Partida Rol por web

El enemigo empieza a vaciar el cargador hacia mi y sin saber como consigo esquivar el primer ataque. Parece bastante cabreado, ya que sin pensárselo dos veces vuelve a disparar con todo contra mí. La segunda ráfaga me es imposible de esquivar y me da haciendo que me caiga contra el suelo de espaldas. 

Una de las balas impacta contra uno de los laterales de la cabeza de Nyann, de donde empieza a salir muchísima sangre. El ruido del impacto le deja aturdido y empieza a ver doble justo antes de caer al suelo. Indira, Sora y Lucianna perciben ese momento con claridad.

Aunque no entendáis nada y os vengan preguntas a la cabeza como: «¿Porque ha guardado su arma delante de su enemigo?» Si no actuáis ahora probablemente lo remate próximamente, ya que en ningún momento aparta la mirada de Nyann.

 —¿Ahora qué cabrón? Ahora a quien vas a ignorar... — Se ríe y empieza a acercarse lentamente, sin dejar de apuntarlo.

Indira no se lo piensa dos veces, es la que está más cerca y tiene que llamar la atención del asaltante o Nyann estará en peligro.

 —¡Desgraciado! ¡Deja a Nyann! —Conjura un hechizo de agua, acumulándolo entre sus manos y lanzando un gran chorro a presión contra el enemigo.

El enmascarado se tropieza con una de las maderas levantadas de la tarima mientras se acerca a Nyann y esto hace que el chorro de agua que se dirigía directo a su cuerpo impacte contra su cabeza.

El impacto del chorro de agua hace que aún se desestabilice más y le quita el casco. Por lo que finalmente el enemigo cae al suelo dándose un golpe en la cabeza y parece quedarse inconsciente.

 —Casi no me queda magia, empiezo a estar algo mareada... —Se le escucha respirar con fuerza por le pinganillo.

Se me corta el aliento cuando ese hombre dispara a Nyann, y vuelvo a respirar en el momento que veo que está vivo. Indira consigue noquear al enemigo, mientras que yo corro hacia Nyann, por puro instinto. Miro el agujero en el que ha huido el otro con el ministro. Tengo que hacer algo, por dios, Nyann está fuera de juego e Indira no puede más.

- ¡Lucianna! - grito por el pinganillo - Voy a ir detrás de la persona que se ha llevado al ministro. Cuando lo encuentre, intentaré hacer un agujero en la parte de arriba de la superficie y los sacaré de ahí - joder, es demasiado arriesgado - ¿Crees que podrás dar con él antes de que mate al ministro, si es que lo hace?

En un momento, cae un gran peso sobre mi. No estoy nada acostumbrada a esto. Sinceramente, me dan ganas de hundirme bajo tierra para no salir nunca más... como siempre he hecho a lo largo de mi vida. Me meto en el agujero.

El dispositivo de comunicaciones se activa nuevamente por parte de Lucianna.

 No se muy bien qué está pasando, pero tengo al captor en el punto de mira, esperaba control sobre él para que no se mueva y así quitarlo de en medio sin riesgo a darle al ministro.

Caéis en cuenta de que Lucianna está demasiado lejos como para saber qué es lo que ocurre, y no está al día de la mala situación del grupo.

 Si disparo a sus compañeros podrían entrar en pánico y hacerle algo. ¿Va todo bien? —dice impacientándose— El objetivo está siendo llevado al sur, ¿estáis tras ellos?

Sora sin pensarlo se lanza por el agujero a perseguir a los enemigos, por otro lado Lucianna le dice que tiene al captor en su punto de mira. ¿Como es posible? ¿Estará Lucianna en las alcantarillas ya? De todas formas Sora avanza hacia el sur siguiendo las indicaciones de Lucianna. Unos segundos después de entrar escucha algo justo en su espalda, como si alguien hubiera bajado detrás de ella.

 —La verdad es que no se como va esta mierda, pero visto que no me queda mucha energía... He pensado que si la cogía podía ser de utilidad y no te dejaba sola.

Indira aparece con el arma del enemigo derribado en la tarima. La lleva colgada pasando la cinta por encima de su hombro de forma cruzada. En la mano, además, lleva un cargador.

 —¿Vamos? —Empieza a caminar rápidamente pero con el mayor sigilo posible. —He dejado a Nyann allí... No tenía suficiente magia para sanarlo y no sabía que hacer... —Susurra mientras avanza. —¿Estará bien...?

Avanzáis hacia ellos y rápidamente escucháis la voz del ministro a unos metros de distancia.

 —¡¡Dejadme!! ¿¡Dónde cojones me lleváis!? ¡Desgraciados!

 —¡Cállate ya ser del vacío! ¡Puedes engañar a los de afuera pero aquí sabemos lo que realmente eres! ¡Si vuelves a abrir la boca te corto la mano!

 —Probablemente estén cubriendo la espalda mientras avanzan, ¿alguna idea? —Le susurra a Sora.

Ves borroso y solo escuchas un pitido constante que te ha generado el impacto en tu oreja izquierda. A duras penas ves como alguien, que identificas como Indira, pasa por delante tuyo y te dice unas palabras, pero tampoco eres capaz de entenderlas. Te arrastras hacia la pared de la tarima y te quedas apoyado, pronto todo empieza a obscurecerse. Alguien te toca pero ya es demasiado tarde, caes inconsciente.

Mientras voy por las alcantarillas con Indira, llamo a la CPP para que saquen a Nyann de ahí. Si fuese esto una situación real, eso es lo que haría. Cuando acabo, intento comunicarme con Gardner.

- Lucianna - digo por el pinganillo -, ¿estás en las alcantarillas? Si lo ves, ¿cuántas personas hay con el ministro?

Miro a Indira, pensativa. No, no tengo ni puñetera idea de qué hacer.

- Bueno... Lucianna nos ha dicho que lo único que tenemos que hacer es inmovilizarlo para que pueda dispararle sin que corra peligro el ministro. Pero quizás hay más personas que les están cubriendo las espaldas, y no sabemos cómo van a actuar - hago una pausa -. Creo que estaría bien que, en lugar de inmovilizar al raptor, separe físicamente al ministro de ellos, es decir - he aquí mi plan de mierda -, podría ir con mi máscara de invisibilidad hasta donde están ellos, y con mi alquimia crear un muro que proteja únicamente al ministro. De esta forma, todos los demás quedarán expuestos y Lucianna y tu podéis disparar libremente - dejo de mirar a Indira, me da vergüenza que se dé cuenta de mi clara inexperiencia -. Por favor, dime que te parece.

 —Hmm... no parece mal plan. La verdad que no veo otra forma de que podamos hacer algo. Pero si alguien lo lleva cogido, ¿como los separarás? Y... No estoy segura de si me podré encargar de los demás... —De golpe parece tener una idea y enciende el pinganillo. —Lucianna, si alguien lleva cogido al ministro dispárale cuando Sora los separe. Yo intentaré crear una distracción con el arma al mismo tiempo que Sora los separa. Después tendremos que pelear como sea. —Apaga el pinganillo. —Sora, adelante. Cuando me digas empezaré a disparar hacia allí pero solo para hacer ruido y que se fijen en mi.

Sora, adelante. Cuando me digas empezaré a disparar hacia allí pero solo para hacer ruido y que se fijen en mi. 

- Vale, cuenta 20 segundos y entonces empieza a disparar. Yo me acercaré a ellos en ese tiempo. - me pongo la máscara. Indira deja de verme - Ten mucho cuidado.

Empiezo a caminar, lo más sigilosa que puedo, acercándome a ellos. 20, 19, 18, 17... Puedo verlos, veo al ministro. 16, 15, 14, 13, 12, 11... Estoy prácticamente al lado, 10, 9, estoy sudando mucho. 8, 7, 6... Tengo miedo que escuchen el ritmo de mi pulso, que va a mil. Estoy justo al lado, empiezo a canalizar. 5, 4, 3... Que salga bien, por favor, 2, 1, 0.

 Lucianna - digo por el pinganillo -, ¿estás en las alcantarillas? Si lo ves, ¿cuántas personas hay con el ministro?

 Estoy en el centro comercial, parece que son tres ahora en las alcantarillas, además de 

 Lucianna, si alguien lleva cogido al ministro dispárale cuando Sora los separe. 

 Recibido, apunto al que lleva el ministro.

El momento se vuelve muy tenso esperando a que ocurra todo, parece que algo pueda salir mal en cualquier momento. Sora se acerca al grupo organizado y efectivamente hay un hombre atento a quien pueda venir pero no es un problema para lograr separar al ministro por medio del muro, momento en que se oye un pitido extraño y desconocido. Justo después del sonido, el casco del enemigo que ha sido separado del ministro se desprende de él y cae al suelo, además tiene algo de sangre en la cabeza.

 ¡Blanco a la cabeza! Esperad... No puede ser —dice aterrada—, está intacto.

¡Blanco a la cabeza! Esperad... No puede ser —dice aterrada—, está intacto.

 Mierda. Cojo corriendo al ministro, separado de los enemigos por el muro. Él se queda aturdido, sorprendido más bien, porque no me ve. Me quito la máscara y, aunque dudo durante un segundo, se la pongo.

- Ahora es usted invisible. - le digo susurrando, conscientes de que mis compañeros me oyen por el pinganillo - Corra hacia la salida más cercana a la plaza. En estos momentos debe estar llegando la CPP para salvar a mi c-compañero  - se me corta la voz cuando pienso en Nyann - ¡CORRA!

Pero desconozco si se ha ido corriendo o no. Me giro hacia los enemigos. Probablemente, si fuese una misión de verdad, moriría. Me preparo de nuevo para crear una celda que los atrape, aunque estoy bastante agotada.

- Lucianna - digo por el pinganillo, sintiéndome más expuesta que nunca -, dispara. 

El disparo y el muro los pilla totalmente desprevenidos. Conseguís separar al ministro de los enemigos y este se hace invisible. Por otro lado Indira empieza a disparar a bocajarro hacia los enemigos, colocada lo más a la izquierda posible para evitar darle al ministro invisible.

Las balas de Indira no van dirigidas a ningún lugar en concreto, simplemente lo hace para ganar tiempo. Pero el susto y el disparo de Lucianna provocan desconcierto a los enemigos y hace que el enemigo del escudo se piense que le atacan por el lado opuesto dónde os encontráis. Por lo que se gira y varias balas de Indira impactan en su espalda.

 —¡Me han dado! ¡Están en dirección al muro!

Sora intenta canalizar una celda para atrapar a algún enemigo, pero su propio muro interfiere en su visión por lo que es incapaz de alcanzar a alguien.

 —¡Sora son tres! ¡Creo que es imposible que ganemos! ¡Pon otro muro y retirémonos! —Grita mientras dispara sin cesar.

Indira tiene una idea mientras habla, a pesar de no tener mucha más energía para invocar agua, está justo al lado de las aguas residuales de la ciudad.

 —¡Si los encierras los puedo intentar ahogar!

 ¡Genial! ¿Tenéis al ministro no? —se oye un sonido extraño que pudiera parecer electrónico—. Sugiero que os retiréis haciendo mucho ruido para que no os sigan mientras pensamos por dónde quieren salir. Los seguiré con la mira desde aquí.

La señal de Lucy se desvanece otra vez con un sonido que la corta abruptamente y otro pitido se oye en la zona de las alcantarillas.

Indira nota que el enemigo empieza a esquivar el disparo de Lucianna antes de que ella lo haga, de tal manera que cuando dispara ya no está en la trayectoria del proyectil. ¿Cómo puede ser? Las comunicaciones se abren nuevamente por su parte.

 Me ha esquivado —dice totalmente sosegada—. Ha sido como si supiera que voy a disparar de antemano.  En las alcantarillas no veo nadie más adelante, y sin el ministro sólo tenemos que contener la situación hasta que desistan o los rodeemos con ventaja. No creo que puntuen bien jugárnosla de más cuando la situación está medio controlada.

¿Lo ha vuelto a esquivar? ¿Cómo? ¿Y por qué la comunicación con lucianna es tan débil? Tengo que quitar estos pensamientos de mi cabeza, si dudo de mis propios compañeros, ¿entonces que seré yo?

-Cuidado Lucianna, quizás alguien vea tus movimientos desde el exterior. 

Sí, eso está mejor. Miro a Indira, voy a intentar hacer otro muro de piedra. Empiezo a canalizarlo. Si los atrapados, tendremos que pedir refuerzos para que bloqueen las salidas más cercanas de las alcantarillas, y que bajen por las otras. Lo importante es salvar al ministro, y por qué no, a nosotras. 

Sora realiza otro muro con muchísima rapidez y le sorprende la facilidad con la que lo hace a pesar de la presión que tiene. 

Al mismo tiempo Indira intenta mover el máximo de cantidad de agua posible hacia los enemigos pero no con la intención de hacerles daño, sino de mojarlos.

Hace dos intentos pero ambos son bloqueados por el escudo del enemigo.

 —¡Joder, que rabia! ¡Corramos! —Empieza a correr hacia atrás. —Quería mojarles para joderles el equipo de comunicaciones y para que hicieran peste, así los perros de los policías los podrían rastrear sin problemas en el exterior.

Sora es consciente de que ese muro no aguantará mucho tiempo si los enemigos deciden pasarlo. Y un instante después de ponerlo empezáis a escuchar disparos.

Sin dudarlo, echo a correr con Indira y, quizás, con el ministro. Miro a mi espalda solo para comprobar cuánto le queda a mi muro. Me volteo de nuevo, ag, le queda poco, no se si lograremos perderlos de vista.

- ¡Lucianna! ¿Puedes oirme? - pregunto por el pinganillo. Aun no he recibido respuesta, pero me adelanto - ¿Puedes ver a los enemigos? Están intentando romper el muro, por lo que siguen ahí, ¿están en tu punto de mira?

Si Lucianna pudiese interceptarlos podríamos completar la misión con éxito. Pero como no pueda... Miro a Indira, igual de cansada que yo. Hm, no creo que podamos hacer algo de mucha utilidad ahora... Ah, joder, nos van a matar.

Cuidado Lucianna, quizás alguien vea tus movimientos desde el exterior. 

  Eso me ha parecido —dice Lucianna por el dispositivo—. ¿Pero cómo? Estoy tan lejos, y nadie me ha disparado.

¡Lucianna! ¿Puedes oirme? - pregunto por el pinganillo. Aun no he recibido respuesta, pero me adelanto - ¿Puedes ver a los enemigos? Están intentando romper el muro, por lo que siguen ahí, ¿están en tu punto de mira?

 Sí, los veo y parecen muy dispuestos. Huid mientras les disparo, quizás les retrase y me lleve a alguno por delante.

Acto seguido se escucha otro de esos pitidos extraños en las orejas

 Vale, un casco menos. Intento dejarlos a todos sin esa visión ventajosa o intento acabar con alguno? Parecen duros de pelar, nunca nadie me había aguantado tiros en la cabeza y no parece que les haga mucho efecto.

no parece que les haga mucho efecto.

Joder. Me muerdo el labio inferior. Estoy agotada.

-¿Qué hacemos, chicas? - le digo a Indira y Lucianna, intentando que no se me corte la voz - ¿Qué se supone que tenemos que hacer? - oh, no, acabo de decir esto con un tono de desesperación. Quizá el ministro esté justo a mi lado, ¿qué pensará de nosotras? Seguro que se siente inseguro... Agh, muevo mi cabeza de un lado a otro - Podemos escapar y que la CPP se encargue de pillarlos o... p-podemos enfrentarnos a ellos. Si Indira huye con el ministro y lo protege, quizás pueda hacerme invisible y atacarlos - ay, no quiero morir tan joven!!! Solo tengo 18 años! Si ni siquiera he hecho nunca amigos de verdad! Ni me he enamorado! - mientras Lucianna me cubre las espaldas. Podríamos derrotarlos... quizás, ¿qué... qué os parece?

Me tiemblan las manos. En realidad me tiembla todo el cuerpo. Si esto es tan solo una simulación, ¿por qué no puedo dejar de temer por mi vida y la de los demás?

 Nuestra misión es proteger a los ministros y ya están a salvo. Si perseguimos a los criminales pondremos en riesgo a los ministros y a nosotras mismas. ¿Hemos pedido refuerzos ya? Si impedimos que lleguen a nosotros habremos cumplido con la misión, y encontrar a los criminales debería de ser cosa de otros... en cualquier caso...

Lucianna toca el botón virtual para comunicarse con el exterior que ahora mismo representa el supervisor de la misión.

 Lucianna reportando: Tenemos a salvo al ministro —dice a la vez por el pinganillo y el botón—, ¿debemos capturar a los secuestradores o centrarnos en mantenerlo a salvo? Es posible que no logremos atraparlos si nos enfrentamos a ellos, pero en defensa parece que tengamos ventaja.