Partida Rol por web

Verom llega el último a la salida del pasadizo. Ve que varios de los refugiados están ya abajo.

- Ayudad a bajar a Ankor, yo seguiré vigilando por si se acercan.

El confuso Forad trata de agarrase a la cuerda. Pero justo en ese momento su cabeza es un torbellino. Se mezclan la realidad con sus alucinaciones. Por un momento ve a todos como lo que son y al instante como cambian sus rostros. Se debate gritando en la cuerda hasta que finalmente, en uno de sus forcejeos, no logra mantenerse en ella y cae.

Ankor se encarama a la cuerda y sin usar su maltrecho brazo desciende con pasmosa facilidad.
No dejeis la cuerda ahí, si no podeis desatarla le dais un tajo y listo. Dice cuando lleva medio metro descendido.

Forad se estampa irremediablemente de cabeza contra el suelo. Aunque ha amortiguado parte del golpe con las manos, cuando se incorpora titubeante veis cómo tiene una brecha en la sien, sobre la ceja derecha, y el rostro lleno de sucia hojarasca y polvo. Escupe agujas de pino y se saca el polvo del ojo con la mano con cara de dolor, pero al abrir los ojos notáis que al menos vuelve a ser capaz de mirar fijamente a donde quiera.

Kanlil, una vez que todos han bajado, intenta desatar la cuerda, para no dejarla allí. Desde la altura del abeto mira con preocupación la caída de Forad, pero no parece que se allá hecho nada grave.

Sortien afirma rotundamente con la cabeza mientras limpia el filo de su estoque restregándolo en su pantalón, para luego envainarlo.
Eso, sureño. ¿Conoces la zona? Hace muchos años que mis negocios no me traen por aquí. Necesitamos un refugio de manera urgente.

Se vuelve hacia el joven rubio que todavía espera respuesta de Verom.

Claro que os podéis ir, y mejor si lo hacéis en otra dirección. Nuestro camino nos lleva a muchos peligros. Marchad y contad lo que habéis visto aquí, ¡y confiad en que pronto os llegará la salvación de mano de aquellos que fueron traicionados!

Como siempre, el viejo manco se vuelve algo lírico cuando cree haber hecho una buena acción. Pero Ankor y Kanlil ven más apagado el brillo en sus ojos desde que dejaron atrás a Faldoras.

Kanlil intenta desde lo alto del árbol encontrar una rama donde apoyarse, mientras en el suelo sus compañeros discuten sobre el siguiente paso a dar.
¡Eh! ¡Vosotros! Que alguien se ponga debajo, para agarrarme por si me caigo, que no lo veo nada seguro.
Kanlil vuelve a mirar hacia abajo, en busca de un buen apoyo.
Cuando ya se estaba poniendo nervioso, y se le pasaba por la cabeza tirarse sin mas, encuentra una rama que parece robusta, y comienza el descenso, con la cuerda que ha desatado enrollada al cuello.

Sortien se queda unos segundos parado, mirando a los refugiados internarse en la espesura. Luego, cuando Kanlil toca el suelo, se ajusta bien la mochila.
Pues si tú no te acuerdas de nada, sureño, nos ponemos en marcha ya, hay que aprovechar esta ventaja que tenemos. Más tarde habrá tiempo de lamentar la muerte de Faldoras. Vamos hacia el norte, a ver si esos pastores nos prestan ayuda. Ankor, si estás bien ponte a eliminar nuestros rastros. Kanlil, controla que el loco ese no queme nada ni se haga más daño. Tú, Verom, camina a mi lado a la cabeza del grupo. Quiero saber por qué nos acompañas y si nos vas a servir de ayuda.
Sortien comienza a andar hacia lo que él entiende que es el norte, y no mira hacia atrás, pues da por hecho que todos siguen sus órdenes. Camina subiendo hacia la ladera de Montepelado, que se va haciendo cada vez más visible a través de los árboles cada vez más escasos del bosque.

Viendo que no puede hacer nada por sí mismo Forad se acerca a Ankor.

- Creo que dejé un trabajo a medias... pero veo que la cosa va bien.

Acto seguido emprende la marcha con todos evaluando si es cierto que van hacia el norte.

Verom sigue pendiente de la abertura por la que han salido y no escucha al muchacho hasta que se despide.

- !Oh sí! Claro que podéis iros, espero que tengáis suerte y lleguéis a Visagreja. A veces los civilizados son más bárbaros que los bárbaros.

A continuación intenta orientarse por la zona pero no le resulta familiar.

- Creo que es la primera vez que estoy por esta región, vayamos hacia el noreste para que pueda situarme.

Verom se une a Werter en la cabeza del grupo cuando comienzan a andar. Y habla mirando de vez en cuando para atrás para asegurarse que el resto le escuhcan.

- Pues yo también quería hablar con vos, Maese Werter. Hice un trato con Faldoras, pero no sé si sigue vigente. Por lo que os he escuchado a varios, el caballero tenía una misión y ahora el resto del grupo la sigue. Me gustaría saber qué es lo que estamos buscando y por qué.

Digamos que mi situación es penosa, exhiliado dulcemente de mis tierras, bajo sospecha por los bárbaros, fugado de los caballeros, .... podría decirse que busco un nuevo sentido a mi vida y vuestra misión podría serlo si me conviniese.

"Werter" presta aparentemente poca atención a tus palabras, Verom, mientras intenta acelerar el paso, no sabes si por los perseguidores o para alejarse lo más posible de los oídos de Kanlil, Forad y Ankor. Habla en voz baja en cualquier caso, lo que favorece que te inclines por la segunda opción.

-No sé cuál era ese trato que teníais con el caballero, así que no sé si podemos cumplir esos términos, tendrás que exponérmelos. Nosotros de momento seguiremos los pasos de nuestro líder y, a pesar de que soy un simple carretero con mis dos pupilos, trataré de honrar a Faldoras encontrando las reliquias de Hakoon que los bárbaros asesinos robaron del Descanso y restituirlas a sus legítimos dueños.

Werter sale por fin del bosque y mira hacia Montepelado. Es un pico rocoso, joven, parecido a los de las Verbarem, tu tierra natal. Un amplio y pronuciado prado, con alguna roca ocasional y los habituales relieves de ladera de montaña, permite una visibilidad que piensas no se ajusta a vuestros intereses. Werter debe pensar lo mismo, por que echa a andar por la linde del bosque, mirando ocasionalmente hacia la montaña.

-Por lo que recuerdo, has tratado mucho con los bárbaros. Eso nos serviría de mucha ayuda. Cuando nos hayamos recuperado, habremos de encontrar la pista de las reliquias, y alguien que pueda hablar con esos animales nos ahorraría mucho tiempo.

Inesperadamente se detiene, se gira algo sulfurado por el esfuerzo de la marcha y te mira fijamente a los ojos.

-¿Sabes algo del pasado de esta tierra?¿Conoces la historia de la familia Hochalas, de sus Tigres y de la traición que los llevó a su final?¿Y si algo sabes, qué opinas al respecto?

Verom ecelera el paso e intenta seguirle el juego a Werter. Todo en su estudio del terreno y la estrategia a seguir confirman sus teorías.

- Hablemos claro, Maese...?Sortien? Le oí el nombre a Ankor. Sois más de los que decís ser, tenéis un dominio de la espada, la estrategia...el combate en general, muy por encima de un simple comerciante. Creo que ya os habéis dado cuenta que yo me muevo por mis propios intereses y que nuestra asociación es "necesaria". Mi trato con el caballero fue el que se fraguó delante vuestra: me sacaban de la fortaleza y yo les hacía de guía en las tierras ahora ocupadas por los bárbaros.

Hecha una mirada a la comarca intentando divisar movimiento de gente. Luego prosigue su charla.

- Lo que no comprendo es por qué un "simple mercader" se cree capaz de seguir con una misión tan arriesgada. No sé mucho de la familia Hochalas, cuando yo llegué a la región ya habían desaparecido y sólo he escuchado rumores. Tal vez alguien "cercano a ellos" podría instruirme.

El embajador se queda mirando fijamente a Sortien como esperando una respuesta mientras se lleva su ya conocido pañuelo de seda a su ojo derecho.

Sortien respira fuerte por la nariz y se rasca la barba.

-Si \"alguien cercano a ellos\" anduviera a tu lado, ¿crees que te contaría quién es? La cabeza de un lealista todavía está muy bien cotizada en la corte de cualquiera de los generales. Esta misión es complicada, y sí, hay algo más aparte de la historia de las reliquias de los caballeros. Pero antes de que yo te cuente lo que sé, deberás demostrarme que estás con nosotros. Cuando contactemos con los bárbaros usándote de enlace te contaré todo, antes no te puedo decir más que lo que intentamos es algo muy complicado y muy grande, pero uno de mis maestros me enseñó que a grandes problemas, grandes soluciones hay que buscar.

Sortien se gira cuando ve que Forad y Kanlil casi os han alcanzado.

-¡Sigamos por la linde del bosque!

Forad recoge su yesquero pero rechaza la aguja con un gesto.

-Seguro que en tus manos es un arma más peligrosa que en las mias.

Conforme empiezan a andar a un ritmo constante el comienza a canturrear. Le parece escuchar una conversación sobre la política de los siete valles, pero no le da importancia, para una persona que ha vivido su vida en las montañas eso le queda muy lejos.

Verom comienza a examinar la falda de la montaña buscando alguna cueva que le pueda servir de refugio.

Durante una hora quizás rodeáis Montepelado desde la linde del bosque. Vuestros estómagos rugen de hambre y el sol comienza a declinar y a esconderse tras grises nubes que se mueven muy rápidamente hacia el oeste, hacia las cumbres de las montañas Valwochis. Vais cogiendo ángulo para ver el valle que hay entre Montepelado y una montaña más baja pero aún más abrupta. Verom y Sortien escudriñan el valle buscando algún sitio donde refugiarse. Ninguno de los dos ve algún sitio útil, pero ambos reconocen las siluetas fugaces de varias cabras perderse tras la ladera de la siguiente montaña. Quizás fueran la cola de un rebaño que se oculta tras esa ladera...

Decepcionado por sus infructuosos intentos de concentrarse Forad se dedica a otros menesteres ya que se ve que los pálpitos de dolor que le produce la herida de la cabeza no le dejarán hacer nada.

Él ha vivido mucho tiempo en la montaña. Quizá se le de mejor encontrar un refugio que a esos "nobles venidos a menos".

Esperar un segundo, ahora mismo vuelvo.- Kanlil se quita la mochila y la deja en el suelo junto a sus compañeros y se aleja del grupo monte arriba, con pasos silenciosos. Al llegar cerca de la choza extrema las precauciones y se acerca buscando un sitio donde poder esconderse. Justo cuando estaba cerca de la choza, sus tripas le juegan una mala pasada, y una sonora ventosidad amenaza con delatarle.

Verom observa a los demás cuando sacan la comida.

...con las prisas no pudimos coger nada de la cocina...

- Disculpenme pero no traigo comida, si no les sobra saldré a cazar algo.

Luego mira a Sortien abatido e intenta hacer que su mente se distraiga.

- Maese Werter, le tomaré la palabra respecto al estoque que me ofreció....si va acompañado de unas clases podría igualar mi destreza con él a la de la lanza.