Partida Rol por web

Indor mira la mano de Miaka con la que coje la mano de Keigo durante unos segundos y luego se gira para ver a Toshiro despertando a Shizuka, sonríe y sigue andando siguiendo a Miaka.

Mori torció la boca escuchando la petición de su compañero... - Eh que... No me tengo en pie... - sonrió por lo bajo. Tenía las mejillas y los ojos algo colorados, aunque una sonrisa imborrable... Quizás no había sido todo lo responsable que debe ser un chavalín en una fiesta - No preocupes, hombre... Tira, que io os veo dede aquí :D - agitó una mano en dirección al resto.

mmmmmm ok, que duermas bien entonses ^^ dice con una sonrisa mientras le palmea levemente el hombro y se va de vuelta al grupo al cual mira con aire a preocupado un momento para despues añadir
los efectos del alcohol, siempre son asi... bueno vamos nomas se rie tras el comentario y empiesa a seguir al grupo

Keigo se deja llevar por Miaka una vez todo el mundo se ha vuelto a encontrar. Aunque hace un pequeño esfuerzo para saludar a sus compañeros.
¡EEY! ¡Jajajaja! ¡Estáis aquí!

Mori parece que no está por la labor... mas bien está un poco tocada.
¡Déeeeeebiiiiiil! ;P
Exclama mientras le guiña un ojo y le saca la lengua, provocador.
Te vas a quedar torrada y te vas a perder los fuegos artificiales. Y cuando todo el mundo te pregunte "Mori... ¿Viste los fuegos?" Tu tendrás que decir: "No... soy una chica triste"... ¡BUAJAJAJAJA!

mmmmmm ok, que duermas bien entonses ^^ dice con una sonrisa mientras le palmea levemente el hombro y se va de vuelta al grupo al cual mira con aire a preocupado un momento para despues añadir
los efectos del alcohol, siempre son asi... bueno vamos nomas se rie tras el comentario y empiesa a seguir al grupo

Mori se despidió felizmente de Sugimoto agitando una mano en el aire, pero ue con el comentario de Keigo que ésta se quedó en blanco... Tras el cual, apoyó ambas manos en el banco para levantarse y tirar tras Toshiro con paso firme. Bueno, quizás no tan firme...

- ...No ólo ví a ver los fuegoh arrrtificiales, Keigo... Si no que aguemás OI A CONTARLOS. ¡¡TE RETO A CONTARLOS!! - rió, apoyando una mano en el hombro de Sugimoto con colegueo.

me venia riendo por los comentarios de keigo hacia shizuka, pero una de las cosas que no me esperaba es que de la nada se me apoye en mi hombro haciendo que pierda el balanze y casi caiga al suelo, pero CASI
y esta de donde salio O_O ??
bueno, entonses por lo visto si vas a venir -digo con una sonrisa forzada y una gran gota de sudor callendo por mi frente-

La música había terminado hace rato, pero la figura desgarbada de Bunzo continuaba donde hace minutos la gente se movía con gracia , donde hace tiempo los monjes demostraron su elegancia, donde alguna vez un pastor se enamoro de una muchacha.

Había visto a la gente dejar de bailar, pero igual se quedo allí. Había visto a los bailarines alejarse para ver los fuegos artificiales, pero el permaneció en ese lugar. Noto a sus compañeros algo alborotados, pero no los registro como sucesos actuales.
De alguna manera, su mente se había perdido en un vórtice atemporal, sus ojos miraban hacia donde hace instantes, un pequeño grupo de luciérnagas revoloteaban, sus brazos colgaban a los lados, y sus piernas parecían no ser suficientemente fuertes como para sostener ese cuerpo; el cual se tambaleaba, como un títere en las manos del viento.
Su corpus estaba en ese lugar, pero ninguno de sus sentidos lo acompañaban; su alma, su espíritu se alejaba y acercaba constantemente, iba y venía en el tiempo y espacio.
En su mente, no así físicamente, fijo su vista en las luciérnagas, que ahora se presentaban frente a él como voces luminosas, voces que lo instruían sobre los peligros de una guerra próxima.
Vio en sus manos una catana, la cual se convirtió primero, en caña de bamboo y luego en serpiente. Se asusto dejándola caer, y al mirar al piso, ni serpiente ni piso habían. Flotaba ahora sobre un campo de arroz inundado, y vio a sus padre juntando la cosecha (aunque sabía que ellos trabajaban el té, y no el arroz), y vio también a su abuela llevando un paquete algo pesado, y lo que fuera que hubiera en el paquete estaba vivo, porque vio como se movía, justo antes que su abuela lo arrojara en los campos. Y escucho el estallido contra el agua, y las gotas caer, y el sonido de las ondas desplazándose en el liquido, que ahora parecía mas viscoso. Y desde el agua surgió un lastimero llanto, el cual reconoció al instante como el llanto de su hermanita; y desde la altura se arrojo hacia el agua, y sintió como se desplazaba en el vacío, y en el momento la caída le pareció durar siglos, pero finalmente se sumergió, y sintió el liquido mojando todo su cuerpo, y continuo sumergiéndose hacia las profundidades, siguiendo el sonido del llanto.
Vio campos bajo el agua, vio armaduras samurái corroídas por el tiempo y el agua, vio murallas destruidas y fortalezas derrumbadas, y vio un árbol. Un gran árbol de corteza negra, que se expandía y contraía, como un órgano que respira. Y vio tres frutos dorados y brillantes. Y quiso tomarlos, pero en estos, se abrieron grande ojos y grandes bocas, y se formaron caras. Tres caras brillantes y enormes. Dos de ellas le sonrieron, pero la tercera se mantuvo seria, y lo miraba fijamente. Entonces Bunzo pestañeo, para liberar a sus ojos de tanto brillo, pero al abrirlos nuevamente, la cara seria estaba pegada a él, chocando sus narices. Y abrió la enorme boca, que silbaba mientras crecía y se abría, llena de gigantescos y relucientes dientes. Y Bunzo pensó que todo Japón cabria dentro de esa aterradora boca. Boca que se cerró al instante con un sonoro estallido, explotando en ases de luces y colores. Pronto le siguieron otro estallido, y luego otro más, y algunos aplausos cercanos.
Y Bunzo respiro agitadamente, asustado. Y noto algunas personas cerca.

Sus sentidos comenzaron a volver.
Noto que no estaba mojado, más que por un poco de sudor en las manos, y noto también que las caras y el árbol no estaban, ni el campo de arroz, ni su abuela, ni sus padres; y no escucho mas el lastimero llanto.
Intento calmarse, respirar tranquilo. Un nuevo artefacto pirotécnico estallo en el cielo, y se sobresalto.
Busco en vano a las luciérnagas, que ya no estaban.

Se quedo un instante mirando sus manos y pies, pensativo.
Y finalmente se irguió, levanto la cabeza; y analizando lo que había pasado dijo:

Tengo hambre

Y se retiro del lugar.

La acunó contra su pecho, rodeándola con los brazos y estrechándola contra su cuerpo. Respiraba despacio hundiendo el rostro en su cuello, respirando su aroma y besándola lentamente el cuello. Ascendiendo despacio hasta sus labios y volvió a mirarla a los ojos.

- Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. No pienso dejarte escapar ni que nadie te aparte de mi lado. Te amo y mi corazón ya solo late junto al tuyo y sin tí no podría vivir. - Susurraba con los sentimientos a flor de piel, con el corazón latiendo salvajemente, enamorado tan intensa y poderosamente como sólo un adolescente puede estarlo. Habla despacio, tan cerca de ella que roza sus labios al hablar. Al terminar comienza a besarla dulcemente aunque poco a poco sube la intensidad pero sin desbordarse, manteniendo un precario equilibrio entre el cariño y el deseo.

La clase 1-3 se ha separado en varios grupos:

- Grupo 1 (solteros de oro): han ido a sentarse a un rincón del templo, donde hay un banco y un poco de hierba. Shizuka, más que mirar los fuegos duerme (xD)
· Akira
· Indor
· Miaka
· Keigo
· Shizuka
· Toshiro

- Grupo 2: sentados en la hierba en un lugar escondido del templo
· Haakon
· Noa

- Grupo 3: sentados en un perfecto lugar con una perfecta vista de los fuegos
· Reira
· Gyukudo (estudiante de tercero, presidente del club de música)

- Grupo 4: sentados en un banco con magníficas vistas
· Narumi
· Etsuya

- Grupo 5: sentados a un lugar aun mas escondido que el Grupo 2
· Ren
· Urahara

- Individuales: sentados o de pie en algun rincón del templo, o paseando entre las tiendas; aun así, aunque lejos y no desde tan buen lugar, verán los fuegos.
· Aniki
· Bunzo
· Kei
· Tadao
· Kudo
· Misaki

El cielo no tarda en explotar en preciosos fuegos artificiales.

Tadao se acercó al autobús sin prestar demasiada atención a los fuegos. Una vez allí apoyo su espalda contra el metal del vehículo y se quedó mirando hacía la nada...

Cuando la abrazó estrechándola sintió una calidez recomfortante de la respiraciónel rubio en su cuello, que se puso de piel de gallina cuando notó el beso. Cuando notó que se apartaba para subir, entrecerró los ojos, buscando los labios del chico.

Siente les labios de Haak rozándose contra los suyos, sontando la calidez de su aliento. Los ojos se le humedecieron con las palabras del rubio

En el segundo antes del beso le acarició la mejilla.
Yo también te amo, Haak...
Correspone el beso rodeando al rubio con sus brazos y estrechando aún más si se podia los cuerpos, intensificando el beso. Entresonríe cuando oye los fuegos artificiales, así que alarga el beso todo lo que puede, sin querer separarse del rubio.

Cuando terminan los fuegos y su beso le sonríe. ...No quiero separarme de ti, pero deberíamos volver... Le besa fugazmente y se separa un poco esperando la respuesta.

En el momento de los fuegos artificiales, estando como estaba rodeando con el brazo a Ren, le apoyó la frente sobre la suya y le sonrió, mirándole a los ojos. Entreabrió los labios y los acercó a los de Ren... Sólo faltaba que él los correspondiera...

Ren mira durante unos instantes los fuegos artificiales, con la cabeza apoyada en el hombro del australiano.

Qué bonito...

Alza la mirada, tímidamente, para encontrarse con su sonrisa. Ren le devuelve otra, con las mejillas teñidas de rojo y termina de acercar los labios a los de Urahara.

Reira ha pasado todo el rato que han durado los fuegos, junto a Gyukudo, cogiéndole de la mano y, sobretodo, probando la eficacia de la leyenda.

Cuando los fuegos acaban y la gente empieza a dispersarse, la pareja se acerca con paso lento a los autobuses de sus cursos. Aún cogidos de la mano y hablando animadamente.

Se paran, de pie, justo antes de separarse para ir cada uno con sus compañeros, esperando hasta el último momento para estar juntos.

- Bueno, pues vayamos juntos. - Sonríe y la ayuda a incorporarse, levantándose él después. - No dudo que los fuegos hayan sido bonitos, pero prefiero perderme en tus ojos. - Sonríe, de nuevo con ese aire entre bobalicón y enamorado tan típico de la edad. La coje la mano. - Vamos entonces?

Asiente con una sonrisa y cogida de su mano empiezan a andar hacia el bus.