Partida Rol por web

Deekin sonrió y asintió ante la propuesta de Scarecrow.

- Deekin llevar estudiantes a armería, seguir Deekin!!! - exclamó y salió corriendo de la cocina

Los alumnos lo siguieron por los pasillos de escuela a toda prisa, aunque tenía piernas cortas el kobold se movía muy deprisa. Pronto llegaron ante la puerta de la armería.

- Amo Kronnal siempre pensar que nadie atreverse a entrar en la armería - dijo con una sonrisa mientras giraba el pomo de la puerta- por eso nunca cerrar puerta.

El grupo entró en la armería y se dispuso a equiparse, por lo que pudiera pasar.

-¡Aquí hay un montón de cosas, yeaaah!- dije mirando todo, entusiasmada. Cualquiera pensaría que estaba pensando en lo que tendríamos que enfrentarnos ahí fuera, en la escuela. ¿Quizá serían orcos de nuevo? No.. Anykiller dijo que ya se encargaron de ellos.

Tras estar mirando un rato cosas decidí coger una ballesta. Ya la había usado en alguna ocasión, para intentar cazar - sin éxito- pero al menos tenía una mínima idea de utilizarla- ¡Yo me pido esto, jijiji!- puse una de esas poses guays y atrevidas que se veían en las estatuas de los héroes, pero yo parecía ridícula y solo lograba que se me viera la ropa interior- ¡Venga, venga, hay prisa!

Dime que te gustaría...

Vale, puedes coger la cadena, pero es un arma a dos manos... si quieres, ya que vas a ir en plan guerrero puedes ponerte una armadura de escamas... pero todo esto es por hacer una excepción. En cualquier caso rolea un poco las cosas que coges, pide ayuda para ponerte la armadura, esas cosas.

me siento enmedio del salon de armas tratando de encontrar ell arma mas adecuada para esta busqueda, despues de una corta meditacion tomo una cadena que colgaba de un estante de armas un tanto atipicas, despues mi vista se desvia hacia una armadura de escamas, la miro fijamente y sin voltear a ver a nadie digo -alguien podria ayudarme con esta armadura?-

Cornelius con mentalidad y disciplina marcial cogió de todo lo que pudiera serle útil. Un baston y una ballesta que con una cuerda la deja colgada sobre su espalda.

Acto seguido se pone a ayudar a Scarecrow con esa armadura. Solo se ve un momento distraido por los encantos de Syl.

Mientras rebuscan entre el armamento alguien tropieza con un bulto que hay en el suelo tras unas armaduras. Al apartarse se encuentra con Elmore que estaba echando una siestecilla en la armería. Kronnal siempre decía que nadie se atrevía a entrar en la armería, y por una vez Elmore le escuchó y le pareció un lugar perfecto para relajarse lejos de las inquisidoras miradas de los maestros.

Estaba acurrucado en posición fetal, con la cabeza apoyada en una rueda de queso empezada y abrazado a una hogaza de pan. Se cubría las piernas con una mantita con motivos de sacrificios rituales y roncaba como un gorrinillo pequeño.

Ffffiiiiuuuu Silbo al ver la armería de Kronnal. Esto es alucinante... Empiezo a recorrerla, a paso rápido y cojo una daga y una ballesta ligera. Vale, creo que con esto voy bien. Oculto la daga dentro de la túnica y me cuelgo la ballesta del cinto, junto con un carcaj de virotes a mi espalda.

Me voy acercando a los demás y me tropiezo con un bulto en el suelo. ¡Joder! Apoyo la mano en el suelo para no terminar de caerme y me incorporo, mirando aquel bulto que resulta ser el mediano gordinflón. Se va a enterar este... Pensando que es tan vago y gordo que no ha notado mi pierna chocar contra él, me acerco a su cara y le doy un arañazo como si fuese un gato. ¡Despierta gordo, hay problemas!

De repente, una lámpara de aceite se ilumina en mi cabeza. Espera... si esta es la armería de Kronnal y NADIE quiere que entre... seguramente tenga algún tesoro fascinante escondido... Comienzo a buscar por la sala, ensimismado y sin prestar demasiada atención a Deekin, buscando algún tipo de arma maravillosa propiedad del guerrero de barba blanca.

Bienvenido!! Bueno, pues ya puedes coger tu equipo y a la aventura!!

Si vas de explorador, te recomiendo armadura de cuero tachonado y de armas conjunto Espada corta/daga (por eso de que eres pequeño) y arco corto.

De todas formas si nos has leido ya sabrás que no va a ser determinante en el trasncurso de esta aventura el equipo que lleveis y tal.

Espero que te guste!

- ¡¿¡ Q.. que... cómo, fuego en la cocina !?! - Elmore levantó la cabeza con pereza, un hilillo de babas le caía por la comisura de los labios. Repentinamente abrió los ojos como platos. - ¡FUEGO EN LA COCINA, LA COMIDA SE QUEMA! ¡LA COMIDA SE QUEMA! - comenzó a correr de aquí para allá sin destino aparente tropezando y chocando con las armas de todo tipo que tenían almacenadas en medio de un escándalo atronador.

Mientras tropezaba piezas de distinto tipo iban cayéndole por encima hasta que, finalmente, el asta de una alabarda le puso la zancadilla y cayó dando una voltereta y quedando sentado. Los demás le miraron con una mezcla entre sorpresa e incomprensión. Malamente le habían caído encima las piezas de una armadura de cuero tachonado y una espada corta reposaba sobre su regazo.

" Deekin pensar que ser criatura más torpe en mundo por tropezar con cacerolas cuando ver intrusos - pensó Deekin mientras observaba el revuelo que había montado el mediano- pero ahora estar tranquilo, al menos haber alguien más torpe..."

Deekin sonrió ante aquel desastre y al ver que todos estaban armados recordó por que les había traido allí y decidió seguir con la búsqueda.

- Intrusos puede que marchar de academia - dijo Deekin- pero antes comprobar si estar o no... deber ir a cámara del tesoro para comprobar que no falte nada!!!

Y dicho esto salió corriendo de nuevo por el pasillo en dirección a la cocina haciendo un gesto con la mano para que todos lo siguieran.

" Otra vez a la cocina? el kobold se ha vuelto loco, como va a estar el tesoro en la cocina? - pensaron algunos- "

" A la cocina?? COMIDAAA!! - pensaron otros (otro, más bien)"

Pero de una manera u otra todos siguieron a Deekin. 

Cuando llegaron a la cocina Deekin la cruzó rápidamente dirigiendose a la puerta trasera, la que conducía a la despensa. Al contrario de lo que alguien pudiera esperar de una despensa para tantos comensales, esta se encontraba prácticamente vacía y era realmente pequeña. A la izquierda había una puerta de madera con un letrero que rezaba:

Estoy durmiendo, no me molesteis u os envenenaré la comida

Firmado: Harold

Según los rumores de la escuela, que se habían tornado en verdades aquella noche, Harold era famoso porque dormía como un tronco (además de por ser tan gruñón como un enano anciano). La prueba estaba en que cualquiera hubiese oido el ruido de las cacerolas cayendo por la cocina, y más aún estando en la habitación de al lado. Era evidente que Harold dormía a pierna suelta así que Deekin ni siquiera se molestó en tratar de despertarlo. Deekin levantó la alfombra que había en el suelo y todos pudieron ver una pequeña trampilla con un candado.

- Dejar esto a Deekin - dijo mientras se aclaraba la voz

El kobold carraspeó ligeramente y comenzó a entonar una.... curiosa (quizás no fuese el adjetivo más adecuado) serenata.

- ABRIR!!! ABRIRRR!!! LA PUERTA ABRIRR!! O MI IRA SUFRIRRR!!!

Mientras cantaba el candado comenzó a moverse como si tuviese vida propia hasta que, finalmente, se abrió como si se hubiese utilizado una llave. Deekin levantó una trampilla y todos pudieron ver una pequeña escalinata que bajaba hasta la oscuridad.

- No perder más tiempo - dijo Deekin mientras comenzaba a bajar la escalera

Seguí a Deekin y a mis compañeros a través de los pasillos, mirando de un lado a otro. Esto es emocionante, Syl, tendrás que inventarte una canción para ello, ¿vale? Que no se diga que las hechiceras no sabemos cantar...

Al llegar hasta el lugar me puse a mirar de un lado a otro, con curiosidad. Por suerte no tenía demasiada hambre en ese momento, sino estaría como una loca buscando algo que comer y eso no era... ¿correcto? Bah, a nadie le importaban esas cosas, al menos entre mi grupo. Al escuchar las palabras de Deekin y ver que la trampilla se abría empecé a aplaudir- ¡Qué rima tan buena, Deekin! ¡Digna de un bardo!- asentí, totalmente convencida de mis palabras. Miré al resto y sonreí, al ver que Deekin empezaba a bajar las escaleras- ¡Esto es toda una aventura!

Me coloqué bien la camiseta de dormir, intentando que se alargara aún más y empecé a bajar- ¿Qué más da, Syl? Son compañeros, no se fijan en esas cosas. Espero que los Dioses no se rían de mí esta noche.

Cornelius bajo por las escaleras con su familiar apoyado en el hombro. Mientras descendia se sentia cada vez mas nervioso, no tenia ningun control de la situación y todo estaba siendo demasiado lioso.

El maldito mediano gordinflón volvió a hacer de las suyas, estorbando mi concentración para husmear en la armería, de todas formas pronto pude escuchar la palabra mágica Sala del tesoro. Me coloqué bien las ropas y seguí a Deekin con entusiasmo. Llegaos al comedor y abrió la trampilla con un hechizo muy cómico. Pfff... seguro que lo intento yo y me da un chispazo...

Bajé delante de Sylvana para ir mirando hacia arriba en dirección a la muchacha que se iba bajando la camiseta para no enseñar nada. ¡Oh sí, la posición perfecta Marcus! Eh, Deekin... ¿nos vas a regalar algún tesoro?

El grupo avanzó por la escuela hasta introducirse en la despensa vacía. El gesto de Elmore cambió a una rabia contenida. - Malditos. Se han llevado todo el tesoro. No han dejado ni un mal salchichón. -

Comenzó el descenso detrás de los otros. Porqué habría escogido Syl una armadura de combate tan escasa. Esa cosa no la protegerá ni del frío.

bajo lentamente observando hacia todos lados preocupandome mas por los peligros de la oscuridad que por la luz al final del tunel

El pasillo estaba completamente oscuro de manera que era imposible ver el final. Cuando todos hubieron bajado la escalera Deekin dio una palmada y enseguida una hilera de antorchas se encendieron a lo largo de las paredes del pasadizo.

- Deber ir rápido - dijo Deekin- pero tener cuidado o perder en laberinto de túneles.

El grupo se puso en marcha siguiendo a Deekin, que parecía conocer a la perfección hacia donde se dirigían. Al principio seguían el túnel inicial, pero pronto pudieron ver como surgían otros túneles a los lados de éste. Pasaron de un elaborado pasadizo a la cueva natural y, aunque no había aparentemente ninguna señal que distinguiese una cueva de otra, Deekin no dudaba en tomar una u otra dirección.

Al llegar a una bifurcación Deekin se quedó quieto y comenzó a olisquear el aire. Hasta el momento ninguno de vosotros había reparado en ello, pero lo cierto es que podía percibirse un ligero olor a quemado que parecía proceder de todas partes.