Partida Rol por web

Al abrir la puerta, lo que vemos es simplemente una carnicería, un cuerpo mutilado por lo que parece un animal y al fondo un grupo de cuerpos en el suelo, muertos.

Chico si nos han preparado una fiesta y nosotros debemos ser el postre

Además lo que me pone en alerta es la sangre sin coagular en el suelo, no estamos solos, así que cuando veo entrar a Alvaro, le sigo con discreción y sigo apuntando por si veo algo que se mueva y descargarle sin remordimientos dos disparos

Observo impresionada la escena del hombre sin gargante cuando este se ilumina con la antorcha de Rodrigo.

Ningún hombre haría una herida así...

Veo como Alvaro entra y tras el, Pierre, así que hago un gesto con la cabeza a Rodrigo para que pase antes de mi, al mismo tiempo que desenvaino la espada.

Rodrigo asintió ante el gesto de Mallory, y se adentró en la sala junto a Alvaro y Pierre. En un impulso algo estúpido miró hacia el techo al entrar, como si algo pudiese estar allí acechandoles. Luego siguió por el lado contrario a Alvaro con la espalda también contra la pared.

Riéndose de sí mismo aferró la espada con más fuerza si cabe y se preparó para enfrentarse a un enemigo. Pues estaba más que claro que alguién, o algo, había sido el causante de la carnicería que estaban viendo.

Prefirió dejar la antorcha en el suelo, para que iluminase la estancia. Si hacia falta ya la recogería antes de salir.

Al subir la mirada para ojear el techo el cerebro de Rodrigo percibe algo que no llega a comprender.  Una criatura, humanoide pero no humana, completamente albina os mira con ojos ciegos colgada boca abajo desde el techo. De su boca, llena de afilados dientes, gotea la sangre de los cazatesoros a los que ha asesinado.

Rodrigo os hace un gesto y levantais la vista hacia tan terrible monstruosidad. En silencio la observais y juraríais que los ojos blancos de la criatura os estudian. En ese momento lanza un chillido que os hiela la sangre. Descoglandose con una habilidad pasmosa os cae encima dispuesta al parecer a darse un festín con vuestra carne.

Justo cuando Rodrigo dice que miremos arriba, lo hago, sin pensarlo, para encontrarme a una criatura que ni siquiera en mis peores pesadillas se podía encontrar.

Se mueve a una alta velocidad y se desculega contra nosotros.

Un un rápido movimiento, lanzo una estocada a la criatura, pero es demasiado rápida para mí y me esquiva con facilidad.

Vas a morir maldita criatura del infierno. Y seré yo quien te devuelva.*

Mallory reacciona con gran velocidad y sin dejarse vencer por el horror golpea a la criatura. La espada de la eisena logra morder la impía carne de la abominación pero no parece causarle ninguna herida de gravedad y esta continua con su ataque volviendose hacia su agresora.

Las garras de la criatura golpean el cuello y el hombro de la guerrera desgarrando piel y ropa y haciendo correr la sangre. Al ver esta la criatura lanza otro chillido sibiliante en el que casi os parece adivinar el placer de ver correr el preciado líquido.

Clavo mi espada en la criatura, y rápidamente esta se vuelve contra mi, consiguiendo herirme en el hombre y brazo, pero con suerte, justo cuando noto que empieza a hacer presión sobre mi brazo, capaz de partirmelo, sus garras golpean el panzerhand y salen rechazadas.

Me posiciono de nuevo, esperando otra arremetida de la criatura.

La criatura se aboca contra Mallory tratando de morderle la cara pero la eisena logra dar un paso atrás en el último momento. Aún así la visión de las fauces de la criatura, lleno de dientes que desean hundirse en la blanda carne humana es una imagen que esta recordará durante un buen tiempo.

Pero cuando Mallory cree que ya ha esquivado el ataque de la bestia esta levanta su brazo, terminado en una burla de mano humana erizada de garras. La sorprendente velocidad de la criatura hace que no vea venir a tiempo el golpe y este supera su defensa.

La criatura sigue embistiendo contra mi. Parece que mi herida la ha relentizado un poco y la esquivo, pero de nuevo me golpea, aun que sus garras son dolorosas, soy capaz de sobreponerme l dolor y prepararme para mi venganza.

El miedo inundó el corazón de Álvaro ante la visión de semejante monstruo. Durante unos minutos que parecieron siglos en su cabeza el miedo lo paralizó en el sitio. El sudor perlaba su frente que resbalaba por sus cejas y nariz viendo como ese ser atacaba una y otra vez a Mallory hundiendo en ella sus dientes y sus garras. Aunque la eisena era más dura que el acero de su tierra y aguantaba las arremetidas, fue suficiente para devolverle un podo de valor y lanzarse en un ataque desenfrenado aunque totalmente carente de la gracia de la que solía hacer gracia.

- ¡Por Theus! ¡Castilla y cierra!

La miríada de cortes que le produjo a la criatura fueron bastante superficiales, pero corte a corte acabaría cayendo ante ellos.

La situación parecía mejorar. Yo era capaz de resistir los golpes de la criatura y Alvaro se unió a mi, dandole algunas estocadas, ya que podía vdrse en su cara el pánico de haberla visto. Era un gran luchador, pero no estaba preparado para ese monstruo.

Yo sin embargo, me planto y lanzo una estocada en la cara de la criatura, intentando cortarle la garganta.

La criatura chilla de dolor cuando los golpes de Alvaro le habren una multitud de cortes en su carne blancuzca. Lo que podría ser sangre, si no fuera por parecer a las luces de las antorchas negra como la pez, corre por su carne. Trata sin éxito de esquivar la lluvia de estocadas y cuando da un paso a un lado es recibida por un golpe del poderoso mandoble de Mallory que le impacta en plena cara.

Cae de rodillas la criatura y trata de levantarse antes de recibir un nuevo ataque, esta vez de Rodrigo.

Rodrigo había aguantado la visión de la criatura con bastante estoicismo. Pero lo cierto es que no se paró mucho a pensar. Si lo hiciera seguramente le temblarían las piernas.

Alvaro pareció estremecerse un poco, pero su acero estuvo firme como siempre. Y Mallory dio un par de buenos tajos mientras aguantaba los embites de la cosa.
Rodirgo no pensaba dejar que sus compañeros peleasen solos. Así que se unió a la refriega clavando sin dudar su hoja en el cuerpo de aquel ser.

No parecia ser muy agil, pero sin duda aguantaba bien. Pues a pesar de la multitud de cortes seguía moviendose.

Vuelve a los infiernos de donde saliste criatura.

Las últimas estocadas de Rodrigo ponen fin a los chillidos y gritos de la criatura. Sangrando ese oscuro líquido por multiples heridas parece desplomarse en el suelo vencida y derrotada. Ahora que acercais las antorchas y la mirais más de cerca detectais algo vagamente humano en sus formas y proporciones, a la vez que despejais toda duda que las similitudes acaban en el campo de las apariencias. Su piel está fria como el alabastro y su boca parece antes la de una lamprea que la de una persona.

Sacudieendoos los miedos decidis voler a poneros en marcha tras constatar que nada más de interés hay en esta habitación.

Cuando la criatura cae y deja de moverse Rodrigo recoje la antorcha y la examina de cerca, tan solo para santiguarse acto seguido.

Theus misericordioso, ¿qué engendro del abismo es esto?

Miró a sus compañeros, pero lo cierto es que no había mucho más que hacer, aparte de cerciorarse de que los demás cuerpos estuviesen realmente muertos y revisar la estancia.

Bueno. Lo mismo deberíamos seguir por la puerta que nos queda. Luego ya si eso seguimos el pasillo. ¿Qué creeis?

Una vez que la criatura cae al suelo, vuelvo a apuñalarla en un acto reflejo. Quedaba claro que no era de nuestro mundo y que debía volver a los infiernos, tal y como le había gritado.

Tras eso observo mis heridas, y veo que no hay ninguna de gravedad, así que al oir a Rodrigo asiento con la cabeza.

Mirar siguiente lugar, pero tener cuidado, más monstruos seguro.

Mi espada se quedó en mi mano, esta vez no iba a estar tranquila.