Partida Rol por web

Ha pasado el fin de semana en BlackRose. Los que entraron el Viernes han tenidos dos días para acabar de conocer el instituto, hacer alguna amistad o incluso quedarse en su cuarto a ordenar las cosas.

Empezabais a entender la jerarquía del lugar bastante bien; había bandos pro-Discord y Anti-Discord. El problema era que tenían más poder los primeros y los segundos debían actuar entre las sombras.

Cuando despertáis el Lunes, preparados para ir a desayunar y luego a las clases escucháis la voz de la Directora Mistery por megafonía.

"ATENCIÓN ALUMNOS Y PROFESORES: Se anuncia que en media hora todos ustedes deben estar en el gimnasio antes de ir al desayuno. Sin excepción. Los encargados de la guardería recojan a los más pequeños y los de pabellón ya saben que hacer"

Eso era extraño; los que estaban ahí sabían que reuniros en el gimnasio a todos no significaba nada bueno. Revuelo, murmullos y alguna chiquilla o muchacho asustado y nervioso eran algunos de los sonidos que se escuchaban mientras os dirigiais hacia donde os habían citado.

Los del pabellón habían sido llevados los primeros, encadenados. Incluso habían sacado a su recluso más peligroso, un enorme hombre negro* que no deja de lloriquear en todo el camino hacia el lugar.

Malcom le conocía, llevaba casi tanto tiempo como él pero solo le había visto el día que se incendió el pabellón. Para M y Alex era una sorpresa pues aun no le habían visto a pesar de convivir en el mismo lugar. Thomas, el patriarca del pabellón iba primero y cerrando cola el negro grandullón que además iba escoltado por dos militares. Puesto que Chakal (Un chico bastante atractivo pero con un comportamiento similar a un perro) había cogido mucho cariño a Alex se le había encargado a él que llevara su correa.

Uno a uno los alumnos de Blackrose fueron llegando, viendo como el gimnasio estaba rodeado de militares; algo grave había tenido que pasar.

Danae**, la chica pelirroja que llevaba a los niños de la guardería los sentó a todos en la fila de abajo. Las pobres criaturas lloraban sin entender por qué no podían ir a comer pero ella les calmaba con dulces y hermosas nanas.

El Coro*** de Discord se situó en lo más alto de las gradas, en la zona central, desde donde pudieran vigilar todo y el resto donde pudieron aunque dejando una distancia de seguridad con los reclusos del pabellón.

El tío enorme y negro lloraba más fuerte dependiendo de la persona que entrara y empezaba a daros grima. De hecho pudisteis ver como uno de los militares perdía la paciencia y le golpeaba con la culata del rifle.

-¡Silencio, gorila!

Los cuchicheos por el miedo y la intriga continuaron hasta que la directora Mistery apareció con el resto de los profesores, dos policías que escoltaban a una chica nueva (Rose) y un militar con aspecto algo temible que parecía el General.

La directora le dijo a Rose que podía ir a sentarse y que luego hablaría con ella. Al parecer era nueva. Después, se situó junto al hombre de aspecto duro.

-Mis queridos alumnos... Os preguntareis porque os hemos reunido aquí... Como podeis ver hay algunos alumnos nuevos tanto en el pabellón como en Black Rose, la señorita Clayton es nuestra última adquisición y debemos tratarla bien... Espero que este fin de semana haya sido agradable para vosotros y...

-Basta de cortesías y palabras dulces, Mistery. Estos monstruitos no te tienen en cuenta; son sólo enfermos -La interrumpió el General, adelantándose para hablar con su voz grave y potente-Se os ha reunido aquí por la desaparición de dos alumnos. Al parecer sus nombres eran Shasha y Max. Mis chicos dicen que escaparon... ¿Y sabeis lo que pasa si os escapáis? Que si no os pillamos nosotros y os pegamos un tiro lo harán los lobos. Quizá corrais la suerte de vuestro amigo y os encontréis la segunda opción. -De golpe y porrazo el General sacó de detrás de su espalda una mano amputada y a medio comer y la lanzó justo frente a Stefano que la pudo reconocer perfectamente.-Al que desafía a la ley hay que castigarlo... No creo que querais acabar como vuestro amiguito... Estais avisados... SIEMPRE vigilamos.

Los gritos de horror e incluso algunos de fascinación inundaron el lugar. Muchas personas estaban empezando a ponerse nerviosas, a Alex le estaba costando incluso mantener tranquilo a Chakal.

Varios alumnos dirigieron sus mejores insultos a los militares que dispararon al techo para calmar el bullicio, consiguiendo que uno de los niños que Danae llevaba de la mano echara a correr. Uno de los militares le apuntó con su arma pero antes de que le hicieran nada el negro grandullón lo agarró.

De pronto el objetivo cambió y escuchasteis 30 armas cargar mientras lo apuntaban.

-Suelta al niño. Maldito asesino -Dijo el mismo militar que lo golpeó a la par que Danae se acercaba a toda prisa a coger al niño. Las armas no dejaban de apuntarles.

-Y…ya lo suelto jefe…-El corpulento hombre negro soltó al chico con cuidado, entregándoselo a Danae, la chica pelirroja-…-Después de darle al niño, el gigantón murmuró unas palabras con suavidad antes de volver a empezar a sollozar, aunque resultó casi inaudible de lo bajo que estaba hablando.

Resultaba un espectáculo un tanto inquietante ver a un hombre tan enorme llorar desconsoladamente mientras se tapaba la cara. Iba vestido con un mono de trabajo deshilachado y una camisa blanca sin mangas con pinta de estar rota, dejando al descubierto enormes cicatrices en sus brazos y alrededor del cuello. Algunos incluso se pudieron fijar que no llevaba siquiera zapatos. Iba descalzo, mostrando unos enormes pies morenos que soportaban todo el peso de ese enorme cuerpo.

Esa mañana fue un tanto extraña, Daniel se despertó como cualquier otro día, se incorporó, respiró calmadamente…y cuando iba a desayunar para encontrarse con Danae y su hermano se topó con que tenían que ir todos al gimnasio. Calmadamente y como es obvio fue hacía allá. Durante el camino no vio a Danae, pero si a su hermano.-Buenos días…hmmm…¿estás bien esta mañana?.-Como de costumbre solo silencio.-Ya…bueno…p…pues vamos…-Sonrió débilmente antes de empezar a seguirle por los pasillos hasta llegar al enorme gimnasio. Una vez allí se encontró con un escenario de lo más desconcertante.

Había Soldados, alumnos nerviosos, incluso algunos iban encadenados. ¿Qué secretos guardaba esa escuela para que hubiera gente así?, ni siquiera recordaba haberlos visto alguna vez…

De repente un militar golpeó al enorme hombre negro que lloraba, lo que le hizo quedarse con la boca abierta. “¿Pueden usar violencia contra los alumnos?” Pensó desconcertado. Fue entonces cuando vio a su amiga Danae rodeada de los niños de la guardería En ese momento se sintió más tranquilo, iba a acercarse a ella para saludarla, pero antes de que pudiera hacerlo, la directora empezara un discurso que se vio interrumpido por un militar de alto rango que les amenazó y…les mostró una mano cercenada.

 Daniel casi vomita al ver la mano destrozada que enseñó ese militar. ¿Qué narices estaba ocurriendo en esta escuela?. Todo parecía brutal, sin sentido y horrible…y más aun cuando un niñito pequeño se separó de Danae y unos militares le apuntaron con armas “¿Pero que hacen?, ¿están locos?...¡es…es un crio!” Daniel se separó del hermano de Danae y se adelantó para ir a salvar al niño. Pero  el gigante negro lo agarró antes.

Aunque rápidamente lo tuvo que soltar cuando 30 soldados le apuntaban y otra vez le golpeaban diciendo que lo soltara, que era un maldito asesino. Rápidamente el hombre le dio al niño pequeño a Danae y empezó a sollozar de nuevo. Daniel aprisa se acercó a Danae.-¿Estás bien?, ¿Te ha hecho daño?

Una noche... movidita, era la palabra. Primero la deuda con Discord... luego Dylan... y aun no habia ido a ver a quien mas le interesaba en esos momentos, pero un llamamiento de Mistery la termino de despertar y de poenr en marcha.

Dejo a su compañero en la cama... una noche mas que no habia dormido en su cama. Je.

Sin embargo el anuncio no auguraba nada bueno y conforme fue llegando al comedor la situacion fue torciendose y haciendose mas oscura... ¡¿HABIAN LLAMADO HASTA LOS DEL PABELLON?!

Minutos mas tarde vio el porque... o dios, pobre Max, muchos son los que han intentado escapar, pero no han llegado noticias de que nadie lo haya conseguido...

De golpe todo se volvio confuso, un niño escapando, un monton de armas apuntando... dios ¡No! Su cuerpo queria reaccionar, pero el miedo la clavo en el sitio.

Por suerte todo eso no llevo a nada cuando el hombre mayor solto a la criatura.

Abe se encontraba junto al profesorado. De buena mañana se metió entre pecho y espalda un plato de panceta, lomo, salchichas y huevos regados con whisky. “Desayuno de campeones…” Rio entre dientes al cerrar la nevera de un portazo y caminando en dirección a la escuela.

Allí escuchó un aviso de radio que le hizo musitar un “Mierda” antes de empezar a andar hacía el gimnasio. Allí dentro vió a todos los alumnos, chalados, psicópatas, sociópatas, frikis y malnacidos de la escuela.-Que puto asco por dios…¿Alguien puede darle un cleenex al gigante?.-Preguntó en tono jocoso provocando que uno de los profesores se riera.

Fue allí que saludó a la señorita Blue y a la directora antes de tomar su puesto como personal de la escuela. Como ocurría de vez en cuando en Blackrose, otro criajo salió disparado el bosque y los lobos le pillaron antes.-Pobre criatura…-Exclamó con una sonrisa. Estaba acostumbrado que los militares se comportaran así de vez en cuando. Tenían que mantener a las masas “controladas” y todo iba bien hasta que el gigante negro agarró a un niño y Danae se vio dentro de la zona de tiro de un militar. Abe masculló una maldición y casi se abalanza contra el militar, pero el negro le devolvió rápido el crio a Danae y eso le hizo sentirse un poco más tranquilo…aunque al ver que el gafotas se acercaba a ella no pudo evitar chasquear la lengua.

La mañana amanecia con Gabriel en su regazo y Maria a sus pies... no podia decir que se quejara de la posicion en la que se encontraba, sin embargo una viso de su madre le hizo levantarse.

Ya en el pasillo se tropezo con todo su coro que le esperaba, caras de extrañeza se reflejaban y le miraban expectantes de respuestas, que no obtuvieron... ¿Como coño esperaban que el supiera nada si acababa de levantarse?

Rapidamente se dirigieron al gimnasio donde se encontraron con una escena confusa... todo BlackRose reunido era un evento que no se daba mas que en circunstancias muy muy muy concretas y muy raras ¿Pero una reunion con los militares? No... eso definitivamente no ocurria nunca...

Procedieron a explicar el motivo de que se encontraran todos ahi... bueno, otra pobre alma que habia caido bajo los lobos del bosque, seguramente dos, aunque no encontraran partes de ambos cuerpos.

Pero entonces todo se empezo a liar, golpes por parte de los militares, uno de los chiquillos nerviosos se escapo y 30 "Clicks" se oyeron en la sala...

¿Apuntaban a un niño pequeño e indefenso? No... apuntaban al grandullon ¿Y si una de las balas se desviaba?

La sangre le empezo a hervir y como un resorte se levanto del asiento.

- ¡EH! ¡Abajo las armas!

Grito casi como una orden, empezo a bajar las gradas, cuando el hombre grande solto al niño y volvia a llorar. Como angeles custodios Covadonga, la chica del pelo morado. y Nathan, el que tenia cara de gorila, bajaban uno a cada lado de Discord que se interpuso entre los 30 fusiles y Danae y su guarderia.

- Abajo... las... armas... -dijo amenazante- aqui casi les triplicamos en numero... y estamos tooooooooooooooooooooodos locos...

Miro hacia Thomas.

- Unos mas que otros... si, podrian matarnos... ¿Pero a quien matariamos antes de acabar con todos nosotros...?

Empezo a afrentar las miradas que habia tras las miras de los fusiles.

- ¿A ti....? ¿A ti...? -siguio hasta que su mirada se poso en el General- ¿A usted...? ¿Van a arriesgar su vida por hacer frente a un loco?

Una reunión en el gimnasio? Que narices había pasado? Les gustaba tocar los cojones. Hubo que desplazarse con cadenas (Cómo no?) y nos pusieron en primera fila. Delante tenia a los profesores y por doquier había gentuza. Militares prepotentes e imbéciles. 

Resulta que se habían escapado dos personas y los lobos los habían matado. Los agentes de "la ley" estaban aprovechando eso para demostrar cuan grande era su polla y como nos obligarían a mamársela si se nos ocurría escapar o saltarnos la ley... Me tenían frito. Sabía de buena tinta que muchos de los agentes nos tenían miedo y necesitaban jacer esa pantomima para sentirse superiores. Pero también sabia que había gente que nos despreciaba y que si fuera legal, nos metería un tiro a todos si amenaza previa.

En este lugar había gente loca. Pero algunos de los peores locos tenían permiso para salir y amenazar con armas a los locos que estábamos encerrados. Muy paradógico todo. El poder te permite ser un loco sádico.

Entonces el niño salió corriendo de miedo al oir los disparos y calló en las manos de pequeño John. El hombretón no hizo nada. Solo devolvió el niño. Eso fue astuto. Me hizo mucho gracia la reacción de la gente. Como se alarmaron de que esa mola llorosa se abalanzara a por el niño.

Y entonces Discord empezó a gritar...

Puto pesado.Venga va... Una revuelta ahora y nos vamos a tomar el almuerzo como si nada... Mmm... No es que no le tenga ganas a más de un imbécil que estoy viendo, pero me parecía mas util dejar que nos contasen el cuento y nos pudiéramos marchar de una vez.

Se le había pegado un poco las sábanas esa mañana, por lo que ya estaba sonando por megafonía la voz de la directora citándolos. Con desgana salió de la cama y se puso en pie. "¿Qué querrán ahora?" Resopló pasándose las manos por la cara y comenzó a vestirse. 

Una vez llegó al gimnasio y observó lo que había montado allí no pudo evitar poner los ojos en blanco. Todo aquellos militares no hacían más que recordarle a su padre. El cual no esperaba ver aquí, ya que si así fuera tenía un par de preguntillas que hacerle. Tomó asiento en uno de los bancos vacíos y no quitó ojo de lo que estaba pasando. Su pierna izquierda comenzaba a moverse rápido. La cosa se estaba poniendo tensa.

Cada día aquí era más surrealista que el otro sin duda alguna. 

La reacción de Discord fue el colmo, pero, ¿qué se iba a esperar de él? Siempre trata de ser el centro de atención, no era nada nuevo en realidad. "A ver si lo espabilan de una vez." Una sonrisa pícara se le dibujó en el rostro casi inconscientemente. Logan se cruzó de brazos y siguió contemplando aquella escena. A ver cómo acababa.

Después de pasar todo el fin de semana tumbado a la bartola, sin mas preocupaciones de no fumar demasiado para no quedarse sin existencias, y de ojear a su alrededor a ver donde cojones se había metido Max su chico cleneex para poder disfrutar un poco en aquel sitio tan gris, no busco demasiado al chico pues tampoco era alguien a quien quisiera engancharse y la verdad habían mejores culos por aquel lugar, con las gafas de sol puestas y echado en el jardín, veía pasar a la gente, así paso la mayoría del fin de semana.

Un nuevo día comienza, la verdad la cama le mataba en vez de hacerle descansar se levantaba cada día mas roto
- Voy a intentar esta noche de echar esa fina lamina a la que llaman colchón el en suelo quizás hasta duerma mejorcomento en voz alta pensando que su compañero de habitación aun seguía allí, pero al girarse vio que no era el caso “Joder con el gafitas, que prisa tiene por ver a la peliroja” penso rio suave negando a la vez que se desperezaba, y se frotaba un ojo, Stef se cambio aseo y cambio de ropa dispuesto a ir al comedor para alimentarse de lo que allí llamaban desayuno, un desayuno nada apetitoso pero que al menos le servia para seguir en pie, pero justo cuando salio de la habitación escucho por megafonia a la directora, pidiendo a los alumnos que se digirieran con urgencia al gimnasio, el chico se encogió de hombros mentalmente y allí que fue.

Una vez allí se quedo algo parado ante tanta parafernalia montada “Desde luego aquí las cosas las hacen a lo grande, vamos...” pensó en sus adentros mientras se dirigía a uno de los bancos un negro gigante que no paraba de llorar escoltado por dos militares
- oh por dios que lo maten!! y no le hagan sufrir mas comento en voz media, el llanto del hombre se le clavaba en la sien como un taladro y mas cuando este lo hacia mas fuerte, un chico con actitud de perro, cosa que hizo a stef negar con la cabeza “Todos locos...” pensó cual maestro del te en Alicia en el país de las maravillas, Danae como no traía a los niños, Stef la saludo con un deman de cabeza y una sonrisa complace de amistad, el grupo de Discord en lo alto de las gradas como no para ojearlo todo, el muchacho ladeo la cabeza al ver una cara nueva, nuevamente escoltada por dos policías, no entendía nada, aunque en ese lugar nada era lo habitual tampoco...

La directora empezó a hablar aunque fue interrumpida por el General a las pocas palabras “Que descortesía general...” pensó mientras en sus labios se dibujaban una leve sonrisa, cuando este saco se su espalda una mano amputada esa sonrisa se volvió mueca y mas al ver que la lanzaba a sus pies y al reconocer esa mano que tantas veces había sostenido su miembro, Stef no pudo hacer mas que abrir los ojos como platos, pues si es cierto que no es que adorara al chaval pero Max le había dado como poco muy satisfactorios momentos
- Joder... se escapo de sus labios aun con su cara de asombro. Por el bullicio y ante la mala actuación de los militares los niños mas pequeños se asustaron echando a correr uno hacia la salida “sinceramente, mas de uno lo hubiera echo” siguiendo con el mal comportamiento de los militares los cuales apuntaron al niño con las armas, de no ser por el gorilla llorón a saber que hubieran echo.

- Pero que hacéis panda de descerebrados!! No veis que solo esta cuidando al crio dijo levantándose de su asiento y bajando donde estaban el resto de los niños que Danae había dejado solos por motivos odvios.
Ante posibles liadas mas quiso ayudar y proteger a los críos dentro de lo posible. Stef se sentó junto a los niños cogiendo a una de ellos con la que se llevaba mejor sentandosela encima.
- no os asustéis solo están jugando a un feo juego... le dijo a los pequeños en voz baja.

Me costaba conciliar el sueño, era todo tan nuevo para mi. Mi cama era mullidita y la habitación caliente, no como aquí, un sitio frío y durmiendo en un saco. A mitad de la noche note que algo se acurrucaba a mi, era chacal, el cual se postro a mis pies haciéndose una bola y durmiendo a mis pies.

Cuando por fin conseguí conciliar el sueño en mi universo de caramelos el anuncio de megafonía me despertó. Me preparé para salir e ir acompañado por "M" y Malcom cuando al salir por la puerta un miembro de seguridad me entrego una cadena con chacal sujeto por ella. Entendí que me tocaba cuidar de el y yo me puse muy contento, le dije que se sentara, le rasqué la cabeza y continuamos dirección al gimnasio.

Una vez allí y todo el mundo reunido me sorprendí al ver la cantidad de gente que había y el negro enorme llorando. Corcholis, fijo que a ese hombre le han quitado sus caramelos como a mi. Les dije a mis compañeros en voz alta. 

Luego mi fijaba que estaba Abe y le tire del pantalón a "M" para que se fijase cuando me vi interrumpido por  la charla de la directora y el general. Cuando lanzó la mano a nuestros pies no pude quedarme mirándola fijamente sin apartar la mirada de ella, algo rondaba por mi cabeza.

Luego hubo mucho movimiento y ruido lo que puso a chacal nervioso provocando que casi me fuese al suelo. Quieto perrete, o los hombres malos nos harán daño.  Intenté mantener mi equilibrio mientras un muchacho se ponía en medio de la pista y amenazaba a los hombres que le apuntaban. Ese chico esta loco.....

Me senté cuando aquella mujer me dijo que lo hiciera. La verdad es que no estaba nada conforme con seguir encerrada, pues no creía que mi pequeño problema fuera para tanto, por no decir, que además de no darme el alta, me habían trasladado a aquel gallinero donde seguro que la gente estaba aún peor que en el lugar del que provenía.

De todas maneras, a pesar de que me presentaron, nadie levantó la cabeza hacia donde yo estaba y bueno, cuando escuché al militar puse los ojos en blanco.

- Seguro que tú estás bastante más enfermo que yo. Orangután!

De todas maneras, era lo suficientemente sensata para mantener mis pensamientos dentro de mi cabeza.

Se había formado bastante jaleo y no tenía ni idea de por qué, imaginaba que me había perdido algo, aunque me bastó ver aquel trozo de brazo para que se me revolviera el estómago y mi tez se volviera tan blanca como la sal.

No entendía qué había pasado con aquel hombre negro, ni con los que habían desaparecido. No entendía absolutamente nada, pero me daba igual, iba a quedarme quieta donde estaba pasando de todo aquello que no tenía nada que ver conmigo.

Eso sí, casi automáticamente mis ojos se pusieron a observar a todos los allí reunidos y cuando me metí en mi mundo y dejé de darme cuenta de lo que pasaba a mi alrededor, incluso se dibujó una fina sonrisa en mis labios. No estaba del todo mal lo que veía.

Ante la intromisión de Discord, los alumnos empezaron a cuchichear.

-¡No podemos dejar que le hagan daño! -Decía una de las dos chicas que se había proclamado fan de Discord 

-¡Le tiene que ayudar alguien! -Exclamó la otra a lo que un chico rio

-¿Y arriesgarnos a que salga ileso? Prefiero ver como le fusilan

Discord seguía de pie, con sus guardianes Covadonga y Nathan a los lados. Stefano había bajado a cuidar a los niños y Daniel se acercó a Danae que le respondió con un "Estoy bien" pero entró en pánico al ver a Discord levantarse y ponerse chulo delante de los militares.

-¡Discord! ¡Déjate de tonterías! -Dijo, cogiéndole del hombro para que se retirara- ¿No ves qué...?

Pero antes de que Danae acabara se escuchó un disparo y ella tuvo que ser muy rápida para apartar la mano mientras Discord daba un grito de dolor. El sargento había sacado una pistola y había disparado al muchacho al hombro, casi golpeando a Danae.

Christian, el hermano de la pelirroja se puso de pie al momento pero fue parado por Jay. Covadonga y Nathan se apartaron asustados al oír el chillido y todos miraron al Sargento con temor.

-¿Qué juego os creeis que es este? Como ya veis no podéis convencernos de nada. Mandamos nosotros. Estais advertidos. -Tras estas últimas palabras, el Sargento hizo una señal con la cabeza a sus soldados y comenzaron a salir. Antes de eso se dirigió a los profesores- El chico estará bien. Solo necesitará reposo y un par de puntos. Controle a su hijo, directora...

La directora le miró seriamente a través de su máscara veneciana y luego miró al resto de alumnos.

-Los encargados de pabellón que lleven a sus habitantes al comedor. Discord y Danae iran a la enfermería y las señoritas Blue y Green escoltarán a los niños... No habrá clases en el día de hoy

Después de que la directora dijera esto, supisteis que podiais ir a desayunar si el estómago os permitía albergar algo.

El conserje estaba aguantándose la risa ante toda esa escena. Fue cuando escuchó el disparo que ya no tenía ganas de reírse, abrió los ojos de par en par. Bajó las escaleras a toda prisa y miró a la asustadiza Danae.-¿Te ha dado la bala?, ¿estas bien?.-Le preguntó con ansiedad para entonces ver que Discord tenía el hombro ensangrentado y la sangre le bajaba por la ropa y le manchaba el brazo.

Rápidamente se giró al militar y lo miró fijamente.-Te aviso hijo de puta…vuelve a disparar a…cualquier alumno de este centro sin motivo alguno y te juro que tendrás que hacerte un nuevo seguro dental, ya que tendrás los dientes en el culo...-Exclamó mientras le miraba fijamente a los ojos, sin temor alguno a ser disparado o golpeado por algún militar. Todos le parecían unos maricas uniformados, ¿Qué le iban a hacer?, ¿Matarle?

Daniel estaba paralizado por el miedo. Casi disparaban a Danae, ¿Qué hubiera hecho si le llegan a dar?, estaba paralizado, acojonado…temblaba de pies a cabeza y no sabía siquiera como reaccionar ante tal situación.

Cuando todo se hubo calmado un poco se fijó como el conserje iba para volver a avivar el fuego. Rápidamente miró a  Christian y tragó saliva.-L…l…lleva tu hermana a la enfermería, c…c…corre.-Murmuró mientras tartamudeaba e intentaba colocarse bien las gafas.

El no estaba herido y no pintaba nada en la enfermería, no quería ser una molestia.  

John Coffey se agarró la mano haciendo una mueca de dolor y empezó a sollozar más fuerte. Se le veía realmente triste, nervioso…tenía el rostro congestionado y parecía estar sufriendo un dolor atroz.

Fue cuando vio a Abe acercarse a el militar que enmudeció y empezó a temblar. Resultaba un espectáculo extravagante ver a un hombre tan grande pasar tanto miedo.-Es…ese es un hombre malo…-Masculló para cualquier que estuviera cerca de el. Observaba la escena con las manos firmemente pegadas al pecho, como si estuviera haciendo una plegaria. No tardó en empezar a sollozar de nuevo.   

El anuncio del altavoz sonó justo cuando Neph estaba terminando de retocarse la raya del ojo. Suspiró agradeciendo que le hubieran respetado el momento más crítico, y empezó a recoger su maquillaje mientras se preguntaba si esa inesperada reunión significaba que iban a quedarse sin comer. La verdad es que no le importaba que fuera así. Pero no podía evitar sentir cierta angustia y miedo por lo que estaba a punto de pasar. Cruzó los dedos esperando encontrarse por el camino a alguno de sus nuevos amigos y colocarse lo más lejos posible del odioso Discord.

La situación con la que se encontró de camino le estremeció. Sobre todo aquellos que iban encadenados. Apartó rápidamente la mirada al darse cuenta de que uno de ellos se volvía hacia ella. Era importante pasar desapercibida con esa gente.

Los militares rodeando el gimnasio tampoco le dio ninguna buena espina. Por un momento, sintio deseos de salir corriendo. Pero se contuvo. No era la opción más inteligente dado el panorama.

La situación era desquiciante. El murmullo de la gente a su alrededor, la angustia de no saber qué estaba pasando y el verse sola entre toda esa multitud estaba poniéndole de los nervios. La violencia propinada por el militar al chico llorica empeoró todavía más la situación.

Son solo enfermos.

Las palabras dulces de la directora habían conseguido calmarla ligeramente, pero ese estúpido hombre vestido de militar había hecho que todo se desquebrajara de nuevo. Había golpeado donde más dolía. Tampoco ayudó la información que de repente salió por su boca. Niños escapando, amenazas de muerte... ¿alguien daba más?

El gimnasio se hinundó de insultos y gritos, pero ella fue incapaz de hacer sonar su voz. Miró de nuevo a su alrededor intentando buscar una cara conocida. Entonces Discord empezó a gritar. La situación se volvió todavía más incontrolable, desembocando en un disparo que solo podía significar una cosa: ya no había marcha atrás.

Se giró hacia donde estaba ese chico que tenía tantos enemigos, sintiendo pena por él. Por un momento se planteó acercarse hacia él, pero no tardó en desechar su pensamiento. De repente se los llevaban ya de allí. Lo único que había conseguido Neph era sentirse todavía más sola y confusa. Por inercia se dejó arrastrar por la multitud.

Sammy no pudo mas que limitarse a observar el espectaculo que Discord habia proporcionado a la sala, sin embargo pronto se vio la situacion en la que habia desembocado...

Tendria que guardarse sus improperios, hay que decir que en parte habia aplaudido la accion del muchacho, sacar las armas no era la accion mas apropiada y menos si detras habian niños... pero casi fue mejor que no se hubiera movido del sitio, una bala desviada... justo lo que se necesita aqui. Como que hay personal para hacer una extraccion decente...

Sin embargo cuando la gente empezo a marchar aprovecho para ir a su puesto en la enfermeria, era evidente que pronto la necesitarian.

Tan pronto como el disparo sono sabia que iba a acabar herido, algo en su interior lo sabia y no fue hasta que un calor lacerante comenzo a subir por su hombro propinandole un latigazo de dolor en el inicio de su cabeza que se dio cuenta de que habia sido herido.

Sus angeles custodios uno a cada lado echados en el suelo como perros quejicosos a los pies de su amo, habian salido asustados ante el latigo de un demonio como si fueran simples conejillos. Perros con el rabo entre las piernas.

Un rapido pensamiento cruzo por su mente dirigido a los infantes tras el, esperaba que ninguno hubiera salido malparado. Una segunda oleada de dolor, mucho mas intensa que la anterior acuchillo su cerebro restituyendolo a la realidad tras esos 3 o 4 segundos paralizado, en ese tiempo Abe se habia plantado. Habia que reconocerlo, le echaba huevos, mas que los de su coro...

Se llevo la mano a la herida apretandola con fuerza. Echo una ultima mirada a Abe y luego se mira la mano ensangrentada. Luego con toda la dignidad que puede conservar marcha hacia la enfermeria.

"¡TOMA YA! Menudo idiota" Pensé cuando le dispararon. "Ahora podrá hacerse el brabucón con la gente, ganar mas fama, pero se va a pasar una buena temporada jodido de mientras."

Definitivamente, había mucho hijo de puta reunido en este lugar. Y me hacía gracia verlos morderse unos a otros.