Partida Rol por web

Cuando el tipo gordo ha abierto la boca, te ha parecido ver algo. No podrías asegurarlo, pero...¿No tenía más dientes de los que tendría que tener una persona normal?

El momento en que Scar saca ese papel, me incorporo ligeramente en la burra, sorprendido. Bueno, la sorpresa se mezcla con el orgullo, el agradecimiento y alguna dosis de decepción. Lo cierto es que mi plan de fingir regresar y luego cruzar al otro estado por carreteras secundarias, caminos y pistas rurales, tenía su atractivo. Y si Zoe me hubiera acompañado, hasta hubiéramos tenido tiempo de mantener esa conversación que tenemos pendiente.

¡Joder! De modo que ¿esa era la sorpresa que me teníais guardada? -Hago un gesto con las manos dibujando un corazón en la pechera de mi guardapolvos, antes de señalar a Scar con el dedo en forma de pipa, y girarme hacia el resto de mis hermanos- Mierda, os quiero, tíos, jajaja... Bueno, ¿nos vamos ya?

Me resistía a bajar de la moto, manteniendo la esperanza de poder reanudar el viaje cuanto antes. No me molestaba tener algo de acción, pero en aquellos momentos había otras cosas que me urgían más, como lograr que aquel intercambio de armas se diera.

Respiré aliviada cuando Scott salió con aquella baza de encontrarnos en la frontera, de la cual dijo no pensaba pasar, y al guiñarme el ojo y realizar su pregunta final, no dudé ni un instante en ofrecerme voluntaria y así poder hablar con él; dejando que todo fluyera, como me decía Scar.

Cómo el asfalto bajo nuestras ruedas…

Pero antes de que pudiera abrir la boca, nuestra Alfa lanzó un órdago a aquella prole. Reí, sin añadir más comentario, escuchando lo que el resto de mis hermanos tenían que decir. Desde mi perspectiva estaba ya todo hecho, pero nunca se sabía por dónde podía salirte la gente de semejante calaña.

Me bajé al fin de la moto, adelantándome hasta situarme junto a Jeremiah y Matt, esperando a ver qué se nos avecinaba.

Asi que nuestro pequeño amigo que nos ayuda en lo que puede....MIro al policia y la decision esta tomada, lo malo que todos van a pasarlo mal en este momento conmigo cabreada. No son tampoco federales, a menos que esten usando a engendros manchados por el wyrm que me temo que es lo que tengo delante... Pentex o cualquiera de sus filiales.
Solo sonrio, solo preparo lo que tengo para usarlo. Los chicos sabras que hacer cuando ocurra
Miro al policia con una leve sonrisa mientras dejo que la rabia y la loba que hay dentro de mi se asomen a mis ojos y se vuelvan no solo intimidantes, sino amenazadores, mientras les recorro con ella a todos los cerditos presentes. 
Soy un puto alfa y a mi manada no la toca ni Dios...

Un gruñido debil sale de mi garganta acompañando la mirada mientras mantengo el gesto duro y hago un gesto para que se monten en las motos. Yo también lo hago sin perderles de vista y arranco con un rapido gesto quitando la pata de cabra. 

Cuando descubro lo que es, siento la rabia fluir por mi cuerpo automáticamente. Es como un calor ascendente que mientras más lucho por controlar más hormiguea y ruge desde mi interior. Gaia quiere justicia y yo soy el puño a su servicio. Me levanto del asiento con toda la intención de desmontar, tengo el hacha conmigo y en mi mente todo lo que hago es visualizar el filo de la misma estampada con toda mi fuerza sobre el cráneo del fomor.

Kaos para la corrupción.

Mi respiración se agita.

Un día más para vivir al límite.

Mis dedos presionan sobre el manubrio.

Juraría que mis dientes ya perforaron esa carne enmohecida por el wyrm. 

De pronto noto que Scar se ha dado cuenta también, aprieto la mandíbula aguardando. No puedes jugar con la paciencia de dos ahrouns.

- Agente Clark... -mi voz es grave, de advertencia. Me uno a las acciones de Scar pero me quedo quieta por su repentina intervención. De otro modo mis fauces estuvieran en la garganta del sujeto ahora mismo. - ¿se ha comido un pulpo en el almuerzo? -advierto a mis compañeros de manada y me rio, mis caninos se asoman en la sonrisa- Me ha antojado comida marina, si no tiene una maldita orden será mejor que cierre la boca antes que vuelen moscas. Hemos invitado a Tío Sam* también. -enciendo la moto y la hago rugir, me coloco junto a Scar. Solo tiene que hacerme un gesto, una señal para avalanzarme sobre el gordo cretino.

No se cuanto más pueda contenerme. Me queda el espíritu de las bucaneras.

No, parece que no vayamos a irnos sin más. El tono de Scar delata algo más que pleitos legales con unos simples maderos, y el gesto que hace la hija de Jeremiah es como un letrero luminoso, con luces de neón, indicando que va a haber gresca.

Me fijo en sus carros. Se me ocurre una maldad, pero no estoy seguro de que los fuegos artificiales vayan a funcionar esta vez. Esos modelos no los conozco tan bien, así que me apunto el descargarme por internet sus características.

No, hoy tendré que centrarme en otras cosas. Y no tengo a mis gemelas conmigo...

Lo sabia! Sabia que esto se iba a poner divertido. Me acomode en la moto, erguido ante las actitudes de Scar y Alexia. Algo en su actitud me resulto extraño, pasaron de las palabras evasivas a la increpantes. La hija de Jeremiah tomo el puesto junto con la alpha, directa como la ahroun que era.

Mire a Zoe que aun estaba a mi lado. - Te dije que quizas iba a ser interesante. - Dije mientras metia la mano en mi alforja buscando mi "arma reglamentaria", como la llamaria un oficial.

Se hizo un silencio que podía significar muy pocas cosas, y el leve gruñido de Scar junto a su gesto de que nos volviéramos a subir a las burras lo confirmaba. Los recursos legales no iban a ser suficientes para aquellos polis, porque no eran simples polis.

Escuché las palabras de Matt mientras cogía su arma y saqué también mi Colt justo antes de subirme a la moto.

-Sí, lo dijiste. – sonreí a mi hermano Cliath y arranqué la moto. – Sólo espero que no nos entretengan demasiado.

Los seis agentes que escoltan al agente Clark reaccionan rápidamente, aunque de forma desorganizada. O no son muy competentes (puede que en la academia no enseñen a manejarse con media docena de moteros pirados...) o no están acostumbrados a trabajar juntos. Cuando se mueven, no se os escapa que los coches patrulla parecen de diferentes departamentos, que sólo el grande tiene el distintivo de Winters. Los otros dos son de Chesapeake...y eso está en Virginia. No es ni estatal. No es ni de esta costa, joder.

El tipo negro, que es el que lleva la escopeta, hace un extraño sonido entre un gruñido y un siseo. Usa sólo una mano para apuntaros con el arma mientras la otra queda libre. Una mano con unas uñas largas y amarillas.

El tipo del bigote, el gordo calvo y el alto hacen ademán de sacar las pistolas, pero sonríen ante el ruido de su compañero mejor armado. Os miran fijamente y se inclinan, tomando lo que parece una posición de abalanzarse, digna de un partido de fúbol.

Finalmente, la única mujer del equipo empieza a retroceder hacia el coche mientras se relame...

El jefe de esta chusma vestida de policía abre mucho los ojos cuando estos se encuentran con los de Scar. Su mente, distorsionada tal vez, pero aún humana, reconoce en ella la primitiva pesadilla de eras pasadas, le hace recordar los aullidos en la noche, los ataques despiadados. Su mente vuelve a un tiempo en el que sus antepasados aún no habían protegido sus mentes contra el terror primordial del Impergium...su mano tiembla, no alcanza a coger la pistola, no consigue articular palabra.

Acelero un par de veces el motor de mi nueva burra, dejando oír el motor, ese suave ronroneo. Su arrullo me acompaña donde mis gemelas solían hacerlo, al fragor del combate donde no soy ni de lejos el mejor espada de la Madre. Hay, mis gemelas, lo bien que me vendrían ahora, pero las tiene Jeremiah y no hay tiempo de pedírselas.

Veo a esos polis desplegarse. Está claro por su forma de actuar que los sentidos de mis hermanas no han errado en absoluto. He perdido costumbre de inspeccionar en busca de la obra del Wyrm, supongo que he pasado demasiado tiempo rodeado de ella y ya no me molesto en buscarla. Me fijo inmediatamente en el negro de la escopeta, y con un gruñido invoco a la herencia lobuna que corre por mis venas para volverme más salvaje, más feroz. Aún humano, pero con los rasgos de la bestia que llevo dentro. Lo suficiente para poder acelerar los mandos de la moto, encauzarla en su dirección, y acelerar a tope.

El motor estalla en un estruendo descomunal, el trueno de la tormenta que está por llegar, y me despido de la burra que iba a ser fiel compañera. Ahora es la bola de cañón que se dispara contra el enemigo, contra ese fomor que trata de acabar con nosotros. Nadie acaba con los Wyld Ones, gilipollas.

Parece que tendré que ir de paquete el resto del camino...

-Prospect, ve por la perra que intenta escaparse y gánate tu respeto- Dijo cuándo los huesos de las manos tronaron uno tras de otro.

El puro se apretó entre los dientes mientras el cuerpo de Jeremiah crecía, la barba se hizo más tupida al igual que el bello de sus brazos, la forma Glabros le sentaba bien. Observo con cierta inquietud pero su corazón palpitaba de forma apresurada bombeando una mezcla espesa de rabia y adrenalina; pero ya había centrado la mirada en aquellos dos que se disponían a embestir – como en los viejos tiempos – murmuro escupiendo el puro, girando su pie derecho creando la tracción necesaria para salir despedido en dirección a los *futbolistas*. Los puños se cerraron con fuerza dejándoles blancos.

Una mano detrás y la otra adelante, al llegar tomaría al primero con un agarre utilizando la propia fuerza para empujarle contra el otro policía que se disponía a  embestir para en un movimiento de derecha a izquierda ( no los dañaría mucho pero los retrasaría ) quedando libre para desenfundar el arma y esperar a los demás que actuaran.

Solo puedo sonreir mientras el calvito esta asustado o mas bien acojonado delante mio. Una mujer, haciendo el trabajo de un hombre y los que tengo delante simplemente hacen lo que deben o mas bien lo que les han implantado en su tierna mente infectada.

Simplemente tengo ahora mismo a un pequeño tronco que puede servirme para el grupito. Simplemente le cojo con total facilidad y le lanzo contra nuestros pequeños cerditos perdidos y engañados. Una pena que el Lobo que hay no sea como el del cuento de los Tres Cerditos, este es mucho mas listo.

Mi furiosa mirada se desvió hacia uno de los polis que parecía querer abalanzarse sobre nosotros a la vez que echaba mano a su arma. Situé a mi pequeña por delante de mí, sujetándola con ambas manos para aumentar mi precisión. No estaba apegada a muchas cosas materiales, pero aquella Colt era sin duda una de ellas.

Cuestión de segundos. Apuntar, apretar el gatillo, y…

-¡Jodeeer! – grité al comprobar que la pistola se había encasquillado.

Tiré del cañón hacia atrás, dejando que el casquillo de la bala saltara.

Pequeña, no me des estos sustos…

Y ahí lanzaba Scar la cena, todo transcurrió entonces en cámara lenta. Pude oler el aroma de miedo exudar por la piel del poli-fomor mientras volaba por el aire y luego mientras se estampaba contra sus propios hombres.
¿¡Vamos a cenar pulpo!?
Miro de reojo al de la escopeta, si mi truco había funcionado puede que su arma quedara de juguete, luego miro a la rubia que acaba de aparecer en escena, se ve deliciosa iré si me queda tiempo…
Salí corriendo tras el gordito, en realidad desde el mismo segundo en que Scar lo lanzó por los aires.

Disfruté salvajemente el aullido de la hoja que sonaba a una banshee cuando cortó y laceró la carne y huesos del maldito cerdito.

Nos la habian querido jugar, pero si tan solo hubiesen sido menos obvios nuestra Alpha no hubiera sido tan astuta de tomar la iniciativa, como buen Ahroun que era.

La  orden de Jeremiah fue acatada al instante, incluso tuve la velocidad para reaccionar antes que él  mientras cambiaba de forma, tal y como yo tambien decidi hacerlo. Los polis no parecian ser humanos comunes y corrientes, pero tampoco podia desgarrar mi ropa en un impulso frenetico.  Tuve que abortar la idea de sacar mi Colt, ya que la mujer estaba demasiado cerca del vehiculo y mi disparo debia ser certero. En cambio, puse la primer marcha de mi moto y acelere a fondo con intencion de embestirla. Mientras realizaba tal accion, mi cuerpo crecio, se volvio mas peludo y mis caninos se dejaron ver mas grandes mientras deje salir un grito que se volvia gradualmente mas grueso y gutural.

- Arre!! Arre! -  Salio de mis cuerdas vocales, junto con el rugido del escape de mi corcel de metal. - Donde crees que vas, flacucha!? -

Si bien no era partidario de golpear a las mujeres, esta estaba siendo una perra atrevida y habia que ponerla en su lugar. Si la relamida hubiera sido en otra situacion, quizas hasta me hubiera excitado. Pero no era momento para esos pensamientos.

- Vamos, Mitch ayudame con esto, que se va a poner divertido - Hable para mis adentros, asi era como habia bautizado al espiritu en mi collar. - Esta perra seguro dara pelea -  La piedra en forma de molino no giro asi que supuse que hoy no me acompañaria.  -Justo ahora te pones a dormir.... que conveniente. - dije por lo bajo, riendo indignado.

Meti la mano izquierda en la alforja buscando cuchillo, mientras que con la derecha aceleraba

La tensión se quiebra. Durante un segundo, todo pasa a cámara lenta, como la típica gota de agua que cae en todas ésas pelis que terminan con alguien desangrándose bajo la lluvia...bueno, no exactamente, porque en este caso la gota de lluvia es borrada de la escena por un gordo lanzado por los aires. Scar, como buena alfa, es la primera en sumergirse en la lucha. Toma al obeso "agente" paralizado del cuello de la camisa y consigue levantarlo. Quizá en forma Crinos hubiese conseguido su objetivo, pero en su forma actual no consigue usarlo para jugar a los bolos. Aún así, es una forma bastante impresionante de iniciar las hostilidades.

Especialmente porque en lo que tardáis todos en exhalar, Alexia salta sobre el gordo con su hacha-fetiche a punto. La hoja del arma aúlla como un espíritu de muerte, como una de ésas mujeres fantasmales de las que hablan los Fianna irlandeses. Con la Rabia compartida de poder luchar contra un hombre contaminado, un siervo del Opresor, arma y Garou parecen una sola cosa en el borrón que trazan los músculos tensos de Alexia. A veces asusta que una criatura de apariencia tan inofensiva sea la misma carnicera que parece ronronear cuando la sangre del agente Clark le salpica el rostro. Definitivamente ha sido una apertura impresionante. Clark aterriza, interceptado por la joven Dankworth, con la garganta abierta como una segunda sonrisa. Aún agoniza, mostrando varias filas de dientes como agujas. ¿Intenta respirar? ¿O morder? ¿Quién puede saberlo?

Un rugido delata que Scott no estaba tan quieto como parecía. Son una sonrisa astuta, suelta el manillar de su moto y se aparta de ella, dejándola lanzarse desbocada hacia los "policías". El estruendo parece tragarse el mundo, pero para vosotros, Wyld Ones, es una sinfonía. La moto atraviesa el espacio entre ambos grupos evitando a Alexia, que es la más adelantada por muy poco, haciendo que se agite su melena sin que ella se inmute, como si estuviera todo planeado. Los enemigos que se estaban preparando para cargar se apartan de un salto, pero el tipo de la escopeta no es tan rápido. Estaba abriendo la puerta de uno de los coches para cubrirse tras ella cuando la burra de Scott le impacta. Escucháis un crujido espantoso, un grito y un disparo que hace saltar hacia arriba las luces del coche patrulla, pero veis movimiento. No está muerto, aunque estará bien, bien jodido. La moto continúa su carrera sin control y termina por caer, exhausta y desequilibrada, un poco más lejos.

Matt quiere demostrar que es un digno miembro del club, y pasa de bajarse de su burra. al fin y al cabo, un guerrero de la carretera tiene que permanecer en su montura. Todos presenciáis un cambio de forma a toda velocidad. Mientras se hace más grande, pesado y fuerte, apenas consigue mantener la velocidad y la dirección de la moto, que cruza el campo de batalla directo a la tipa que Jeremiah le ha señalado. 

Por desgracia, su mentor no puede verlo, ya que está cargando, empujado por la Rabia y por su propia terquedad hacia el primero de los aspirantes de jugadores de fútbol. Aunque se han apartado de la moto de Scott y han quedado algo desorganizados, el veterano Fostern consigue cambiar su trayectoria de carga para lanzarse sobre el cerdo del bigote, que expulsa todo el aire de sus pulmones al ser golpeado. El placaje seguramente le ha costado algunas costillas, pero está lejos de estar fuera de combate, aunque estar debajo de un Garou furioso no tiene buena pinta para él.

Entonces empiezan a reaccionar. La primera es la mujer, que ha sido fácilmente alcanzada por el novato a lomos de su moto. Al girarse, se encuentra con una feroz sonrisa de Glabro que le hace lanzar un grito. Intenta alcanzar su pistola, pero no le da tiempo y tiene el segundo justo para caer al suelo y evitar ser arrollada por Matt. El que se encuentra bajo Jeremiah forcejea, y el Garou siente algo punzante que se clava en su espalda. Zoe y Scar pueden verlo mejor: algo largo, sinuoso, como un...¿Tentáculo?

Ignorando el abrazo mortal y bastante inquietante, los dos compañeros del poli del bigote pasan de largo la pelea y se dirigen hacia la joven Roehuesos y la Señora de la Sombra.  El tipo calvo de las gafas se abalanza sobre Zoe un gesto maníaco y la joven prepara la pistola pero, para su desgracia, está encasquillada. El choque, aunque no provoca demasiado dolor en la Cliath, sí la arroja al suelo. El arma cae lejos y el monstruo empieza a levantarse a pocos centímetros de ella...¿Y si también tiene un tentáculo como el que ha atacado a Jeremiah? Scar, que tiene más experiencia, sabe exactamente en qué momento moverse para que su enemigo, el tipo alto, pase de largo y quede frente a ella, cosa que, como ha demostrado el lanzamiento de Clark, es un mal lugar en el que estar...

Mi proyectil sale disparado, pero no tengo tiempo para disfrutar del brutal desenlace del mismo. A mi alrededor el combate salvaje y caótico se sucede, mis hermanos combaten con uñas y dientes, algunos con pesadas armas, otros con otras menos pesadas pero igual de efectivas en condiciones normales. Por curioso que parezca, un sonido sencillo y metálico, de baja intensidad, se superpone a todo lo demás. Es un ruido característico, que conozco bien. El de un arma encasquillada. Me giro y veo a Zoe con una pistola inutilizaba en las manos. Gruño como el lobo que también soy, al ver a uno de esos maderos saltar sobre ella y arrojarla al suelo, quedando tendidos ambos a escasa distancia, con Zoe desarmada y ese monstruo ocultando sólo Gaia sabe qué oscuros secretos.

Sin pensarlo dos veces, y lanzando un rugido furioso, me abalanzo contra ese mierda que se atreve a atacarla. ¿Quién se cree que es? No la protegí para esto, no la libré de aquel incidente para verla ahora sufrir a manos de una bestia del Wyrm. ¡¡Está bajo mi protección, escoria!!