Partida Rol por web

Torre en brumas

Iaobahl

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07/01/2015, 22:07
Tabernero

El tabernero parecía cada vez más a la defensiva. La conversación se le antojaba llena de preguntas trampa, y ahora que lo pensaba no estaba tan seguro de que no trabajaran para el Archimago. Tal vez esperaban la respuesta equivocada para lanzársele encima.

—Deben de venir de muy lejos. No sé de ningún sitio donde no se conozca al Archimago. Todo a este lado de las brumas le pertenece. Él crea las leyes y los golems las hacen cumplir. Eso es todo lo que necesitan saber.

El hombre parecía a punto de cerrarse por completo, o tal vez hacer algo más drástico. Afortunadamente, el comentario de Iseo pareció tranquilizarlo. La oghmita, mucho más acostumbrada a tratar con gente, empleó el tono apropiado para ablandar al suspicaz hombre. Cuando respondió a su pregunta, el tabernero lo hizo algo más relajado, aunque Iseo sabía que lo mejor era no forzar la suerte.

—No sé. El peletero lo vio de cerca. Y unos niños que jugaban junto a la plaza de las leyes le hicieron preguntas. Yo solo escuché de segunda mano.

- Tiradas (1)
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07/01/2015, 22:29
Xander

Xander había estado bebiendo su vino sin alejarse de la puerta, desconfiando de todo lo que pudiera acercarse en ese pueblo. Llamó la atención de los demás cuando dejó el vaso sonoramente en una mesa antes de anunciar.

—Se acercan seis hombres armados y una docena de pueblerinos.

No resultaba sorprendente que la autoridad local acabara por presentarse. O tal vez solo fueran los seis más valientes de entre los asustados aldeanos. Posiblemente solo fuera una comprobación de rigor, acompañada por curiosos inocupados del pueblo. En el peor de los casos, todos conocían el significado de la palabra "turba".

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08/01/2015, 00:20
Trixa

Trixa escuchó a Xander. —Sí, y todavía no me ha puesto la cerveza.

Si estaba asustada o enfadada, no lo demostraba, pero si que estaba siendo algo cabezota. 

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08/01/2015, 00:38
Aleera

Aleera suspiró desanimada en el fondo por el simple hecho de que por más que lo intentase era incapaz de congeniar con la gente; había puesto su tono más amable e incluso le había sonreído a aquel hombre pero el condenado posadero parecía dispuesto a sacarse los motivos de la manga de todos modos. Así que simplemente se acodó de nuevo en la barra apoyando la barbilla entre las muñecas con gesto ocioso y dejó hablar a Iseo.

Normalmente las turbas de gente histérica que no sabía ni por qué estaba histérica se generaban como por ensalmo y a ella particularmente la hastiaban. Pero ya había dicho unas cuantas veces que quería irse del pueblo, no quedarse a tomar vinos; a esas alturas y le daba igual. Estaba deseando que Zz'pora acabase de decir lo que tuviera que decir y largarse de allí.

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08/01/2015, 02:20
Iseo de Candelero

Iseo dejó una moneda de oro sobre la barra.

—Supongo que no reconocerás la acuñación —dijo, empujándola hacia el tabernero con el dedo—, pero sí de qué está hecha.

A menos que el oro carezca de valor en este lugar.

Era obvio que algo no cuadraba en el parco recuento del tabernero. Por su apariencia, Nikander era solo un hombre. Por desconfiados de los forasteros que fueran en aquel pueblo, no se habrían mostrado tan suspicaces con el mago sin más motivos que su presencia.

El golpe del vaso de Xander contra la madera la distrajo del curso de sus pensamientos. El hombretón advirtió a los demás de que varios hombres armados, acompañados por un grupo más numeroso de aldeanos, se acercaban a la taberna. Confiaba en evitarlos, pero no podía decir que fuera una sorpresa.

Bebió un sorbo del vino y dirigió una mirada preocupada a la coronilla escamada de Zz’Pora. Los pueblerinos solo estaban asustados, deseando ser convencidos de que todo iba bien, de que no traían problemas y no planeaban permanecer en el pueblo. El aspecto del hombre lagarto complicaba la diplomacia.

Ah, olvídate de titubeos que no conducen a soluciones fructíferas, y piensa en usar los recursos de los que dispones, como ha hecho Evaryan para ganarse a esta gente.

—A menos que prefiráis marchar en este momento, tendremos que hablar con ellos.

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08/01/2015, 09:39
Zz'pora

—Lo sé —dijo Zz'pora—, pero te preguntaba si habías tenido bajo vigilancia a su informante, no a él. ¿Crees que sería posible que fuéramos a hablar con ese hombre? 

El aviso de Xander hizo al Caballero de Chelimber girar sobre sus talones. No se consideraba un gran líder, pero se esforzaba por sacar lo mejor de la gente que tenía alrededor.

—¿Evaryan? Creo que necesitaremos tus Palabras Melosas...

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08/01/2015, 10:36
Evaryan "Palabras Melosas"

—Solo recientemente me enteré de su nombre, Godric. Sé que frecuenta la taberna, así que pensaba esperarlo aquí unos días, pero supongo que se pueden hacer unas preguntas y...

Su explicación fue interrumpida por el anuncio del clérigo.

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08/01/2015, 10:37
Evaryan "Palabras Melosas"

El bardo se puso de pie, contestando a Zz´pora en voz alta para que sus amigos también le oyeran.

—Les llaman homúnculos porque son una patrulla ciudadana en ausencia de los golems, que son la verdadera guardia del Archimago. Pero que a nadie se le ocurra usar ese apodo cuando ellos escuchan— se apresuró a añadir.

—Harald, el alquimista, estará al mando. Que nadie mencione a Nikander y...— miró hacia Zz´pora —mejor no hables si no es imprescindible.

Las miradas pasearon nerviosamente por la sala. Estaba claro que no había tiempo de intentar una salida de emergencia que fuera discreta ni de planear algo más sofisticado. Afortunadamente, el bardo Evaryan, conocedor de las costumbres de esa gente, pareció hacerse cargo de la primera impresión. 

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08/01/2015, 10:50
Director

No tardaron en entrar en la taberna los seis hombres anunciados. Vestían con ropas pesadas, y podrían pasar por cualquier otro lugareño si no fuera por una tela roja que todos lucían enrollada en la muñeca derecha a modo de brazalete. Llevaban espadas cortas al cinturón, aunque más de uno acercó la mano a la empuñadura tan pronto como vieron a Zz´pora. Se escuchaban voces en el exterior. Sin duda los curiosos se habían quedado fuera, por mayor seguridad.

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08/01/2015, 10:55
Harald

—En nombre del Archimago, contestad a mis preguntas y más vale que no haya problemas. ¿Quiénes sois y qué...?

El hombre, que por los aires de autoridad no podía ser sino el tal Harald, olvidó por completo lo que estaba diciendo cuando vio al hombre lagarto.

—Entonces es verdad. ¡Calibán! ¡Brujería!

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08/01/2015, 11:02
Evaryan "Palabras Melosas"

—Son todos viejos amigos, Harald. Están solo de paso en el pueblo— Evaryan se apresuró a interrumpir antes de que la indignación del alquimista fuera a más.

—Especial como mi amigo con escamas es, no debe su aspecto a brujería. Alguien tan versado como tú en saberes varios recordará las historias de hombres lagartos en los grandes pantanos, al norte.

Tanto con mujeres como con enemigos, la adulación era el arma predilecta para Evaryan. Una herramienta que le había ganado su apodo.

—Y, en todo caso las leyes no hacen mención a criaturas tales como la que tienes delante, ¿verdad? Sabemos cuán poco gusta el Archimago de las interpretaciones libres de su ley. Pero es descortés de mi parte hablar por estos viejos amigos. Ellos explicarán sus intenciones y el motivo de su breve visita al pueblo.

Miró hacia Aleera, Iseo y Trixa, dando pie a que se presentaran. El bardo había suavizado la situación, pero evidentemente la suspicaz patrulla estaba todavía lejos de dar la situación por resuelta.

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09/01/2015, 01:24
Iseo de Candelero

Homúnculos. Supongo, entonces, que los golems son también hombres, soldados de ese Archimago.

El sexteto mencionado por Xander no resultaba impresionante. Hombres corrientes armados con espadas cortas. Ni siquiera se protegían con armaduras o escudos. A menos que fueran sorprendentemente hábiles, cualquiera de sus compañeros parecía lo bastante formidable como para enfrentarse a ellos en solitario, con posibilidades de victoria. No vamos a llegar a eso.

Una patrulla ciudadana, tal y como acababa de anticipar el bardo, liderada por el alquimista local. Predeciblemente, en cuanto su mirada se posó en Zz’pora, se puso en guardia. Iseo no reconoció la palabra que usó para describirlo: calibán. Dedujo, por las palabras de Evaryan, que se trataba de humanoides tocados de alguna forma por la magia, sin nada que los relacionara aparte de su aspecto inhumano.

Cuando el bardo les dio pie para explicarse, Iseo miró a los seis a los ojos, uno tras otro, buscando su atención antes de centrarse en el líder.

—Lamento que nuestra llegada haya causado este revuelo, y que se hayan visto obligado a dejar sus ocupaciones para acudir a confrontarnos —. El tono era firme. No había dobleces ni ironía en sus palabras, pero tampoco temor—. Nuestro amigo no es una visión común en los asentamientos de nuestra tierra, pero los suyos son reconocibles a simple vista; es gracias a su gente que los mercaderes y viajeros pueden atravesar los pantanos sin temor. No somos más que viajeros de paso, con el propósito de refrescar los gaznates y comprar provisiones.

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09/01/2015, 16:04
Trixa

Para Trixa una turba de humanos era exactamente igual que una turba de orcos, y a pesar de las palabras de Iseo, no se iba a callar, si esa gente se ocupaba de sus asuntos, ella se ocuparía de los suyos.

—Yo he venido aquí a tomarme una cerveza. En el bosque no las ponen. Y este tío no me la ha puesto. Claro, en este pueblo de mierda no debe tener competencia— comentó con tono desafiante.  

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09/01/2015, 16:13
Zz'pora

Zz'pora enlazó las manos a la espalda y dejó hablar a sus compañeros, balanceándose ociosamente hacia delante y hacia detrás.

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09/01/2015, 16:38
Aleera

Aleera había dejado hablar a Iseo, si hablaba ella seguramente pasaría lo mismo que con el posadero; le tendrían miedo desde a saber los dioses por qué. Claro que la buena voluntad que podría haber transmitido la erudita se fue al diablo rápidamente otra vez por brusco comentario de Trixa.

Aleera llevaba desde un buen principio intentando ser comprensiva con ella pero estaba en su límite. No era capaz de soportar a la gente que embestía hacia delante tirando por la borda el esfuerzo de los demás sin pensar en qué diablos estaba haciendo. Y desde luego tampoco entendía qué clase de lógica tenía el pretender darles de patadas a un puñado de pueblerinos; ni que fueran a sentirse más rudos o algo así.

—Trixa, ¿podrías utilizar la cabeza aunque fuera por una vez?—gruñó exasperada—. No sé si es que todo lo resuelves igual pero yo no le veo el sentido a insultar a esta gente porque sí. O a crearnos problemas a los demás en general.

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09/01/2015, 20:11
Tabernero

El tabernero no tardó en reaccionar. Por poco intimidantes que fueran aquellos seis "homúnculos", el dueño del establecimiento parecía amedrentado por su presencia. No dejaría que esos forasteros le metieran en sus problemas.

—Llegaron aquí preguntando sobre un brujo y dicen no saber quién es el Archimago. No quiero tener nada que ver con ellos.

Repitió el gesto levantando las manos defensivamente, como distanciándose de todo. Un gesto que, por lo visto, resumía muy bien la forma de ser de todo el pueblo. Las tres mujeres no dejaron de notar que, a pesar del reniego del tabernero, la moneda de oro había desaparecido de la barra. Era casi tranquilizador ver que la gente, supersticiosa e intolerante como era, también podía ser mezquina y codiciosa. Recordaba a Faerun.

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09/01/2015, 20:25
Harald

Harald, a pesar de todo, sonreía. Monstruo o no monstruo, había sido convencido de que el lagarto no tenía que ver con magia y, por tanto, no era asunto suyo. Además, quedaba claro que tenían intención de salir del pueblo pronto. Más despreocupado por Zz´pora, el insulto de Trixa cambió la situación a una más familiar y mucho más cómoda. Viajeros buscaproblemas no eran una novedad, y la patrulla se aseguraba de crearles los problemas a ellos. Juego de niños, ya que estos forasteros parecían tener mucho que esconder.

—Con que interesados en brujos, ¿eh? Ya basta de tonterías. ¿Qué hacéis aquí? Me empieza a parecer que sois asunto para los golems.

Ahora que miraba a los extranjeros mejor, el alquimista no dejó de notar algo raro en Aleera. Esas orejas no eran normales, y su belleza era entre fascinante e inquietante.

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09/01/2015, 20:41
Aleera

Aleera creía que había visto gente espesa en su vida, entonces conoció a los habitantes de Iaobahl.

No obstante, se armó de paciencia, gritar no iba a servir de nada. Tampoco quería dejar a Iseo sola con aquel chaparrón de modo que le echó una mano con el tono más tranquilo que supo poner.

—Acabamos de decírselo: estamos de paso tomando algo de beber. Y no somos de por aquí, por eso no sabemos quién es el Archimago—repitió encogiéndose de hombros—. No estamos "interesados en brujos"; buscamos un mago concreto porque nos ha amargado la vida o le ha hecho daño a nuestros seres queridos, no para invitarlo a una fiesta. ¿Tan raro es preguntar si ha pasado por aquí?

Se fijó entonces que ahora era el alquimista quien la miraba igual que la había mirado el posadero. ¿Tenía algo en la cara o es que al final iba a ser verdad que allí no habían visto un elfo en su vida? No sabía definir si lo fascinaba o lo asustaba pero se le hacía incómodo que la mirase así.

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10/01/2015, 01:07
Harald

El hombre miró a los forasteros uno a uno, acabando en Zz´pora. Nunca había visto un grupo tan extraño, pero no estaba seguro de qué hacer al respecto. Tal vez no quisieran crear problemas después de todo, pues con tantas armas les hubiera sido fácil, pero ocultaban algo.

—Si eso es verdad— al final decidió tomar el camino fácil —no hay ninguna ley incumplida, y por tanto no es problema mío. Te haré responsable de cualquier problema que causen.

Esto último lo dijo dirigiéndose a Evaryan. Evidentemente el alquimista ya estaba deseando quitarse el inconveniente de delante, pero no podía dejar ir a los forasteros sin alguna muestra de autoridad.

—Beban, aprovisiónense y sigan su camino. Si siguen en el pueblo mañana se las verán con nosotros. Si no son de por aquí, les conviene ir a la plaza a leer las leyes. Y si de verdad supieran de un brujo por los alrededores, les aconsejo que compartan todo lo que sepan de él con los golems. Ellos darán su merecido al nigromante, y tal vez hasta recompensen la información.

Puso los brazos en jarras, súbitamente cansado de la situación y con ganas de estar en cualquier otra parte.

—¿Entendido?

Su mirada buscaba señales de rebelión entre los forasteros, y especialmente miraba a la niña.

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10/01/2015, 02:51
Trixa

Trixa lo había visto muchas veces. Si a un matón le mostrabas que eras vulnerable, te golpearía y te robaría. Y el abusón del bigote, hablando de leyes... ¡Ja! Si decía que culparía al bardo de lo primero que se le ocurriera. Menudas leyes. De esas que servían para abusar de los demás. Al menos la elfa no se había achantado, le había hablado con tono bajito y suave. Pero sin achantarse, eso era lo importante. Ese hombre estaba deseando achantados. 

Entendido todo— respondió. Y repitió lo que había dicho, enumerando cosa tras cosa con sus largos dedos. —Tenemos que beber, aprovisionarnos y largarnos mañana antes del amanecer, para no vernoslas con ustedes y afrontar tirribles consecuencias. Y de paso, podemos ir a la plaza a leer las leyes. Tendré que aprender a leer primero. Claro. Todo entendido. Haremos todo lo que usted nos ha dicho.— se giró al tabernero. —Ya has oído al capitoste. Primero beber. ¿Donde está mi cerveza?