Partida Rol por web

Después de la pequeña charla con su madre, y el embobamiento de la misma, Elizabeth se encamina a la cocina, a saber a razón de qué...

Suspira, y en su mundo se pierde, razón por la que no se da cuenta casi hasta el final no se da cuenta de la presencia de sus hermanas en la estancia...

Se lleva un susto de muerte al verlas, y sus mejillas se tornan de un rápido color carmesí, cosa bastante extraña en ella...

-Vaya... Estabais... aquí...

Anabel niega con la cabeza a su hermana Sue cuando ésta aparece en la cocina, pero apenas le da tiempo de abrir la boca cuando la más pequeña irrumpe en la estancia más distraída que nunca.
Anabel no puede evitar reír por lo bajo, mirándola con ambas cejas arqueadas el sonrojamiento de la menor de las Cornwell.

-¡Hola Betsy! Te buscábamos, tenemos cosas que contarte, apuesto a que te pondrás contenta... Aunque quizá deberías empezar tú, se te ve más distraída que nunca- admite sin disimular su curiosidad mientras se sujeta al delgado brazo de Elisabeth.

Las mira, intentando "situarse"...

-Oh... Cosas que contarme? Qué bien... Yo.. También...-Mira de reojo a Ann, quien la ha pillado... Decide olvidar su "sonrojo" momentáneo y cambiar rápido de tema-Bueno... Si queréis empiezo yo...-Poco a poco, vuelve a ser la misma Liz de siempre...-Pues... He salido fuera, a contemplar el paisaje.. Realmente estaba bastante retorcido el ambiente... Pero, vaya... Eso no viene a cuento... Cuando he vuelto, madre me ha "atropellado atolondradamente", enseñándome un sobre... Y.. supongo que... Igual era lo que teníais que contarme...-Señala, intuyendo la felicidad de sus hermanas...-Hay... Un baile de esos a los que soléis asistir...no? Porque... Nos ha llegado una invitación de un tal Patrick Collins, en nombre de otro tal Francis Spencer Noséqué... De esos "distinguidos caballeros" que como se aburren y no tienen otra cosa que hacer que gastar su dinero, organizan "Grandes Bailes" donde gozan de la presencia femenina y...Bueno... "Esas Cosas"...-Ríe, burlona, para luego cambiar de tono..-Aunque... Por supuesto... Yo estoy segura de que el motivo por el que lo organizan en ambientes rurales no es para más que reírse de nuestras costumbres...-Señala, muy convencida...

Sue, mientras su hermana habla, se sienta en la mesa y juega balanceando los pies, la está escuchando, aunque parezca algo distraída.

-¿Sabes, Ely? -dice cuando su hermana guarda silencio- A mí el señor Collins no me ha parecido una persona de esas que tú dices -mira a Anabel- ¿Y a tí, Anabel?

Sonríe, pensando en que seguro Ely se está preguntando de dónde conocen ellas al tal Collins así que antes de que pregunte aclara cualquier posible duda.

-Hoy le hemos conocido, cortábamos camino por la mansión de Skylands, nos lo hemos topado y se ofreció a acompañarnos a casa. Ese señor Spencer nosequé que dices, supongo que ha de ser el tal Lord Heddington que mencionó el señor Collins, pero a él no le hemos visto ni tampoco él lo mencionó más allá así que no te sabría decir -Sue se baja de la mesa y toma las manos de su hermana menor. Empieza a danzar con ella alrededor de la cocina, simulando ser el hombre-... ¡¡Peeeeeeroooo!!... Si los señores citadinos -hace gestos de gente estirada- desean burlaste de nuestras costumbres rupestres, seguro que no mucho va a pasar antes que seamos nosotras quienes nos riamos de ellos.

Da un par de giros y se sienta en una de las sillas. Su voz se escucha algo más seria.

-De todos modos queramos o no tendremos que ir, mamá es capaz de llevarnos arrastrando a ese lugar, así que será mejor ir viendo qué vestidos usaremos, sobre todo tú, Ely, porque éste será tu primer gran baile.

Anabel ríe animada y sonoramente cuando Sue coge a Beth para ponerse a dar vueltas con ella.
Efectivamente la invitación al baile también ha cogido por sorpresa a la menor de las Cornwell pero es imposible no sentirse picada por la curiosidad.

-Susie tiene razón, aunque se quieran reír nosotras tres estaremos juntas, podemos limitarnos a disfrutar de los vestidos y de la música sin más... Y conocer gente nueva si se da el caso y no se muestran presuntosos. Ya sabéis que ese tipo de personas no me agradan- y ciertamente es experta en mostrarse mordaz e incluso algo irritante hasta que consigue que simplemente se marchen.
Tendrá que estar muy atenta para que ningún "indeseado" asalte a sus jóvenes hermanas con retorcidas intenciones.

-A mí... Me pareció bastante agradable, pero no puedo estar segura todavía, quizá se mostró así de afable sólo por educación, igualmente me conformaré con ser respetada. ¿Cuál crees que puede ser su cargo exactamente? No es un simple mayordomo o criado, eso está claro...- empieza a mesarse la barbilla pensativa y especulando interiormente.
Tal vez guardaespaldas o ayudante particular... Alguna cosa similar debería de ser, no se le ocurrían más.
-¿Crees que usará el paraguas?- pregunta finalmente con una risa traviesa mientras mira a través de la ventana -No esperaba que lo aceptara, se lo ofrecí por educación...- se encoge de hombros y vuelve a reír, esta vez con más suavidad.

Se deja llevar por su hermana, bailando junto a ella.

Luego, cuando se detienen, escucha en silencio lo que dicen...

-Sí... Vestido... Hum... A mí me da igual cuál ponerme... No me interesa particularmente que... Bueno... Tanto da... Si se ríen, nos reiremos nosotras también!-Su cara se ilumina, tras la diversión con su hermana Sue, ahora parece más animada ante la perspectiva del Baile... Pero entonces, comienzan a hablar del Señor Collins...-Vaaya... Así que vosotras también...-se calla de repente, como si no quisiera que se le escapara algo... Por lo que cambia de tema con rapidez, y yendo directa al tema que a ellas les interesa...-Y.. decís que ese tal Collins es buena persona...? Bueno... No creo que sea un criado... Creo que es alguien importante...

Les tiende la invitación, la cual dice:

Cita:

-Mmmmm pues se me ocurre que es algo así como el hombre de confianza del Lord...

Sue se queda pensativa buscando cuál sería la palabra que mejor se ajustara al cargo del señor Collins, sin embargo sus pensamientos se ven interrumpidos por uno de los comentarios de Elyzabeth.

-¿Nosotras también qué? -le pregunta extrañada, no entiende lo que ha querido decir.

En eso Ely les extiende la invitación, la lee y ya se olvida de lo que le preguntara antes.

-Pues sí, definitivamente no es un criado, no se cuál sea la palabra, pero de que es uno de los hombres de confianza del Lord tengo cada vez menos dudas, algo así como su brazo derecho... El baile será el viernes... ¿¡¡Este viernes!!? -respira aliviada y a la vez emocionada- ¿Se dan cuenta? -los ojos le brillan- Eso quiere decir que esta semana la boutique estará llena, por suerte el nuevos surtido llegó ayer y lo que falta llegará mañana -el rostro de Sue está iluminado por una amplia sonrisa-, será una excelente semana, todos querrán estrenar sus mejores galas para ese baile...

Anabel asiente con una sonrisa a su hermana Sue ante la idea de que Collins sea una especie de "mano derecha" del Lord. Sin duda tiene que ser algo similar, no hay otra explicación... Además eso también da sentido a su buena educación.
-¡Sí! Pero apuesto a que nosotras también incrementaremos un poco nuestro gasto habitual con algún que otro capricho para la fiesta... Creo que nos lo merecemos- ríe por lo bajo jovialmente. En realidad pocas veces compran cosas para sí mismas, así que con los ingresos extras sería una buena ocasión para permitirse algún pequeño "lujo".

Se abstrae unos segundos pensando en qué podría permitirse que no fuera demasiado caro, pero su mente enseguida vuelve a la cocina, centrándose en la menor de sus hermanas.
-Bueno, ¿nosotras también qué...?- repite la pregunta de Susie para que no pase desapercibida.

Mira a sus hermanas, parece que no se les escapa ni una...

Sonríe de lado, suspira, y, se enfrenta a lo que, sabe, vendrá...

-Bueno... Pues que... Vosotras también habéis conocido a alguien nuevo... Y yo... También... -Señala, sin perder la sonrisa, para darle "emoción" al hecho.

-¿¡¡Mmmm!!? ¿Y a quién conociste tú?

Sue mira a su hermana, no disimula para nada su curiosidad y se pregunta a quién pudo haber conocido Elyzabeth ese día. Según sabía a Winfield no había llegado nadie nuevo, salvo el ya mencionado señor Collins que había arribado antes que el tal Lord para disponerlo todo para su llegada.

-¿A quién habrá conocido? -se pregunta mesándose la barbilla- ¿Será que llegó alguien más y con todo el jaleo de la mansión de Skylands no nos enteramos?

-No me digas que ahora tenemos que sacarte las palabras con tenazas...- comenta divertida Anabel, puesto que su hermana siempre ha sido la más extrovertida de las tres en la mayoría de ocasiones, así que si tanto le costaba... O quería hacerse la misteriosa o es que realmente fue importante.

Una de las cejas de Anabel se arquea visiblemente antes esa idea, pero enseguida vuelve a su expresión normal, curiosa y expectante, sin soltar el brazo de Eli para zarandearla con suavidad animándola a proseguir.

Disfruto del desayuno con calma y buen apetito, escuchando las novedades de mi primo por Londres y despues poniendole al dia con mis ultimas andanzas por Paris, que se resumen en alguna idea para negocios fallidos y ganas de partir a una zona mas tranquila y comenzar a buscar fortuna en un sitio donde no me conozcan desde hace tanto tiempo

Si, puede ser un buen sitio por donde empezar, una de las familias pudientes de la zona es buen principio, y ademas en esta tienen hijas de buen ver, por lo que el trabajo sera mas agradable sin duda contesto con una risita

Si, despues de informarnos en esa casa debemos buscar algun sitio donde vivir salvo que incluyan tambien alojamiento con el trabajo como a veces estilan estas familias, pero de cualquier forma en un sitio asi encontraremos algo mucho mas comodo que los cuchitriles de Londres o Paris

Suelta una carcajada sonora, al ver la expectación de sus hermanas, le encantaba verlas así.

-Pues... A un joven llamado Charles Patrick Avon...-pronuncia el nombre haciendo una reverencia jocosa, mientras se ríe, divertida...-De la villa próxima, Crabwall Manor...-vuelve a reír, mirándolas-...Teníamos a un joven apuesto por vecino y no os habíais enterado? -Niega levemente, exagerando una reprobación....-Muy mal, hermanas... Muy mal...-Tras lo cual vuelve a reír, dándoles un beso a cada una... Las mira, rogando una sola cosa:-...Pero... Por favor... No le contéis esto a madre...-susurra, para que sólo ellas la oigan-...O no parará de hacer preguntas de por qué he visto un hombre a solas...

-No se lo diré siempre y cuándo nos digas ahora mismo cómo es eso de que te pusiste a conversar a solas con un hombre -Sue está susurrando-. ¿Dónde lo conociste?... ¡¡Detalles, quiero detalles!!

Toma un paño y se lo tira a su hermana en la cabeza, traveseándose con ella.

-Avon...- repite por lo bajo Anabel mirando a su hermana Sue. Lo cierto es que dicho nombre no le suena en absoluto, pero la experta en ese tipo de cosas suele ser la mediana y aún así parece del mismo modo sorprendida.
Repentinamente ríe, animada por el ímpetu y curiosidad de Susie, que apenas contiene su curiosidad... más bien lo contrario, la desata sin tapujos.

-Y afirmas que es apuesto, uy uy...- dice esto último arqueando un poco la ceja de forma escéptica. No le gustaría que la menor de las hermanas se ilusionara con tanta rapidez.
-Apuesto a que también irá al baile, es asistencia socialmente obligada para toda la comarca- sigue prendida del brazo de Eli y lo zarandea levemente, pidiéndole así esos "detalles" que también requiere Susanne.

Mira a sus hermanas, divertida...

-Bien... Pero no os esperéis gran cosa... Sólo fue pura casualidad... Es más... Yo estaba fuera, caminaba observando el cielo, y entonces... Un caballero de rubios cabellos se acerco a mí para ver si me había perdido... Le miré, sorprendida por la intrusión de mi intimidad...-realiza una pequeña pausa, dándole así más misterio a la cosa..-...Y, tras algunos segundos, le contesté:..."Más bien parece usted el desorientado, si me permite decirlo..." Rió... Y señaló que vivía en la villa próxima, y que se estaba paseando para familiarizarse con la zona, que no era un hombre al que le arraigaban demasiado los sitios... Reí yo entonces...-observa a sus hermanas, consciente de que las tiene al hilo de sus palabras...-..Y... Le despedí, simplemente...-Ríe quedamente-...Lo siento! Ya sabéis que aún no he encontrado a ningún caballero que me interese intelectualmente... Y este... parecía más romántico...-Vuelve a reír, muy divertida.-Quizás a vosotras sí os interese...-Sonríe, sincera y dulce, realmente dispuesta a que ellas tengan una vida amorosa feliz..

Marie está a punto de dirigirse al pueblo con su hermana y la compañía, absurda pero necesaria, de al menos una de las chaperonas cuando alguien golpea la puerta. Una mucama va a atender y vuelve con un mensaje.

-Mi señora, hay dos jóvenes presentándose en la puerta. Uno de ellos alega ser profesor de francés y estar buscando un empleo por estas tierras, el otro también está en busca de trabajo.

La mucama le habla a la mayor de las hermanas, tal cómo es la costumbre de la época, delegando toda la responsabilidad en este momento en su persona. Aún no han ido al pueblo a adquirir los vestidos pero Marie piensa que primero debe resolver esta situación.

Jean espera en el salón principal de la estancia junto con su primo. Ambos han decidido que el conseguir un empleo es lo principal antes que nada, ya que sin algo más de dinero se hace difícil el obtener un buen alojamiento que no sea tan bajo de sus expectativas. Ambos escuchan cómo la mucama presenta a las señoritas a sus personas aunque todavía no las han visto ni ellas a ellos. El silencio los rodea pero no los incomoda. El lugar tiene un aire amistoso pese a su notoria ostentación.