Partida Rol por web

Tus compañeros estarán distraidos con las muchachas y el vino. Claro está que ellos no se criaron en un pais donde la tierra se siembra con espadas y se abona con sangre. Crecieron en lugares donde un hombre puede bajar la guardia, relajarse y vivir para contarlo.

Pero tu no.

Tu eres un hijo de Eisen.

Entre las risas y la música oyes pasos acelerados que suben las escaleras. Varios individuos, al menos una decena. Oyes el rechinar de aceros y los ordenes ladradas a media voz. Sin duda se trata de soldados. Por un momento te imaginas que pueda ser una redada pero no oyes gritos de mujeres ni el ruido de muebles volcados. 

Sean quienes sean se dirigen unícamente a vuestra habitación. 

Doy un respingo, deprisa, y agarro la pistola que tengo cerca.

- ¡Alguien viene! ¡A las armas! ¡A las armas! Lassen Sie uns den Hals der Bastarde schneiden!

Con la pistola en la mano y buscando mi espada con la mirada, espero a que entre alguien por la puerta para lanzar un disparo.

Rodrigo está muy enfrascado bailando con la joven que le acompaña, cediendo a sus encantos y esperando conseguir algo más en un ambiente más intimo...Cuando escucha los gritos de Hans.

¿Cómo? ¿Cortarles el cuello a quién? ¿De qué bastardos hablas?

La verdad es que está algo molesto por la interrupción, y por un momento piensa que el eiseno se ha pasado con el vino. Pero lo cierto es que su cara está bastante seria.

La noche era cálida, el sonido de la guitarra acompañaba a una buena comida y un vino dulce. Las preocupaciones se disipaban poco a poco conforme la buena charla con los compañeros avanzaba. Parecía que iban a disfrutar de una verdadera noche libre, hasta que Hans dio la voz de alarma.

¿Alarma? Yo no había oído nada. Si era una falsa alarma ya habría tiempo de hacerle chanzas a Hans al respecto, pero si llevaba razón había que estar prestos a defenderse a él y a sus compañeros.

Rápidamente me levanté de la mesa y de una zancada rauda llegué hasta mis armas, abrochando el cinto donde descansaban y sacando rápido las espadas, Almudena y Victoria, de sus vainas.

- ¿Podéis distinguir cuantos vienen, Hans? ¿Qué habéis oído? – ya preparado para dejar en buen lugar el nombre de Soldano.

Non! Io a pagato il piso! Oís los gritos airados de la cortesana al lado del otro lado de la puerta cuando esta salta abierta de una patada. A excepción del eiseno todos quedais sorprendidos, aun cuando sus palabras os han puesto sobre aviso, cuando un torrente de guardias del puerto, que realizan las funciones de la policia del principe local, entran de golpe en la habitación. El que parece el jefe retuerce el brazo de Calista.

Uno de ellos abofetea con la mano enguantada en acero a la cortesana quien cae de rodillas al suelo con un hilo de sangre goteando de la comisura de sus labios. Con un gesto despectivo os señala y ordena PRENDI LI BASTARDI!

El pelotón de seis guardias se arroja contra vostros espadas en ristre.

Lanzo un primer disparo contra los guardias, no solo intentando herir a alguno, sino también dividirlos, separarlos para poder enfrentarnos a ellos con más facilidad. Dejo caer la pistola mientras recojo mi espada, y en un fluido movimiento, lanzo un par de ataques por enemigo, manteniéndolos a distancia. Con el rabillo del ojo, busco otra pistola, para alcanzarla después.

Sin florituras ni movimientos innecesarios, lanzo estocadas y barridos con la espada hacia los hígados de los guardias, buscando destrozar a la mayor cantidad de ellos posible con la menor cantidad de movimientos posible.

El primero de los guardias no tiene tiempo ni tan siquiera de darse cuenta de lo que ocurre cuando el eiseno dispara a bocajarro su pistola. El acre olor de la polvora quemada llena la habitación mientras el disparo retumba, las muchachas gritan y el guardia se desploma herido. 

Inmediatamente Hans desenvaina y salta a la refriega pero aunque ahora los guardias se muestran mucho más recelosos de acercarse y aunque se han dividido en dos grupos de tres y dos a cada lado paran con sus espadas los golpes de este.

Álvaro, sonrió divertido.

- Dejadme a mí al grupito de mequetrefes.

Se lanzó en medio de los dos grupos que habían quedado con una espada en cada mano. No era humano verlo moverse. Cualquiera observándolo bien podría jurar que era un diablo de acero moviéndose de un lado a otro con tal precisión que no nunca estaba donde las espadas de sus enemigos hendían el aire y dando certeros golpes a ellos, quienes caían uno tras otro en el torbellino que se había convertido.

El camino quedaba despejado para sus compañeros contra el teniente que los dirigía.

Los aceros de Soldano relucen y centellan a la luz de la velas mientras el Bachiller lanza golpes y tajos contra los cinco enemigos que quedan en pie. Todos sus golpes son certeros y uno tras otro los pobre guardias caen al suelo cosidos a cuchilladas. Cuando por fin se detiene el castellano se encuentra rodeado de cinco hombres malheridos y un tembloroso teniente de la guardia.

cuanndo estoy mentiendome un pedazo de codorniz confitada en la boca Hans nos avisa de un peligro, cosa que no entiendo por que mi agudo oido no ha oido otra cosa que la musica y las risas de las hermosas damiselas, pero tambien hay que reconocer que el tiempo que llevamos juntos me ha demostrado que tiene un sentido agudo de sentir con antelacion el peligro, asi que saco mi pistola y me preparo
lo que ocurre a continuacion es un visto y no visto y se demuestra nuestra preparacion para el combate, al entrar 7 soldados buscando pelea, es decir buscandonos a nosotros golpean a la madam y se lanzan contra nosotros pero antes de nada Hans acierta con su pistola a un guardia y Alvaro demuestra por que los castellanos son conocidos por su peligro

aun asi creo que ya es hora de participar en la fiesta a la que nos han invitado
levanto mi pistola apunto a uno de los guardias a la cabeza y aprieto el gatillo, viendo como la bala va en la direccion deseada

tirado

El montaignés desenfunda su pistola y sin levantarse si quiera de la silla ni soltar el muslo de ave dispara contra el teniente. El disparo le acierta en plena frente y con un debil quejido el hombre se desploma como una marioneta a quien cortasen las cuerdas. Un charco de sangre empieza a formarse como un halo alrededor de su cabeza y os queda claro que el hombre está irremediablemente muerto.

La cortesana se levanta y tambaleandose se apoya en la pared antes de escupir con desprecio al teniente caido. Aunque el labio ya no sangra una marcada hinchazón afea su bello rostro.

Grazi signori me habeis salvado ciertamente de las garras de questo animale Dedica una última mirada de desprecio al cadaver Pero rogaría que me dijeran por que razón los persigue la guardia de la citta , obviamente questo non foi una redada habitual...

En ese momento se oyen voces a través de la ventana y una de las muchachas de la casa llega a la puerta corriendo y jadeando ¡Signorina Callista! ¡La piazza é piena di guardie! 

Me acerco a la prostituta, a ver como se encuentra.

- ¿Está bien, señora? ¿Le ha hecho daño esta bestia?- Pregunto, serio por fuera pero algo preocupado por dentro. Entonces oigo lo de los guardias en la plaza. Miro a los demás.- Tenemos que hacer algo.

Miro por la ventana, no sin antes recargar mi pistola y coger mis demás armas y ponérmelas en el cinto. Frunzo el ceño.

"¿Por qué nos atacan?"

Te asomas por la ventana a la pequeña plazuela y puedes ver a varias decenas de guardias tomando posiciones. Tu inspección se ve cortada en seco cuando uno de ellos te ve asomado, da un grito y uno de los arcabuceros te dispara. La bala falla por poco, por muy poco de hecho.

empiezo a recargar mi pistola y me acerco al cuerpo del teniente mon amis alguno savoir raison de que nos hayamos convertido en personas non gratas para esta gente pongo una rodilla en el suelo y registro al teniente en busca de alguna orden o nota que indique que esta pasando
o puede que il cardinale haya hecho una jugada y el resultado nos este afectando?
de pronto un disparo y miro alarmado de donde ha venido

La cortesana se encoge de hombros. Veramente tutto este alboroto es per voi. Nosotros somos una casa muy respetble y estamos al día en sobornos y pagos a la guardia para poder ejercer nuestro negocio in piace. Y mirandoos divertida añade Aunque claro que los stranieri como sus mercedes no están acostumbrados a los giocci de poder de los hombres en Vodacce. Ya saben: las manos que te abrazan son aquellas que mejor lo tienen para apuñalarte por la espalda.

rveiso al teniente pero no veo mas que lo normal, ropa, sus armas y cosas que no llaman mi curiosidad o no las considero importantes
alguien podria preguntar a los 5 señores que tenemos como invitados en el suelo?
madam agradezco su ayuda y lamento el alboroto que parece que por nuestra culpa se ha generado, creo que en breve abandonaremos su local, pero no si antes felicitarla por su calidad y hermosura
todo esto acompañado de una reverencia