Partida Rol por web

16 de abril de 2021 por la noche. Apartamento de Frank.

Llegaron sin contratiempos al apartamento de Jefferson. No estaba desordenado, aunque tampoco demasiado limpio. No había parado demasiado por casa en los últimos días y tener que limpiar aquel almacén durante la  noche le había quitado todas las pocas ganas que ya de por sí tenía, de barrer o fregar su propia casa y aunque había pensado en poner una mujer para que le ayudara con aquello, todavía no había tenido tiempo de buscar una.

Peter seguía nervioso y algo incómodo al llevar puestos unos pantalones aún mojados y con olor a orín. Frank le prestó unos pantalones suyos, que aunque le quedaban algo ridículos al ser muy anchos y parecer que portaba unos bombachos, al menos estaban limpios y secos. No obstante, seguía tembloroso y como ido, por lo que los dos orcos dejaron de hacerle preguntas, al menos hasta que pudiera recuperar la calma. El bueno de Johnson se fue al balcón y se encendió un cigarrillo, tratando de esa manera, de tranquilizarse un poco.

Mientras tanto, Frank comenzó a manipular la cámara de seguridad. Tenía un puerto para un enchufe, aunque tenía que mirar si tenía alguno como aquel entre su material informático, aunque estaba seguro de que tendría uno que le valiera. De lo contrario, igual podía vincular por wifi la cámara con su ordenador, aunque en ese caso tendría que utilizar todos sus conocimientos informáticos para piratear el dispositivo y entrar por la puerta de atrás al sistema. Lo que también le preocupaba era que la cámara tenía un indicador de batería y parecía que esta estaba a punto de acabarse.

Mientras los dos orcos se planteaban como abordar el asunto de la cámara de seguridad, Peter entró en la habitación procedente del balcón. Estaba fumando de forma compulsiva y ya había agotado el cigarrillo hasta el filtro. Lo tiró al suelo de la habitación y lo pisoteo, todavía con la mirada perdida. Sacó un nuevo cigarrillo y lo encendió dando una larga calada que consumió casi un tercio del cigarrillo. 

- ¿Tienes una cer-cerveza, Frank? - Le preguntó el hombre que había sido expulsado del cuerpo por alcoholismo y que desde hacía algunos meses acudía a alcohólicos anónimos en secreto.

-Hay cervezas en el frigorífico, en la parte de abajo -dijo Jefferson a Johnson, aunque viendo que no se encontraba en buen estado, se dispuso a añadir-: ¿De verdad quieres empezar con eso otra vez? No deberías beber. Te necesitamos sobrio.

En esos instantes, la preocupación del orco estaba puesta en manipular la cámara de su ordenador. Vincular por wifi la cámara con el ordenador era la última opción, pues no estaba del todo seguro de tener los conocimientos para piratear el dispositivo en poco rato. Si tenía un puerto para un enchufe, todo sería mucho más sencillo.

-Voy a mirar entre mis cosas. Con suerte tendré un puerto para ese enchufe -comentó Frank, disponiéndose a buscar entre sus cosas algún puerto que pudiera servirle para aquella cámara.

Lyara se había decidido a acompañar al grupo tras desestimar dar el aviso aún, como había sugerido Zoddert. Aquel asunto la había dejado algo decaída, sobretodo porque no estaba acostumbrada a actuar de manera extraoficial. Era un asunto al que tendría que acostumbrarse, sin embargo, pues era probable que no pudieran confiar en terceros para aquella investigación.

—Desafortunadamente no soy ninguna experta en esta clase de trabajo. —comentó por lo bajo, aunque suspiró con alivio cuando se percató de que Frank había dado con el conector adecuado, mirando de reojo la cámara.

Por el momento simplemente se limitó a aguardar con intención de ver qué ocultaba la cámara, aunque dirigió una mirada de reproche a Peter. Aunque empatizaba con su situación hasta cierto punto, no le gustaba la rápida decadencia en la que se estaba sumiendo.

—Cálmate ya, Peter. Puede que estemos de mierda hasta el cuello, sí, pero ahora o espabilas y nadas a contracorriente o te dejas llevar por el río. —expresó con un carácter poco usual en ella— Y estoy segura de que no quieres dejarnos en el lodazal tras invitarnos a él. —agregó de manera más conciliadora después.

- Ya... - Le dijo a Frank cuando éste le "regañó", por pedirle una cerveza. - Lo sé, lo sé, pero...

No dijo nada más, simplemente abrió la nevera y agarró un pack de cervezas que dejó sobre la mesa. Agarró una de ellas y la abrió dándole un tragó largo. Acto seguido la dejó de nuevo sobre la mesa y agarró una sin abrir.

- ¿Alguien quiere una cerveza? - Preguntó.

Entonces llegó el consejo de Lyara. Peter bajó la mirada, pues sabía que su antigua subordinada tenía toda la razón del mundo. Sin embargo, hablar era muy fácil. Él mismo se había dicho muchas veces aquello que la elfa acababa de soltar, que tenía que espabilar, que no podía dejarse llevar por la corriente o que debía afrontar las cosas con calma y profesionalidad, pero del dicho al hecho, muchas veces había un trecho insalvable para Peter. Cada uno era como era y Peter, evidentemente, no era la clase de persona que valía para el trabajo de campo. Eso se había más que evidenciado.

- Lo sé Lyara. - Le dijo finalmente. - Trataré de...

Y fue entonces cuando la cámara se conectó correctamente al ordenador. Primero salió un mensaje que preguntaba si se deseaba cargar la cámara o bien consultar su contenido y Frank optó por ver que era lo que ocultaba aquel aparato pese a que la batería estaba baja. Supuso que sería suficiente como para pasar los archivos que pudiera contener a la memoria del ordenador.

Fue entonces Zoddert quien cogió el ratón del ordenador de Frank y comenzó a teclear. Al abrir la carpeta que parecía contener las grabaciones salieron no menos de cuatrocientos archivos. Por suerte estaban numerados por fechas y consultando la duración de éstos, parecía que la cámara tenía un sensor de movimiento que detectaba el movimiento en un área y que sólo entonces se activaba para empezar a grabar. Everton pudo comprobar como el archivo más antiguo de todos databa del 16 de marzo de ese mismo año. Supuso entonces que tan solo guardaba los archivos del último mes y el resto los borraba de forma automática para liberar espacio.

Rápidamente fueron a abrir los archivos más recientes y empezaron el visionado de los mismos. 

En el primer archivo que abrieron databa de día 14 de abril a las 22:37 horas y duraba apenas un minuto y medio. En la grabación se pudo ver como Steven se dirigía a la puerta y abría. Entonces el hombre que encontraron muerto en la entrada accedía al interior del inmueble, le daba un apretón de manos a Steven y ambos sonreían. Hablaban de algo unos breves instantes y desaparecían camino del comedor. La cámara entonces se desconectó tras unos segundos. Por desgracia no había sonido alguno, al parecer la cámara únicamente grababa imágenes y no sonido.

La siguiente grabación era del mismo día a las 23:44 horas. El hombre que había visitado a Steven se acercaba a la puerta de entrada y abría. No entraba nadie, pero se podía vislumbrar la imagen de un hombre con un casco de moto en la cabeza. Todas las alarmas se dispararon en los ex-agentes y la propia Lyara, pero cuando el hombre del casco le entregó una bolsa de plástico y el hombre muerto le pagaba por el pedido supieron que se trataba de una entrega de comida a domicilio.

El siguiente archivo databa del 15 de abril a las 02:58 horas. El hombre muerto junto con Steven se acercaban a la puerta procedentes del comedor y se despedían. El hombre muerto portaba un maletín de piel. Ambos hablaban en la entrada y con la puerta entreabierta unos tres minutos y diez segundos y acto seguido el hombre muerto se marchaba.

Ya no hubo más archivos hasta las 9:31 horas del día 15 de abril. Steven se marchaba de forma apresurada de la vivienda y el siguiente archivo databa del mismo día a las 15:20 horas, cuando Steven regresaba a casa junto al hombre muerto. Ambos pasaban al interior de la vivienda y se perdían en el interior de la misma.

Tan solo quedaban cuatro archivos, por lo que se hacía evidente que lo que estaban buscando se acercaba de forma inexorable. Fueron a por ello y abrieron el archivo de día 15 de abril a las 21:48 horas. Alguien tocaba a la puerta y era de nuevo el hombre muerto quien se aceraba a abrir sin ningún reparo. Al abrir, pareció por su gesto, como si se asustara, pues retrocedió alzando sus manos a la altura del pecho. Acto seguido se llevó la mano a la cintura con un claro gesto para desenfundar algún tipo de arma y entonces llegaron los disparos desde el umbral de la puerta, que abatieron a aquel hombre.

Lo siguiente que sucedió fue que tres hombres armados con armas cortas y con silenciador se desperdigaron por la casa, como buscando a alguien. Era evidente por sus coordinados movimientos y la forma de caminar, que tenían algún tipo de entrenamiento táctico. El último de ellos cerró la puerta y subió las escaleras dejando el recibidor solitario. Momentos después descendía de nuevo y se quedaba junto a la puerta de entrada.

Fue entonces cuando apareció de nuevo en escena Steven corriendo hacia la entrada, pero a ver al hombre que estaba frente a la puerta decidió subir al primer piso. Los tres hombres le siguieron de forma inmediata dejando de nuevo el recibidor vacío y al cabo de un minuto aproximadamente, la grabación se cortó.

La siguiente grabación databa del día 16 de abril, el mismo día en el que todavía se encontraban, a las 04:17 minutos de la madrugada. La cámara se encendió y pudieron ver como los tres hombres que habían asesinado al hombre que les había abierto la puerta descendían hablando entre ellos con algo de preocupación en el rostro. Momentos después miraban hacia el exterior a través de la cristalera opaca y tras hablar unos instantes se marchaban del lugar. Todos ellos llevaban guantes en las manos y al menos uno tenía la ropa salpicada de sangre, pero eso no fue lo que más les llamó la atención, no... lo que les dejó helados fue que en el último momento pudieron reconocer el rostro de uno de los hombres que habían asaltado la vivienda, pues antes de salir por la puerta, miró una última vez al cadáver y luego alzó la mirada hacia las escaleras, justo antes de salir.

Lyara bloqueó la imagen en ese preciso momento y para asombro de todos, el rostro de aquella persona fue fácilmente reconocible... Ryan Raynor, era uno de aquellos tres individuos. Su viejo compañero estaba metido en el ajo hasta el fondo y tenían aquella grabación como prueba de ello. Sin duda alguna, cuando Johnson trató de reclutarlo y dijo que no estaba interesado, posiblemente fuera porque estaba ya metido en un asunto mucho más oscuro...

-Madre mía... -comentó Frank, asombrado por lo que estaba viendo en las grabaciones-. El traidor... Fue Raynor todo este tiempo...

Aquello era algo que le costaba asimilar. Ryan Raynor siempre había sido un poco capullo, aunque parecía haber asentado la cabeza luego de que volvieran a asignarles el Caso del Asesino de Elfos. Le costaba creer que su ex-compañero pudiera estar relacionado con los inferni, de una manera u otra.

-Hay que avisar de esto a Celarian, por si acaso -dijo el orco, y tomando su teléfono móvil se dispuso a enviar un mensaje de texto a la elfa, esperando que pudiera leerlo cuanto antes.

Raynor es la rata.

-Tal y como yo lo veo, en Raynor tenemos la oportunidad de obtener más información -le dijo a sus compañeros, mientras se le venía una idea a la mente-. ¿Aún tenéis su número de teléfono? Se me está ocurriendo una idea para averiguar más sobre los inferni, aunque puede ser arriesgada.

Casi de inmediato sonó el teléfono de Jefferson. Se trataba de Celarian Calamar, le estaba llamando. Frank descolgó y escuchó del otro lado la voz de la semielfa. 

-Hola, Frank. ¿Cómo lo habéis averiguado? - Preguntó con fingida tranquilidad. 

Lyara observó de manera rutinaria las grabaciones, removiéndose un poco a medida que estas avanzaban hasta el ansiado final. Seguramente alguien encontraría aquella situación como morbosas, pero la elfa torció el gesto anticipándose a los sucesos. Cabe decir que al principio arrugó la nariz al no distinguir ninguna de las figuras... pero eso cambió completamente cuando la cámara enfocó a Raynor.

Al principio no terminaba de creérselo, tanto fue así que intercambió miradas con los orcos hasta que finalmente Frank confirmó aquello que no había podido asimilar.

—¿En serio...? Es decir... ¿por qué? —inquirió retóricamente, bajando el tono paulatinamente antes de sacudir la cabeza.

Afirmó con la cabeza ante el comentario de Frank. —He de tenerlo en algún sitio... ¿qué planeas? Si él no sabe que lo sabemos podríamos fingir solicitarle ayuda... —miró de soslayo el teléfono cuando sonó, según encendía su móvil 'bueno', hasta el momento había estado usando el que le había entregado Peter para ese asunto. Revisaría su agenda en busca del viejo contacto.

—La grabación. Sale él con otros dos hombres, son los asaltantes. —comunicó de manera neutra, tratando de serenarse ante la perspectiva.

-Celarian, si lo ves, no confíes en Raynor -le advirtió Jefferson, y después cortó la llamada.

Al orco le costaba asimilar que Raynor fuese uno de los inferni, aunque no era descabellado que estuviese trabajando para ellos. Al fin y al cabo, por muy chistoso que pudiera ser Raynor, no se le olvidaba que también había sido militar con experiencia, por lo que no era raro que los inferni pudieran tenerlo a sueldo.

-Había pensado en contactar con él -reveló Frank, exponiendo la idea que se le había ocurrido-. Raynor siempre fue muy masculino y... un poco ligón -recordó el orco, pensativo-. Mi idea sería que fingieras que necesitas su ayuda, Lyara. Le explicarías en lo que nos hemos metido y que han intentado acabar con todos nosotros, intentando hacerle ver que no sabes qué hacer y que necesitas su ayuda. Si consigues quedar con él, preferentemente en una casa, Zoddert, Johnson y yo entramos con unos pasamontañas e intentamos reducirlo. Fingimos un doble secuestro e intentamos sacarle información.

Lyara se frotó el cuello, como siempre que algo no la convencía. Sin embargo se mantuvo silente durante unos instantes y tras proferir un suspiro de resignación terminó por asentir.

—Podría funcionar, sí. —concedió después— Igual que podría no hacerlo, pero a estas alturas no es una oportunidad que podamos despreciar. No creo que nos perjudique significativamente.

Finalmente se tomó una mano con la otra.

—Aunque deberíamos asumir que en el peor de los casos hará aparición junto dos de sus compañeros... como vimos en las imágenes. —cabeceó discretamente hacia la cámara.

- ¿E... estáis seguros? - Intervino Peter. - ¿Creéis que es bu-buena idea? - Les peguntó. - Ryan Raynor es pe...peligroso. - Tragó salvia. 

De nuevo se veía en Johnson a un hombre totalmente inseguro, miedoso y con una nula capacidad para afrontar lo que conllevaba aquello. Su mirad expresaba el miedo que sentía y tiraba por tierra cualquier expectativa que hubiera podido levantar con anterioridad.

- Creo que lo mejor es... - Miró a Zoddert. - ...alejarse. - Posó una mano sobre el hombro del orco. - ¿No cree Everton?

- Es arriesgado. - Le respondió a Peter. - Pero también lo és no hacer nada. Estamos tratando con gente peligrosa, ya lo sabíamos cuando nos metimos en ésto. - Afirmó rotundamente. - Lo que no sabíamos era que nos iban tres pasos por delante y que ahora Raynor esté con ellos, implica que nos conocen mejor de lo que podíamos llegar a sospechar. - Miró entonces a Lyara dejando a Peter "el inútil" Johnson, en un segundo plano. - En cualquier momento pueden volver a por nosotros y tenemos que cambiar la tónica y ser nosotros los que vayamos por delante. - Se acercó a Lyara. - Si quieres hacerlo, yo te apoyo.

Frank notaba que Peter claramente no estaba hecho para aquel tipo de trabajo. Posiblemente lo mejor que pudiera hacer fuera echarse a un lado y dejar que ellos le sacaran las castañas del fuego, o directamente marcharse a un lugar en el que los inferni no pudieran encontrarle y ocultarse una buena temporada.

-Ya estamos metidos en esto -dijo el orco, en tono serio, dirigiendo una mirada a Johnson-. No podemos echarnos atrás ahora y sabemos que Vaamar tampoco se va a echar atrás después de que hayan secuestrado a su pareja.

Aunque Lyara miró de reojo a Peter, parecía profundamente decepcionada por su actitud, por lo que se centró rápidamente en sus compañeros orcos a los que dirigió un asentimiento.

—Parece que tenemos un plan. Lo lógico sería que lo llamara desde mi casa. —se tomó una mano con la otra valorando las posibilidades— ¿Esperamos a Vaamar para ello? El tiempo estájugando en nuestra contra.

No saber hasta qué punto conocían del grupo era algo que la preocupaba. A Peter lo habían atacado directamente y a Celarian a través de su pareja. Cualquiera diría que podían esperar una emboscada en cualquier momento, si es que no buscaban medios más sutiles para presionarlos.

Fue precisamente cuando Lyara soltó aquella pregunta el timbre del piso de Frank sonó. Se miraron los unos a los otros algo desconfiados. Sí, estaban esperando a Celarian Vaamar, pero... ¿y si no era ella la que estaba tocando y en cambio se trataba de alguien enviado por sus enemigos? De nuevo sonó el timbre de manera insistente y volvió a sonar. Casi podían escuchar las maldiciones de la semielfa desde la puerta de entrada al edificio. Sin duda era ella.

Finalmente fue Frank quien se dirigió al portero automático y tras escuchar las serpientes que salían por la boca de la elfa al haberla hecho esperar más de la cuenta, tocó el botón para dejarle subir a su piso y ponerse al día. Momentos después tocaron a la puerta, Jefferson abrió y de nuevo estuvieron los cinco reunidos.

Siempre tenía cara de malas pulgas, pero cuando me paraba un policía narcisista y todavía no había conseguido lo que me había propuesto, mi grado de tolerancia oscilaba entre una mierda y a tomar por el culo.

Pero había logrado contenerme lo suficiente como para hacer algo constructivo y llegar hasta allí, y a pesar de que tenía preguntas, procedí a contar lo mío.

-Ya era hora de que abrieseis, joder -protesté al entrar, antes de cerrar la puerta con un sonoro golpe -. Vale, primero yo y después vosotros. He ido al bar de Hoogan's para hablar con McFadden, que es de la organización. Me ha dicho que tirará de unos cuantos hilos y me llamará con lo que tenga. Le he contado lo de Raynor, así que estará sobreaviso. Nos toca esperar. Y ahora vosotros. ¿De dónde habéis sacado que la rata es Raynor? ¿De la cámara? Y Peter, ¿sigue pareciéndose a un yogur?

Me adelanté unos pasos para ver el aspecto de Peter, porque aunque ya no contaba con él, y con un poco de suerte ni siquiera lo necesitaríamos, estaba allí y tampoco iba a dejar que se quitara de en medio con tanta facilidad.

-Peter, más te vale rehacerte por tu cuenta o lo haré yo misma a hostias. Tú nos has metido en este lío, y tú seguirás con nosotros hasta que salgamos, te guste o no. Me han dicho que tu nivel en la organización es una mierda y que ni siquiera entiende cómo te dieron apoyo para todo esto, así que empieza a hablar. ¿A quién te follaste para que te diesen esta oportunidad que has jodido?

Poco a poco me iba calentando, así que más valía que me dijesen algo, quien fuese, o quizás empezara a golpear la pared con la cabeza de Peter, solo para desahogarme.

- Bob... contactó conmigo. - Le respondió Peter a Celarian. Seguía estando nervioso, se notaba en su tono de voz y sus manos, aunque menos todavía temblaban. 

Difícilmente iban a sacar algo útil de aquel proyecto de hombre y sin embargo, allí estaba, de pie, con la mirada perdida, como si se tratara de un niño que sabe que le van a regañar. No obstante, Vaamar había sido muy tajante. Necesitaba a un Peter "rehecho", que sirviera para algo y que ayudase a sacarles de la mierda en la que se habían visto sumidos.

- Voy a hacerlo, ¿vale? - Le dijo sacando fuerzas de flaqueza. - Me portaré como el hombre que soy. - Dijo con cierta confianza en si mismo. - Bob me contactó. - Comentó con mayor seguridad en si mismo. - Fue el quien me dijo que el Escudo de la Luz estaba interesado en que me encargara de un grupo. Pensé en vosotros de inmediato y bueno, me presentaron a McFadden. Fue una sorpresa para mi que estuviera metido en todo esto. - Sonrió levemente. - Una vez conocí a dos hombres que están dentro de la organización. No se su nombre, pero hablé con ellos antes de llamaros a vosotros. Me dijeron lo que querían de nosotros. Lo de Port Jersey... - Hizo una breve pausa. - Fueron ellos los que me contaron la historia de las varitas... toda esa mitología. - Resopló. - McFadden es la clave ahora. Quizás los conozca. Puede que... - Alzó las cejas. - ...puede que él pueda contactar con el Escudo de la Luz.

Cuando Vaamar reveló que el nivel de Johnson en la organización era bastante bajo, el orco no pudo sino lanzar un pequeño suspiro. Como se temía, Peter era tan prescindible para el Escudo de la Luz como también lo eran ellos cuatro. Para colmo, Johnson revelaba que, en cierto modo, él solo conocía a algunos hombres dentro de la organización y que no tenía contacto con el Escudo de la Luz, lo que les dejaba cada vez más solos contra los inferni.

-Hemos visto a Raynor y a otros dos salieron de la casa del contacto mediante la cámara -le explicó a la elfa, quien tal vez aún no creyera en la traición de su antiguo compañero-. Está metido en esto hasta el fondo. Como Peter también intentó reclutarlo, por eso sabía tanto sobre nosotros y pudieron atacarnos a todos a la vez.

El orco sabía que debían de poner a Celarian al tanto de lo que habían decidido. Era un plan arriesgado, pero podía ser la mejor oportunidad que tuvieran para averiguar sobre los inferni.

-Cuando has llegado, estábamos hablando sobre planificar el secuestro de Raynor para sacarle información -explicó Frank, poniendo a la elfa al día de los acontecimientos-. Habíamos pensado que Lyara llamase a Raynor desde su casa, pidiéndole ayuda y haciéndole ver que estaba asustada y preocupada por los inferni. Todos sabemos cómo era Raynor -sonrió, mostrando los colmillos-, al menos antes tenía un alto concepto de sí mismo. Intuyo que acudiría a ayudar a Lyara, con su típica masculinidad habitual. Y justo cuando esté en casa de Lyara, los demás caemos sobre él con pasamontañas y lo reducimos. Habrá que fingir que es un doble secuestro y que Lyara también es una víctima, pero creo que podría funcionar. -El orco se quitó el bombín y se rascó ligeramente la cabeza, pensando-. Incluso podemos hablar con ese McFadden antes para que nos proporcione un lugar al que trasladar a Raynor, como un piso franco del Escudo de la Luz o algo así.

Lyara asintió ligeramente ante la llegada de Celarian, no parecía tomarse muy a pecho su disposición. Era evidente que las circunstancias que envolvían al grupo alimentaban al nerviosismo colectivo en mayor o menor medida. Pero escuchar aquello que tenía por decir no la entusiasmó mucho, dirigiendo una mirada momentánea a Peter.

No quería pecar de ingenua, ni exponer un pensamiento infantil de si el Escudo de Luz es el bien, no nos abandonará. Pero eran pensamientos básicos a los que le gustaría agarrarse.

—¿Qué impresión te dió McFadden, asumió bien lo ocurrido? Ya sabes... si parecía seguro de su plan de contención o estamos a la espera de algo que podría o no ocurrir. —por su tono estaba claro que quería curarse en salud. No quería señalar directamente a Peter, pero era evidente que se había llevado un buen chasco con él.

Luego afirmó nuevamente con la cabeza a la explicación de Frank.

—Aunque en las circunstancias actuales no sé si sigue siendo una prioridad. Pero si queréis emprenderlo de igual manera, me ocuparé de hacer la llamada. —comentó comedidamente.