Partida Rol por web

Donde nuestros héroes llegan al Nido del Halcón, sede del Proyecto Halcón Etéreo, y donde se verán los acontecimientos que allí les suceden.

Tras la guerra que había tenido lugar en 1866, entre Prusia y sus aliados y los miembros del Segundo Pacto, ninguno de los bandos podía permitirse el lujo de permanecer inactivo. Prusia y sus aliados se habían dado cuenta de que necesitaban mejorar sus capacidades, si querían tener posibilidades de vencer a un enemigo que había demostrado ser más fuerte de lo que ellos creían. Y los miembros del Segundo Pacto, que a punto habían estado de ser derrotados y sólo gracias al desarrollo de su arma secreta, los motores mágicos, habían conseguido alterar el curso de la guerra, sabían que no podían permanecer inactivos, o volverían a tener que enfrentarse con una Prusia que ya estaba haciendo preparativos para poder lograr sus objetivos de una vez por todas.

Ante esto, ambos bandos pusieron sus ojos en lo que creían podrían significar una importante ventaja estratégica: la conquista del espacio. Los primeros que se hiciesen con los secretos del viaje por el éter lograrían el dominio de las zonas más allá de la atmósfera terrestre. Y ambos bandos anunciaron su intención de desarrollar el primer propotipo de nave espacial. Bávaros y Franceses aunaron sus esfuerzos en un proyecto al que llamaron el Halcón Etéreo. Prusianos e Ingleses, por otro lado, intentarían hacer realidad sus planes para el Carro de Selene

Los habitantes del Mundo de Falkenstein, seguidores apasionados de cualquier noticia relacionada con la ciencia y la tecnología, acogieron la idea con entusiasmo, y cualquier noticia relacionada con las investigaciones en marcha fue leída con el máximo interés. Debates y discusiones sobre los sistemas que se emplearían, quién lograría primero tener éxito o los nombres de los que participarían en los proyectos, tenían lugar tanto en clubes sociales como en cualquier calle o mercado. Pero a pesar de la enorme curiosidad que existía en todas partes, pocos datos reales se sabían. Ninguno de los países implicados quería que sus secretos tecnológicos cayeran en malas manos, y a pesar de que los dos bandos estaban interesados en usar la publicadad que sus proyectos podían traer para dar una impresión de fortaleza ante enemigos y aliados, las investigaciones se desenvolvían en el más absoluto secreto por miedo a espías y saboteadores.

Hasta que un día Herr Otto Wenning, el director del Proyecto Halcón Etéreo, anunció que se empezarían a construir las instalaciones del Nido del Halcón, una base en la que reunir a todos los grupos de científicos que habían estado hasta ahora trabajando de forma aislada en distintos lugares. También sería el lugar donde se construiría el Halcón Etéreo, y desde donde realizaría su primer viaje. Incluso se convocó entre los periódicos franceses y bávaros un concurso para escoger a un cronista enviado a las instalaciones, encargado de contar al mundo todos los avances y anécdotas en la construcción del Halcón.Todo el mundo interpretó esto como una señal de los enormes avances que bávaros y franceses habían conseguido, y aunque poco después desde Prusia se dió a conocer la noticia de que también ellos empezarían a construir instaciones para el montaje de su Carro de Selene, lo cierto es que muchos creyeron que sólo era una maniobra publicitaria para no dar la impresión de estarse quedando atrás.

Los trabajos en el Nido del Halcón marcharon a buen ritmo. Se anunció que el 15 de Septiembre se realizaría la inauguración, aunque pocas personas ajenas a las instalaciones asistirían.

Y llegó el 15 de Septiembre. Era el momento para los implicados en el proyecto de mostrar al mundo si les esperaba la gloria o el fracaso.

El día 15 de Septiembre, tras varios días lloviendo, el cielo volvía a estar despejado en Nouvion. La hierba, y las hojas de los árboles aún estaban mojadas, y aquellos que decidieran dar un paseo por el bosque acabarían con la ropa empapada y los zapatos llenos de barro; pero si no te alejabas de los caminos, podías disfrutar de una agradable caminata entre los campos de labor y los prados. Es por eso que algunos de los forasteros que ese día llegaban a Nouvion, decidieron dirigirse desde allí a su próximo destino, el Nido del Halcón, caminando, en lugar de esperar a que estuviese libre uno de los carruajes que los responsables del Proyecto Halcón Etéreo habían dispuesto para el transporte del personal y visitantes. Y los carruajes realmente estuvieron ocupados ese día; desde primeras horas de la mañana estuvieron circulando sin descanso entre Nouvion y el Nido del Halcón, tanto que incluso los caballos de refresco de que se disponía no fueron suficiente, y tuvieron que alquilar más caballos a la gente del lugar. Y es que, aunque muchos de los que iban a trabajar en el Proyecto habían llegado hacía ya días, especialmente aquellos que se trasladaban con sus familias, muchos de los cuales habían dedicado bastante tiempo a planear el traslado, muchos otros habían esperado al último día. Además, ese 15 de septiembre, el Nido del Halcón también recibía a otros visitantes, que estaban allí para la inauguración; figuras locales, numerosos periodistas y varios altos cargos del gobierno compartirían una comida de celebración con Herr Wenning y el Comandante Dunoyer, tras la que se realizarían los actos oficiales.

Pero fueran a quedarse sólo ese día o establecer su nueva residencia en el Nido del Halcón, todos los que llegaban pasaban por lo mismo. El complejo de trabajo, rodeado por gruesas murallas, tenía dos entradas. Una de ellas desembocaba directamente en la zona residencial, donde se habían construido las viviendas para soldados y trabajadores. Por la otra, la entrada principal, se llegaba a la zona de laboratorios, los talleres y el hangar de construcción. Ambas entradas estaban constantemente vigiladas, y fuera por una o por otra, los recién llegados debían mostrar sus documentos a los soldados que la custodiaban demostrando que tenían permiso para entrar, y esperar a que éstos comprobasen en una lista que su nombre estaba entre las personas cuyo acceso estaba permitido.

Aquellos que llegaban por la entrada principal, lo primero que veían era una enorme explanada, con un hangar rodeado de grúas y otra maquinaria. Aquel sería el lugar donde algún día, el Halcón Etéreo sería construido, y desde donde realizaría su primer viaje.

Aquel día, delante del hangar había colocado un estrado, de forma que todos aquellos que se reunieran allí pudiesen ver a los oradores sin ningún problema, y varias mesas con comida y refrescos se podían encontrar aquí y allá, para que se sirviesen todos los presentes. A las 5 de la tarde, ni un minuto después, dio comienzo el acto. El alcalde de Nouvion tomó la palabra en primer lugar para decir lo honrados que se sentían por haber sido elegidos para albergar tan importante proyecto. Luego llegó el turno de un alto cargo del Ministerio de Ciencia francés, que habló de la importante labor que por sus patrias hacían los que trabajarían por hacer que el Halcón alzase el vuelo. Y por fin llegó el momento de que Herr Wenning diese su discurso e inaugurase oficialmente el Proyecto.

El director del Proyecto Halcón Etéreo resultó ser un caballero de alborotado pelo blanco y aire bonachón. Se acercó al borde del estrado, con sus notas en la mano, y con evidente nerviosismo y tono mecánico comenzó a leerlas:

-Bien, ejem, esto "Queridos amigos, honorables huespedes. Hoy es un día que quedará registrado en la historia como el momento en que la humanidad dio el primer paso hacia la exploración de territorios nunca antes a nuestro alcance. Al igual que cuando Colón llegó a América, igual que cuando Marco Polo llegó a la China, una nueva época de descubrimiento y...deliciosos aperitivos...de los que... podeis disfrutar...¿uh? ¿Cariño?-Dijo Herr Wenning bajando la voz, aunque no lo suficientemente para los que estaban más cerca no lo oyesen, y dirigiéndose a una encantadora muchacha situada al fondo del estrado-Cariño, ...uhm...sé que te has esforzado con este discurso pero estoy bastante seguro de que la comida no está entre los objetivos principales de investigación del proyecto.

La muchacha suspiró con resignación y se acercó a Herr Wenning, cogiéndole las notas y comenzando a revisarlas.

-Padre, simplemente están desordenadas, lo que acabas de leer pertenece al final del discurso-tras unos momentos revisando las pequeñas cartulinas, la joven rubia volvió a dirigirse a su padre-Qué extraño, faltan algunas. Lo siento mucho, hubiera jurado que las dejé todas encima de tu mesa

-Ah, ahora que lo dices...-Dijo Herr Wenning con la cara que pondría un niño al que acaban de descubrir en una travesura.

-Padre, ¿tienes algo que decirme?

-Hace unos días estuvimos haciendo unas maquetas, haciendo unas pruebas de aerodinámica. Decidimos probar con algunos cambios menores. Añadir algunas aletas. Necesitaba algún material ligero y rígido y recuerdo que cogí unas cartulinas que había sobre mi mesa...-La cara de Herr Wenning era la misma imagen de la contrición

-¿Quieres decir que has usado las notas en las que trabajé durante horas para realizar maquetas?-Dijo Miranda con el tono de alguien que ya estaba acostumbrado a cosas similares, y simplemente constata la situación-Está bien, -dijo suspirando-no te preocupes, eres un hombre ocupado y supongo que no puedes estar pendiente de todo-Abriendo un pequeño cuaderno que llevaba, hizo unas rápidas anotaciones, y tras rasgar la hoja para arrancarla, se la entregó a su padre -Ten, lee esto

-De acuerdo. Uhm. Y te alegrará saber que nuestras modificaciones funcionaron a la perfección. El papel que usas es de una calidad excelente-Dijo con timidez Herr Wenning, antes de volver a dirigirse al público.

-Esto...Ejem...Como iba diciendo "hay preparados unos deliciosos aperitivos, que pueden disfrutar, por lo que ya sólo me queda invitar a todos los presentes a compartir la celebración de este glorioso día"

-Permítame que le diga-sonó una voz a espaldas del Capitán Hochner-que a pesar de las apariencias, Herr Wenning es un hombre brillante y absolutamente capaz.

Al volverse, al capitán Hochner vió a un hombre fornido y de aspecto serio, con un enorme y cuidado bigote.

-Permítame que me presente, aunque no dudo que ya habrá reconocido mi uniforme. Soy el Comandante Dunoyer. Me gustaría darle la bienvenida a esta base, Capitán Hochner. ¿Le importaría dar un paseo conmigo? Necesitaría hablar con algunas personas, y aunque es un día de celebración y por tanto para que todos los presentes descansen y disfruten, sería conveniente que empezase a reconocer las caras de los miembros del proyecto.

Si al espiar por la ventanilla del carruaje me sentí imprecionado, al llegar no pude menos de quedar anonadadado ante la magnificencia del del lugar. Éste, definitivametne es la cuna, el nido de lo que nos llevara a surcar los etereos mares del universo...

Al empezar la presentacion, un extraño cientifico atrajo mi atencion, Emet... pense por un segundo, dadoq ue todo su ser sugeria aquel nombre, sin embargo resulto ser nada menos que el reconocidicimo Dr. Otto Wenning, el encargado del proyecto. Ante mi sorpresa, no pude menos de alegrarme de no haber roto la etiqueta y espoleado mi curiosidad; sin embargo, mis cavilaciones se perdieron ante la aparición de la mas deliciosa, inocente y dedicada doncella que alguna vez hubiesen contemplado mis ojos, mis sentidos...

Antes de llegar había pensado transcribir el discurso del profesor con la finalidad de agregarlo a mis informes; mas sin embargo eros habíame alcanzado con sus mortales saetas y apartado mis manos de mis notas, para atado mis manos a la creacion del mas sublime de los bocetos alguna vez antes dibujado, y seguramente no lo habria jamas...

 Llegue temprano al nido del Halcon, sin embargo dada la cantidad de gente que acudia ocupando los carruajes decidi ir paseando, lo que me daba la oportunidad de hablar con los que, como yo, habian optado por disfrutar del buen clima que nos acompañaba estos dias.

Una vez en la base, una impresionante estructura que sin duda enorgullecería a sus creadores, decidi pasear por las instalaciones y hablar con el personal.

Por esto llegue tarde al discurso del profesor Wenning, cuando llegue su hija le reprendía por haber perdido el discurso o algo así "desde luego este hombre necesita de mis servicios", es lo que pense mientras apartando a la gente me dirigia a la parte de atras del estrado donde confiaba poder presentarme al profesor y su hija

El retrato de la joven Miranda fue cobrando vida en las manos del Vizconde de Morcef. Los rizos de sus cabellos, la delicadeza de sus rasgos, sus ojos oscuros y de expresión inteligente, todo fue quedando reflejado en aquel magnífico retrato. Así como también quedaron reflejados los sentimientos del artista. Quien mirase aquel cuadro no podría menos de sentirse conmovido de la emoción que contenía

Enfrascado como estaba en la conversación con  el alcalde de Nouvion y su esposa, Friedrich Wenning pareció darse cuenta del movimiento que se producía un poco más allá de donde el estaba. Levantando la cabeza para comprobar a que se debía, pudo ver al hombre que se dirigía a la zona del estrado, y que parecía querer hablar con él. Disculpándose amablemente con el alcalde, tomó el brazo de su hija y juntos se encaminaron hacia el recién llegado.

-Charles du Lapin, supongo-dijo con una sonrisa-No se sorprenda de que sepa su nombre, cuando acepto a alguien a mi cargo, procuro conocerlos bien antes. Lo que es aún más necesario teniendo en cuenta las características del proyecto. Así que por supuesto, pedí un informe completo de usted, antes de aceptarlo para el puesto.

Alise algunas arrugas imaginarias en mi traje tras cruzar la multitud

-no esperaba menos Profesor Wenning, encantado de conocerle a usted y a su encantadora hija- hice una reverencia a la hermosa dama y bese su mano delicadamente cuando me la ofreció

-Siento no haber llegado antes de su discurso, una falta que espero me perdone, espero ponerme al día con mis tareas en este proyecto-

Contemplo a la multitud reunida que tras el discurso de Herr Wenning parecen haberse centrado en los aperitivos

-Este proyecto ha despertado mucho interes y es el máximo galardón del orgullo de nuestras dos naciones, hemos de velar por su éxito y excelencia, estoy deseando conocer al resto de participantes-

-Me alegro de que diga eso, porque precisamente el Comandante Dunoyer y yo pretendíamos invitar a algunos de los participantes a cenar en nuestra residencia esta noche, para poder conocernos mejor, y me gustaría que se nos uniera, si no tiene ningún compromiso previo. Y puesto que también ha expresado su entusiasmo por ponerse al día con sus tareas, si no le importa, creo que sería conveniente que pudiesemos tener una reunión privada esta tarde, en mi despacho, para hablar de sus futuras responsabilidades. Aunque entiendo que quizás esté cansado tras el largo viaje, y prefiera descansar un poco.

-no se preocupe, el viaje ha sido muy agradable y lejos de estar cansado estoy excitado por poder empezar cuanto antes mi tarea aquí. Con mucho gusto atenderé a esa reunión y a la cena, me siento honrado que me hayan tenido en cuenta para esta ya que me temo que mi papel en el proyecto como su secretario no sera ni mucho menos fundamental-

-ahora si me disculpa querría probar esos deliciosos aperitivos de los que tan bien ha hablado antes de que se acaben, acudiré sin falta a su despacho esta tarde profesor. Señorita.-

Me despido de los dos y me dirijo a las mesas de los aperitivos alrededor de las cuales se encuentra la flor y nata de la nobleza francesa y Bavara

Sven saludó militarmente al hombre que le había sorprendido por la espalda - Comandante Dunoyer, se presenta el capitán Hochner -
Tras volver a la posición de descanso al recibir un gesto del comandante, Sven continuó - Estoy a su entera disposición, señor, y coincido con usted en la necesidad de conocer a los participantes en el proyecto para mantener la seguridad del mismo, así que vayamos a ese paseo. -
En su interior Sven maldecía su torpeza al haberse dejado sorprender por la espalda en su presentación, pero si el comandante no hacía referencia a ello él tampoco lo mencionaría.

-Entonces, si le parece, podemos comenzar por saludar al enviado del Ministerio de Ciencia Francés. Nos comunicaron su llegada hace poco tiempo, y no estaba previsto tenerlo en el proyecto-Aunque se esforzaba por ocultarla, la grave voz de Dunoyer dejaba traslucir la irritación.-Al ser este un proyecto civil, en su mayor parte, supongo que era esperable, aunque casi da la impresión de que no confíen en nosotros. En todo caso, deberemos tener en cuenta su presencia al diseñar las medidas de seguridad, intentando dificultar su tarea lo menos posible .Los guardias de la puerta, me han indicado de quien se trata, es el joven que está allí, junto al caballero con una cinta azul en el sombrero

Acercándose hasta la persona que había señalado, el comandante se presentó

-Vizconde de Morcef. Me gustaria presentarme, soy el Comandante Dunoyer, jefe de Seguridad de la base