Partida Rol por web

Claro, no quieres hacerle daño, solo llevarle a la reunión… Ya se encargaran allí de hacer el trabajo sucio.- piensa Kanlil ante las palabras de Beros.

Kanlil camina todo el rato en silencio. Permanece atento en todo momento, por si llegase a ver a Forad, aunque las cosas, para su gusto, no están tomando un buen cariz. Ahora otros cuatro bárbaros se encuentran en el lugar, mal asunto si tienen que pasar a la acción.

Sortien afina la vista para observar detenidamente latumba de Feleppo

-Ocultáos al otrrro lado, rrrápido. Hablé con los jjóvenes parra que mirren a otrro lado si ven pasarr al guarrro y a su acompañante, y que acudan con sus arrmas a ayudarrnos si alguno de los dos intenta rresistirrse. Los emboscamos al otrro lado de la murralla, y nadie se mueve hasta que oigáis mi silbido.

Beros y su portantorchas os dejan a solas mientras se dirige rápidamente a hablar con los vigilantes.

Vamos Kanlil y Ankor!!
Haciendo como si hubiesemos entendido lo que Beros nos dice, con disimulo vamos como para ocultarno al otro lado, aunque realmente vamos al mausoleo

Kanlil observa como los bárbaros se alejan, dejándoles solos unos momentos. Kanlil sigue a su maestro y aprovecha ese momento de intimidad para hablar.
¿Que vamos a hacer, maestro? Quieren prepararle una emboscada a Forad, y son demasiados como para hacerles frente. Tendriamos que darles esquinazo ahora que están distraidos, y buscar nosotros a Forad…- comenta Kanlil, sin saber que las verdaderas intenciones de Sortien son ir hasta el mausoleo.

Sortien mira de lado a lado para ver que su conversacions ea segura.

Ya se donde está Forad, está escondido, pero primero vamos a ver si podemos conseguir lo que buscamos ya que estamos por aqui, vigila bien y ten los ojos abiertos

Kanlil abre los ojos con cara de sorpresa cuando su maestro le dice saber donde está Forad. ¿Cuándo lo había visto? Ah! Seguro que cuando aseguro haberle visto por una calle. No era más que una treta para alejar a los bárbaros de Forad! Kanlil muestra una sonrisa cómplice.

Claro, estaré atento.- Kanlil, tal como le pide el maestro, permanece atento, mientras se conducen hacia el mausoleo.

Con disimulo, tomáis posiciones en torno a la escalinata del mausoleo. Hasta aquí se filtra menos luz que en el otro lado de la muralla, y la oscuridad os obliga a no separaros mucho. Ankor se oculta tras la escalinata, y Sortien sube con Kanlil hasta colocarse detrás de una de las seis columnas todavía envueltas en cestos y andamios de madera que soportarán el tejado del mausoleo. A vuestras espaldas queda una rampa de tierra que desciende hacia el piso rectangular que compone la única estancia de la futura tumba de Feleppo. A primera vista, sobre la tierra apisonada no hay más que una pirámide de bastones de madera, dos ollas de mezcla volcadas y un buen montón de piedras planas como las que se usan para adoquinar las calles apiladas.

Kanlil, tal como le indicó su maestro, permanece vigilante. Mira hacia la rampa que baja, y le hace un gesto a su maestro, encogiéndose de hombros.
¿Me quedo aquí vigilando, o quieres que baje contigo a ayudarte a buscar? Aunque ahí abajo no parece que haya gran cosa…

Ankor tú vigila....Kanlil busca por los alrededores, yo bajaré a buscar ahí. Ahi que encontrarlo lo antes posible, si no volveremos a buscar a Forad.

No se para que demonios estamos aquí abajo, pero date prisa.
Tras eso se gira y se dispone a vigilar la entrada del mausoleo.

El manco baja por la rampa con una mueca de concentración tras dar las órdenes pertinentes a sus compañeros...

Busco mi corona por doquier

Sortien desanda el camino tras echar un rápido vistazo. El cuerpo de Feleppo no será trasladado allí hasta que el mausoleo esté terminado, y de todas formas no hay razón alguna para que la corona esté con sus restos.

Kanlil observa como Sortien regresa sin haber encontrado nada.
¿No ha habido suerte, maestro? ¿Qué hacemos, regresamos a buscar a Forad?

Si vamos a por Forad no hay que perder tiempo.
Sortien observa en la dirección donde estaban los barbaros

Arriba Sortien comprueba que todo sigue sumido en una tensa calma. Por desgracia, no os preocupásteis por comprobar dónde se ocultaban Beros, su portaantorchas o los dos vigilantes bárbaros a los que se habían dirigido para reclutarlos en la celada. Quizás se hayan escondido al otro lado de la brecha de la muralla, donde está el pebetero que ilumina débilmente la zona.

Vamos a donde vi por ultima vez a Forad

Cuando Sortien guia a los suyos a través de la brecha de la muralla, una perentoria orden surge de detrás de la choza más cercana a dicha brecha por la cara interior de la ciudad.