Partida Rol por web

Torre en brumas

Iaobahl

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28/12/2014, 04:42
Director

Apenas entraban en la taberna se escuchó un gritito como de miedo. El chillido no fue tan sorprendente como el hecho de que no había sido provocado por Zz´pora. Repartidas por la amplia sala había ocho mesas, pero los únicos seis clientes en este preciso momento estaban reunidos en una sola mesa. Uno, sentado, atraía toda la atención de las tres mujeres y dos hombres que, de pie, escuchaban con una expresión entre aterrorizada y embelesada.

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28/12/2014, 04:44
Bardo

El humano que hablaba para beneficio de su audiencia era atractivo, con las elegantes pero gastadas prendas de un artista. Lucía barba, indiferente a las costumbres que parecían imperar en el pueblo, y su peinado era casi ridículamente cuidadoso. Con voz suave, el narrador continuó, o más bien pareció concluir, su historia.

—...Pero no suficiente para matarle. Usando magia negra, la mujer le hizo olvidar a todas las personas que conocía, celosa de que otros recibieran atenciones que solo a ella pertenecían. Cada día la bruja borraba más recuerdos, y pronto decidió que él no necesitaba hablar ni escribir, pues el entendimiento entre ellos era perfecto. Han pasado años, y ahora el hombre está ciego y sordo, postrado en cama. No se le permite el descanso de la muerte. El lienzo de su mente solo contiene una imagen; vigilia, sueños y pesadillas, todo es lo mismo: su esposa, a la que nunca debió haber engañado.

Una de las mujeres reaccionó con otro gritito de horror y las otras dos se tapaban la boca, mientras que los hombres de la audiencia trataban con poco éxito de parecer inalterados. Los habitantes del lugar parecían gente supersticiosa e impresionable, sin duda, pero las dotes del narrador también tenían mucho que ver con la reacción de su público.

Fascinados todavía con el relato, nadie hizo caso a los recién llegados al establecimiento, excepto por un posadero detrás de la barra. El dueño del negocio saludó distraidamente al grupo, al parecer sin fijarse en Zz´pora, antes de volver a sus asuntos, que parecían consistir en vaciar jarras medio bebidas en una botella.

Exultante por la atención, el bardo cruzó la mirada con la del hombre lagarto, sonriendo al reconocerle. Con un gesto de la mano invitó al grupo a acercarse, señalando vagamente hacia las muchas sillas disponibles.

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28/12/2014, 11:57
Zz'pora

Zz'pora había repasado su colorista colección de maldiciones conocidas en dracónico. Los hombres lagarto no le tenían especial apego al dinero, pues practicaban una economía de trueque. Pero para Zz'pora tenía un significado especial: era como una promesa que los seres de piel caliente hacían, que trascendía el pantano de Chelimber, los bosques, y los mares. Le hacías un servicio a un hombre ser ser caliente en un sitio, y otro te devolvía el favor en la otra punta del continente. 

—Sí, es sólo dinero —concedió a Iseo en un suspiro, sin entrar a explicar el valor que para él tenían las monedas—. Algo más de cien piezas, de mi último trabajo. Alguien estará contento, en alguna parte. Supongo que ahora dependo de vuestra caridad.

El Caballero de Chelimber había recorrido el resto del camino con un ademán hosco, sintiéndose rematadamente estúpido por perder la bolsa. La próxima vez -decidió- se la metería por dentro de la coraza. Y a ver quién tenía redaños a quitársela. Pero el gesto no le duró mucho: cuando entraron en la taberna, sus ojos se abrieron mucho por la sorpresa.

—¡Ja ja ja! Por las barbas aireadas del Señor de los Caminos... ¡Evaryan! —lo saludó, cruzando la estancia a grandes zancadas para palmear con fuerza la espalda de su compañero de aventuras—. ¿Qué diantres haces aquí, Palabras Melosas? 

Titubeó, y agregó algo sólo para el trovador:

—¿Estamos... en Faerûn?

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28/12/2014, 12:45
Aleera

Dije "esperar en la puerta", no "salir corriendo cada uno a una punta del pueblo"...—suspiró Aleera.

A veces le daba la sensación de que el clérigo hablaba otro idioma pero tampoco le dio mucha importancia porque a ella le valía cualquier cosa que no fuese quedarse parados. Se sentía como un pez fuera del agua en aquel pueblo.

Al entrar en el edificio, no obstante, parecieron toparse una sorpresa. Ladeó la cabeza mirando a Zz'pora.

—¿Un amigo?

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28/12/2014, 13:46
Zz'pora

—Uno de los mejores, pero no es sólo eso —dijo Zz'pora lleno de orgullo, esbozando una sonrisa que se antojaba predadora—, él es Evaryan. Uno de los Siete Honorables.

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28/12/2014, 14:56
Trixa

La bolsa de Zz'pora había desaparecido y Trixa se encontró comprobando sus pertenencias y mirando por los alrededores... pero no había sentido nada. Se encontró mirando al hombre lagarto con cara de idiota... sin poder haber hecho nada. Respecto a lo de las espadas, no había querido expresarlo de una forma tan violenta, pero había algo en el aire, quizá el tema de que los campesinos hubieran reaccionado así ante una persona tan buena como Zz'pora o cualquier otra cosa. Nada había salido demasiado bien desde que entraron en la torre. 

Una vez más se encontró sin palabras para responder a Iseo. No tenía habilidad suficiente para expresar lo que sentía. Así que se calló. 

—Y puedo compartir todo el dinero que tengo yo— se apuntó Trixa a las palabras del calvo. No sabía ni que tuviera que decirlo, pero así quedaba bien—Y no es caridad, se llama compartir. Seguro que hay diez iglesias del Bien que ahora piensan que somos más santos.  

La posada al menos, no era tan hostil como el resto del pueblo y parecía que Zz'pora conocía a uno de los bardos... ¿Podría darles un poco más de información.

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28/12/2014, 21:12
Director

La llegada de los extranjeros rompió a medias el hechizo sobre la audiencia, que empezó a abandonar la taberna todavía con piel de gallina. Tan distraídos estaban que solo una chica reparó en el hombre lagarto. Ya alterada por el relato del bardo, la mujer soltó un gritito y salió a toda prisa del edificio. Más tarde se reiría, segura de que la historia le había hecho ver cosas imposibles.

Solo un hombre y una mujer se demoraron en la sala, algo apartados y sin hacer el menor caso a los extraños. Poco tardaron en salir también, sintiendo que el lugar había perdido todo el ambiente de repente. Satisfecho con la privacidad y la nueva compañía, el bardo llamado Evaryan estaba exultante.

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28/12/2014, 21:21
Evaryan "Palabras Melosas"

El narrador sonreía a Zz´pora como el viejo compañero que era. Era reconfortante ver como incluso en este extraño pueblo el reecuentro de dos amigos causaba el mismo regocijo.

—A vuestro servicio. Cualquier amigo de Zz´pora es amigo mio.

El bardo saludó con una exagerada referencia a los desconocidos, mirando con especial atención a Iseo y Aleera. Respondió al hombre lagarto con su voz suave y melodiosa.

—Ya me conoces. Siempre viajando de aquí para allá. Pero también estoy...— su expresión se ensombreció un poco —tratando de atar cabos sueltos.

Soltó una pequeña carcajada y miró a Zz´pora extrañado.

—¿Fa-e-run?— pronunció lentamente como si no conociera la palabra. —Nunca he estado ahí. Este pueblo se llama Nefaria, mi buen reptil. Hogar de gente supersticiosa y algo cerrada, pero de buen corazón.

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30/12/2014, 00:08
Iseo de Candelero

El primer paso en la taberna fue prometedor. Los escasos parroquianos no perdían de vista a uno de ellos, un hombre atractivo con barba que narraba una historia con el tono de voz y la gestualidad propios de un histrión. El tabernero, por su parte, solo les dedicó un instante de atención antes de volver a concentrarse en sus asuntos.

El segundo fue extraño. El bardo levantó la mirada de la mesa y la fijó en Zz´pora, esbozando una sonrisa de reconocimiento, y el hombre lagarto reciprocó el gesto llamándolo por su nombre. Se trataba de un de los Siete Honorables, probablemente el grupo al que pertenecía Zz’pora cuando sucedió la tragedia que relató dos noches atrás.

La taberna se vació sin incidentes mientras el grupo se acercaba a la mesa del bardo. La respuesta a la pregunta de Zz’pora fue tanto más desconcertante que el propio encuentro. El hombre paladeaba la palabra Faerûn como si fuera la primera vez que la pronunciaba. No parecía una broma y sin embargo, no tenía sentido.

—Discúlpanos por la extraña pregunta, pero hemos viajado hasta este lugar por medios mágicos, involuntariamente, y todavía no hemos podido orientarnos—dijo—. No reconozco el nombre de este pueblo. ¿Puedes decirnos adónde hemos ido a parar?

Antes de darle ocasión de responder, se quitó el sombrero y siguió hablando.

—Disculpa mis modales, Evaryan. Soy Iseo de Candelero, sacerdotisa itinerante de la Iglesia de Oghma —dijo, haciendo hincapié en su procedencia y el nombre de su Patrón.

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30/12/2014, 01:25
Evaryan "Palabras Melosas"

El bardo sin duda estaba de buen humor.  Miraba a Zz'pora y sus amigos con la expresión divertida de quien no entiende buena parte de lo que pasa pero supone que es una broma.

—"Viajar por medios mágicos"... eso tiene que ser digno de ver. Pues no habéis acabado muy lejos, supongo. Todavía estáis en Iaobahl, al menos— se encogió de hombros, mirando a Zz´pora en busca de alguna pista sobre qué exactamente estaba preguntando la mujer del sombrero.

—Estamos al sur de los grandes pantanos, al norte del Bosque de las Dríadas. No tendríais más que seguir el río que pasa por Nefaria hacia el Oeste para acabar en la gran capital, Euforia, y el mar más allá. No sé cuál era vuestro destino, pero nada que vaga la pena está demasiado lejos de este pequeño pueblo.

Evaryan se sentía tan confundido como Iseo, o cualquiera de los viajeros. Ninguno de los lugares que el bardo mencionó sonaba familiar.

—No sé dónde está Candelero ni ese otro lugar... ¿Oghma? Solía considerarme un hombre de mundo, pero de repente me siento provinciano e inculto. Venga, Zz´pora— increpó al hombre lagarto con buen humor algo forzado —cuando tus amigos y tú hayan terminado de "orientarse" nos pondremos al día. Hay asuntos... importantes que debemos hablar.

Al decir la palabra "importantes", Evaryan ojeó rápidamente al grupo de desconocidos hasta acabar con su mirada de vuelta en el hombre lagarto. Zz´pora conocía bien a Palabras Melosas. "Importante" podía querer decir "privado", y el bardo preguntaba con la mirada si aquellas extrañas gentes eran de fiar.

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30/12/2014, 02:09
Zz'pora

El Caballero de Chelimber se dirigió a sus compañeros.

—¿Nos disculpáis un momento? —preguntó, aunque la mirada de disculpa se dirigía principalmente a Trixa.

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30/12/2014, 02:11
Aleera

Aleera había estado todo el rato observando la conversación como quien en efecto está recopilando detalles y cabos por atar. ¿Habían ido a parar a una especie de realidad paralela o algo así? Porque definitivamente aquello no era Faerun y sin embargo Zz'pora conocía a un tipo igualito a aquel bardo que sí era de Faerun. Por no mencionar que no le sonaba ni uno solo de los nombres...

Hasta que dijo aquel.

—¡¿Iaobahl?!—exclamó repentinamente—. ¿Cómo que "estamos" en Iaobahl? ¡Eso es una persona, no un lugar!

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30/12/2014, 09:00
Trixa

Que pudieran estar de forma tranquila en la taberna y que alquien "de la zona" reconociera a Zz'pora y no hiciera esos gestos de miedo y el resto de tonterías, habían tranquilizado a la pequeña mujer, con lo que Trixa había relajado el rostro.

Claro que estaba igual de perpleja que Aleera e Iseo sobre las palabras del hombre. —¿Nefaria, Eurofia? No me suena ninguno de esos sitios. ¿El bosque de las Dríadas? ¿Los grandes pantanos?— miró a Aleera e Iseo, perdida. Igual ellas reconocían esos términos. Lo verdaderamente raro era que el hombre parecía de Faerún ¡Zz'pora le conocía! pero a la vez no reconoía nada de lo que le decían.

Y todavía quedaba el misterio de quién había robado la bolsa.

—Claro... pero no perdáis el cuntacto visual, que no me fío de los del pueblo este. — respondió a lo de si podían hablar en privado. Por supuesto. Escuchar a escondidas era un poco bobada. La mitad de las veces no entendía de qué hablaba la gente. El hombre lagarto la informaría de todo lo que la hiciera falta luego. Estaba segura.

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30/12/2014, 10:09
Xander

—Xander...— se presentó el ilmaterino, que decidió en el último momento prescindir de su ciudad de procedencia y deidad. Tales nombres de Faerun parecían ser tan extraños al bardo como lo eran para él los lugares de los que Evaryan hablaba.

Asintió brevemente a la petición del hombre lagarto.

—No estaré lejos.

Dicho lo cual se alejó de la mesa hacia la entrada. Había pensado en hablar con el tabernero, pero decidió esperar cerca de la puerta, ojeando el pueblo solo por si acaso.

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30/12/2014, 10:24
Evaryan "Palabras Melosas"

—¿Una persona?— el bardo estaba no menos extrañado que Aleera, pero se encogió de hombros. Al fin y al cabo no era lo más raro que les había oído decir a esos nuevos conocidos.

—Nunca he conocido a nadie llamado Iaobahl, pero supongo que puede existir. Tal vez se haya nombrado el mundo en honor a alguien, pero eso es historia tan antigua que solo los sabios de Cubina podrían decirlo.

Su viejo amigo Zz´pora había sabido leer entre líneas y Evaryan agradecía la posibilidad de hablar con él a solas.

—Por favor, tomen una copa a mi salud.

Alzó su propio vaso de vino, medio vacío, despidiéndose por el momento de los compañeros del paladín.

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30/12/2014, 18:21
Iseo de Candelero

La respuesta fue la esperada. Ni siquiera el bardo del punto más aisaldo de Faerûn desconocía el nombre de su Señor Oghma, patrón de las narraciones. Y los nombres que arrojaba eran de lugares de los que Iseo nunca había oído. Todos ellos, salvo uno.

Iaobahl. Conocía ese nombre. Una pieza del puzzle que hasta ahora se mantenía en la oscuridad, y sobre la que las palabras del narrador arrojaban una tenue luz que permitía vislumbrar sus perfiles. Quizás lo que sabía Aleera sería suficiente para disipar por completo las tinieblas.

—Faltaría más —respondió a Zz’Pora—. Vamos a la barra a pedir algo de beber, amigas. ¿Quieres algo también, Xander? —preguntó al ilmaterino, que se había apostado junto a la entrada como un portero.

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30/12/2014, 19:27
Aleera

Existe—recalcó Aleera como si acabasen de preguntarle si la nieve era blanca—. ¿Qué clase de broma de mal gusto es esta? No quiero perder el tiempo bebiendo nada, ¡quiero encontrar a Nikander antes de que se vuelva a escapar!

Ella no era ninguna sabia de Cubi-loquefuera pero tenía bastante claro que quien le hubiese puesto ese nombre a un mundo, o plano, o realidad, o adonde fuera que hubiesen ido a parar en "honor" a aquel tipo merecía arder. La sola idea le daba nauseas; se sentía frustrada, como si alguna entidad cruel e invisible se estuviese riendo de ella.

Pero era evidente que la solución a aquella locura no la iban a obtener en aquel momento, puede que ni allí, apretó los dientes cubriéndose la cara con las manos. El aire de aquel lugar de pronto se había vuelto demasiado pesado de respirar.

—Lo siento—musitó soltando un hondo suspiro. Ni si quiera estaba segura de que aquel tipo fuese el amigo real de Zz'pora pero no tenía la menor intención de impedirle hablar con él, sería injusto—. Lo siento, yo... mientras... creo que intentaré averiguar algo de este sitio.

Giró sobre sus talones y se dirigió a la barra. Existía una regla no escrita sobre que todo tabernero era un aventurero retirado, y si no lo era, sabía de todo. Así que en cualquiera de los casos trataría de sacar algunas indicaciones de aquel.

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31/12/2014, 07:40
Xander

Xander miró hacia atrás como si tardara en entender las palabras de Iseo. No hacía tanto que conocía a esa gente, pero seguía sorprendiéndole que alguno de ellos pensara en el clérigo ilmaterino cuando él mismo lo hacía tan poco.

—Gracias. Tomaría un vaso de vino. Vigilaré en la puerta que no vengan problemas.

A él también se le había ocurrido que los que individualmente huían asustados bien podían volver en grupo enfadados.

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31/12/2014, 07:50
Evaryan "Palabras Melosas"

Evaryan posó la mano amistosamente en el hombro de Zz´pora cuando los otros fueron hacia la barra. —Es bueno verte aquí. Te invitaría a una cerveza, pero ya debo más copas de vino de las que podré pagar en un futuro cercano.

No cabía duda de que era Evaryan en carne y hueso. Voz, apariencia y personalidad. Su expresión había sido más triste desde el terrible suceso que separó a los Siete Honorables. Esto parecía ahora más cierto que nunca.

—Aquel día— claramente la memoria del bardo había divagado hasta el mismo momento —¿Recuerdas las últimas palabras de aquel tipo rubio al que Nuala...?— Zz´pora nunca podría olvidarlas. El rostro de cada una de sus víctimas de aquel día estaba grabado a fuego en su memoria, pero el hombre rubio había sido el último en morir, con una daga de la elfa en el pecho. También había sido el único en hablar, y comprensiblemente con sus últimas palabras maldijo a sus asesinos.

—"La ruina os azote hasta que paguéis por vuestro crimen". ¿Algo así, verdad?

La elección de palabras había sido poco sorprendente viniendo, como supieron después, de un ferviente seguidor de Waukin. En todo caso, a Zz´pora nunca se le había ocurrido interpretarlas literalmente.

—Al menos conmigo su último deseo se ha cumplido. Estoy en la ruina. No es que no me lo merezca. Tal vez los dos juntos podamos hacer algo— sus ojos miraron esperanzados a Zz´pora. —Compensar de algún modo el daño hecho. ¿Me ayudarás? He estado reuniendo información y...

Se interrumpió al dar con la mirada en Trixa, Iseo y Aleera.

—Lo siento, no pretendo desviarte de tus otras obligaciones. Puede esperar, pero sé que no seré capaz sin ti. Hoy en día parece que mi lengua me mete en más problemas de los que me saca, y tengo tantas deudas que apenas puedo moverme por la ciudad sin recibir amenazas.

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31/12/2014, 18:35
Iseo de Candelero

Iseo se mantuvo en silencio durante el exabrupto de Aleera. La elfa no había revelado todavía el motivo de su búsqueda de Nikander, pero era cada vez más notorio que las emociones que le suscitaban esas razones no eran menos intensas que las de Zz'Pora y Trixa.

Asintió a Xander en silencio y se dirigió a la barra, tras la druida, dejando al bardo y al seguidor de Shaundakul sumergidos en su conversación.