Partida Rol por web

realizo ataque Jerold contra mi oponente. Detengo en el caso de que me ataque.

- Ankor, tenemos que ir a por Bicho.

Verom intenta atacar al sureño abriendo hueco para que Ankor haga lo mismo.

Kanlil se concentra única y exclusivamente en la cerradura que tiene delante, haciendo un sobreesfuerzo para ignorar el griterío que le rodea. Solo están el y la cerradura. Es consciente que la vida de todos puede depender del tiempo que tarde en abrir la puerta, no puede fallar.

-Vas a morir perro traidor, te enviare al infierno para reunirte con los tuyos Grita Faldoras mientras descarga otro poderoso golpe contra el rodroguio

El rodroguio se cubre mal como puede de los continuos ataque y presión del espadachín. Ante la grácil facilidad de movimientos de Sortien, el rodroguio muestra una aparante parálisis bajo el peso de la armadura. Cada vez que detiene un golpe, masculla entre dientes, y ante la lluvia de estocadas recibidas acaba gritando algo asustado:
¡Joder!¡El manco parece un puto escorpión con ese estoque!¡Quitádmelo ya de encima coño!
Finalmente, el viejo maestro de esgrima encuentra un hueco en una junta a la altura de la rodilla izquierda y cuela la punta de su estoque por allí, causando una herida leve al rodroguio, que insiste en pedir ayuda.
¡Mierda!¡Rápido, aquí!

Las dos ballestas apuntan y disparan a los atacantes del rodroguio malherido. Como Bicho se desliza por el hueco de la escalera, Verom sale a presionarle, y el ballestero tiene un blanco fácil. dispara y alcanza en la pantorrilla al embajador, clavándole profundamente la saeta. Mientras, el otro rodroguio dispara contra Ankor un certero disparo que se abre paso en la armadura, como anuncia el reguero de sangre que la cimbreante saeta despliega alrededor del mercenario según se mueve.

Luego, ambos ballesteros sueltan sus armas y sacan sus espadas cortas. El más cercano al hueco se desliza por él tras Bicho, para socorrer al compañero caído.

¡Putita!¡He venido a por ti!¡Grandullón, me comeré tu corazón mientras me follo a tu novia!¡JAJAJAJAJAJAAA!
Bicho se descuelga y casi al unísono recibe la lanza de Verom en su cadera. Gracias a la presión de Verom, Bicho no puede rehacerse y responder al ataque, tan sólo puede apartar a la desesperada la lanza con el cuello de su hacha, dando la punta contra la parte inferior de la escalera de caracol. Así, salva el golpe de Verom a la vez que suelta un ¡Muaaagh! por el esfuerzo y queda dispuesto a detener cualquier ataque de Ankor con la maza que porta en el brazo derecho y colocando las piernas bien abiertas por si el golpe fuera excepcionalmente fuerte.

El rodroguio muestra una sonrisa feroz y cruza las hojas ante Faldoras.
¡A tu puta madre vas a hacer compañía en el cielo de los caballeros, mariconazo bigotudo!
Pero el primer e inspirado golpe del caballero sobrepasa la defensa del rodroguio por la parte baja de su lateral derecho. El caballero le encaja un tajo de corrida por encima de la rodilla y saja la pierna, bañando en sangre su hoja. El rodroguio, enfurecido por el dolor, le devuelve el ataque a la desesperada, trazando un relampagueante arco descendente con la espada corta directo a la cadera de Faldoras

Sortien ya se está cansando de su adversario acorazado y se emplea a fondo con él realizando la misma maniobra para ponerlo tenso. Danza al son del metal con movimietos de un verdadero maestro

Al oir las palabras de Verom, Ankor se gira inmediatamente. Al ver la figura de Bicho callendo desde la escalera toda la furia contenida desde el primer encontronazo en la fortaleza se desata. Sólo desea ver como rueda la cabeza de ese fanfarron salpicandolo todo de sangre. Al instante, sale hacia él como una exalación, cogiendo fuertemente la espada.
Al girarse una flecha se le clava en la pantorrilla pero no hace más que acrecentar esa sensación éxtasis que a Ankor siempre le ha causado la lucha, llegando incluso a convertirse en algo adictivo.
Con una concentración extrema, Ankor descarga su golpe aprovechando la inercia de la carrera acompañándolo únicamente de un progresivo gruñido.
Aaaaaarrgggggghhhhhhhhhhhhhhhhhh

Un atisbo de miedo surge por primera vez en el rostro de Bicho. Lleva matando desde los nueve años a un lado y a otro de la frontera entre Gordram y Rodroguia. Ha luchado en batallas de más de cinco mil hombres, y ha matado con las manos desnudas en los sucios callejones de su Cordrum natal. Una vez lo pisoteó un caballo y se debatió con la muerte durante una semana. Ha sobrevivido a tantos compañeros que ya no puede sentir nada por los nuevos que los sustituyen. Sabe que su existencia llegará a término con un fin violento, con una espada atravesándole el gaznate. Y teme que le pueda haber llegado su hora, si su maza no se interpone a tiempo en el poderoso golpe del mercenario al que subestimó. Son décimas de segundo lo que Bicho emplea en colocar la maza de forma que sufra ella todo el daño. Y el golpe es tal que la maza, hecha trizas, es arrancada de los brazos del sureño y aun así la espada golpea el brazo de Bicho, que por fortuna está resguardado tras la armadura, pues si no bien podría haberlo perdido. Retrocede un par de pasos ante el duro embite de Ankor, que ha terminado con su hoja lascando la fría piedra que hay de suelo en la celda, y lo mira con otros ojos desde ese momento. En realidad, Bicho tiene otra hacha y una espada corta, así que la pérdida de la maza es un asunto menor. Es la determinación en pos de la muerte que hay en cada gesto de Ankor lo que le desalienta.

Ankor mira a Bicho con ojos encendidos. Aún desea más atravesarlo después de que haya sacrificado su maza por salvar la vida.
Ankor se rehace, levanta de nuevo la espada e intenta atacar a Bicho antes de que pueda sacar otra arma para defenderse.
La espada de Ankor traza un arco que acaba sobre el cuerpo de Bicho.

El Experimentado caballero sabia que el tiempo corría en su contra pero por su experiencia sabia que debia vivir solo el momento concentarse en el combate y olvidarse por ahora del resto de cosas

Verom siente que el poderoso ataque de Ankor va a destrozar a Bicho cuando éste interpone su maza en el último momento.

- !Mierda! Creí que ya lo teníamos - dice Verom con la vista clavada en el sureño.

Con un rápido vistazo evalúa la situación, su instinto de supervivencia está al máximo pero la situación es muy complicada. Al final decide proteger la espalda del mercenario de los enemigos de la escalera.

- Ankor sigue tú con Bicho yo me ocuparé de los otros.

El ballestero, al amparo de la escalera, se crea seguro de cualquier ataque y se toma su tiempo en apuntar al gigantón Ankor. Por eso, no se espera el lanzazo que el embajador cuela rasa a los peldaños y que se descarna el tobillo derecho del rodroguio. El inesperado ataque llega una milésima de segundo tarde, con la saeta saliendo de la ballesta hacia Ankor, que recibe un certero aguijonazo en el brazo izquierdo. La saeta atraviesa de lado a lado el codo del mercenario, que ni se inmuta y prosigue arriconando con sus espadazos a Bicho.

El rodroguio y el caballero intercambian golpes sin cesar. La depurada técnica de Faldoras la suple el mercenario con sucias artimañas y gran cantidad de golpes bajos. Faldoras se adapta rápidamente a la lucha, mantiene a raya al rodroguio, que pretende cerrarse sobre él para aprovechar sus armas más manejables en esa distancia, y los hierros chocan y chocan gimiendo quejidos de metal.

El rodroguio de la armadura se ve superado por completo por Sortien. Sólo puede cubrirse tras el escudo y confiar en que el espadachín no encuentre resquicio alguno en su armadura y que se canse antes que él. Sigue pidiendo ayuda a sus compañeros.

El rodroguio que se descolgó con anterioridad de la escalera da un paso al frente y se interpone entre Bicho y Ankor. Trata de detener el avance del enorme mercenario con una hoja de tres puntas, y así gana tiempo para que Bicho, al que nadie ataca ahora, coja su hacha y se recomponga. Por desgracia para él, no consigue encajar en su arma el ancho filo de Ankor, y la espada traza un arco descendente que acaba cercenando parte del pie del rodroguio. El hombre grita como un cerdo ¡IIIIIAGGGGGGGGHHHHHH!!!¡¡¡MI PIEEEEEEEEE!!! y cae apoyándose en la pared entre la puerta de las dos celdas de la pared este.

Forad

Ves al primero de los mercenarios que cayó herido arrastrándose por detrás de Verom hacia el distraído Kanlil. Lleva su espada corta en el brazo bueno y dirías que está dispuesto a cercenar la pierna del muchacho si nadie hace nada al respecto.