Partida Rol por web

A Partir de Ahora.

Capítulo 1

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01/10/2008, 23:25

Al otro día Avon se levanta temprano, cuando las primeras luces tocan la ventana. Los sirvientes entran con el desayuno, dejan la bandeja en la mesa y abren el resto de las cortinas. Luego se retiran dejándolo desayunar en paz. Faltan unos días todavía para la tertulia, y en el medio, el muchacho no tiene demasiado que hacer. Esta mañana planeará el resto del día, tal vez pueda ir a visitar a las otras familias de alcurnia de la zona, o visitar el pueblo, o averiguar más sobre sus gentes. Tal vez incluso podría pasar por ese mismo campo en el que se cruzó con aquella muchacha.

O podría quedarse en la casa, escribiendo un mensaje a Londres para averiguar como siguen sus negocios y demás cosas de rutina. Mucho tiempo libre para alguien que siempre ha estado tan ocupado.

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02/10/2008, 17:18
Claire Windsor-Hancock

Al escuchar a la mucama mi cara se ilumina por completo, la verdad es que no puedo resistir el sonreír y tomar a mi hermana de ambas manos, sí aquello era justo lo que estaba esperando y ella tiene que aceptar, no hay de otra. Sonrío con alegría y casi salto alrededor de ella.

-Al fin aprenderé francés, ¿no hermanita?-digo en voz apenas audible para las dos.-¿No te parece una gran coincidencia? Tú podrías aprender conmigo, claro, si no odiaras tanto a los franceses como ya me has dicho antes. No importa, yo aprenderé y ya te enseñaré...

Me doy la vuelta halando a mi hermana para ir a donde están esos jóvenes, aunque ella aún no se ha pronunciado en favor o no, sé que no me negará aquello; además, según lo vea, es una buena manera de tener mis pensamientos alejados de mi primo que es precisamente lo que ella quiere. Padre jamás se negaría a ello, siempre me ha dicho que le encantaría verme hablando aquel idioma.

-Venga, vayamos de una vez antes de ir por nuestros vestidos...

Pero no doy tiempo a mucho más porque suelto la mano de mi hermana y empiezo a caminar en dirección al salón donde esperan los caballeros.

Notas de juego

Bueno, espero no meter la pata al marcarlos a los 4

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04/10/2008, 00:41

Patrick dejó partir a las muchachas, terminó sus cosas del día y se levantó al siguiente con bastante energía y alegría, ya que había conocido a más personas del lugar. Mientras leía las páginas de uno de los libros de su biblioteca en Skylands, ve por la ventana a un caballo sobre el cual está montado un hombre cuyo perfil le parece conocido.

Se levanta y se acerca para ver mejor, entonces nota que uno de los criados va a saludar al individuo y no es para menos, se trata de su señor, Francis P. Spencer que ha llegado mucho antes de lo acordado.

Patrick sale a recibirlo y escucha las palabras del criado. Aún el señor Spencer no le ha visto:

-Mi señor, un gusto contar con vuestra presencia antes de lo que se nos ha avisado. Dejadme llevar sus cosas.

Notas de juego

Este turno contestalo sólo para mí, como hicimos cuando conociste a las Cronwell y después yo los uno en la conversación. Besos.

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04/10/2008, 00:53

Después de cotillear sobre los nuevos conocidos, de uno y otro lado, la tarde cede paso a la noche y las tres jóvenes se hechan a dormir soñando con la venidera tertulia del día viernes. Al otro día se levantan temprano, esta vez Susanne irá acompañada de Elizabeth a la tienda, a la que deben suplir con bastantes telas si es que muchas personas irán a la fiesta, cosa que no ponen en duda; mientras tanto Anabel se quedará con la madre, que está más que entusiasmada con el hecho de la reunión. Ya sabe la chica que tendrá que soportar las miles de referencias a la conveniencia de conseguir un novio adinerado pero no le molesta, sabe que su mamá lo hace por el bien de todas.

Son las seis de la mañana cuando en la casa de los Cronwell todo se pone en marcha.

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04/10/2008, 00:58

Notas de juego

Nota para todos: es martes en la partida y la fiesta será el viernes. (bueno para todos los invitados :P) ;P igual todos van a ir, pero por ahora nada de contar a los que no reciben este mensaje de la fiesta ¬_¬ secreto absoluto!!!

xD besos

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04/10/2008, 01:23
Patrick Collins
Sólo para el director

El día había amanecido tranquilo, al fin. Por eso, se había acicalado despacio, sin prisas. Tras un buen desayuno, decidió que era una buena idea buscar algun libro interesante entre la vieja colección de Skylands Manor. Encontró uno, titulado "La historia de Tom Jones, un expósito", novela de un tal Henry Fielding.

Sin embargo, su lectura se vió interrumpida por una visión. Una visión que le hizo cerrar el libro y estirar sus ropas de forma casi mecánica al levantarse de un salto. Su señor había llegado, o eso parecía, y tenía que recibirle.

Asi pues, se encaminó hacia la puerta, escuchando como el criado le saludaba. En su mente comenzó a cobrar fuerza la idea de que su corta experiencia como señor de la casa y aristócrata en ciernes se había terminado, como las operetas italianas al llegar al último acto. Aunque esta vez no se había cerrado el telón, ni se había hecho una reverencia final, acompañada por la ovación de un público satisfecho.

Sin pensárselo dos veces, resolvió con resignación que era lo mejor. No debía autoengañarse, pues él era lo que era. Asi que salió a recibir a su señor, y tomar alguna de sus maletas si era necesario. Lo encontró enseguida, y le saludó llevándose una mano al pecho e inclinándose levemente.

-Milord -dijo- Bienvenido a Skylands Manor.

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04/10/2008, 15:44
Anabel Cornwell

Las chicas Cornwell se levantan puntuales cómo cada mañana, han aprendido con la experiencia a ello, además hay mucho trabajo que hacer con la fiesta de Skylands Manor por delante.
Anabel se encarga de preparar el desayuno con la ayuda de sus hermanas, bastante humilde pero abundante para afrontar la larga mañana que se avecina.

-Acordaos de hacer todos los pedidos, será una semana importante-
les dice mientras las menores empiezan a levantarse para marcharse a la tienda, puesto que hoy le tocará a ella quedarse en casa.
En realidad le agrada más atender la pequeña boutique, pero sin duda ir alternándose es lo mejor y sobretodo lo más justo para todas.

Cuando ya se han marchado sube al piso superior para despertar a su madre y llevarle el desayuno, después se encarga de todas las tareas domésticas, atendiendo a mamá de ser necesario aunque probablemente lo único que necesite es ir hablando mientras ella limpia y saca el polvo...

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04/10/2008, 16:06
Francis P. Spencer
Sólo para el director

Francis se baja del caballo y le da las riendas a su sirviente para que se encargue del caballo.

-Me he adelantado al coche, Adam, mi ayuda de cámara llegará en unas horas con mis cosas. ¿El Señor Collins está en la casa?- pregunta mientras se dirige hacia la puerta de la misma.

-No he comido desde la mañana, haga que la cocinera me prepare algo de comer, y que también vaya preparando el te.

Francis entró en la casa antes de que el sirviente pudiera responder algo sobre el paradero de Collins.

-¿Patrick? ¿Patrick? ¿Andás por aquí infeliz Irlandés?- pregunto Francis buscando a alguien con una sonrisa en la cara.

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06/10/2008, 22:35
Mary Ann Windsor-Hancock

Mary Ann se quedó paralizada cuando escuchó las nuevas noticias que acontecían en su hogar, ¿Cómo podía el destino ser tan retorcido?

Iba a decir algo cuando su hermanita comenzó a jalar de ella y hablar sin parar.

- Espera espera Claire. No parezcas desesperada, pero la verdad que el corazón me latía a mil. ¿Cómo serían aquellos apuestos jóvenes que se atrevían a ir casa por casa pidiento trabajo? guiñó un ojo, respiró hondo y dijo en voz alta mientras se acercaba a la sala para que la escucharan los jóvenes: ¿Francés eh? Puf... no sé si debiéramos dejar entrar a un francés en nuestro respetado hogar Claire querida.

Notas de juego

lo lamento no he podido en todo el fin de semana.

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06/10/2008, 22:43
Mary Ann Windsor-Hancock

Mary Ann usaba siempre las palabras muy bien escogidas, siempre que no estaba histerica o gritando por un cabreo con su madrasta que entonces salían improperios de su educada boca.

Así que no solo usaba gestos para jugar con su hermana, sino determinadas palabras que mostraban su caracter rebelde.

En esta ocasión decir "nuestro respetado hogar" significaba que ellos eran sin duda bienvenidos.

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06/10/2008, 22:48
Claire Windsor-Hancock

Noté en las palabras de mi hermana que todo estaba en orden y sin dudarlo más, empujé con fuerza las puertas del salón que se abrieron y resultaron ser el único aviso de nuestra llegada. Enseguida descubrí a los dos jóvenes allí en nuestro salón a la espera de ser recibidos, con aire alegre sonreí y me volví a mi hermana, parecían buenos tipos a simple vista.

-Buen día, caballeros-dije saludando a ambos con una corta y fresca reverencia.

No dije mi nombre, las presentaciones seguramente vendrían después, por ahora lo que estaba era ansiosa de recordar cada detalle para luego comentarlo con mi hermana o simplemente repasarlos mentalmente en la soledad de mi alcoba. ¿Apuestos? Sí, lo eran, no sé cómo mi hermana lo sabía pero lo eran y educados sin duda, con falta de trabajo pero si las cosas salían bien, a nada de conseguirlo.

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06/10/2008, 23:09
Mary Ann Windsor-Hancock

- Buenos días, soy la señorita Windsor-Hancock,dije sonriendo de forma natural y sincera. Sí que eran apuestos si y... ¿franceses?, nos han informado que buscan trabajo. ¿A qué se dedican Señores? estaba a punto de estallar a carcajadas pero nuestras chaperonas estaban presentes y hacían que no pudiera preguntarles si venían de lejos y habían visitado países fascinantes como China o África... o simplemente me contaran cualquier cosa de lo que había fuera de nuestro pequeño país.

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07/10/2008, 09:26
Susanne Cornwell

Después de cotillear sobre los nuevos conocidos, de uno y otro lado, la tarde cede paso a la noche y las tres jóvenes se hechan a dormir soñando con la venidera tertulia del día viernes. Al otro día se levantan temprano, esta vez Susanne irá acompañada de Elizabeth a la tienda, a la que deben suplir con bastantes telas si es que muchas personas irán a la fiesta, cosa que no ponen en duda; mientras tanto Anabel se quedará con la madre, que está más que entusiasmada con el hecho de la reunión. Ya sabe la chica que tendrá que soportar las miles de referencias a la conveniencia de conseguir un novio adinerado pero no le molesta, sabe que su mamá lo hace por el bien de todas.

Son las seis de la mañana cuando en la casa de los Cronwell todo se pone en marcha.

-Acordaos de hacer todos los pedidos, será una semana importante -les dice Anabel.

-¡Ni me lo digas! -exclama Sue en respuesta- Anoche me quedé hasta bien tarde repasando la lista para no olvidarme nada.

Cuando ya se ha aseado y vestido baja corriendo las escaleras en dirección a la cocina. Se toma un vaso de leche caliente bastante rápido y da un par de mascadas al pan que luego deja a un lado y envuelve tanto ese como otro en una servilleta. Termina de abrigarse, envolviéndose bien en su abrigo y se pasa una bufanda por el cuello. Es una mañana helada a causa de la lluvia del día anterior. Se calza los guantes y se mete los panes al bolsillo, se los irá comiendo en el camino.

-¿Ely estás lista? -llama a la menor desde la puerta- ¡Vamos que se nos hace tarde!

Le da un beso a Anabel a modo de despedida y emprende la marcha, aunque no muy a prisa para dar tiempo a su hermana de alcanzarla.

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07/10/2008, 10:50
Jean Antoine Lésdiguièrs

Impresionante casa, nunca había visto una así antes, susurro a mi primo mientras mis ojos se pierden en los cuadros de las paredes, en los elegantes y caros sillones que probablemente pagarían un alojamiento más que decente para bastante tiempo a una persona normal, sin altas pretensiones. Este lugar superaba mis expectativas, a veces se me escapaba que había gente cuya riqueza estaba por encima de lo moralmente aceptable, pero así eran las cosas, y había que adaptarse a ellas, ser un superviviente.

La apertura sorpresiva de las puertas del salón termina con mi disertación mental de manera brusca. No era lo que esperaba ver, y no sabría evaluar si es bueno o malo que sean dos jóvenes y hermosas señoritas quienes nos reciben, quizás el señor Windsor hubiera sido más apropiado, suponiendo que exista un señor Windsor, que no debemos sacar conclusiones precipitadas. Y aunque mi sentido del peligro se había alertado, era el momento de conseguir trabajo, pues mi economía no da para mucho más.

Ajusto la chaqueta de mi traje, claramente de estilo francés, a la moda, pero por debajo de la calidad de lo que esperaría si fuera realmente de un prestigioso sastre, y su aspecto algo raido, aunque limpio, lleva a pensar que desde luego hace tiempo que abandonó el lugar donde fue confeccionado. Mi sonrisa aparece casi de manera instintiva, y me acerco a la posición de las dos jóvenes, haciendo una reverencia y tomando la mano de la que ha hablado, apenas rozando con mis labios el dorso de la misma, y luego alzando la mirada aún desde esa posición.

Jean Antoine Lésdiguièrs, madame, literato parisiense, me incorporo y busco también a la otra joven, para repetir el saludo, y deseoso de compartir mis conocimientos con aquellos que anhelen conocer la lengua del amor añado de manera teatral con una sonrisa divertida, más apropiada para un corral de interpretación que para una casa de la alta nobleza, pero mis autodidactas modales no daban para mucho más.

Regreso a mi posición, dando la oportunidad a mi primo de presentarse, ya que no considero apropiado el hacerlo por él.

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07/10/2008, 11:01
Mary Ann Windsor-Hancock

Notas de juego

Por favor indica si saludas primero a mi hermana y después a mi o al revés. Gracias.

Aprovecho para avisarte Señor Lesdiguiers, ha marcado a un desconocido para mi ;)

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07/10/2008, 11:43
Jean Antoine Lésdiguièrs

Notas de juego

uhm, a ti, que eres la que has hablado preguntandonos, XDDDD.

Si, marqué a un desconocido para mi tambien, XDDD

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07/10/2008, 13:02
Mary Ann Windsor-Hancock

No sabía si reírme a plena carcajada o morirme de vergüenza y por el calor que notaba subiendo a mi rostro parecía que mi cuerpo había decidido sin consultarme.

Enrojecí y bajé la mano que había quedado todavía en el aire. Solo pude hacer un gesto con la cabeza de asentimiento y esperar que el otro joven se presentara, menos mal porque así mientras lo hacía podría pensar en qué contestar y recuperar el color normal de mis mejillas.

Notas de juego

;)

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07/10/2008, 16:37
Claire Windsor-Hancock

Observé divertida a mi hermana, la chica segura se había ido muy lejos de mí y sonreí también apenas creyéndolo, pero mi mente estaba ocupada, repasando mentalmente aquel acento raro que se me antojaba sensual en el francés y por supuesto, estudiando un poco su actuación. La lengua del amor, eso había dicho y así se decía, habría que ver si los franceses son duchos en esas artes. Me quité los guantes pasando por detrás de mi hermana y codeándola suave y sutilmente para que espabilara.

-Mi nombre es Clarie Windsor-Hancock-dije al ver que a mi hermana se le había ido el santo al cielo y se había olvidado de presentarme, esperaba que no fuera una afrenta y lo hubiera hecho deliberadamente.-¿Así que literato parisiense? Dígame, señor Lésdiguièrs, ¿París es tan bello cómo se dice?

Sonreí acercándome un poco, demasiado lejos estábamos y yo me perdía detalles. Y a continuación, sonriendo inocentemente me volví al caballero que acompañaba al francés.

-Perdonad mi mala educación, caballero, no he dejado que se presente-le hice una seña con la mano para que pudiera hacerlo.

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08/10/2008, 20:19
Elizabeth Cornwell

Tras una noche de sueño algo intranquila (a saber por qué motivos), Liz desciende las escaleras de manera atolondrada, teniendo un único cuidado en no caerse o tropezar...

Una carrerilla corta le da tiempo a alcanzar a su hermana, no sin antes despedirse de la mayor y de su madre... No se ha molestado en beber o comer nada... Siempre le da preferencia al sueño, cosa que su madre no ve con buenos ojos, pero que a ella suele no importarle demasiado...

Cuando se sitúa a la altura de Susanne, exclama en tono alegre:

-Aquí estoy!

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09/10/2008, 02:12
Susanne Cornwell

Mira a su hermana y sonríe.

-No alcanzaste a comer nada, seguro.

Se mete la mano al bolsillo y saca los panes. Ella se queda con el que había mascado y le da el otro a Elizabeth.

-Ten, cómete eso al menos -la mira con actitud maternal-. Sabes que debes desayunar, aunque sea tomarte un vaso de leche, sobre todo cuando vas a la tienda porque es probable que te pases toda la mañana sin probar bocado.

Menea la cabeza y frunce el ceño.

-¡Serás porfiada! -ya sonríe y la toma del brazo. Como todos los días Sue acorta camino por las tierras de Skylands Manor.