Partida Rol por web

Aprendiz y Maestro aporrean la puerta tratando de que les abran, pero no consiguen tal cosa. A pesar de la luz que se filtra bajo la puerta, anunciando que hay alguien al otro lado, nadie accede por mucho que rueguen, ofrezcan dinero o incluso amenacen...

Nada, parece que no van a querer abrirnos! ¿Tan mal aspecto tenemos?- comenta Kanlil alisándose la ropa, y atusándose el pelo.
Bueno, intentémoslo en otro comercio...

Malditos cabrones!!!

camino calle abajo

Sin disimular su enfado, Sortien y Kanlil cruzan calle abajo ante la divertida mirada de Ankor. Al pasar ante la posada del Yerro, ven algo de luz salir de la arcada de la puerta, así que suponen que la cuñada y el hermano del Pestañas están dentro.

Abajo en la esquina de la plaza, el negocio de las "surzidoras" también está cerrado. Nada parece indicar que haya alguien dentro, por lo que piensan que quizás ni merezca la pena aporrear la puerta y asustar a los vecinos de la calle.

Si que es difícil hablar con alguien en esta ciudad! Tendremos que probar en ese otro negocio, maestro- comenta señalando el negocio del curtidor.
E intenta poner cara de bueno, maestro. Puede que les estés asustando tu, por que yo no creo. Siempre resulto simpático a la gente- comenta burlón, guiñándole un ojo a su maestro, y esperando que el comentario no le suponga una colleja.

-Pues si tan simpático eres, y tan antipático soy yo, ve tú solo. Mis razones tendré para estar amargado, y más con semejante birria de aprendiz. Además, ya estoy harto de los problemas que nos causa ese estúpido loco. Voy a orinar mientras hablas con ese pestilente curtidor

El viejo manco se acerca a la pared y alivia su vejiga.

Kanlil se encoge de hombros, y lanzando un suspiro, se acerca al comercio del curtidor.
Vaya, solo era una broma... En fin, a ver si hay alguien aquí dentro que pueda ayudarnos.

Mientras Sortien alivia la vejiga y Kanlil se dispone a aporrear la puerta del pestilente negocio del curtidor, Ankor se pasea calle arriba y calle abajo vigilando que nadie ajeno al grupo pase por aquí y vea qué es lo que se cuece. Tan silencioso como siempre (en el aspecto hablador, por que su armadura cruje y tintinea como las cortinas de cuentas de las casas de placer del Arrabal de los Cantos), tanto Sortien como Kanlil se ven sorprendidos en las sombras de la noche cuando el grandullón se acerca a la carrera e intenta a apartar a Kanlil de la puerta de un empellón.

-Viene un grupo de bárbaros desde Las Rosas

Antes de que Sortien termine de anudar sus pantalones, la luz de las antorchas de los bárbaros iluminan vuestros rostros...

Los bárbaros son media docena. Avanzan juntos en la noche, envueltos en pieles e iluminados por tres antorchas. Por su aspecto, tan parecido a los pobres desgraciados que liquidásteis en la encerrona para rescatar a Folcad, son sin duda hombres del Lago. Hor Han pasado ya la altura de la Posada del Yerro cuando el que marcha en cabeza, un tipo delgado pero fuerte y cubierto con la piel de un lobo gris, se detiene aferrándose a su lanza. Os evalúa por unos segundos antes de elevar la voz por encima del tono de susurro, pero no mucho más allá.

-Buena caza. Vengo en nombrrre de Horgan Hos parra llevarr a un guarrro come-hierrrbas que cazaba con el Hace-palabrras a la rreunión de la luna llena. Hor Rakuar me contó dónde encontrrarros, y que me podrrréis ayudarr a rrastrrearr al guarrro perrdido.

El bárbaro espera unos segundos para daros tiempo a responder. Mientras, mira fijamente a Ankor y al imponente mandoble que asoma sobre su espalda.

Sortien, asombrado por las palabras del hombre del lago, no sabe si es bueno o malo que esten buscando al guarro...es posible que sepan lo que ha sucedido???

-¿¿Y parrra que necesita Horgan Hos las palabras de un guarrro come-hierbas??

Beros aparta la vista de Ankor y mira, con esa crudeza tan propia de los Duchodri, directamente a los ojos de Sortien.

-Sólo sé que es imporrrtante encontrrarrlo lo más rrrápido posible y llevarrrlo a Hor Rakuar que nos espera en la rreunión. Horgan Hos en perrsona lo necesita parrra domar a esa rrata rrevoltosa de Horgan Aros. Segurrro que fuistéis rrrecompensados con montones de metal si nos ayudáis.

Encantados de ayudarrrr si con eso ponemos en agrrrado a Horgan Hos

y ahora que hacemos, bueno al menos asi encontarremos antes a Forad...

Beros asiente y hace una señal a sus hombres, que se dividen en dos parejas que comienzan a examinar la calle.

-Bien. Cuéntame cómo es, cuanto mide y pesa, dónde lo perrrdísteis y mis Hombrres lo rrrastrrearron hasta su escondrrijjo.

Es peludo, feo y maloliente, mide 5 pies y medio y pesará...como yo mas o menos. La última vez que lo vimos estaba en aquella posada.

Beros no tiene suficiente con la descripción. Alza la mano hacia Sortien, indicándole que espere un segundo, y hace pasar a dos de sus rastreadores a la posada. Luego se vuelve hacia Sortien.

-¿Camina descalzo o usa botas?¿y si usa botas, cómo son?¿Tenéis alguna sospecha de dónde se ha escondido?

Kanlil permanece callado mientras su maestro conversa con el bárbaro. Mira al grupo de bárbaros con desconfianza. Desde luego lo último que quiere es entregar a Forad al clan Lago. De todos modos intenta parecer tranquilo y participativo.

No tenemos ninguna idea de donde puede estar, por eso estábamos preguntando a la gente de esta calle, por si habían visto algo. Pero al parecer nadie sabe nada…

Podríamos utilizarlos para que nos ayuden a encontrarlo, y luego deshacernos de ellos… ¡pero son demasiados!

Uno de los bárbaros que quedaba en la calle examinándola se adelanta hasta donde estáis hablando cuando escucha a Kanlil.

-Hor, la lluvia borrra los rrastrrros. Sin una pista de dónde ha ido fue imposible encontrrarrlo.