Partida Rol por web

Rodrigo veía como sus compañeros atacaban con valentía a la criatura, y la eisena aguantaba sus envites sin retroceder un ápice. Es más, a pesar de que sangraba de varias heridas recibidas no se amedrentaba y seguía combatiendo firmente. Sin mostrar el menor temor.

No en cambio Rodrigo. Estaba un poco más retrasado que el resto. No mucho, pero sí lo suficiente como para no estar en la primera línea en caso de que atacara la cratura. No era algo consciente, o al menos eso esperaba. Pero aunque se recriminaba por ello, lo cierto es que tenía miedo. Algo en las criaturas aquellas le atenazaba el corazón y no le dejaban ser la persona que él sabía que era. La que sus compañeros necesitaban.

Así que, sobreponiéndose a duras penas a sus temores, el castellano saltó adelante para tratar de clavar su acero en la escabrosa carne infernal. Más era obvio que su alma y corazón no estaba en la pelea. Pues estocadas que normalmente no habría fallado ni siquiera alcanzaban al horrendo ser.

El sudor frio le corría por la cara y la espalda. Pero no podía hacer nada contra ello.
 

La última herida provocada por la criatura, me hace clavar una rodilla en el suelo. La cantidad de sangre perdida era bastante y sentía todo el cuerpo dolorido. Me costaba mantenerme en pie, incluso respirar era una dificultad añadida.

Pero no era motivo para rendirme, si tenía que morir lo haría, pero con la espada en la mano, combatiendo, no por rendirme como una cobarde.

Con una última voluntad, me lancé a por la criatura, cortándole de nuevo, viendo como almenos pagaría cara mi propia vida. Intenté otra estocada, pero mi cuerpo falló y me fui al suelo, apoyando el mango en la espada en el y aguantandome con la otra mano para poder observar al monstruo.

Tras su valiente ataque, empeñando en él todas las fuerzas que le quedan, Mallory queda herida, desangrandose pero nunca derrotada junto a la bestia. Los Compañeros, sangrando gravemente varios de ellos, tratan de recuperar el resuello mientras eperan el siguiente ataque de la criatura.

Es en ese momento en el que se dan cuenta que el último golpe de la eisena, aquel que dió arrancando fuerzas de la debilidad más absoluta, fue mortal y que la criatura yace desangrandose en el suelo junto a sus semejantes. Los ojos negros miran, ahora vacios del hambre que los animaba, a las bovedas perdidas en la oscuridad el castelo.

Ni las criaturas salidas del mismo infierno ni en las profundidades del averno puede nada deteneros.

Podeis observar ahora con calma la dantesca escena, los charcos de sangre, los cazatesoros brutalmente mutilados y las oscuras y putridas manchas de las visceras de las criaturas. Solo el sonido de vuetras respiraciones agitadas rompe la calma del inmenso hall en el que os encontrais.

A vuestras espaldas quedan las escaleras por las que descendisteis, a derecha e izquierda varias puertas de paneles con molduras parecen llevar a las habitaciones nobles del castelo y finalmente en la dirección de donde vinieron los mercenarios y las bestias parece que el mismo suelo esté hundido como unas fauces abiertas listas para devoraros.

Guardo las armas y me dispongo a revisar las heridas de Mallory, se que el resto han recibido bastante castigo, pero la sangre corre por su chaqueta y parece que este apunto de desplomarse.
tranquila chica papi está en casa

Al comprobar que el último de aquellos engendros había caído con el último golpe de Mallory, se permitió al fin parar un momento para recuperar el resuello. Estaba claro que la eisena era capaz de sacar fuerzas de la flaqueza. Estaba resultando una buena compañera y desde luego estaba logrando limpiar el nombre de su familia.

Vio como Pierre se dirigió corriendo a atender primero sus heridas. Asintió. Era lo correcto. Ella era la que más acometidas de esas bestias había sufrido y solo Theus sabe donde estarían todos ahora de no haber sido por su fortaleza y la de su acero.

Él por su parte, dejó sus espadas en las manos. Revisó la estancia con la mirada, comenzando por el techo, en parte para asegurarse de que no había más bestias inmundas esperando a saltar sobre ellos y en parte por apartar los ojos de la escena de horror que había a sus pies con los charcos de sangre humana y pútrida mezclándose por debajo de los cuerpos mutilados y las vísceras extraidas.

Ahora una idea cruzó su mente…

- La mesa estaba servida para 9, mas había 3 sentados a la mesa… Hasta ahora matamos a 4 de estas criaturas del averno… - dijo no del todo convencido de su idea – Eso quiere decir que deberían de quedar aún 2 de estas criaturas… y si guardan algún rastro de su inteligencia humana… - un escalofrío recorrió su espalda – su líder estará en la retaguardia y aún no lo habremos visto… - era una idea que le tranquilizaba y le inquietaba a la vez.

Cuando vio que Mallory acababa con la criatura con un último golpe desesperado, Rodrigo apoyó la espalda contra la pared y se dejó caer hasta sentarse en el suelo. Fue vagamente consciente de que Pierre atendia a la eisena, y que Alvaro investigaba las estancias cercanas.
Pero su cabeza estaba en otro lugar. No podía dejar de rezar a Theus. Repasaba el combate una y otra vez en su cabeza y veía como había fallado a sus compañeros. La vergüenza estaba haciendo mella, y su honor había quedado macillado. No sabía como hacer para remediarlo.

Se despejó lo suficiente como para escuchar los últimos comentarios del bachiller. Lo que decía tenía algo de sentido, de una manera macabra. Además eso significaba volver a tratar de nuevo con estas criaturas. No sabía si sería capaz.

Sinceramente espero que no sea el caso. Cuatro de esas cosas ya han sido bastante para mí. No creo que soportase la visión de más de ellas.

Se levantó como pudo y tras limpiar la poca sangre que tenía envainó su espada. REcogió la antorcha e hizo ademán de seguir.

Comienzo los preparativos para curar a mi compañera y esta vez el elemento frivolo me lo guardo, las heridas son más serias y necesito toda mi concentración y mi maestría para recomponer este hermoso puzzle.

Comienzo poniendo un paño limpio en el suelo y extendiendo todo el instrumental necesario para no perder el valioso tiempo del que dispongo para sanar a esta Amazona, pues después de lo demostrado y conseguido , no merece menos.

Cuando mi ojo experto me indica que todo está preparado, le hago una reverencia..

estimada compañera pido permiso para retirar la ropa necesaria para poder hacer mi trabajo sin que sea un impedimemto para el tratamiento de tus heridas.
Prometo todo el respeto y delicadeza que te mereces.

La joven me mira con esos ojos tan profundos que tiene y comienza a ponerme cara rara, pero seguidamente asiente con la cabeza, asi que comienzo mi magia.

Empiezo a higuienizar con trapos limpios y abundante agua salada las heridas, espero que no haya que remendar a muchos más, por que me estaba empezando a quedar sin ella, con la delicadeza y la precisión de un maestro relojero reviso con mis dedos las laceraciones para ver su profundidad y confirmar si habían sido afectados más organos.

Después de ver que ha tenido mucha suerte y que desde fuera parecían más preocupantes, saco las últimas existencias de mi brandy, para que haga su función desifectante y asegurarme que no se reproduzcan infeccio es.
Viene la parte más complicada, coser...cojo un trozo de cuero y se lo doy para que lo muerda
esto te va a doler pero seré rapido y profesional

Comienzo a dar puntadas rapidas y consistentes, asegurando que no queden separaciones que produzcan sangrado y lo más importante que aguante los siguientes combates.
Termino y hago una pasta con agua y las plantas que traje en mi zurron y que me asegura que no hayan infecciones.
Acabo satisfecho mi trabajo y veo la cara dolorida de Mallory -descansa mientras este con Rodrigo te hace falta-

Hago la señal a mi siguiente paciente, me rio cuando Rodrigo se sienta a mi lado - sabes que no voy a ser respetuoso y que te he visto sin camisa muchas veces, así que no hace falta formalidades, empieza a quitartela para ver la herida

Miro la laceración y la limpio con el último bote de agua salada que me quedaba, no se que podré utilizar más tarde pero ya veremos entonces. Y ahora viene la parte divertida, saco la polvora y la coloco en el agujero.
lo siento chico pero el Brandy se acabo y esto es más efectivo- le doy el trozo de cuero y cuando lo tiene en la boca, prendo el polvo negro y hace su función, cauterizar.
Compruebo que esta correcto y tapo la herida con apositos limpios y con cara sonriente, me coloco en un lado y descanso, mientras cargo las pistolas.

chicos descansar un rato y luego elijamos una puerta y acabemos con estas criaturas

De nuevo las artes curativas de Pierre han sanado vuestros cuerpos maltrechos pero ¿sanaran vuestras mentes y vuestras almas después de contemplar tales horrores? ¿Ha llegado quizás el momento de volver hacia atrás abandonar vuestro contrato y regresar a la luz del sol?

Sacudiis la cabeza y alejais tales pensamientos. Sois la Compañía del Toisón, o lo que queda de ella, y no traicionareis el legado del que ahora sois portadores. Es venciendo al miedo cuando un heroe realmente conquista la gloria os repetiis para vuestros adentros mientras tratais de alejar vuestra mente de los oscuros recovecos de la imaginación. Aún así os parece intuir formas, colmillos y negros ojos entre las oscuras sombras que rodean el circulo de luz formado por vuestras antorchas.

Los cuidados de Pierre aunque expeditivos son efectivos y tras un rato descansando ya pareceis encontraros si no mejor como mínimo con fuerzas para seguir.

Ahora debeis decidir si explorar las puertas a derecha e izquierda o lanzaros de cabeza al agujero que, como unas fauces infernales, se abre unos metros más adelante.

Mientras Pierre atiende tus heridas te parece oir una voz que te susurra al oido 

En la camara del tesoro encontrarás ....lo que tanto anhelas...las armas de una guerrera...

Álvaro no bajo la guardia mientras sus compañeros se ocupaban de las heridas. No sabían cuando podían más de aquellas criaturas abalanzarse sobre ellos. Le parecía ver ojos siniestros observándoles en los límites de la luz proyectada por las antorchas, creía oír siseos de bestias más allá en la oscuridad, pero desechaba estas ideas tomándolas por lo que eran, productos del miedo que atenazaba lo más hondo de su alma.

Bien sabía Theus que deseaba regresar a la luz del sol donde las cosas eran normales y los enemigos de carne y hueso y sangre roja, pero tenían un contrato que cumplir.

Cuando Pierre acabó su trabajo no pudo más admirar su pericia. Mallory, quien antes parecía necesitar una buena temporada de descanso se mostraba ahora prácticamente recuperada de sus heridas dispuesta de nueva a la acción.

Miró a sus compañeros ocultando el dolor que le producía su propia herida. No tenían más tiempo que perder.

- Sigamos y salgamos de aquí lo antes posible. Propongo que terminemos el trabajo como hasta ahora. Con calma y meticulosidad. Vayamos habitación por habitación como en las anteriores. – dijo preparado para entrar en la primera habitación después de que Mallory abriera la puerta como en las anteriores ocasiones. 

Mi mirada estaba completamente perdida en el techo, donde la negrura no tenía fin y de vez en cuando veía la luz de las antorchas iluminarme.

Sentí a Pierre a mi lado, quitándome parte de la ropa, donde estaba sesgada, mientras me hablaba, aun que no era capaz de comprenderle debído a que parte de mi mente no pertenecía al mismo mundo que mi cuerpo.

Cerré los ojos y me perdí en mí misma. Los recuerdos de mi infancia, donde todo estaba bien, vivíamos en "paz". Pero la llegada de la muerte y la destrucción me hizo dar un sobresalto, al ver una criatura fantasmal.

Al abrir los ojos vi como Pierre aún cosía mis heridas. Hacía un buen trabajo, y confiaba en el. Sino estuviera en estos momentos esa criatura se me hubiera llevado, aun que ya no la recordaba, solo una frase s repetía en mi cabeza.

Guerrera, tesoro, sala... Me llamaba y la temía, pero la necesidad era más fuerte.

Volví a cerrar los ojos y dormí. No se cuanto, pero no demasiado porque Pierre había empezado con Rodrigo y Alvaro observaba la zona.

A duras penas conseguí levantarme y observar a los demás. Por fin mi visión era correcta y pudo oirlos con claridad, entendiendo sus voces.

Al oir a Alvaró me levanté y vi como mi cuerpo respondía mejor de lo que pensaba, seguramente estaría lista para otra de esas criaturas del infierno, y sino moriría luchando.

Me acerqué a la puerta que me indicó y la abrí, permiendo a mis compañeros pasar.

Abriis la puerta y pasais a un estrecho pasillo con otras tres puertas. Abriis la primera y la segunda y encontrais sendos cuartos espartanos, desprovistos del lujo marchito del resto del castelo. Parecen ser las habitaciones de los criados con un par de literas en cada cuartucho. La capa de polvo que cubre el suelo tiene varias marcas de lo que bien podrían ser pisadas.

La tercera habitacion es una estancia también sencilla pero algo más refinada con una sola cama individual en vez de literas. Probablemente fuera la estancia del mayordomo. Contiene una comoda y un pequeño armario de madera. Tirais de los pomos pero los cajones y puertas de ambos parecen estar cerrados con llave.

Comenzamos a registrar los pasillos que nos faltaban y empezaba a pensar que no se si ibamos a encontrar todos los objetos que nos faltaban, pero lo más importante era salir de aquí vivos.
Entro con cuidado en la tercera habitación y con mis dos pistolas preparadas, me asegure que no había nada que nos amargara el avance- eso creia por que las anteriores ocasiones pensabamos igual y casi acabamos en el otro barrio- al comprobar que había una comoda y cerrada, deposito en un lado, siempre a mano por si me hiciesen falta en algún momento e intento su apertura.

alguien debería estar atento no sea que alguno de esos bichos esta por aquí

Álvaro avanzó por el pasillo con las espadas en la mano, comprobando techos y paredes conforme entraban en cada nueva habitación. No estaba dispuesto a aquellas criaturas les cogieran desprevenidos. Sin embargo, las huellas del suelo le indicaban que los cazatesoros ya habían estado por allí y, por la falta de sangre, que habían salido por su propio pie, por lo que no esperaba realmente que alguna de aquellas cosas se ocultara allí. No obstante, era mejor prevenir que curar.

Al llegar a la habitación con algo más de mobiliario encontraron un armario y una cómoda cerradas. Mientras que Pierre se afanaba con la cerradura del armario, Álvaro hizo lo propio con la de la cómoda, seguro de que sus compañeros podrían encontrar más registrando las habitaciones que él mismo.

Mientras sus compañeros iban abriendo las estancias, y observando que no había ningún peligro inminente, Rodrigo se quedó un poco más retrasado y las revisó a consciencia.
Se decía a sí mismo que era para no dejar nada sin revisar, pues todavía tenían que encontrar varios objetos más. Pero una duda le reconcomía. Una pequeña parte de su interior le decía que era porque tenía miedo de encontrarse otra vez con aquellas criaturas.

Desechó la idea con una sacudida de cabeza y siguió buscando.