Partida Rol por web

El viejo mira a Faldoras acercarse con una sonrisa en la agrietada cara.
-¿Un Caballero es el que se aparece ante estos cansados ojos? ¿No es acaso aquel jovenzuelo que venía buscando pasteles de piñones y viejas historias al calor de una hoguera amiga?
Pinocha saca la mano entre las rejas y se la ofrece al caballero.
-¡Bienvenido a esta casa de reposo, buen Faldoras!

Este lugar es extraño. Eso te dictan tus sentidos para la \"magia\". Sitios donde yacen los restos de los hombres suelen tener ya una carga suficientemente alta de voluntad, pero aquí pesa algo más grande que sólo eso en el ambiente. Mirando la arquitectura y su estado, no te extrañaría que este cementerio sea una reliquia olvidada de una época pretérita del mundo, de antes incluso de que los maldecidos Moldeadores, los primeros que dieron forma a la realidad del mundo con su voluntad, existieran.

Sorprendido e intrigado por el relato Forad trata de concentrarse pese a la supersticiosa inquietud que le provoca el anfitrión. Su mente racional lucha contra sus emociones en una lucha sin cuartel.

Faldoras si no me equivoco el buen Pinocha nos dijo que buscaramos esa llave entre estas cosas, puesto que él no recuerda donde se encuentra.

Empiezo a buscar la llave

(Inesperadamente) Forad habla a Faldoras desde justo su espalda.

- [b]¿Como es eso que buscais?[/i]

Kanlil
Bal'a'... Bal'a'... tú has escuchado eso antes. En boca de un Albio, cuando los Sierpes estabáis (bueno, estaban, ya no tienes que pensar en ellos como nosotros...) empezando como compañía mercenaria en Vallealbio. Bal'a'Kalhia era como Doiliomi, el Albio que ejercía de guía por los bosques cuando huíais tras asaltar alguna caravana, llamaba a su tierra natal; Bal'a'Kalhia era el Valle de los Albios en su idioma.

Así que Bal'a'ndizarat debe ser el Valle de Ndizarat. No tienes ni idea de que significa Ndizarat, pero tu hipótesis te suena muy creible.

Después de un buen rato de cánticos una tenue luz recorre la piel del conjurador. Su olor acre se acrecienta por un momento mientras suda profusamente ante la lucha de su mente por mantener el control. Finalmente, y con cierta taquicardia, la tensión de su rostro se va mitando.

Kanlil
El pastel está hecho. Todos (menos Ankor, claro) os regocijáis con el olor tan apetitoso que mana del horno. La modorra comienza a asaltaros tras la larga caminata del día, y sólo pensáis en llenar el estómago y dormir un poco.

Faldoras
El trago te sienta estupendamente. El temible dolor de cabeza se hace mucho más llevadero con el tercer trago. Al quinto buche no te importa ya la hora en que habrá que levantarse mañana. El décimo te sacía por fin y te permite irte a dormir relajado, recordando aquellas noches quince años atrás, cuando una vez al mes venías a ver a Pinocha para quedarte amodorrado al calor de su horno. Sólo falta un poco de pastel en tu estómago para que la dicha sea completa.

Sortien
La cerradura se abre con un leve crujido. Empujas con el hombro del muñón la puerta y ésta cede con un oxidado lamento. Ráfagas de aire mohoso y caliente ascienden de un angosto pasaje de apenas un metro de lado y menos de dos de alto. En el suelo se insinúan peldaños excavados en tierra o piedra.

El camino es demasiado abrupto para que Forad mantenga su concentración. En vano lo intenta hasta que se da por vencido. Finalmente oye por primera vez hablar fluídamente al caballero. Parece que la proximidad al paso le ha soltado la lengua.

- Mis amigos fueron a defender Vallealto de los bárbaros... - Dice el conjurador casi sin venir a cuento y sin parecer dirigirse a nadie. Hace demasiado tiempo que se fueron. - Una nota de nostalgia se escapa de la voz de Forad.

Faldoras asiente con un gruñido y traga más vino tras oír la alocución de Sortien. Dejáis atrás un par más de estacas. Al comentario de Forad responde con un seco:

-Entonces da por perdidos a tus amigos.

Parece que ha tenido uno de sus cambios de humor.

Os hace caminar en silencio por una gruta lateral que desciende levemente. A vuestre derecha se abre el vacío. El rumor que continuamente escucháis ahora asciende con furor de las profundidades justo a vuestro lado.

Kanlil trata de iluminar ahí abajo, pero no hay fondo.

-Es Río Estrecho. Caminad con cuidado ahora, la roca en esta zona es traicionera.

Faldoras avanza por la senda, apenas un recodo de piedra que sale de la pared. Una serie de estrechas columnas jalonan el recodo de piedra y ofrecen puntos de apoyo en el aire que Faldoras usa para mantener el equilibrio en ocasiones.

Joder Werter, que profundo tío, casi tanto como eso de ahí. Ankor señala el abismo que tiene delante.Que parece que te vas a morir mañana, hombre. Dejemonos de tanta solemnidad y vamos a lo que vamos. Ankor se frota las manos y comienza a garrarse adonde puede para seguir los pasos de Faldoras.

[b]Intento deciros que tengais coraje en nuestra empresa pues con eso es con lo que nos quedamos y con lo que llegaremos a nuestro objetivo.

Cuidado con estas piedras, es más importante el agarrarse que el pisar con cuidado.

Kanlil escucha atento las profundas palabras de Faldoras y Sortien. Al parecer todo el mundo tiene nobles motivos para seguir en esta empresa…el, en cambio, solo sigue a su maestro, sin ninguna motivación especial. -Bueno, yo ayudaré a mi maestro en su objetivo, sea lo difícil que sea…ese puede que también sea un noble objetivo –piensa Kanlil, intentando convencerse a si mismo.

Con esos pensamientos, Kanlil intenta agarrarse a los salientes, siguiendo los pasos de Faldoras.