Partida Rol por web

Tanya asintió antes de cumplir la orden junto con Michael. Después de aquello y en silencio se echó a un lado, junto a los tres nuevos pilotos.

- Perdón por el recibimiento, acabábamos de sufrir un ataque y debemos extremar precauciones - dijo a modo de disculpa a los novatos.

Eliza se mostraba dubitativa, sabía que hacían falta miembros para sus futuras misiones e incluso con los recién llegados, eran pocos para defender a la humanidad por completo.

-Supongo que tendrán un motivos para enviarlos,

Una duda cruzo por su mente cuando escucho que varios hacían inca pie en el aspecto de dos de los nuevos.

-¿Podría ser que entre los ancient también haya traidores? Si nos pasa a nosotros, tal vez a ellos igual.

Miré atónito a lo que parecía ser un Ancient, una figura que sin dudas no esperaba ver... Pero decidí no prestarle mayor importancia, la tensión era de muerte.

Se nos hizo el estudio y como era de esperarse, salieron como debieron ser, por lo que al fin se relajó un poco la tensión, aunque seguía siendo horrenda.

Fue como tomé asiento y con calma me puse a esperar, hasta que Michael parecía dispararle o mas bien obliterar el cadáver de esa Ancient, y era comprensible al ver el resto del paronama.

Luego fue Tanya la que se sentó a lado, por su acento, sonaba a que venía de Rusia.

- Por favor, no se disculpe. Con la sola visión de afuera es comprensible que nos recibiesen así, yo sería quien les pidiera de favor fuesen pacientes con el chico de aquí - Dije señalando a Robin.

- Es... Ah, digamos que le faltan unos tornillos, pero no hace nada con mala intención, de hecho es serio cuando debe serlo, solo es impulsivo. Es un gusto, soy Rovel Hazung. Es un honor ser parte de esta misión, aunque... - miré al resto - Odio decir que no llegamos en un momento agradable.

 Dada la desagradable respuesta del resto ante mi honesta reacción, no tuve más opción que seguir al grupo en silencio un tanto decepcionado de toda aquella situación... La relación entre los pilotos debía ser muy estrecha para ponerse así por "un par" de cadáveres... Pero los que cayeron seguramente estarían contentos sabiendo que lo hicieron haciendo su labor, ¿no?

 Encontrarme finalmente frente a frente con un ancient fue... fascinante. Mi sonrisa se ensancho con suma curiosidad mientras estudiaba los rasgos de aquel ser... ¡Era muy parecido a nosotros! Honestamente me los imaginaba más... monstruosos, escamosos, con tentáculos y alas... Era clara por mi expresión que el haberme quedado viendo al cadáver estaba lejos de motivos sucios o cualquier cosa rara que alguien se pudiese imaginar simplemente por ver un cuerpo desnudo: yo solo podía ver esa piel negra preguntándome de que podría estar hecha, y que tanto podría resistir en vida a recibir heridas...

 -Ahhh... -suspiré sonoramente mientras me dejaba caer en un asiento junto a Rovel, viendo como Strauss se apartaba un poco del lugar mientras que otra de las escoltas decidía disculparse un poco por todos. El chico de parché me robó las palabras de la boca: no había nada de que disculparse, excepto de qué... -. ¿¡C-Como que unos tornillos!? -exclamé notablemente ofendido. -. Rovel, las personas solo tenemos hierro en el cuerpo para formar un pequeño clavo. Pero en todo caso no es como si fuese una maquina para necesitarlos, ¿no? -añadí, volviendo a mostrar una sonrisa a la cual el resto se tendría que acostumbrar a ver casi permanentemente en mi rostro. -. Soy Robin Erikson. ¡Es todo un placer trabajar con pilotos como ustedes! -me presenté entonces a quienes habían venido con nosotros a aquella sala. -. Hmph... ¿Creen que deba esperar mucho para que Strauss me de su firma...? -pregunté entonces en voz baja a nadie en específico, mirando entonces de reojo al piloto unos instantes antes de acomodarme en la silla, subiendo ambas piernas a la misma hasta llevar mis rodillas a mi pecho y poder abrazar mis piernas con los brazos, mirando con curiosidad una de mis manos como si no encontrase nada mejor que hacer.

La doctora escuchó divertida como Robin insistía en el tema.

Se nota que no lo conoces, de todos aquí, él es el más serio, antes conseguirías el autógrafo de la mayor Volger que el de Strauss, si quiers agradarle, te recomiendo que te esfuerces al máximo en las misiones.

Ese chico es la clase de hombre que es el primero en entrar en batallla y el último en retirarse, por eso casi muere el día del sabotaje, recuerdo cuando le dije que debía permanecer en silla de ruedas unos días más luego de salir de la cámara de regeneración celular. 

Aún conservo lo que queda de la silla de ruedas de recuerdo, Michael, literalmente la estrelló en la cabeza de un suboficial por un mal comportamiento, así que, si yo fuera tu, no lo presionaría demasiado.  Es sólo un consejo. - dice la galeno mientras empieza a diseccionar el cuerpo de la ancient en busca de una pista que le permita descubrir cómo es que ellos eran capaces de cambiar su apariencia.

Alanya seguía sin hablar, no estaba de humor ni siquiera para saludar a los nuevos refuerzos, aunque pudiera parece grosera. No era ni de lejos su forma de actuar, pero tras la muerte de Hellen en sus brazos estaba muy tocada. Ver la causante de la muerte de su compañera le hizo revolver sus tripas, además de recordar que Eliott se habría pegado más de un revolcón con ella. El que lo hubiera hecho antes de que empezaran a salir no le calmaba lo más mínimo.

Estaba muy tensa y con la mano peligrosamente cerca de su arma, atenta al más mínimo movimiento de la criatura. Ya lo había matado una vez y no le importaría hacerlo de nuevo, incluso varias veces. La muchacha, normalmente dulce y amistosa, se mordía el labio inferior con rabia mientras observaba la autopsia sin perderse detalle.

Para ella era como si los nuevos no existieran. No les hacía ni el más mínimo caso.

- Es un placer - dijo la rusa con una sonrisa -. Me llamo Tanya Nosenko. Todo lo contrario a lo que podáis pensar, habéis llegado en el mejor momento, no nos fiamos demasiado ni de nosotros mismos, a decir verdad, pero tres pares de manos adicionales son siempre bienvenidas y acabamos de repeles un ataque desde dentro así que la moral está alta. 

La situación era complicada, tanto que se habían planteado el añadir a la gallina de Baker para el servicio, lo cual no era una buena idea, "tal vez kyoga y yo podamos quedarnos con el recluta que no os genera confianza, así como la alferez Baker, tal como ha propuesto Hiroko" y aunque no era una cosa que me gustaba el tener un sistema para reventar un mecha y su piloto, sabía que Baker no era de confianza, por lo que no iba a permitir que su cobardía dañase al equipo y no quería tener contemplación con una desertora, aunque sea hija del posible primer ministro britanico, "apenas conocemos a los Ancient, así que no sabemos si tienen, es posible, pero aunque los hubiera no tenemos manera de contactar con ellos para ganar su apoyo" respondo a la pregunta de Eliza. 

Mientras realizaba la autopsia recibió un mensaje en su PDA, el cual contestó de inmediato.

McKenzie, Nosenko, por favor lleven a los alferez Erickson, Hazung y SHAD a la sala de Operaciones, el comandante las espera allí con Strauss. - dice la doctora sin molestarse en apartar su vista del cadáver que estaba diseccionando.

Acto seguido todos salen de la enfermería y se dirigen a la sala de operaciones dónde los espera el resto de sus compañeros.

El comandante recibe un mensaje en su PDA y os observa en silencio por un par de segundos.

Muy bien, la Dra. Parenti me confirma que los alférez SHAD, Erikson y Huzang son humanos, llegaran aquí en breve con la alférez Baker. - dice el comandante mientras alguien llama a la puerta y esta se abre permitiendo el paso de los nuevos junto con Tanya, Alanya y Michael.

Unos pocos segundos después llega Elizabeth y observa de hito a hito a todos los presentes.

Bien señores, luego de una breve deliberación, hemos decidido que a partir de la fecha, los alférez Baker y SHAD servirán bajo las órdenes del teniente Hertz.

Strauss, McKenzie, ustedes también han tenido bajas en sus escuadrones así que quiero saber con quien prefieren trabajar los alférez Huzang y Erikson están disponibles, meditenlo brevemente y tomen una decisión. - sentencia el comandante para luego guardar silencio.

Era evidente que Elizabeth no estaba del todo de acuerdo con la decisión, pero ella era consciente de que nadie prestaría atención a sus quejas ni opiniones.

 Aunque resultaría un poco decepcionado por la respuesta de la doctora respecto a Strauss, escuchar sobre su espíritu guerrero solo me hizo emocionarme más y ponerme ansioso a la espera del día en el que pudiese conseguir su firma...

 De entre todos los que había visto hasta ahora, Tanya parecía ser la primera piloto que lograba dejar de lado un poco la amargura de lo sucedido para explicarnos amablemente por lo que estaban pasando todos, aunque ya nos hacíamos bien una idea, más ella fue la primera en enseñarnos un punto de vista distinto: uno de motivación.

 Finalmente, la doctora fue informada de que nos esperaban en otra parte, por lo que sin perder más tiempo seguiría al grupo a ver al comandante.

 Desprendiendo alegría y confianza, llegaría marchando, de manera exagerada, como un soldado a la sala de operaciones, mostrando una amplia sonrisa que se haría aún más grande al ver al resto. Aguardará en silencio a que el comandante anunciase lo que haríamos ahora y, dada la situación, no pude evitar abrir la boca nuevamente.

 -¡Hola! -saludé a todos energeticamente, antes de aclararme la garganta y disimular un poco de seriedad, solo un poco. -. Soy Robin Erikson, pero todos pueden decirme Erik o Robin. Lamento... Lamento haberme dejado llevar al llegar, no pude contener la emoción de ver a tantos pilotos con experiencia... Todos deben estar pasando por un mal momento, y lamento de verdad si parecía que quería faltarles el respeto o asustarles... -nuevamente se dibujó una sonrisa en mi rostro, esta más leve y sincera que el resto. -. Pero prometo que ha partir de ahora daré todo de mi para superar sus expectativas y crecer como equipo: si hay una próxima vez, estaremos preparados -concluí, refiriéndome a un posible ataque de los Ancients en el futuro, pues teniendo en cuenta que ya habían logrado uno era una tontería pensar que seria el único.

 Una vez dichas aquellas palabras, me giraría de golpe para ver con una gigantesca sonrisa de alegría y emoción a Strauss, enseñándole mis brillantes ojos rojos como un niño suplicante que gritaba desde lo más profundo de su corazón "¡Mira, mira, si puedo ser serio! ¡Eligeme, eligeme!"

Tanya, por su parte, llegó junto a los nuevos y se acercó al grupo de sus compañeros dispuesta a escuchar lo que Chmielecki tuviera que decir.

Una vez superados los trámites médicos para los nuevos, Alanya se tranquilizó. Nadie podría sustituir a Helen, pero ahora se le daba la oportunidad de reconstruir su equipo con una nueva incorporación. El temor de que Elizabeth fuera la candidata se disipó rápidamente lo cual fue un alivio para la irlandesa.

Hasta ahora no había hablado. Se dio cuenta de que había sido una falta de consideración hacia los nuevos que no tenían culpa de nada. Dio un paso al frente y se inclinó con respeto hacia ellos.

- Lo primero, disculpad mi falta de cortesía por no haber hablado ni haberme presentado. Helen estaba en mi grupo y fue asesinada frente mis ojos. Su último aliento fue en mis brazos, eso me afectó mucho. Pero todo esto no es motivo por mi falta de respeto hacia los nuevos. Sed bienvenidos a unir vuestras fuerzas con nosotros, os aseguro que tendréis todo el apoyo por nuestra parte.

- Erikson, Hazung, uno de vosotros formará parte del equipo Masamune, el que está bajo mi mando. Actualmente estamos Eliott y yo en el mismo. Eliott es un gran luchador, pero también es uno de los mejores técnicos de la estación y siempre está buscando innovaciones y mejoras de nuestras unidades. En el último asalto fue capaz de superar la infiltración que los ancient habían hecho en nuestros sistemas y volver de nuevo operativas nuestras unidades. Personalmente es una persona noble, honesta y de gran corazón. Es mi pareja. - Al decir lo último Alanya no pudo contener una ligera sonrisa hacia su chico. Era su apoyo y lo que le aferraba al mundo fuera de las batallas.

- Por mi parte, soy Alanya McKenzie, teniente al mando del equipo. Como luchadora tengo la consideración de tiradora de élite y suelo actuar desde la distancia, aunque también tengo un buen desenvolvimiento a corta distancia. Mi unidad es una de las pocas con capacidad submarina, aunque espero que arreglemos eso en breve.

- Helen era nuestro combatiente a corta distancia y quien solía mantener los kaijuss en posición. Una gran luchadora de gran aguante.

- No tenéis que sustituir a Helen, no es vuestro puesto. Se os valorará por lo que mejor sepáis hacer y en función de ello reconfiguraremos el equipo para cumplir los objetivos que nos sean asignados. No voy a imponeros mi elección - aunque Alanya ya tenía claro a cual de los dos quería - ya que en mi equipo solo quiero voluntarios.

- Independiente de quien entre en mi equipo, reitero mi bienvenida a ambos y siempre me tendréis disponible para cualquier consulta o para entrenar juntos.

Ya se había presentado correctamente. Helen siempre estaría en su corazón, pero había que pasar página como tuvo que hacer con los suyos cuando llegó el momento. No pudo evitar una mirada de soslayo al reservado japonés, era el tipo de persona que prefería en su equipo frente al ruidoso norteño, además que ver a Robin en el equipo de Strauss no tendría precio.

Una vez vuelven me acerco a Michael y le acaricio suavemente la cara, incluso buscando un beso si así lo quiere. Me alegro que todas las pruebas salieran correctas. Tranquilo, Robin, un ataque como el que hemos sufrido no se volverá a repetir.

Los Ancient habían suplantado al antiguo jefe de la iniciativa, y trataron de hacer lo mismo con el mayor. A partir de eso nos dimos cuenta de que teníamos que tener espías en la base, y descubrimos cuando pretendimos hacer diversas pruebas médicas que estábamos mucho más infiltrados de lo que pensábamos. Pero no les volveremos a dar esa oportunidad.

Me acerco a Alanya y le sujeto las manos. No tuve tiempo para darte mi pésame por lo de Helen, recuerda que en mi tienes una hermana para lo que necesites.

Luego me giro hacia los nuevos y les hago una reverencia. Mi nombre es Hiroko Tanaka, la teniente al mando de las valkirias que también están compuestas por Tanya y Eliza. Piloto el Skorpia, un mech ligero al que hace poco he modificado para que tenga también capacidad submarina. Por lo demás decir que soy la prometida de Michael como me encanta poder decir eso después de anunciar nuestra boda dentro de poco, aunque temo que termine retrasándose, y que, por supuesto, también podéis contar conmigo para consejos y entrenamientos.

Con una actitud seria, miro a los demás.

"Kyoga Kashii. Piloto de "El Patio de Mikasa", un MkIII"  Digo presnetandome "No fui yo quien le puso el nombre al Mecha ¿Vale?"
 

Tras que todos nos presentemos, no puedo contenerme más. Es algo que supera la fuerza de cada célula, de cada mitocondria, de la micro-fauna parasitaria y simbiótica, y de cada molecula de ADN y ARN que hay mi cuerpo.

"Señor SHAD. Usted es humano, pero..." y me acaricio mis propias orejas. Creo que todos nos preguntamos lo mismo ¡Nos preguntamos como puede ser humano y tener orejas de elfo!

Habian hecho caso a mi proposición de tener a los dos que no querían el resto,  por lo que reúno a mi equipo, "Bien, SHAD, ahora estas en mi escuadrón, espero que te comportes con dignidad y valor" y al ver la posible cara de que estaba diciendo, "Solo dedicate a seguir ordenes y matar kaijus" le digo al recluta y luego miro a lo que de verdad iba a ser un problema, Baker, ya que un recluta se le podía enseñar a ser un buen soldado, pero un desertor había demostrado que no se podía, "Enterate bien que ahora estas bajo mis ordenes, no quiero oír ninguna queja de tu parte, no me importa quien sea tu padre, aquí el no tiene poder, como no te comportes como se espera de un soldado, el que va a ir a un juicio de guerra voy a ser yo por tu asesinato" digo mirando a Elizabeth Baker, no me importaba que fuera polemico, pero quería dejar claro las cosas ante esta pija inútil, a ver si siendo contundente conseguía sacar provecho de ella como soldado, "Bueno, a mi me interesaría solicitar la sala de practica, para poner a prueba la aptitudes de mis soldados en combate"

No son orejas de elfo, bueno vale sí lo son, pero no son mis orejas, me las puse por culpa de una apuesta y luego ya no pude quitármelas, son prótesis de silicona, si quieres tocarlas, pues adelante, pero no intentes arrancarlas, porque el pegamento es endemoniadamente fuerte y no ahora no puedo removerlas sin cirugía, al menos no si quiero conservar mis orejas intactas. - responde SHAD un poco malgeniado por los comentarios de sus nuevos compañeros de escuadrón.

Pierda cuidado teniente, tenga por seguro que estaré a la  altura de sus expectativas ya lo verá, sólo indíqueme cuál es el objetivo a cumplir y considérelo hecho.

Elizabeth observa a Vincent en silencio y luego observa a Michael y Hiroko, dedicándoles una mirada venenosa.

Como digas Vincent. - dice la muchacha con un tono de voz bastante seco, poniendo en evidencia que no le hacía mucha ilusión pertenecer a otro escuadrón.

Kyoga (y creo que casi todos en nuestra curiosidad, algunos más disimuladamente y otros menos como es mi caso) se acerca

"Bueeeeeno, eso es otra cosa ya, hombre" digo al ver que es humano, en todo. Incluso en nuestros locos impulsos de los que a veces nos arrepentimos. Aunque cuando llevamos el uniforme somos soldados, lo cierto es que fuera de él somos personas, con nuestros limites y defectos. Lo importante es dejarlo todo fuera cuando nos subimos al Mech.

No como la Baker, por supuesto

"En fin, SHAD, Bienvenido a bordo" digo tendiendote la mano, amistosamente. Iré apretando un poco, viendo si respondes al apretón, como dos chads al fin y al cabo. Un apretón de chad, no de virgins. "Realmente necesitabamos refuerzos."