Partida Rol por web

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1- EN LAS ESCENAS ES DE SUMA IMPORTANCIA QUE MIREIS LOS DESTINATARIOS DE VUESTROS POSTS. NO QUEREMOS FASTIDIAR LA INTRIGA, LO QUE UNO SABE Y OTRO NO DEBERIA SABER. SINO SE OS DICE LO CONTRARIO POSTEAD UNICAMENTE AL DIRECTOR.

2- MUY IMPORTANTE, NO QUIERO "POSTS DE UNA LINEA". LAS FALTAS ORTOGRAFICAS NO SERÁN UN PROBLEMA IMPORTANTE, PERO SE AGRADECE A LA VISTA SINÓ LAS HAY.

3- TODOS VUESTROS ACTOS TENDRÁN SUS CONSECUENCIAS, SEA PARA BIEN O PARA MAL. MATAR, O SIMPLEMENTE DESAFIAR A ALGUIEN, PUEDE CAMBIAR EL CURSO DE LOS ACONTECIMIENTOS, SED CONSECUENTES.

 Empezaremos en cuanto tengais listas vuestras fichas. Os falta rellenar la historia y una breve descripción física y mental del personaje.

NALAK'HUM

Te despiertas como cada mañana con el sonido de las cascadas que bañan el valle de Nalak'hum. Te dispones a seguir tu rutina diaria. Desayunar en el gran comedor junto a los jóvenes estudiantes, en un lugar reservado para la guardia. Una larga mesa presidida por la capitana de la guardia Beyit. El desayuno transcurre sin ninguna novedad, aunque siguen oyéndose rumores sobre la llegada de los siervos de la luz a vuestro enclave. 

El nerviosismo entre los más jóvenes se hace patente, mientras los sabios profesores más venerados presiden la reunión desde la mesa que preside el gran Archimago. Los rumores hablan de que la Orden del Martillo Dorado viene en camino, y que partió de Saburunda hace un mes. Nadie sabe exactamente que vienen a buscar. Pero las relaciones entre la Orden y Nalak'hum se han ido deteriorando con el paso de los años...

 Estás sentado frente a tu plato, dándole vueltas a la cabeza. Todavía no has probado la comida, algo malo intuyes... el resto de tus compañeros comen en silencio, mientras a vuestras espaldas varios licenciados cuchichean en voz baja... 
 

Desperté de mi trance, aunque mis ojos permanecieron cerrados me gustaba escuchar el melancólico sonido de las aves con sus cánticos y revoloteando junto al ruido de fondo del agua cayendo por la cascada... Como cada mañana, me enfunde en mi uniforme de la guardia y comencé a dirigirme hacia los comedores.

La paz y tranquilidad que ofrecía el exterior de Nalak'hum estaba reñida con el nerviosismo que se respiraba desde hacía ya unos días en la escuela de magia. Llegué raudo al comedor, al entrar pude observar como en su mayoría estaba lleno. Una vez más llego tarde... Saludé a los ancianos con una educada reverencia y me senté en la mesa de los guardias.

Buenos días compañeros, siento el retraso. Se disculpo aunque su rostro no expresó emoción alguna. Capitana... hizo una pequeña reverencia a Beyit y comenzó a degustar el desayuno sin poder evitar escuchar escuchar los rumores y cuchicheos de los más jóvenes los cuales se llevaron una mirada fulminante de Eriüm para recordarles donde se encontraban. 

La Orden del Martillo Dorado? el único motivo que les puede traer hasta aquí sería por el motivo del transporte de los documentos de la biblioteca, pero porque ellos? No tenia muy claro lo que estaba sucediendo y no sabía si los rumores serían verídicos u no, pero si de algo estaba seguro, era de que algo malo estaba por llegar...

NALAK'HUM

Un largo mes de caminata, atravesando montes y bosques. Pasando la frontera que separan los reino de Saburunda y Kilik'Rhaza.

La comitiva se dirige diligente a Nalak'Hum tierra de altos elfos. El abrupto valle os acompaña junto al rumor de las cascadas.

La relación con los elfos del Este no era la de antaño. Poco a poco las relación se ha ido deteriorando a causa de ciertas confrontaciones pasadas que ya pocos recuerdan. Los siervos de la luz tienen el punto de mira puesto en la antigua biblioteca de la Universidad.

El grupo está liderado por Lord Kerem, un noble caballero, mano derecha del Gran Maestre. Ante vosotros se alza la gran torre de Nalak'Hum. El camino que lleva hasta sus puertas bordea la montaña. Es algo peligroso pero no podéis echaros atrás cuando ya os queda tan poco.

El objetivo de la misión es recuperar unos pergaminos que pertenecieron a los siervos de la luz. El Magisterio no quiere que suceda ningún error. No quieren que la falta de confianza cause derramamiento de sangre alguno. Por lo que la misión es claramente diplomática.
 

MONTES DE HILLIGOR

Al norteoeste del reino de Kilik'Razah se encuentra Hilligor, una tierra inhóspita y peligrosa. Al sur de Hilligor se extienden los montes que reciben el mismo nombre que la ciudad. Entre las escarpadas rocas se encuentra un fuerte abandonado que antaño servía como atalaya frente a los invasores elfos. La guerra acabó con el fuerte y un grupo de mercenarios ocuparon sus ruinas.

Los mercenarios conocidos como los Lanceros de la Bruma se han adueñado del lugar convirtiéndolo en su guarida. Durante años han ido acumulando riquezas y han reconstruido en parte lo que antes era el fuerte. No guardan grandes tesoros, pero han llegado a reunir más dinero y hombres que algunos nobles y aristócratas.

Cuentas con más de 200 lanzas a tus ordenes. Nunca has podido imaginar tener todo ese poder en tus manos. Pero la vida de muchos hombres ahora depende de ti. El encargo que llegó hace poco, tras la muerte de tu padre dice lo siguiente:

La capitana miraba su copa de plata, al igual que el resto de cubertería que pertenecía a los licenciados y a la guardia. Solo eran de oro las de la mesa presidida por el Archimago y el resto de sabios. El reflejo del metal perfectamente pulido era el de su propio rostro. Cuando en aquel momento la agarro con fuerza y la estampó sobre la mesa de cedro, haciendo saltar todo su contenido por los aires y repartiendo las manchas carmesí de forma aleatoria sobre el blanco mantel de seda.

Todos se quedaron parados, licenciados, la guardia e incluso los sabios que se encontraban en el púlpito. Todo el mundo se giró y dirigió la mirada sobre la capitana Beyit...

¡Estoy harta de esto! dijo mientras impulsando su silla hacia atrás al erguirse.

Su mirada directa a los más jóvenes licenciados quemaba como el acero fundido. Sus puños se apretaban y seguidamente golpeaba la mesa, antes de girarse y encarase a la mesa principal.

Todos sabemos lo que esta apunto de suceder entre los muros de Nalak'Hum. Anncianos, recapaciten sobre lo que van a hacer. No podemos permitir que nos arrebaten lo que es nuestro. 

El silencio se hizo en la sala...

Arya lee el mensaje llena de nerviosismo pero sin que sus hombres de confianza se de cuenta y leyendo atentamente, se sintio algo soprendinda de como habla la persona o personas que habian mandado el mensaje depues de leerlo hablo con sus hombres de confianza y les cuenta que les parece la oferta y que discuntan que es lo que se debe hacer y si seria una buena mision para los mercenarios de la bruma.

A ella le gusta la idea pero quiere un consenso entre todos sus hombres para que sepan que ahora que ella manda todo se haga bien y no haya problemas con sus hombres y ella y con el otro escuadron ya que de ellos si que no se fia, por que cuando su padre vivia ya habia problemas con ellos.

Eriüm comenzaba a degustar su desayuno, la mayoría formado por frutas frescas cuando escuchó la crítica de su capitana. Cerró sus ojos y apretó sus mandíbulas incrédulo del acontecimiento sucedido. Las palabras de Beyit resonaron fuerte en todo el comedor y logró acallar los chismorreos de los novatos y demás personas que allí se encontraban. Aunque no le faltaba razón alguna Eriüm era consciente de que aquel no era el mejor lugar para debatir esos asuntos.

Le hubiese gustado seguir desayunando tranquilamente como cada mañana sin mas, pero no podía quedarse allí plantado, no tratándose de la persona que tantas veces le había salvado la vida y que tanto le había enseñado. Tenía que apoyar a su capitana y había que hacerlo rápido...

Se puso en pié y se giró lentamente como si se fuera a arrepentir de lo que iba a hacer. Clavó su mirada a la mesa principal quedando cara a cara con el Archimago. Disculpen a mi capitana, soy consciente que no es el momento ni el lugar para debatir estos menesteres, pero sus palabras solo redactan lo que todos en esta sala pensamos, creo hablar por mis compañeros cuando digo que la guardia apoyamos en todo a la capitana Beyit, y les rogamos que vuelvan a reconsiderarlo, como ella muy bien a dicho, no podemos dejar que se lleven algo que legítimamente es nuestro... Se quedó firme al lado de Beyit a la espera de un veredicto de los sabios y del Archimago.

 Observo maravillado la majestuosidad de aquella torre que se alzaba ante mis ojos. Por fin habíamos alcanzado nuestro destino y podríamos realizar la tarea que se nos había encomendado.

- Lord Kerem, ya casi hemos llegado a nuestro destino. ¿Creéis que los elfos nos recibirán con los brazos abiertos?

Lo abrupto del terreno era una clara desventaja en nuestro camino hacia la ciudad. 

"...pero habiendo llegado tan lejos, ¿cómo podríamos ahora echarnos atrás?"

Ataviado con su fabulosa armadura, Lord Kerem avanza junto a su séquito montaña arriba. Una armadura trabajada a conciencia, llena de gravados exquisitos, la armadura que todo paladín aspiraba a portar algún día. Hecha toda ella de plata, deslumbraba por lo pulida que estaba, reflejando todo el bosque en su ancho torso. 

Sir Aldrin, como vos sabéis, la hospitalidad de los elfos es
comparable a la de los lobos que les acompañan. Pero eso no significa que
tengamos que amedrentarnos.

La Orden
del Martillo Dorado está aquí, y no se irá hasta que recupere lo que le
pertenece por derecho. Esos pergaminos son propiedad del Magisterio y han de
ser devueltos a donde pertenecen.

Su gran maza que portaba a la espalda era comparable a su increíble armadura. Se necesitaba la fuerza de dos hombres para poder sostenerla.Y Lord Kerem la manejaba como si de una extensión de su propio cuerpo se tratara. Ese humano era realmente admirable...

No te preocupes por el recibimiento maese Aldrin. Estoy seguro que recordarán quienes somos...

Tras él, flanqueándolo, dos monjes sostenían sendos estandartes con el heraldo de la Orden grabado en ellos.

El Consejo de los Lanceros se componía por los capitanes de los escuadrones y los consejeros. Los capitanes comandaban a grupos de 20 hombres y en total había diez de ellos. Los consejeros eran guerreros demasiado viejos para luchar pero con suficiente experiencia en combate como para buenos dar consejos. Siempre se había debatido todo a votación en el Consejo y la hija de Brindigan Santion, ahora jefa de los Lanceros, no iba a faltar a la tradición o a las costumbres.

Todos empezaron a debatir sobre el nuevo encargo. La recompensa estaba muy bien remunerada, pero siervos de la luz y elfos serían un enemigo difícil de batir. Se necesitarían al menos 4 escuadrones capitaneados por la nueva jefa. La mejor manera de conseguir su objetivo, era sobrepasar en gran medida la cantidad de enemigos. De esta manera se rendirían enseguida y habría pocos heridos o muertos en los dos bandos.

Un derramamiento de sangre era innecesario, mientras se consiguiera el objetivo. El pergamino con el grabado sería fácil de identificar gracias a la ayuda del mago Azar Javed. Pero tenían que buscarle en la ciudad de Zelehion, al Sudeste de Hilligor. Todos estaban esperando las palabras de su nueva jefa al respecto del plan que se había ideado, y si estaba de acuerdo definitivamente con cumplir la ardua misión...     

 La Capitana fue la primera sorprendida. No esperaba que nadie saliera a defenderla. Encararse al Consejo era una gran ofensa, y traería sus consecuencias...

El Archimago se levantó, imponiendo respeto a toda la sala con su solemne figura. Los cuchicheos de los licenciados se acallaron al momento. Todos estaban expectantes. Ningún elfo, por mucho que fuese el mismísimo capitán de la guardia podía encararse así con el Consejo. Pero también era cierto que desde hacia cientos de años no se había vivido una situación de tensión como en aquel momento. Puede que eso hiciese que las palabras del Archimago no sonaran tan severas como solían serlo frente a las irrespetuosidades de ese calibre.

Salgan ahora mismo de esta sala. Hablaré con los ustedes dos a su debido tiempo. Ahora, marchense.

Sus palabras eran la ley absoluta en Nalak'Hum. Nadie podía cuestionar su palabra pese a lo que fuera. Era el más sabio de todos los elfos que moraban entre aquellos muros y nadie tenía derecho a reprobarle nada. Tras las palabras del maestro del Consejo la Capitana Beyit, ya cabizbaja, se retiró, no sin antes hacer una sutil reverencia bastante forzada por su parte.

Te encuentras de pie frente al Archimago, que ya se ha sentado de nuevo. Beyit te espera fuera, sorprendida por tu iniciativa, esperando para hablar contigo.
 

 Las palabras de Lord Kerem lograron tranquilizarme por lo pronto. La visión de acabar enfrascados en un altercado en medio de una ciudad elfa no era algo con lo que nadie quisiera encontrarse en un viaje diplomático.

" Aunque si Lord Kerem está tranquilo, será por algo. Un hombre como el no puede haberse labrado un nombre en este mundo si no pudiera manejar una situación como esta." - Pensé mientras me maravillaba con la vision de Lord Kerem portando su armadura y su enorme martillo.

" Tal vez algún día pueda llegar yo a honrar la memoria de mi padre convirtiéndome en alguien tan formidable..."

Arya escuchaba todo lo que sus capitanes tenian que decirla y aconsejarla para que se decidiera lo mejor para Los Lanceros de la Bruma, con lo cual lo primera pregunta que les hace Arya es capitanes ¿quien ira a buscar al mago? ¿deberiamos mandar un escuadron o algo que no diera mucho el cante? que pensais vosotros decirme yo confio en vosotros plenamente..

Arya espera una respuesta de sus capitanes.

Eriüm se mantenía erguido a la espera de un castigo por su clara falta de respeto al rebelarse contra las personas más importantes de todo Nalak'Hum. Al fin el Archimago dio a conocer su veredicto. Estaba claro que la expulsión de la sala no era ni el principio de lo que les esperaba en la audiencia privada.

Sin perder la compostura Eriüm dedicó una reverencia a los sabios, se giró e indicó a sus compañeros de la guardia que se mantuvieran en sus asientos con un gesto de su mano izquierda. Sin agachar la cabeza y orgulloso abandonó la sala.

Una vez fuera encontró a su capitana esperándole en la puerta, se acerco y se cuadró en frente de ella. No se preocupe capitana, no tiene porque arrepentirse de sus palabras, es lo que todos pensamos. Aunque en su interior era consciente que contradecir los actos de los ancianos les podría llevar al destierro...

Uno de los capitanes sonreía por debajo del bigote, era Iofur Astrich. Siempre dispuesto a dejar en evidencia a la nueva jefa, tildándola de inexperta e inmadura para esa gran responsabilidad. Pero el consejo había decidido que fuera ella, se merecía una oportunidad. Era la hija del difunto jefe y además había pasado las duras pruebas de selección. Pero el viejo Iofur desde la sombra esperaba el momento más oportuno...

Yo y mis hombres iremos junto a vuestro escuadrón mi lady. Esta misión es de una importancia vital. La joven Arya demostrará como en realidad es capaz de comandar a sus hombres. Estoy seguro de ello.

El hombre se levantó e hizo el saludo con el puño en el pecho, como solía hacerse siempre ante un superior. Sabías que el sarcasmo rebosaba de su boca como serpientes venenosas. El resto del consejo siguió deliberando hasta que finalmente llegaron a una decisión.

Creemos que con cuatro de los diez escuadrones de los que disponemos será suficiente. Los capitanes que irán serán...

Iofur con 17 hombres, Carev con 16, Jokobin con 18 y Helfer con 15. En total, 70 lanzas. Los hombres que faltan son a causa de la última escaramuza que tuvimos con los skaerling del norte. Esos lagartos dejaron bajas y algunos heridos.  

Todos esperan oír las palabras de Arya...