Mrs Blue no te miraba, ella seguía colocando ropa con gracilidad mientras hablaba contigo.
-Más bien vegana. No tomo nada que provenga de un animal. Son seres indefensos. El que es malo e impuro es el ser humano... Ellos sí merecen que se les castigue
Aunque el comentario era ácido su voz seguía siendo muy firme y segura de sí misma. Una vez acabó de guardar todo cerró el armario y se acercó a la ventana.
-¿Cómo es que no tienen un jardín?
Abe notó como su corazón se aceleraba al escuchar lo que salió de la boca de la Srta Blue.-Muy de acuerdo con lo que dice…es malvado e impuro y todos merecemos un castigo.-Dijo calmadamente.
-¿Así que no le gusta la carne?...hmm…tal vez le pueda preparar un día una sopa de zanahoria y patata que esta para chuparse los dedos, sin una pizca de carne…lo prometo.-Sonrió de nuevo dejando pasar el comentario despectivo que iba dirigido hacía el.
Pero cuando le preguntó por el jardín se quedó pensativo.-Hmm…hay un jardín señorita, pero no tiene flores…los alumnos se acostumbran a arrancarlas, pisotearlas y destrozarlas…así que ya no crecen, al menos aquí. En cambio, en el bosque, ahí crecen las flores, crecen de manera salvaje, en cualquier rinconcito…¿es lo que tiene la naturaleza, verdad?.-Sonrió viendo hacía donde iba la profesora.
Abe se estaba amoldando a sus respuesta y sus creencias, eso le sería más fácil para introducirse en sus bragas.
-¿Cómo puede alguien destruir la naturaleza? Es hermosa
Mrs. Blue miró por la ventana y luego se fijó en el alfehizar, como si sopesara algo.
-¿Sabe dónde puedo adquirir un par de plantas? Me gustaría una orquidea para honorar a Gaia
¿Gaia? Sabías lo suficiente de paganismo como para conocer a la Diosa de la tierra. ¿Es que acaso esa mujer de pelo azulado era Wicanna?
-Si…la naturaleza es hermosa.-Sonrió mientras empezaba a aplicar masilla contra el agujero que dejó la humedad. Pero fue entonces cuando soltó esa parida de Gaia “Ay dios…tenía que ser una de esas chaladas…” Pensó irónicamente.
Abe carraspeó y se quedó pensativo unos segundos.-¿Conseguir un par de plantas?...hmmm…tal vez pueda comprarle algunas en el pueblo, pero claro…allí te cobran un ojo de la cara por una rosa.-Exclamó imaginándose el porque una tía tan guapa tenía que ser tan rara.
-No se preocupe. Ya bajaré al pueblo a comprar yo alguna, gracias
Mrs Blue volvió a sentarse en el sillón y te miró.
-¿Va a tardar mucho? Me gusta estar sola
Abe se encogió de hombros mientras usaba la rasqueta para pulir la masilla que ya cubría todo el agujero.-Como desee Srta Blue.-Sonrió diabólicamente mientras se imaginaba a si mismo forzando a la profesora contra la pared, con las piernas abiertas y chorreando de lo cachonda que estaría.
-Aun me queda un ratito Srta…acabo de usar la masilla, deme unos minutos para que se seque y le pintaré la pared.-A Abe no le gustaba que le metieran prisa, pero se sentía a gusto en esa habitación, joder…hasta estaba empalmado sabiendo lo que tenía dentro del abrigo.
-¿Le gusta la poesía Srta Blue?.-Preguntó de la nada para entonces empezar a recitar.
Llora en silencio mi alma solitaria,
excepto cuando está mi corazón
unido al tuyo en celestial alianza
de mutuo suspirar y mutuo amor.
Es la llama de mi alma cual lumbrera,
que brilla en el recinto sepulcral:
casi extinta, invisible, pero eterna...
ni la muerte la puede aniquilar.
¡Acuérdate de mí!... Cerca de mi tumba
no pases, no, sin darme una oración;
para mi alma no habrá mayor tortura
que el saber que olvidaste mi dolor.
Oye mi última voz. No es un delito
rogar por los que fueron. Yo jamás
te pedí nada: al expirar te exijo
que vengas a mi tumba a sollozar.
Al acabar la masilla ya se había secado y empezó a pintar.
Mrs. Blue te escucha mientras lee. Al estar de espaldas a ella no puedes saber si está mirándote, sonriendo o poniendo mala cara.
Escuchas el sillón como si ella estuviera cambiando de posición.
-¿Le gusta la poesía? ¿Qué autores?
-Me gusta, la poesía es relajante…relaja el cuerpo y el alma además de ayudarte a encontrar sentimientos y emociones en las palabras.- Una vez le escuchó decir eso a un borracho, suerte que se le quedó grabado.
-Veamos…me gustan poetas como…Walt Whitman, Poe, Shakespeare, Neruda, Bécquer y tal vez Mistral…-Respondió con calma mientras pasaba el pincel lleno de pintura por la pared.
-Así que habla varios idiomas
Mrs. Blue te hacía preguntas pero no sabías si es que se interesaba por ti o desfogaba su aburrimiento.
-Es bonita la poesía supongo
-Oui.-Respondió al instante cuando dijo que hablaba varios idiomas. Abe no sabía muy bien si Blue le preguntaba porque si o simplemente le interesaba…como fuera, en breve estaría machacándosela furiosamente contra unas bragas de color rojo.
Abe sonrió-Si, supongo que tiene razón Srta Blue…-Dijo para seguir pintando.-Si no es mucha indiscreción…¿Qué lee?
-Leo un libro de Stephen King. Me gusta como juega con la mente humana; como hace sentir a la gente miserable y los deja a la altura de lo que son... Humanos... Y además humanos que merecen ser castigados
Mrs. Blue siguió enfrascada en su libro. No lograbas pillarla muy bien pero te seguía llamando la atención.
El conserje se detuvo mientras dejaba que el agradable olor a pintura le llenara las fosas nasales.-¿Stephen King ,eh?...tiene muy buenos libros, ESO, Misery, el cementerio de animales, la danza de la muerte, el cazador de sueños…incluso Salem’s lot.-Abe rio entre dientes.-Son muy buenos libros.
En el pasado, Abe se sintió personificado con Pennywise el payaso bailarín. Ya fuera porque engañaba a los niños para matarles o simplemente porque le gustaba atormentar a la gente. Pennywise era un payaso…mientras que Abe se encargaba del mantenimiento de robots. Realmente no le gustaba ese trabajo, ¿pero que podía hacer?. Necesitaba el dinero para mantener a su esposa y a su amante…además de los dos niños que había engendrado.
Fue en ese trabajo que empezó a perder la cabeza. Empezó a sumergirse en un oscuro y pesado mundo del que no saldría nunca…pero a él no le desagradaba esto, no…para nada. Estaba feliz con su vida.
Se ha acostado con más mujeres, ha asesinado, violado, mutilado y destrozado más vidas que posiblemente cualquier persona viva…y eso le gustaba, le hacía sentirse importante.
Mrs. Blue te escuchó pero no dijo nada más, sino que siguió con su lectura. De pronto se escuchó como alguien tocaba a la puerta. La mujer de pelo azulado bajó de su sillón y se acercó a abrir. Pudiste ver que al otro lado se encontraba Mr. Silver, un profesor joven y pijo con ciertos problemas mentales.
Mr. Silver te ponía algo nervioso. No paraba de decir que él estaba ahí para ayudar a la causa militar porque los rusos iban a atacaros en cualquier omento y que sólo él y su tecnología y absurdo sistema de números podía salvaros. ¿Qué hacía ese imbécil ahí?
-¡Blue! ¡Al final has venido! -Le escuchaste exclamar viendo después como daba un abrazo a la profesora que correspondió levemente
-Yo también me alegro de volver a verte, Silver. ¿A qué se debe tan grata visita?
-Venía buscando a Abe. Mistery dice que debe ir a las cocinas. Oye, podríamos tomar un chocolate luego. Con leche de soja. Debo contarte todos los descubrimientos que he hecho
Por lo visto no acababa de entablar amistad con la profesora…pero eso cambiaría tarde o temprano, tal vez podría drogarla o violarla como se hacía antaño…lo tendría que ver. Abe siguió pintando hasta que finalizo y se puso de pie.
Fue entonces cuando llegó el idiota de turno. Silver. A Abe no le caía bien Silver, le inquietaba, era un pesado, un egocéntrico, un listo…”lo que daría por poder matarlo…” Pensó mientras apretaba la brocha de pintura que se encontraba en su mano. Pero fue entonces cuando recordó que esta mañana asesino a un alumno.
“Tal vez pueda matarle en algún momento…y luego podría matar a otro, donde caben dos caben tres…” Pensó con una sonrisa.
Por lo visto conocía a Blue, incluso la abrazó…¿Eran celos lo que sentía Abe?...tal vez sí, y eso que acababa de conocer a esa mujer.
-Abe esta aquí, Silver.-Dijo en voz alta mientras se fijaba que el hípster no se había percatado de su presencia.-¿Tengo que ir a las cocinas?
Mr. Silver se separó de la mujer y te miró.
-Hola Abe. Mistery te busca -Repitió- Al parecer han llegado dos chicos nuevos para el pabellón ¿No es raro? La cosa es que debes escoltarlos
-Ya lo he oído Silver…-Murmuró Abe cuando repitió que Mistery le buscaba. Pero lo que escuchó no le agradó en demasía.-¿Qué?...¿me toca tratar con ellos?. No me importa pero…tener que acompañar a los desequilibrados…-El viejo conserje dio un resoplido.
-Realmente me usaís para lo que os da la gana, se supone que yo solo he de limpiar…-No parecía muy convencido, pero agarró las herramientas y miró a Blue.-Srta, ya tiene la humedad arreglada…si me disculpa tengo que ocuparme de los demás asuntos de la escuela, no se preocupe…no la molestaré más.-Dicho eso se despidió de manera un poco hosca y se dirigió a la puerta.
Le habían puesto de mala leche. ¿Tener que escoltar a los locos?...esperaba que al menos les dejara golpearlos.