienza a moverse en una danza y un aura se dibuja sobre mi silueta.

¡Bendita sea la directora y sus curvas sugerentes, bendita sea la Academia y bendito sea este festival! Aunque no supiera qué se celebraba exactamente, ¿qué importa? ¿Cómo podía estar tan buena la comida gratuita? ¡Jamás probó algo tan delicioso! Tenía en las manos un gran pedazo de pastel que estaba a punto de refugiar en su estómago. -¡Booon apeetiiiit!- Celebraba hasta el momento del temblor, en el que el pastel abandonó su plato para estrellarse accidentalmente contra el suelo. Rápidamente se altera, tensando las orejas. ¿Criaturas oscuras y malignas por todas partes? ¡No! En ese momento lo que le importaba... era el salmón dorado. Llevaba reservando ese manjar en la mesa desde que llegó, dejándolo para el final de su golosa comida... ¡hasta había pinchado "accidentalmente" las manos de otros comensales para asegurarse su posesión! En ese momento en el que lo vio volar por los aires, el tiempo empezó a pasar mucho más lento para él.

No oía los gritos de pánico ni de socorro del resto de alumnos. Ni si quiera oía su propia voz, que gritaba desesperadamente un "¡NOOOOON!" mientras el pez se escapaba de las yemas de sus dedos dramáticamente... ¡si su salto hubiera sido lo suficientemente alto...! Pero no lo fue. Observa en primer plano cómo el pez cae sobre el suelo y se llena de esperanza. ¡Aún sería comestible! ¡No estaba todo perdido! PLOTCH. 

El tiempo vuelve a transcurrir para él con total normalidad. Un párpado le tiembla mientras observa su comida espachurrada fatalmente bajo el pie de una de las criaturas. Aprieta los dientes, arrugando el gesto, enseñando los colmillos. Da un golpe seco a la mesa con el puño cerrado a la vez que se le empieza a erizar el pelo, pasando una inestable corriente energética por su brazo. -Vosotros... No sois parte del personal de este lugar, asumo. ¿Oui...? Muy bien, ¡eso significa que no me van a encerrar por esto!- El gato no es estúpido. No va a gastar sus mayores fuerzas en las criaturas cercanas. Tiene que hallar el epicentro del lugar, ¡donde pudiera hacer trizas a cuantos más mejor! No obstante... el asesino de su salmón dorado no verá el mañana.

Rápidamente toma el más afilado cubierto de la mesa que tiene a su lado. Lo lanza hacia la criatura esbozando una larga sonrisa entre dientes. -¡UN!- Tras lanzarlo, junta las manos rápidamente, chocándolas entre sí. Se forma un chisporroteo eléctrico entre ambas. -¡Deux!- Y entonces libera la energía condensada hacia la criatura, en forma de un potente rayo. -¡Trois!- Si ha logrado clavar el cubierto de metal en su enemigo, ¡eso le convertirá en un perfecto pararrayos!

-...?- Me llevo la mano a la boca casi como por acto reflejo, al ver esa... esa cosa blanca. -...Acaso... _{acaso acabo de ver a Dios...?}-  No importa, pase lo que pase, ese maldito no se llevará mi lengua. Es mi parte más preciada, la uso para saborear postres, es por eso que sospecho que sería la que se llevaría... -Ya verás!

Junto las manos, y luego las llevo al piso... y no ocurre nada.

De pronto cuando las sombras cubren el lugar comienzo a comprender lo que sucede. -Aah noo... otra vez ese no.- Ahora sí mis manos producen una luz platada, la cual se vuelve sólida y adopta la forma de un par de espadas. -Son las sombras del mascarito!- Le grito a mis compañeros de clase.

Ey! Una de ellas se tragó a esa chica! Nadie vio eso? -Aaah!!!- Corro hacia ese mismo lugar, doy un salto e intento clavar ambas espadas en la sombra. ...sombra... Son sombras... Servirán esta clase de ataques contra eso?

Había procurado mantenerme al margen de todos los alborotos, ya fuera por estar distraído por el festival o por no saber como reaccionar a las acciones del resto de la gente. ¿En serio la gente de mi edad tiene esta tendencia a solucionarlo todo a golpes? ¿O quizá es cosa de este "festival"? Nunca he estado en uno y quizá es costumbre local... tengo que indagar sobre este asunto... seguro que la señora Lunaire puede iluminarme en este asunto...

Cuando alzo la mirada para buscar a la pelirroja no puedo evitar darme cuenta de que el escenario a cambiado de las pocas trifulcas que lo habitaban a una batalla campal con algún tipo de seres negros. La gente parece moverse en dos direcciones, hacia los seres y en dirección contraria. Esto me recordaba bastante a los ataques periódicos a la villa.

Ahora mismo mi mente bulle con mil preguntas más que tendrán que coger un ticket y ponerse a la cola. Lo primero es afrontar el problema. Me concentro unos segundos y dejo que la energía deje de fluir por mi cuerpo y comience a concentrarse para el lanzamiento de un conjuro. ¡Soldados pétreos! Distraer a las criaturas oscuras. Nunca estaba de más el aumentar el número de posibles objetivos a los que tengan que atacar esas criaturas.