Partida Rol por web

-BRIGHT 3- Caida a los infiernos. [+18]

Prólogo. Una Cita en el 83-16 de Parsons Boulevard.

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14/04/2021, 15:21
Narrador

Nueva York, 14 de abril de 2021.

Ya habían pasado algunos años desde que se diera por cerrado el caso del "Asesino de Elfos". William Harrison seguía en prisión al haber sido condenado por los terribles crímenes que había cometido. Las únicas noticias que se tenían de él eran acerca de que se trataba de un preso modélico, que se había convertido en un miembro importante de la vida diaria entre rejas. Su gran conocimiento de contabilidad le había repercutido en algunos beneficios penitenciarios al ayudar al Alcaide en algunas materias y tampoco había tenido problema a la hora de integrarse con el resto de presos. Fuera como fuera, aquello ya no era de la incumbencia de los agentes que le encerraron.

Ryan Raynor se reenganchó en el ejército y lo último que sabían de él sus ex-compañeros, era que estaba sirviendo en el extranjero. A O'Maley le fue bien en su vuelta Boston, pues aún perdiendo su condición de detective, acabó encargándose del vestuario. Un puesto tranquilo al que se adaptó fácilmente. Courier, había sido la mejor parada tras los expedientes sancionadores por la negligencia de llevar a un testigo de los crímenes como fue Nimwë a una inspección ocular que acabó con una grave herida de bala en su espalda que le dejó tetraplégico. Jeannine, acabó como guardia de tráfico, lo cual no se le daba nada mal.

Por su parte, los agentes Everton y Jefferson perdieron su condición de agentes cuando entró en vigor la polémica ley Nimwë de segregación racial, por la que se declaraba incompatible la función policial para "razas inferiores", la orca y la enana. Se les ofrecieron diferentes puestos en la administración, pero ambos declinaron las ofertas. Celarian Vaamar fue declarada principal responsable de los hechos y pese a que McGee trató de interceder por ella, el nuevo comisario jefe Robinson fue tajante en cuanto a su expulsión del cuerpo, por ello, acabó en la calle. Y Woods, era la única agente que seguía dentro del Departamento. Haber abandonado el caso a tiempo, hizo que conservara su empleo.

Woods había vuelto a hablar con Jefferson de tanto en cuanto, pues éste, se dedicó a la investigación privada montando una oficina de detectives. Los casos de amantes y absentismo laboral estaban a la orden del día y aunque no era lo mismo investigar ese tipo de asuntos, que crímenes de verdad, tenía alguna relación. Vaamar por su parte, se pasó a la seguridad privada. Había trabajado de escolta, de seguridad en discotecas, de instructora de tiro e incluso de seguridad en un aeropuerto, pero lo cierto fue que nunca logró asentarse demasiado tiempo en un mismo puesto. 

Del que nadie sabía nada era de Zoddert Everton. Clearian le vio una vez en el Bronx, hablaron un rato y le contó que se dedicaba a "sus asuntos" y que estaba bien. Que no vivía muy lejos de allí y que un día tendrían que reencontrarse con el viejo equipo. Le dijo que había cambiado el teléfono y se lo dio a Vaamar, pero ésta debió de cogerlo mal, pues nunca pudo ponerse en contacto con él. Woods también lo vio un par de veces por el Departamento, pero no llegaron a hablar nunca. Y Jefferson coincidió un mes en el gimnasio con Everton, aunque luego éste lo dejó y no logró sacarle mucha más información de la que le proporcionó a Vaamar. Después del tiroteo que sufrió durante la investigación del caso del Asesino de Elfos, su carácter ya agrió de por si, se había tornado mucho más esquivo y difícil. Pero al menos sabían que seguía vivo y que estaba razonablemente bien.

Lo que no cambió fue la relación entre Celarian Vaamar y Lyara Woods. Después de su tórrido encuentro en el apartamento de Celarian en el Bronx y de que semanas después, ésta se cansara de ella y la dejara - motivo por el que Woods cambió de unidad - nunca volvieron a dirigirse la palabra y años después, todo seguía igual entre ellas. Más ahora, que Celarian había sido expulsada del cuerpo.

Del que nada se sabía era de Peter Johnson. El que estuviera al mando de la fallida Unidad de Crímenes Raciales, había desaparecido completamente del mapa. Ninguno de sus viejos compañeros y subordinados había vuelto a saber nada de él hasta ese día...

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14/04/2021, 16:14
Narrador

Un día como cualquier otro, una carta llegó al buzón de los ex componentes de la Unidad de Crímenes Raciales. El contenido de la misma era un tanto inquietante. Una cita en una dirección de Manhattan y con escasa información. Pero eso no era lo más extraño, lo más extraño era el remitente de la misma. Peter Johnson...

Querido compañero, 

hace tiempo que no se nada de ti, como tampoco tú sabrás nada o casi nada de mi. Aprovecho para darte la enhorabuena por la resolución del caso del "Asesino de Elfos". No he tenido hasta ahora la ocasión de hacerlo y creo que te lo debo.

Tengo una importante propuesta para ti, pero no puedo comentarla aquí, no sería prudente. Por ello, te emplazo el día 14 de abril de 2021 a las 22:30 horas en el 83-16 de Parsons Boulevard, Mahattan.

Peter Johnson

Firma de Peter Furst

 

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14/04/2021, 21:03
Narrador

83-16 de Parsons Boulevard, Mahattan, 22:28 horas.

Cada uno de los presentes había acudido a la cita por motivos muy distintos. Quizá fuesen asuntos pendientes de ser zanjados, camaradería, curiosidad o falta de otras cosas que hacer, pero lo cierto era que a la hora convenida cuatro siluetas se habían plantado justo delante del 83-16 de Parsons Boulevard.

El edificio de la cita había resultado ser un destartalado almacén situado en la zona industrial de la ciudad. La construcción, de ladrillo visto y a todas luces necesitada de una buena reforma estaba casi adosada a la  antigua estructura de la autopista elevada que circunvalaba la ciudad de Manhattan lo que atestiguaba llevar bastantes décadas allí.

A aquellas horas, la zona industrial carecía casi por completo de tráfico y de peatones. Las noches eran aún frías  a mediados de Abril lo que lograba que las calles se vaciasen con bastante rapidez, quedando pobladas por los pocos camellos que se atrevían a enfrentarse al aburrimiento de la noche y por los clientes lo suficientemente desesperados por sus dosis como para aventurarse a las frías avenidas.

Y allí estaban, cuatro viejos conocidos, de pie y esperando a un quinto miembro de su pasado que si bien no se retrasaba, si era cierto que a falta de dos minutos para el momento de la cita, no había hecho aparición en escena.

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15/04/2021, 11:45
Celarian Vaamar

Ni siquiera me había dado cuenta del sonido de la alarma. Tenía la cabeza que parecía que me iba a explotar y mi apartamento tenía el mismo aspecto que un campo de batalla, o el dormitorio después de una orgía romana.

Estaba en la cama, completamente desnuda, y mi acompañante aún dormía, boca abajo, igualmente sin ropa, y destapada. No es que hubiese sido una gran noche, pero al menos había follado y no había perdido la noche. Desde luego, llevaba un estilo de vida que era un auténtico asco, pero desde que me habían echado del cuerpo la verdad es que me importaba una mierda todo.

No había durado más de una semana en mi último trabajo y todo porque le había dado una soberana paliza a un gilipollas que había intentado colarse y no se le había ocurrido otra cosa que decirme que una simple guardia de seguridad no era quien para decirle lo que debía hacer.

Supongo que no tuve ganas de controlarme.

Así que desde entonces, y a pesar de que sabía que debía controlar mi temperamento si quería mantener un trabajo durante más de tres días, no encontraba la motivación necesaria para conseguirlo. Si al menos hubiera tenido a alguien a mi lado que me hubiese apoyado y ayudado cuando lo necesitaba… pero no, hasta Woods se había largado. Supongo que una vez no estaba en el cuerpo, no era suficiente para ella.

Pensaba en todo ello en la cama, mientras fumaba, cuando una voz interrumpió el hilo de mis pensamientos.

-¿No es pronto para pensar tanto, cariño?

Me volví hacia ella, dándole una nueva calada al cigarrillo. Claire me miraba, aun tumbada de espaldas.

-¿No es pronto para hacer preguntas estúpidas? –repliqué, con mi mala hostia habitual.

-Veo que sigues de mal humor. Y cuándo no, la verdad. No sé por qué pienso que puedes ser diferente –me dijo Claire, dándose la vuelta, mostrando sus pechos pequeños y turgentes y al sentarse en la cama, dejando entrever el depilado triángulo situado entre sus muslos, despertando una punzada de deseo mañanero en mí.

-Si fuese diferente, quizás no estuvieses aquí –añadí, recorriendo su cuerpo con la mirada.

Claire había sido un descubrimiento. No estábamos juntas, pero follábamos con regularidad. No hacíamos muchas cosas más porque ella tenía su vida y yo la mía, pero tampoco buscábamos algo diferente en nuestra relación, al menos yo, porque en los últimos tiempos me había dado la sensación de que ella estaba descontenta y de que sí pretendía conseguir algo más de mí.

Quizás estábamos llegando al final de lo que fuera que tuviéramos.

-No es eso. Es que… siempre estás cabreada, Celarian. Desde que te conozco, vas a trabajar de mal humor, vienes de mal humor, bebes hasta que no puedes aguantar más, hacemos el amor y nos echamos a dormir. ¿No te cansas de hacer siempre lo mismo?

Cómo me fastidiaba tener razón. Incluso cuando veía lo que se avecinaba, no era capaz de hacer algo que cambiase el curso del destino, como en la jodida investigación. Ahora que lo pensaba, Claire era lo único que tenía en mi vida que no apestaba, aunque no fuese algo brillante y único, y si lo perdía, sabía que estaría hundida en la miseria más que nunca. Pero también que mi orgullo me impedía ceder un solo centímetro y mucho más, cuando sentía la presión que estaba haciendo ella.

-Lo que me cansa es que todos penséis que necesito otra cosa. Esto es lo que soy, lo tomas o lo dejas.

Claire no dijo nada más; se levantó y se dirigió hacia la ducha, mostrándome su hermoso y torneado cuerpo por detrás, mientras me maldecía a mí misma por ser tan cretina.

Las relaciones sociales nunca habían sido mi fuerte pero desde el caso, todo había ido de mal en peor. Por eso había perdido a Woods; por eso había perdido a todo el mundo. Me encontré de repente sintiéndome mal, culpable por no conseguir ser diferente, más amable, más… como ella, por ejemplo.

-¿Nos vemos después? –le grité, antes de que entrara en el baño. Ella se volvió y durante unos segundos, no tuve ni puta idea de lo que iba a decirme, temiéndome cualquier cosa.

La necesitaba, más de lo que estaba dispuesta a reconocer.

-Claro. Como todos los días. Cuando cierre el bar.

Claire trabajaba de camarera en un bar de copas y cerraba a las dos de la mañana. Esa era una buena razón para dormir hasta tarde. La otra era que los días no servían para nada. Su voz sonó cansada y mucho me temía que debía ser por mi causa, pero no todo estaba perdido y eso ya era algo.

Aquel día tenía aquella extraña reunión a la que me había convocado Peter. ¿Qué cojones querría? La verdad es que cada vez me apetecía ver menos a la gente de mi pasado. Si el pasado no me quería, cuanto más lejos lo mantuviera, mucho mejor, así que a la mierda todos. Pensé si merecía la pena ir o no, pero algo en mi interior me dijo que aquella carta no sería un simple saludo y que habría algo más importante detrás. Tampoco es que tuviera nada mejor que hacer en aquellos momentos porque estaba a la hora de buscar un nuevo empleo del cual pudieran echarme, así que disponía de tiempo libre.

Miré el reloj de la mesita: las dos de la tarde. Buena hora para tomar un desayuno fuerte y prepararse para otro día de mierda.  Entonces oí el sonido del agua de la ducha cayendo. Quizás todavía pudiera salvar algo de aquel día. Sonriente, le di la última calada al cigarrillo y me levanté para ir a la ducha y tomar un desayuno completo junto a Claire.

Cuando llegué a los malditos almacenes, las calles estaban desiertas y hacía frío. Pero al ver como se acercaban los que habían sido mis compañeros, mi rostro cambió. Joder, no había pensado en que también les diría a ellos que vinieran. Obviamente, a quien menos me apetecía ver era a Woods. El estómago me dio un vuelco al verla y mi reacción fue justo la opuesta, aparentando una mayor frialdad de lo habitual.

-Vaya, veo que no he sido la única en ser “convocada” a esta misteriosa. En todo caso, ya podía haber quedado con nosotros en un lugar mejor porque esto apesta –comenté, mirando a todos pero intentando fijarme en Woods.

Nunca le perdonaría que me hubiera dejado cuando más lo necesitaba. 

-¿Alguien sabe de qué coño va esto? -pregunté en general.

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15/04/2021, 14:34
Lyara Woods

Lyara siempre había querido verse a si misma como la agente perfecta: un sueño que poco después de formarse en la academía se había visto truncado por el caso que todos conocían. Aunque en los primeros compases de aquella investigación había tratado de mantener la compostura, pronto sintió que era un asunto que le venía demasiado grande. Aquel agobio sumado a los dilemas personales que atravesó junto a Vaamar, hicieron que huyera como pollo sin cabeza.

Pero pese a que las soluciones a corto plazo tienden a ofrecer un beneficio inmediato, Woods no tardó demasiado en sentirse desgraciada. Quizás había salvado su empleo, pero las medidas aplicadas al Departamento en seguimiento a las políticas de Nimwë hacían que cada día se cuestionara más si quería estar ahí. Eso sin olvidar que había sido la rata que abandonó el barco: había fallado tanto a su deber para con el caso como a sus propios compañeros. Era incapaz de no verse como una traidora.

Desde entonces había buscado el alivio manteniendo la mente ocupada, empleándose más horas de las que le eran demandadas y llegando a casa tan agotada como para únicamente pensar en echarse hasta el día siguiente. El contacto con Jefferson también le resultó de ayuda, ya que aunque no mantuvo demasiado trato con los demás, esperaba que sus antiguos compañeros hubieran encontrado una alternativa en la vida como había hecho él. Siempre había admirado a aquel orco.


Fuera como fuera, la elfa había recibido la nota como los demás: por una parte se alegraba de recibir una señal de vida por parte de Johnson, por otra, rememorar los sucesos no le hizo ningún bien. En cualquier caso aquella situación le abría una puerta a la que quizás nunca hubiera tenido acceso por su propia cuenta. No tardó en arreglarlo todo para librar ese día y poder acudir a la cita.

Aquel encuentro la puso tan nerviosa como los sucesos de tiempos pasados, pero aunque no logró conciliar bien el sueño, se levantó pronto. Una ducha rápida, sus ropas habituales y un desayuno frugal fueron preparativos suficientes como para mentalizarse para el encuentro nocturno. Quizás había sido excesivo liberar el día, pero prefería tener unas horas de tranquilidad. A fin de cuentas necesitaba poner orden en casa.

Dedicó la tarde a pasear no muy lejos del punto de encuentro. Una excusa como otra cualquiera para llegar de manera enfermizamente puntual a aquella peculiar reunión. Quizás alcanzar el lugar media hora antes habría sido excesivo, sobretodo porque a los diez minutos empezó a deambular como un alma en pena mientras hacía tiempo. Con cierto alivio saludó de manera cordial a quienes acudieron a la cita, al menos hasta que llegó Vaamar.

Ha pasado tie-... —se interrumpió al escuchar su voz. En su mente su discurso había sonado mucho más nítido, pero no había contado con la vehemencia de Celarian. Su impulso inicial se vió truncado y se limitó a asentir ante su comentario— No es el mejor lugar, pero intuyo que es un asunto grave que requiere de discreción. —dijo casi con un susurro, aunque resultaba audible para el grupo.

Aunque su expresión delataba cierto cansancio, se mantuvo ligeramente erguida. Tras un ligero carraspeo trató de pronunciarse a la carrera antes de que fuera demasiado tarde.

Quería deciros que me arrepiento de haberme hecho a un lado. —llevó una mano al cuello— Fue demasiada presión para mí y no tomé las decisiones adecuadas. Lo siento. —terminó por agachar la vista, enfocándola en los pies de la otra elfa.

Aunque no esperaba que aquello obrara como un hechizo, al menos sentía que se había quitado un buen peso de encima.

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15/04/2021, 20:00
Celarian Vaamar

La llegada de Lyara fue el principio de un momento de frialdad que seguramente, a la vista de todos los demás, podía cortarse con un cuchillo. Me sorprendió volver a oír su voz y notar que parecía estar intentando hablar conmigo como si fuéramos dos amigas que hacía mucho tiempo que no se veían.

Quizás se le había olvidado que me dejó tirada, sola con mis propios demonios, y una excusa demasiado barata como para servir de justificación. Cuando quieres a alguien, te pegas a él como un chicle a un zapato y sigues por mucho que se mueva por los peores sitios, o al menos, eso era lo que yo pensaba.

Pero ella no; seguramente se consideraba demasiado elevada para mí y yo, excesivamente franca y a veces dura. Quizás es que pensaba que no tenía sentimientos y que ni siquiera notaría su ausencia o a lo mejor que era dura de pelar y podría con todo sola, con lo que incluso podía estar haciéndome un puto favor.

A medida que mis pensamientos se retorcían, mi furia iba en aumento y la gélida respuesta que le había dado era, con toda seguridad, la mejor de mis respuestas posibles. De haber dejado que terminase su frase, aquello podía haber terminado condenadamente mal, antes incluso de que cualquier otro hubiese dicho algo.

Pero ojalá eso hubiera sido todo. Lyara Woods tenía que dejar su impronta de chica buena y excusar su comportamiento, el hecho de que todavía estuviera en el cuerpo y que no nos hubiera seguido a los demás al destierro. Y con eso… ¿qué hacíamos? Aviones de papel, porque otra cosa ya podría ser mal considerada por el grueso de la especie humana.

Lo que faltaba, una puta santa. Querrá que le demos la absolución para que pueda dormir tranquil, pensé, lamentando mi decisión de haber acudido a aquella reunión.

Además, había soltado aquella frase como si fuese un corolario. “intuyo que es un asunto grave que requiere de discreción”. Joder, también podía ser una venta ambulante de vibradores y dildos ilegales, ya que estábamos.

Ahora entendía porqué se había quedado en el cuerpo. Definitivamente, no sabía de qué iba todo aquello. No había comprendido el alcance real en su momento y tampoco terminaba de hacerlo ahora, pero coño, ya podía habernos apoyado… ya podía haberse quedado conmigo.

A la vista de todo, tuve que alejarme unos metros del resto del grupo para intentar calmarme. Era consciente de mi forma de ser, ruda, complicada, demasiado difícil en muchas ocasiones, pero también de mis virtudes. Era una mujer leal, valiente, que seguía hasta el final sin importarme las consecuencias. Aquellos eran… habían sido mis compañeros y les debía cuanto fuese posible, no porque ellos hicieran lo mismo, sino porque era lo único que me quedaba, algo así como mi honor y el orgullo de que alguien pudiera decir algún día, algo bueno de Celarian Vaamar.

Inspira y espira, Celarian. Tú puedes con esto. Olvida tu mierda personal y céntrate en lo importante. Estás allí para ver lo que tiene que decir Peter. Después… ya veremos.

Solo cuando conseguí recuperar el control de mis emociones, me volví hacia los demás. Lyara era una sombra del pasado que todavía debía aprender a gestionar en el presente. Quizás gracias a aquella reunión, lo consiguiera.

Pero la verdad es que lo dudaba.

Contemplé su rostro de nuevo, desde la distancia que había puesto entre ella y yo, y volví a rememorar nuestros encuentros, las horas que estuvimos juntas, no solo en la cama sino a lo largo de los días, y eso hizo que se sintiera como si alguien me hubiera clavado una estaca en el corazón. Dolía como el infierno.

Pero el dolor formaba parte de mí y ya era hora de aceptarlo. O lo hacía, o me pegaba un tiro y acaba ya con todo.

-Está bien, veamos. ¿Alguien ha sabido algo de Peter desde que nos fuimos? Porque así, que de repente se haya puesto en contacto con todos nosotros, no puede ser casualidad –pregunté, acercándome de nuevo a todos y mirando, esta vez sí, directamente a los ojos a Lyara.

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16/04/2021, 04:43
Zoddert Everton

Llevaba mucho tiempo sin contactar con sus compañeros más allá de algún cruce con ellos que había despachado lo antes posible, sin duda su paso por la unidad no le había granjeado amistades más allá de conocer a otro orco buena gente, en cambio el resto habían demostrado ser o malos compañeros o unos incompetentes.

Sin duda echaba de menos su anterior vida como agente de policía, sabía que esa era su pasión, así que cuando aquel elfo mediovegetal al que había salvado la vida se radicalizó y expulsó a enanos y orcos del cuerpo se lamentó de ser tan bien profesional y salvarle de una herida mortal de necesidad.

La carta de su exsuperior le cogió por sorpresa, no era mal tipo, aunque el caso le pasó tanta factura que desapareció. En un primer momento tuvo el pensamiento de no ir, pero por otro lado su curiosidad mediana, por parte de tataratatarabuelole hizo decantarse por ver que quería.

Y allí estaban aquellas mujeres causantes de su desgracia y la de todos aquellos orcos y enanos, seguramente era algo que ya tenía pensado aquel vegetal, pero sin duda la estupidez cometida por Vaamar al llevarse a un testigo elfo a la detención de un asesino de elfos era la peor decisión posible.

Cuanto tiempo... Nada nuevo bajo el sol?

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16/04/2021, 12:27
Frank Jefferson

A Jefferson no pudo sorprenderle más haber recibido una carta de Peter Johnson. Nadie había vuelto a saber nada más sobre Johnson desde el momento en que fue sacado del saco, como si al agente se lo hubiera tragado literalmente la tierra, cosa que al orco siempre le había extrañado, sobre todo el hecho de que se hubiera puesto en contacto con él después de tantos años. ¿Habría estado en un centro de desintoxicación? ¿O tal vez infiltrado en algún caso en otra ciudad? Siempre se había preguntado qué habría sido de Johnson.

Por eso, aquella noche, Jefferson se presentó en la dirección donde le había citado Johnson, tras haber estado realizando algunas fotografías con su cámara para un caso en el que habían solicitado sus servicios. Nada especialmente emocionante: una viuda rica le había contratado para averiguar si el yogurín de su esposo elfo le engañaba con otras. Había bastado con un breve seguimiento para que Jefferson confirmara que así era. Esa misma tarde había podido captar algunas instantáneas, pillando in fraganti al yogurín citándose con una elfa en un motel. Tenía fotos suficientes, por lo que tras eso Jefferson se había dirigido al 83-16 de Parsons Boulevard, sin saber qué se iba a encontrar.

Al llegar a la dirección, Jefferson se sintió claramente sorprendido de de reencontrarse con sus antiguos compañeros de unidad. Celarian, Lyara y Zoddert pudieron ver que Jefferson llegaba vestido con una larga gabardina beige, aunque su gorro púrpura y la corbata verdosa que acostumbraba a llevar no habían cambiado. Una nostálgica sonrisa se dibujó en los labios verdosos del orco, rememorando de inmediato los recuerdos, buenos y malos, que había tenido junto con aquellas personas.

-Buenas noches, muchachos -saludó a sus antiguos compañeros, en tono agradable-. ¡Zoddert! -se dirigió a su congénere, con una sonrisa, alegrándose de ver al ex-agente con el que compartía raza. Al escuchar las palabras de Woods, hizo un gesto de negación-. Tranquila, no te preocupes. Fue un caso en el que se nos sometió a mucha presión... -comentó, dando a entender que comprendía que ella se hubiera apartado del caso, lo que en cierto modo le había permitido mantener su puesto-. Lo importante es que cogimos a ese cabrón, ¿no?

Aunque no pudo evitar pensar en las irregularidades que al final habían sucedido en el caso antes de capturar a Harrison. Vaamar había dado la orden de llevar a un testigo elfo, y para colmo político, al lugar donde iban a detener al asesino de elfos, lo que no había terminado saliendo del todo bien.

-No he sabido nada de Johnson hasta que recibí su carta -respondió a Vaamar, encogiéndose de hombros-. Al menos la firma de la carta parecía ser la suya...

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16/04/2021, 14:41
Lyara Woods

Aunque siguió con la vista a la elfa, decidió no intervenir cuando decidió apartarse momentáneamente.

Sostener la mirada de Vaamar cuando volvió no fue una tarea sencilla para Lyara, pero al menos no se achantó. A fin de cuentas llevaba mucho tiempo evitando aquella situación y aunque las circunstancias empezaban a hacer mella en ella pensó que aquello era lo mínimo que merecía por su parte.

No, no sé nada. Lo siento. —negó con un tenue cabeceo.

Negó levemente con la cabeza una vez más al escuchar a Everton. Pudo suponer que el tiempo no estaba tratando demasiado bien al orco, no desde que Nimwë empezó a hacer de las suyas. No tenia modo de enmendar aquella situación por lo que prefirió mantener el silencio antes que dirigir palabras que habrían sonado vacías.

Sonrió de manera amarga ante la comprensión de Jefferson. Lo cierto es que había conocido a pocas personas tan benévolas como él, aunque pronto se centró en el tema principal de aquella conversación.

Si nada ha cambiado, pronto deberíamos tener la respuesta... era alguien puntual. —comentó observando momentáneamente a ambos lados de la calle.

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16/04/2021, 16:35
Peter Johnson

Y como si de un presagio se tratase, las palabras de la elfa se convirtieron en hechos cuando, de una parte oscura del callejón lateral cubierto parcialmente por  la autopista surgió una voz familiar a todos.

-Gracias por el cumplido, agente Woods...

De la oscuridad del callejón surgió una figura embutida en una gabardina color arena muy similar a la de Jefferson que, tras abandonar la penumbra proyectada por el edificio se descubrió como el que había sido vuestro jefe de equipo cuando todos trabajabais en el NYPD

Los pasos que iban acercando al ex-policía hasta el lugar en el que el resto se había reunido resonaban en las paredes de la callejuela, dotando a su aparición de más misterio si cabía.

A media que iba acercándose, el resto de los antiguos miembros de la brigada de crímenes raciales de la Policía Metropolitana pudieron, al fin, poner cara a Johnson. Y lo cierto es que aquel hombre había cambiado tanto que podría haberles costado reconocerlo si se lo hubiesen cruzado en una calle llena de gente.

El otrora "chico bueno" de la policía de Nueva York, siempre bien peinado y afeitado y con el uniforme púlcramente planchado mostraba una imagen diametralmente opuesta a quién había sido.

Vestía un atuendo informal cubierto por una gabardina desgastada. Su rostro estaba cubierto por una barba de varios días y mechones ondulados se alborotaban en su cabeza. Y pese a todo ninguno de los presentes habría dicho que tenía mal aspecto. Más bien parecía otra persona.

Su caminar, con las manos en los bolsillos de la gabarnina denotaba seguridad si bien había abandonado aquella tiesura de la que solía hacer gala cuando ostentaba el rango de Detective.

-Me gusta tu estilo, Frank-dijo dibujando una media sonrisa en los labios a la vez que se colocaba un cigarrillo sobre ellos y lo encendía.

-Ha pasado mucho tiempo, compañeros... y no sabéis cuanto os agradezco que hayáis venido...-se arromangó la manga de la gabardina lo justo para comprobar su reloj de pulsera a la vez que hacía brillar la punta del cigarrillo al dar una profunda calada.

-O'Malley, Courier y Raynor no han venido, pero os mentiría si dijese que los esperaba. Teníamos bastante claro que iban a rechazar la invitación, así que no creo que sea necesario esperarles... volvió a cubrirse el reloj con la manga y se giró en dirección al almacén, empezando a caminar hacia él.

-Estoy seguro que tendréis preguntas que os aseguro que os serán respondidas, pero no aquí... mejor entremos para evitar miradas... indiscretas.

 

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16/04/2021, 17:00
Narrador

Nada más entrar en el oscuro almacén, Johnson accionó un interruptor situado junto a la puerta que provocó que una hilera de luces fluorescentes se encendieron, empezando a emitir un zumbido constante.

El interior del edificio carecía de mobiliario prácticamente por completo y si bien estaba tan viejo como el exterior, no presentaba la suciedad que cabría esperar de un lugar como aquel.

Cerca de una de las paredes había un coche cubierto con una lona, cerca de un escritorio de metal, varias sillas y una máquina de café.

El ex-policía caminó hacia la mesa, y esperó a que el resto le siguiesen. Una vez en corrillo, alzó las cejas como invitación a hablar

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16/04/2021, 20:16
Celarian Vaamar

La frialdad con la cual se produjo aquel reencuentro, demostraba lo innecesario de volver a vernos. A pesar de trabajar juntos, nuestra idea de cómo debíamos hacer las cosas, difería notablemente. Podía verlo en los ojos de todos, en algunos más que en otros, desde luego, aunque era cierto que echaba de menos trabajar en el cuerpo y tener que enfrentarme a los problemas que a veces había maldecido.

Pero tener que alternar de nuevo con personas no me resultaba nada sencillo. Al menos, eso sí, esta vez yo no debía tomar decisiones por los demás. Siempre me hicieron responsable de lo que había sucedido, por haberme llevado a quien no debía, pero lo cierto era que tomar decisiones no era nada sencillo y estaba bastante convencida de que la habríamos jodido de cualquier otra manera, porque aquel caso estaba hecho para explotar y con él, todos los que lo lleváramos.

Me gustaba la calma de Jefferson, pero eso no satisfacía mi sensación de inquietud ni me calmaba, ni tampoco lo hacía el tener que esperar a que finalmente, sucediera algo. Como siempre, al igual que Jefferson, Lyara hablaba con la paciencia que yo no tenía y que ella no había demostrado conmigo. No, en realidad no se había ido por eso, o no lo creía, pero para mí la traición era demasiado dolorosa como para poder mirarla a los ojos y no transmitírselo, o decirle algo, lo que fuera, sin que se palpara la rabia que me devoraba por dentro.

-Pues eso ya lo veremos –repliqué al hablar respecto a su puntualidad. Y no hizo falta esperar mucho más porque al fin, el tan deseado Peter hizo su aparición estelar.

Sin lugar a dudas, tenía menos pelo en el cuerpo, dejando de lado la cabeza, desde luego, pero el cambio podía verse en su habitual pulcritud, que había desparecido completamente.

-Vaya, te ves bien, Peter –le dije a modo de saludo, bendiciendo el cambio que lo acercaba más a un policía de verdad que a un político de mierda con una placa.

Fui a preguntar de qué iba todo aquello, pero no tuve oportunidad. Rápidamente, nos emplazó a que entráramos en el almacén, un lugar que a pesar de iluminarse como si hubiese cinco soles en el techo, me parecía todavía peor que el callejón en el cual habíamos esperado. ¿Un almacén solitario en un callejón oscuro en mitad de la ciudad y para hablar de algo que no podía contarse ni por teléfono ni en una carta? Maldita sea, apestaba a algo ilegal y peligroso.

Justo lo que necesitaba para olvidarme de la mierda de vida que tenía.

-Al menos el sitio está limpio y tiene café –decreté, acercándome a la máquina, echando una moneda y sirviéndome uno -, ¿pero no crees que ya es hora de que nos cuentes a qué viene todo este secretismo de reunirnos aquí sin contarnos nada? Y por qué a nosotros, por supuesto. Tras separarnos, yo no diría que somos precisamente muy populares en el departamento, o al menos… no todos.

Al añadir aquello último, miré a Lyara de reojo antes de llevarme el vaso a los labios y tomar un sorbo de café.

-¡Joder, este café es una mierda!

En esos momentos, recordé el que había tomado aquella misma mañana, en casa, junto con Claire. También ella me había mirado con un sinfín de cosas que decir hasta que finalmente, se había marchado casi en silencio. El momento de paz que habíamos tenido en la ducha, no le había hecho olvidar lo que habíamos hablado antes y yo no era estúpida; sabía a despedida. Era genial que el mismo día que mi vida se iba al infierno, Peter hubiera reaparecido para añadir más brasas al fuego.

¡Como si no estuviera ya ardiendo en él!

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17/04/2021, 01:23
Zoddert Everton

Se mostró frío con las elfas, si bien no tenía nada en contra de Woods, ya que no la conocía a duras penas, Vaamar por otro lado era una persona de las que no te gusta tener a tu lado, soez, faltona, estúpidamente agresiva, ya que de un soplamocos la enviarías al hospital un mes... No soportaba a ese tipo de gente... y entre su especie eso era lo normal, pero claro son seres de 120 kilos de músculo verdoso, no una frágil mujer de 40 kilos de brazos esmirriados...

Además ya le molestó el protagonismo o enchufe que tuvo durante el caso, lógico teniendo en cuenta su raza, pero en vez de aprovechar su puesto, la jodió y se llevó a todo el equipo por delante. El altísimo sabía que si le hubieran puesto a él al mando el alcalde no hubiera acabado moribundo y se tendría que haber buscado otra excusa para iniciar sus planes de limpieza étnica en la policía, pero el razismo del anterior ejecutivo también impedía esa posibilidad.

Lo que sí que le encantó fue volver a ver a Jefferson, gran policía y mejor orco. Amigo mío! Cuanto tiempo sin verte! Que ha sido de tu vida? Qué alegría! el pobre reencuentro había mejorado sustancialmente, que tendría su antiguo jefe que contarles?.

Y ahí estaba Johnson, desaliñado, con un look nada parecido al que solía llevar,... Sin duda la vida había sido dura con él estos últimos años, pero... Que querría?

Jefe! cuan sorpresiva su carta, no se preocupe por esos tres, sobre todo Reynolds, era odioso, sin duda el más odioso de nuestro equipo dijo quitando hierro a los que no habían venido.

Al entrar en el almacén sin duda se percató que Johnson había estado ocupado, este sitio sin duda era el típico cuartel franco para operaciones encubiertas, Quien le debía de financiar? ... Donde se había metido sin pretenderlo? Su vida era muy cómoda e igual esto iba a cambiar...

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17/04/2021, 15:15
Lyara Woods

Escuchar a Johnson entraba dentro de lo esperado, pero no había previsto que fuera tan pronto, por lo que inevitablemente ladeó el rostro fijándose en el humano. Estaba claro que el paso del tiempo y el cambio de circunstancias había provocado muchos cambios en él, pero no le correspondía a ella juzgarlo.

Por un lado le habría gustado interesarse por aquellos que no habían acudido a la cita, pero la situación estaba ya demasiado tensa y prefería no hablar más de la cuenta. Además, ya estaba vigilando de reojillo a Vaamar, era de esperar que no fuera bien recibida allí pero tampoco quería despertar su furia.

Está bien, detrás de tí. —dijo sin elevar demasiado la voz, siguiendo a la comitiva hacia el interior de aquel lugar. No pudo evitar repasar con la vista aquel espacio que por lo menos resultaba relativamente pulcro a simple vista.

Me sumo a la interrogante... —añadió al escuchar a la elfa, parecía ir a decir más pero se acalló antes de tiempo. Se frotó el cuello y bajó la vista al suelo pensando en su comentario. No creía que fuera buena idea mencionar que se sentía poco cómoda en su lugar de trabajo siendo que había sido la única en preservarlo.

Se tomó una mano con la otra adoptando una postura dócil.

Si sabe mal, tiene más posibilidades de mantenerte despierta. —comentó de refilón, aunque terminó por frotarse nuevamente el cuello, uno de los tics habituales cuando creía que se había pronunciado a destiempo.

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18/04/2021, 13:47
Frank Jefferson

Jefferson se mostró claramente sorprendido al ver llegar a Johnson, que se hallaba tan diferente y desaliñado que al orco incluso le parecía otro. Sonrió levemente al escuchar el cumplido que le dirigía el humano, divertido por el hecho de que Johnson también llevaba una gabardina muy similar.

-Gracias, jefe -le dijo a Johnson.

El orco no pudo más que coincidir con Zoddert cuando mencionó que Johnson no debía preocuparse por los otros tres ex-compañeros de unidad, sobre todo de Raynor, que había sido bastante peculiar. Aún recordaba cómo, al inicio del caso, el humano tendía a referirse por apodos a todos los integrantes de la unidad o le tiraba la caña a toda compañera que se le pusiera delante.

-Sí, no se preocupe, jefe. Entre los que estamos, creo que funcionaremos bien -comentó a Johnson, mientras le seguía al interior del almacén, el cual desde luego parecía ser el actual refugio del humano para sus operaciones-. Coincido con Vaamar en su pregunta. ¿A qué viene todo el secretismo? ¿En qué anda metido, jefe? -expresó el orco, con una gran curiosidad.

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18/04/2021, 17:56
Peter Johnson

En aquel almacen vacio los pasos resonaban estentóreos, rebotando en las paredes y en el techo, creando una sensación artificial y opresiva.

Johnson se sentó sobre la mesa, esperando a que los invitados llegasen hasta él y empezasen con las más que previsibles preguntas.

Dió una nueva calada a su cigarrillo, más larga que las anteriores. Aguantó el humo durante algunos segundos y luego lo liberó por la nariz, echando la cabeza hacia atrás, como si estuviese buscando las mejores palabras para explicar algo tan complejo como aquello.

-Bueno... ¿por donde empezar...?-preguntó retóricamente en voz alta a la vez que apagaba el resto del cigarrillo en un cenicero a medio llenar que estaba sobre el escritorio.

-A todos se os pidió el título de Instituto para entrar al cuerpo, por lo que cuanto menos deberíais conocer por las clases de historia la guerra del Ejército de las nueve razas contra el Señor Oscuro.

Por las expresiones de alguno de los presentes, aparentemente el ex-policía no quiso arriesgarse a dar nada por hecho, por lo que de un saltito abandonó su asiento y empezó a deambular entre ellos como si de un profesor en medio de una clase se tratase.

-Hace 4000 años, el poder a nivel globar era ejercido con puño de hierro por un despótico mago llamado Sargon el Grande, conocido históricamente por el Señor Oscuro, el hechicero más poderoso que se ha conocido.

La atención de Johnson saltaba de uno a otro, para asegurarse de que todos seguían el hilo del discurso.

-Sargon el Grande comandaba sus huestes de Orcos y hombres de corazón malvado, así como miembros corrompidos de las otras razas, que lo adoraban como a un dios encarnado. Y en verdad el Hechicero había logrado el poder de un dios gracias a sus dotes mágicas, con las que logró transcender a la propia mortalidad.

El tono de voz de Peter era complétamente serio. No parecía que estuviese relatando una simple leyenda.

-Tanto poder mágico había logrado acumular Sargon, que incluso a él se le hacía dificil de controlar, por lo que decidió dividir ese poder en tres- de su gabardina extrajo varias fotografías y las tiró sobre el escritorio. En las fotorgrafías se podían ver  varias tomas de dos varitas labradas en madera oscura, así como imágenes de satélite y fotografías exteriores de edificios.

-Como sabéis, el Señor Oscuro fué derrotado por el Ejercito de las nueve razas, comandado por Jirak, un orco renegado que se alzó en armas contra su Señor y que demostró poseer el poder necesario para empuñar una de las vartitas, lo que le permitió derrotar a Sargon-Mientras hablaba, fue colocando las fotografías esparcidas sobre la mesa de tal forma que ninguna quedase tapada por otra.

-Jirak no solo comandó a los nueve ejércitos, sinó que fundo al Escudo de Luz. Un grupo destinado a salvaguardar las Varitas y a proteger al mundo de los Inferni, los seguidores del Señor Oscuro...

No queriendo verter demasiada información de golpe, prefirió detenerse para ver la primera reacción del grupo.

 

 

 

Notas de juego

Todos conocéis en mayor o menor medida lo que os está contando Johnson.

Si bien se sabe que forma parte de la historia, sería equiparable a lo que ocurre con las Religiones modernas hoy en día. La gente tiene más o menos claro que están basadas en hechos que ocurrieron, pero ya va a cuenta de cada uno creer hasta qué punto son historia y hasta que punto son leyenda.

Conocéis rumores de la existencia de un grupo Federal de estudio y control de fenómenos no naturales. ( Tipo los "hombres de negro" en asuntos ovni en nuestra realidad)

Pero los siguientes temas se estudian en los libros de HISTORIA:

-La guerra de los nueve ejércitos.

-Historia antigua de la magia. ( Oficialmente la magia se agotó hace no menos de 100 años, si bien hay teorías conspiranóicas de internet la relacionan con eventos más recientes como las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki o la fusión nuclear en Chernobil, entre otros)

-El Escudo de Luz y los Inferni se estudian muy de pasada. La gente de a pie a penas tiene información al respecto. En vuestros años en la policía no habéis visto nada relacionado más allá de algún graffiti o teorías conspiranócias.

 

 

 

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18/04/2021, 19:52
Celarian Vaamar

Lyara permanecía más callada de la cuenta pero me fijé en aquel movimiento que hacía cuando no se sentía cómoda, algo que repitió un par de veces, antes y después de decirme que el café tendría más efecto si sabía peor.

Joder, primera noticia. Cuanto más malo estuviera el café, más estimulante. En ese caso, el de la comisaría tenía que ser la hostia de estimulante y a mí solo me había servido para quitarle el óxido a las cucharas y llevarme algo al estómago cuando no tenía tiempo para comer nada.

Le devolví la mirada…. pero no le dije nada. El café de casa me bastaba y sobraba y no tendría que tomar aquel de estar todavía en ella.

Claro que aún no sabíamos para qué nos había mandado llamar aquel idiota, algo que por desgracia, no tardé en empezar a sospechar, porque casi inmediatamente, Peter empezó a soltar un montón de desvaríos; un torrente de palabras que hablaban de cuentos de viejas, mezclado con mitología y aderezado con un montón de gilipolleces inútiles que no parecían tener nada que ver con la vida real.

Era como si de pronto, el Peter que conocíamos se hubiese unido a las legiones de conspiranoicos.

Sí, de acuerdo. Todo aquel rollo formaba parte de la historia, de nuestra historia,  pero al final, la gente que solía hablar de ella lo que hacía era usarla como excusa para justificar creencias que no tenían ningún sentido en los días que vivíamos, salvo para un puñado de chalados… como en el que parecía haber ingresado nuestro antiguo jefe.

Lentamente, negué con la cabeza. Sentía lástima por verlo así.

Y entonces, sacó unas fotografías con imágenes de dos varitas, como si fuesen de verdad y tuviesen poderes mágicos.

-Vamos a ver. ¿Me estás diciendo que nos has reunido aquí para hablarnos de un montón de mierda de mitología, poderes mágicos y señores oscuros? Joder, no me extraña que quisieras mantenerlo en secreto. Cualquiera que te oyese pensaría que estabas como un cencerro y te encerraría ahora mismo sin pensárselo dos veces.

En aquel momento, ya me había acabado todo el café, por lo que lancé el vaso de plástico al suelo, con rabia, por haberme hecho llegar hasta allí para escuchar una sarta de desvaríos.

Ofendida, miré a los demás.

-De verdad. ¿Hay alguien aquí que no piense que Peter se ha vuelto loco?

Ahora entendía su aspecto, tan cuidado en el pasado y diferente en aquellos momentos, y ese afán por permanecer ocultos. Seguramente, los demás habían rechazado la reunión porque ya se habrían olido algo, porque alguien les habría avisado de que aquello era casi como uno de esos episodios que echan por la tele sobre platillos volantes y mierdas de esas, y que no había nada que rascar allí.

Al final, tendría tiempo de ir a ver a Claire e incluso intentar arreglar las cosas, porque lo que era allí, no parecía que hubiera nada que pudiese hacer, salvo llamar a los loqueros, claro. Si me importara lo que le sucediese a Peter, esa sería mi primera parada.

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19/04/2021, 15:04
Lyara Woods

Aunque la disposición de Lyara por escuchar a Johnson no decayó, resultaba evidente que habría esperado cualquier discurso menos aquel. Ella misma había mostrado interés por la historia de su pueblo en el pasado, y quizás en alguna ocasión había tocado algún tema raro para el público convencional, pero nunca había tomado aquello como algo más que una curiosidad. Una afición más fantasiosa que tangible.

Salió de su ensimismamiento al escuchar a Vaamar, y aunque su respuesta le pareció desmedida no pudo evitar sonreír de manera muy tenue antes de recuperar la compostura. Nunca había tenido demasiados filtros aunque le preocupaba el modo con el que exteriorizaba su ira con tanta facilidad.

Es verdad que esto resulta complicado de digerir. —expuso de manera sosegada— ¿A dónde quieres llegar con esto, Johnson? ¿Se ha perdido alguna de las antigüedades? —inquirió señalando las fotografías— ¿Trabajas para el Escudo de la Luz? —preguntó con un tono dudoso, como si le costara tomarse aquello seriamente.

Estoy segura de que si nos has llamado es con un propósito claro —añadió de manera sincera, creyendo en aquel que había sido su superior— Pero parece que al menos Celarian y yo necesitaremos que lo expliques de manera más... —hizo una pausa buscando una palabra que le pareciera adecuada— terrenal.

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21/04/2021, 14:00
Frank Jefferson

Jefferson había escuchado toda la explicación de Peter Johnson, sin llegar a comprender por qué les estaba hablando de hechos que habían acontecido hacía cuatro mil años. No pensaba que su antiguo superior les hubiera citado allí para exponer una clase de Historia, por lo que debía haber algo más detrás de todo lo que les había contado.

-No es mitología, es Historia -matizó, al oír a Vaamar-. Creo que todos habremos oído hablar de Sargon, al menos en los años de instituto -Supuestamente había sido aquella guerra contra Sargon la que había provocado la desconfianza racial hacia los orcos, al ser quienes mayormente habían apoyado al Señor Oscuro, hasta el punto de que hasta hacía muy pocos años los orcos no tenían cabida como agentes en los cuerpos policiales. Y ahora, después del Caso del Asesino de Elfos, volvían a no tenerla-. Lo que no entiendo, Johnson... Es qué tiene que ver toda esta historia contigo o con nosotros.

El orco no iba a tachar de loco a Johnson tan a la ligera, aunque desde luego le daba toda la impresión de que el que fuera su superior iba a soltar alguna locura de un momento a otro. No le extrañaría que ahora les hablase de conspiraciones o les diese un sombrero de papel de albal como medida de protección.

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21/04/2021, 20:05
Zoddert Everton

-Mitologia? Replicó a la elfa el orco que había evitado hablar con ella hasta entonces. Eso no es puta mitología elfa, es puñetera historia antigua de nuestro mundo! Indicó bastante enfadado. Toda mi raza aún sufre el razismo de tu especie y de las que conformaron el ejército que derrotó a mis ancestros! La ira del Zoddert era lógica, considerada la raza orca una raza inferior por sus iguales de orejas puntiagudas o corta talla, no era más que producto del odio racial de una guerra mundial de la antigüedad, una en la que los suyos fueron engañados por el Señor Oscuro, pero justamente a los vencedores los lideraba un orco... Pero eso no bastó para los dos mil años de consecuencias...

 

Dejemos que hable, un exmando de la policía no vuelve tras años desaparecido sin un motivo de peso. Tu dirás Johnson, te escuchamos.