Partida Rol por web

Una vez que los personajes se han recuperado de su última aventura, son abordados por un hombre bien vestido que se presenta como Nathaniel Fuller, Consejero de Brunswick:

“Vuestras hazañas en la zona os han granjeado cierta fama y una reputación que espero que este a la altura. Estoy aquí representando a una cantidad de respetables ciudadanos de Brunswick quienes comparten una gran preocupación por nuestra ciudad hermana de Hampstead. Desde hace varios días no hemos tenido viajero, ni siquiera el más puntual de los mercaderes, entrando a nuestra bella ciudad desde el este. Desde ayer noche, el mensajero que el consejo envió lleva casi un día completo de retraso -algo inaudito para esa persona. Nos tememos lo peor, pero llevará tiempo organizar una respuesta oficial -tiempo que tememos que sólo empeorará la situación. Así que os pido, a quienes se han demostrado tan capaces en el pasado, que investigueis lo que quiera que ha ocurrido en Hampstead con toda rapidez”. 

Oroku andaba con el resto del grupo. Puede que seamos la gran esperanza de La Llama de Plata en esta era. Al fin y al cabo, habiamos llevado grandes muestras de nuestro valor y de nuestras victorias a la orden. Pero lo cierto es que el ninja le da la razón a sus detractores.

¿Todos los trofeos? ¿Los restos de capa de Keraptis? ¿Las imagenes del templo del códice de Hierro? ¿Los dientes que trajimos de las Salamandras, o el polvo y las vendas de Amún? No significan valor. Sólo significan que tuvimos suerte.

Pero aun así, el equilibrio del mundo necesita que una vez más probemos nuestra suerte.

Mientras intentamos salir de la posada, el Heraldo Fuller se nos presenta, desde Brunswick, y practicamente nos asalta con unas peticiones.

"Maese Fuller, entiendo que quiere contratar a La Llama de Plata"

Los hados, que por un lado se empeñaban en que siguiesemos con vida, malogrando una y otra vez los planes de nuestros enemigos, también lo hacían en malograr las poco frecuentes celebraciones de dichos éxitos. Esta vez apenas habíamos disfrutado de una pingüe cena a base de gamo asado con una salsa a base de salvia, especias y miel, regado todo con la cerveza, hidromiel y el mejor vino que encontramos en la posada, cuando un individuo, algún enviado, a juzgar por la librea que portaba, de una de las localidades de alrededor, se nos acercó con la cara contrita:

— Preparaos, creo que nuestros momentos de asueto están a punto de terminar, sin apenas haber empezado... — susurré, apurando mi copa de vino, pues suponía que, tras escuchar al tipo era probable que ya no lograra disfrutar igual su sublime sabor, y me ajusté el recién conseguido cinturón, que permitía fundir mis propios músculos con la energía mágica que portaba, aumentando mi fuerza, sospechando que, a no mucho tardar, podría probarlo, mas allá de los entrenamientos que, pese a no estar de misión, hacía todos los los días, a la misma hora, como dictaban las enseñanzas de mi Orden.

Cuando el tal Nathaniel acabó de narrar su petición, no pude menos que torcer el gesto, en una sonrisa caústica:

— Parece ser que no quedan valientes mas allá de nosotros... — dije, apoyándome en el respaldo de mi silla — Pero no temais, mi señor, que a buen seguro que mis compañeros, blandos de corazón, se empeñarán en meternos en otro de los múltiples fregados en los que solemos acabar..., siempre y cuando el pago sea acorde a nuestros honorarios, claro... — concluí, aunque tras la coraza de frialdad, ardía en deseos de saber qué era lo que había ocurrido en la condenada Hampstead.

No había pasado mucho tiempo desde que resolvieran satisfactoriamente su episodio con Amon Khonshu. El grupo se relajaba opíparamente mientras recordaban viejas glorias y pensaban en futuras. Los arcanos elfos Valanthir y Thomator, el asesino tiflin Oroku y la sacerdotisa humana Zhay, disfrutaban de un paréntesis en sus habituales periplos.

Zhay, la verdad, es que prefería que no hubiera futuras aventuras, ya que supondría que no habría más problemas. Pero eso sería ser excepcionalmente ingenuo ya que el mal, en todas sus facetas, probablemente sería eterno y tocaba a algunos interponerse a ello, equilibrando la balanza. Resignada apuró su copa de vino y esperó, un día más, a que su señora le indicara que nuevo camino tomar para aplicar su dogma.

Milani no la hizo esperar demasiado, pues en el apartado de la posada donde se albergaban un hombre los interrumpió. El Heraldo de Brunswick los abordó comunicándoles el aislamiento de Hampstead y el desconocimiento de lo que allí ocurría.

Zhay enarcó una ceja sorprendida.

- ¿Todo una población y sin posibilidad de contacto? ¿De cuantas almas estamos hablando? - preguntó la rubia.

Estaba el mago disfrutando de un delicioso trago de hidromiel mientras observaba la perla que recién acaba de conseguir, es sorprendente, cómo un objeto tan pequeño y hermoso puede contener tanto poder... Mientras se perdía en sus pensamiento, nota que alguien se acerca a donde se encuentra el grupo, la persona comienza a hablar y exponer todo un caso que tal parece quier que resolvamos

Vaya, apenas logramos descansar un poco cuando ya hay otro problema que "solo nosotros podemos resolver" ¿acaso no hay entre toda esta gente alguien que pueda ocuparse de sus propios problemas? bueno, da igual, siempre es bueno ayudar a otros, sobre todo cuando se trata de peleas, y más si hay alguna recompensa.

Parece un caso bastante particular, ¿no será acaso algún tipo de malentendido? sería una pena descubrir que todo fue un par de comerciantes que se fueron de farra. Por mi parte estoy dispuesto a ayudar, aunque bien lo menciona Val, ¿qué hay de los honorarios?

al terminar de hablar coge nuevamente su tarro con hidromiel y da otro abundante trago para refrescar la sed que el desierto le dejó. Qué no hubiera dado por una de estas en aquella tumba maldita.

Nathaniel hará todo lo posible para responderles, adoptando una posicion estoica pero rápidamente veis , que no tiene mucha idea, y repite que posee poca información sobre que ha cerrado los caminos. Harapientos pueblerinos y algunos buenos para nada tienen algunos relatos, sin duda exagerados por la bebida, de demonios aullando en la noche y gente siendo arrastrada a los bosques por fantasmas. Sin embargo, se han marchado antes de que nadie de crédito a sus historias poco probables.

Nathaniel revela que no conocía muy de cerca a el mensajero , pero acierta a acordarse de su nombre Bernwald , pero asegura a los personajes que ningún tipo de juego sucio detendría al hombre, quien puede ser reconocido por su complexión morena y una bolsa para llevar mensajes que porta el sello de Brunswick, para realizar su cometido.

Como los personajes presionan para obtener una recompensa monetaria, Nathaniel obviamente pierde un poco de respeto por los “héroes”, pero acepta obtener del consejo un pago de 500 piezas de oro disponible por cabeza, cuando el grupo regrese con éxito. Como ha dicho todo lo que tenia que decir. Logicamente os parece poca paga, pero en caso de ser muertos vivientes seguro que la LLama de plata os pagara extra por la exterminacion confirmada. Y asi os deja reflexionando en la mesa

"Señor Nathaniel" declara el ninja Usted tiene problemas con una amenaza que, si no es sobrenatural, al menos se hace pasar por una y aumenta el miedo a los espectros. La llama de plata lucha contra ambos tipos de alimañas, pues los unos atraen a los otros"

"Y si mis compañeros estan de acuerdo..." dice antes de dedicar una inquisitiva mirada al grupo, como buscando su confirmación o negación "lo que pido es el permiso para que nuestra sociedad abra una de sus sedes en las tierras de vuecencia. Ambos nos beneficiaremos: Sus gentes tendrán a una guardia repartiendo bendicion y cultura, y nuestros más jovenes aprendices tendran un cuartel de avanzadilla en la cruzada contra el mal"

Quinientas piezas de oro son lo que costaría un par de pociones. Realmente no es algo que nos vaya a cambiar la vida ni multiplicar nuestras posibilidades. Pero para unos campesinos es muchisimo dinero. Así que el derecho de explotación de un edificio, aunque sea uno abandonado -ya lo restauraremos- será un premio sensacional para nosotros, y apenas un sacrificio para ellos.

Enarqué una ceja, con cierto hastío en la mirada, cuando el embajador de Brunswick ofreció esa irrisoria cantidad de dinero por nuestros servicios, pero finalmente opté por no decir nada, pues las "habladurías de borrachos" sobre demonios aullando y fantasmas consiguieron cautivar mi atención mas que todo el oro del mundo. Además, estábamos hablando de apenas un pueblo, para el que reunir 500 monedas de oro sin duda resultaría incluso complicado.

Asentí al hombre, con apenas un movimiento de cabeza, cuando Oroku solicitó una base para la Hermandad de la Llama en aquel poblacho:

— Es poca cantidad de dinero por el encargo, si de veras hay demonios aullando y fantasmas arrastrando a gente a los bosques, pero..., una base de La Llama en Brunswick??!! En serio??!! —  le zaherí, con una media sonrisa — Mira que si te dejan a tí allí, de Secretario... — Entonces, algo poco usual ocurrió: y es que sonreí plenamente, solicitando con un gesto al posadero, otra ronda de bebidas para todos:

— Qué??!! — pregunté, fingiendo un mal humor que no sentía — No pretendereis que salgamos a la carrera, sin una planificación previa, verdad??!! — Y digo fingiendo porque, en el fondo, sabía que el dia que nadie nos ofreciese trabajos como aquel, nos convertiríamos en aunténticos cadaveres andantes, casi tan patéticos como los que cazábamos en la actualidad.

Sacando un pliego de papel, una pluma y un frasco de tinta, me dispuse a escribir:

— Bueno, que llevaremos?? Mi espada rocía agua bendita, pero no de forma ilimitada así que: agua bedita... — escribí con un bello trazo, dándole un sorbito a mi copa de vino... — Zhay, — pregunté, dirigiendome a la clérigo — no se como andas de dones para restablecernos de toques de criaturas de Planos Inferiores, pero, por qué no nos hacemos con una varita, o al menos varios pergaminos para recuperar la vitalidad de aquellas parte tocadas por los no muertos...??

Mientras esperaba, me recliné en mi silla de nuevo: Poco tiempo despues, eso era cierto, pero el caso es que me alegraba sobremanera volver a la carretera, era una forma constante de medir mis posibilidades como Magus de la Casa Aurë.

"Siempre nos terminamos enfrentando a Sombras. Así que sería interesante alguna forma de poder actuar contra ellas" sugiere Oroku "Normalmente cargo con un puñado de flechas con el poder de Ghost Touch. Podría ser interesante si todos nos hacemos con algunas, y algún mago prepara un hechizo para que no puedan ni tocarnos"

Sabe que una Sombra es un oponente realmente peligroso, y que el mayor peligro es el drenado de fuerza: Un oponente se sentirá cada vez más debil para recuperarse mientras combate.

"Respecto al Hagua Vendita, tambien viene en forma de flecha" dice ahorqa poniendo sobre la mesa unas pocas Flechas Raining. Son flechas de cristal, que contienen una pinta de agua bendita en su interior "son más dificiles de apuntar, pero si estas bien entrenado con el arco, puedes disparar más rápido que lanzando frascos"

"Pero sinceramente, creo que lo mejor es que os pregunte a vosotros, los más sabios ¿Que poderes tiene un fantasma, y como defenderse de ellos?"

"Y por cierto... creo que quien está haciendo más de secretaria eres tu, amigo Valanthir!" dice tambien bastante divertido, pues el mago es quien ha sacado papiro tinta y pluma

Zhay suspiró ante la degeneración del tema sobre cuanto cobrarían por intentar ayudar. El dinero siempre estaba bien, claro, pero no era algo prioritario para el grupo, luego ahora mismo no venía a cuento.

Sin contestar a su pregunta sobre cuanta población podría haber en en Hampstead, la clérigo se levantó y miró a sus compañeros primero antes de volver a mirar al tal Nathaniel.

- Disculpe. Decís que el mensajero que enviásteis, ayer anoche cumplió un día de retraso. ¿A cuantos días está Hampstead de Brunswick? - preguntó haciendo un gesto con la mano de negación hacia la idea repentina de montar una sede en la última. Eso también podría esperar.

Dependiendo de su respuesta la distancia se podría calcular y si eran varios eso suponía una extensión de terreno muy grande. Y el que nadie en esa zona como cazadores, leñadores, granjeros apartados y otros por el estilo no hubieran avisado de problemas podía significar que el problema podría ser grave y extenso.

Oh, bueno. Dijo que emigrantes asustados advirtieron, pero no les hicieron caso. Tal vez decían la verdad, pensó. Después se dirigió hacia Val.

- Es buena sugerencia, pero llega demasiado tarde - dijo con una sonrisa sardónica al magus elfo -. Aunque puede que me aprovisione de más - admitió. Después se giró hacia el ninja -. Contra los fantasmas y espectros... hacen falta armas que puedan dañar a incorpóreos, Oroku - le informó -. De lo contrario atacar a esos seres es muy complicado pues su manifestación vaga entre nuestro mundo y el de los espíritus. A falta de ese tipo de armas, armas mágicas que, aunque no son tan eficaces, funcionan - trató de explicar -. Defenderse de un fantasma es muy complicado. Existen protecciones contra ellos, Protecciones contra la Muerte, los llamamos - se refirió con nomenclatura clerical -. Son hechizos muy poderosos que protegen a un individuo, por escaso tiempo, de la consunción y drenaje de la energía de los seres vivos, que es cómo se alimentan - relató sobre las limitaciones -. Y aunque acabes con uno de esos espíritus... tienden a volver una y otra vez, hasta que el drama que los une al mundo de los vivos no quede resuelto.

Tras explicar brevemente lo que uno de esos seres podría significar y sin entrar en el tema de que había muchos otros, miró a Nathaniel y asintió.

- Haremos unas breves preparaciones y luego partiremos. Pero haga el favor de contestarme, por favor.

el mago escuchaba antentamente el rumbo que tomaba la charla, era evidente que aceptaríamos la misión, después de todo poder tener un par de peleas siempre es bueno, lo adicional que se consiga es eso, adicional.

Volteo a ver a Val:

Vamos Val, quizá 500 monedas de oro sea poco para otros, pero para un pueblo de campesinos puede ser una cantidad sorprendente; agradezco la voluntad del pueblo, y por mi parte acepto de buena gana esas monedas, después de todo lo divertido es ver a Oroku agitando su katana en el aire tratando de darle a algo -lo dice en forma un tanto burlona, volteando a ver al ninja.

Escucha atentamente a la clérigo, poniendo especial atención a sus consejos.

Aunque nunca es pronto para prepararse, también debemos considerar la opción de que los testigos confundan otras criaturas con fantasmas, es cierto que debemos ir preparados, pero no contra una sola cosa, digo que deberíamos considerar otras opciones, posibles criaturas que encantan a las victimas, no lo sé, aunque tú eres quien sabe de esas cosas, yo confío en ti...así que si muero te culparé a ti. -Dice nuevamente en forma burlona, al parecer el ambiente de descanso y de farra han alegrado más de la cuenta al elfo.

Los PJ como buenos heroes curtidos , se se rien y hacen bromas con la mismisima muerte y preparan una lista de cosas y enseres para un combate entre la vida y la muerte , nunca mejor dicho, Como broche final a la conversacion La cleriga logicamente se preocupa de los ciudadanos del pueblo , como almas inocentes que estarian en peligro , lo que tira un poco mas de la lengua al contratante, tras ellos los heroes , hacen bien en prepararse bien para cualquier contratiempo. Asi que el hombre con conocimiento de la region les responde lo siguiente:

-Los que hemos pasado cantidades significativas de tiempo en la zona, sabemos que Hampstead es una ciudad de tamaño corriente de unas 600 almas. La ciudad esta divida en dos secciones por el río Lebe, y dos puentes resistentes son el mejor punto para cruzar en millas a la redonda. Como la mayoría de las ciudades, una sección de tierras de cultivo arrebatada a las tierras salvajes circundantes le rodea. Su edificio prominente es sin duda la Capilla de San Lucian. Lucian fue un héroe regional que vivió y murió conteniendo a la oscuridad de que arrasará la zona. Las leyendas sostienen que sus restos están guardados dentro de la capilla, haciendo de esta un lugar de peregrinaje popular para los lugareños. Aparte de Brellac Monsen, el sacerdote de más alto rango de San Lucian, los ciudadanos más importantes de la ciudad son el Señor Alcalde Roland Arcat y Christoph Tiren, un mago e investigador arcano local. 

Seiscientas vidas en riesgo. No era un villorrio, precisamente. La mujer asintió ante la información que Nathaniel les proporcionaba al igual que cuando nombró la figura de San Lucian. Había oído o leído sobre ese nombre reverenciado en determinada comarca y ahora sabía donde era.

Zhay trató de recordar qué había oído sobre la leyenda, una figura eclesiástica, principalmente pretendiendo recordar a que se refería concretamente con "la oscuridad" contra la que se enfrentó Lucian.

La oscuridad... - musitó la rubia -. ¿En qué consistía la oscuridad? Más que algo solucionable con una antorcha, sin duda. ¿Qué era? - se preguntó a sí misma mientras hacía memoria del enorme vademecum de santos que en su lejana infancia, como acólita de Milani, tuvo que leerse, y donde relataban la vida, obras y muerte de diversos santos al servicio del bien, independientemente a qué deidad adorasen. Y con notorio detalle.

 Asentí ante las preguntas de Zhay al enviado de Brunswick, sin perder la sonrisa, que se había ensanchado al ver la cara de molestia de la Sacerdotisa de Milani ante mi petición de honorarios: — Ayyy, Zhay, Zhay..., alma cándida!! Siempre dispuesta a sacrificarse por el primero que se nos cruza...!! — pensaba, cuando Nathaniel contestó:

— Una venganza contra el Santo que evitó "a la Oscuridad" en el pasado?? — aventuré, parafraseando al Consejero de la ciudad — Sin duda, merecerá la pena pasarse por esa Capilla, para confirmar que San Lucian sigue descansando... — afirmé, dando por sentado que aceptarían el encargo, mas ahora que seiscientas personas pesaban sobre la conciencia de la rubia sacerdotisa.

— Supongo que puede propocionarnos un mapa de Hampstead, verdad, Señor Nathaniel?? — pregunté al embajador.

Me encogí de hombros ante la apreciación de Tömathör sobre la paga: — En serio??!! — pensé, esbozando mi media sonrisa más cínica — Claro que para unos labriegos 500 monedas de oro son un esfuerzo encomiable, — contesté al mago, una vez se hubo retirado el representante de Brunswick — , pero no quiero que se corra la voz de que trabajamos gratis, mas que nada para no tener a toda una nube de pelmazos cacareando para que les ayudemos con nimiedades... — agregué, caústico. Además, que demonios!!??, necesitabamos renovar material entre misión y misión, y eso no era precisamente barato, por no hablar del riesgo para nuestra vida que cada encargo suponia..., pero eso lo habíamos decidido, no solo aceptar, si no enfrentar con valentía y arrojo, así que no merecía la pena sacarlo a colación.

— Cuento contigo para protegernos de lo que sea que nos espera allí, Zhay, sean fantasmas, espectros, u otros ectoplamas aulladores, así que, si ya no da tiempo a comprar esa varita ¹, te tocará emplearte mas aun de lo que sueles hacerlo!! — dije entrecerrando los ojos, aunque no pude evitar que se me volviese a dibujar la sonrisa, la genuína, por segunda vez en esa noche: — Sin duda, estoy perdiendo facultades... — pensé, divertido.

Escuchando a Valanthir y a Zhay, Dolan no tiene mucho más que decir.

Así que simplemente se reclina en donde sea que estén, y asiente a las acertadas cuestiones de sus compañeros. Son más astutos y aplicados que él, y al fin y al cabo no se trata de una mera limpieza como la tumba de las salamandras o la piramide invertida de Amón: Aquí hay vidas en juego.

"Esas seiscientas vidas quedan a nuestro cargo, pues" dice con tono grave.
"No podemos fallar en absoluto"

Escucho a Val decir algo referente a las peticiones de las misiones y los honorarios, tranquilamente le contesto.

Vamos Val, tampoco es que seamos tan famosos como para que cada alma que nos topemos nos pida un favor, jaja.

La plática sigue y todo parece apuntar que vamos a aceptar la misión; mientras el mago sigue disfrutando se tarro de hidromiel, salvo por los comentarios anteriores básicamente se dedica a escuchar ¿será qué de verdad enfrentaremos fantasmas? aunque no es fácil algo podremos hacer, en todo caso algo deberemos de hacer ya en el momento...

Bien entonces, aunque sería bueno poder terminar nuestras bebidas por lo menos, descansar esta noche y salir mañana por la mañana, o incluso al medio día para poder alistar todo lo necesario.

Tras decir lo anterior regresa a sus pensamientos y a escuchar la plática, nuevamente bebiendo a tragos su hidromiel.

Por no recordar ningun evento parecido (ya que es saber local y con malus por zona nueva) os suenan muy vagamente esos nombres ,mientras jugais con las manos sobre vuestras bebidas y poneis un mapa de la zona sobre la mesa (Muy tipico es la mision en una taberna, y mas clasico todavia extender un mapa de la zona en la mesa de la taberna , mientras uno de los personajes se mesa la barba y otro señala con el dedo el mapa)

Pocos después de que Nathaniel se haya marchado, un hombre anciano se aproxima al grupo. Obviamente disgustado, el hombre se presenta como Harwick, ofrece una mano temblorosa, y tartamudea lo siguiente, retorciéndose las manos todo el rato

“El Señor Fuller os estaba pidiendo que investigaseis Hampstead, ¿no?. Han cerrado el camino y no dejan que nadie lo recorra, ¡incluso para aquellos de nosotros que vivimos allí!. Estaba en Bruswick cuando escuche que algo había pasado, pero para entonces era demasiado tarde y no me permitieron regresar. Mi esposa -aún está en Hampstead y ¡no puedo llegar hasta ella o incluso obtener noticias sobre lo que ha pasado!. Beth es todo lo que me queda... significa todo para mí. Os suplico que veías como se encuentra. Ni siquiera tendrías que desviaros de vuestra misión. Vivimos muy cerca de los puentes y Beth siempre mantiene una maceta de flores silvestres frescas en la ventana... esas flores estúpidas...”. En este momento el Señor Harwick pierde la compostura, pero se recupera tras unos pocos silenciosos llantos

"Podemos hacer otra cosa" sugiere.

Aunque antes de abrir la boca, echa un vistazo a los compañeros, como consultandoles

"Si tu esposa es lo único que te queda ¿Realmente quieres sólo una palabra de si se encuentra bien o no?" y tras esto deja un par de cuchillos karambit sobre la mesa. Un arma mortífera si sabes usarla bien "Puedes venir con nosotros, en calidad de acompañante, de guerrero" Y si ve que el cuchillo le pone nervioso, o que no se hace a la idea, entonces lo apartaría de su alcance y da otra opción "O incluso servirnos de porteador. De ese modo, estarías con tu esposa y ella contigo. Y nosotros contamos con un par de brazos extra para la carga"

Total, tras el fiasco de Allyn, o cargar con las cenizas de Flechan, Oroku empieza a considerar que su curriculum de aventurero incluye el experto arquero, maestro de la espada, cuasi-excelso detector de trampas... y niñera.

Zhay enarcó una ceja incrédula a Oroku y cogiéndolo por banda tiró de él apartándolo de la mesa, retirándolo un poco y hablándole en voz baja.

- Oh, vamos. Míralo, es un pobre ANCIANO. ¿Pretendes que nos lo llevemos como si fuéramos de excursión? Si allí hay algo serio no podremos garantizar su seguridad. Ante cualquier peligro sería incapaz de protegerse a sí mismo o huir - le susurró con voz admonitoria -. No podemos ni debemos llevárnoslo - sentenció volviendo a la mesa.

- Señor Harwick, le garantizo que pasaremos por su casa y nos preocuparemos por el bienestar de su esposa- le prometió, desdiciendo la peregrina idea de Oroku y animando al hombre.

- Lamento dejaros. Voy a acercarme por el templo y ver si pueden proporcionarme diversos pergaminos divinos que tal vez vamos a necesitar si los rumores son ciertos - dijo la mujer cogiendo su capa que descansaba en el respaldo de su silla y abrochándosela. Después salió de la posada. Había cosas que preparar y no mucho tiempo.

El mago observa la escena que se desarrolla entre el anciano y el ninja pensando que si bien es una acción muy noble, eso puede traer a la larga contratiempos; estaba pensando en eso cuando la clérigo le dice algunas al ninja, seguido deroga la invitación del ninja al anciano y aunque tiene razón en hacerlo.

Creo que nos vendría bien alguien que conozca la zona, ese sería usted señor Harwik, pero no podemos responsabilizarnos de su vida lo dice en forma tranquila y un tanto afectiva para después cambiar la voz a un tono más solemne y sombrío si decide venir con nosotros su vida es su entera responsabilidad.

Vuelve a dar otro trago a lo que queda de su hidromiel, voltea a ver a todo el grupo, en espera de una respuesta antes de que la clérigo se marche.