Partida Rol por web

Bajo de la mesa.

- Estoy perdiendo facultades amigo... - me resigno. - Bueno, yo diría que más bien están demasiado bebidos para enbaucarles con nuestros viejos trucos... Marchemos...

Al escuchar las palabras del hermano,un escalofrio recorre mi espalda, retomo la posicion bipeda de la que nos doto el señor en su infinita sabiduria .

¡Oh...que verguenza!¡Que insensated! uno de nuestros hermanos sucumbiendo ante los pecados de la carne...

In remissionem peccatorum. Grito llevandome las manos a la cabeza y mirando hacia el techo.

Volviendo la mirada a Fray Hernando y con cara de preocupacion,digo:

Decidme todo lo que sepais, como son sus atuendos, si hay algun lugar en especial donde este condenando su alma, cualquier cosa... pues raudo voy a ir a buscarle, no permitire que deshonre la causa del Todopoderoso.

Fray Domingo asiente. Él es un simple dominico, y tu un inquisidor, un vigilante y protector de la fe. Por eso siempre, o casi siempre, te hace un poco la pelota. Quizá espera que algún día le enchufes como miembro del tribunal de Madrid.

-Iba vestido con un sombrero de pluma azul. Se ve en dirección a los barrios bajos, quizá a alguna...

Carraspeó.

-A algún lugar impúdico de fornicio. ¡Apresuráos, hermano, que acaba de salir hace un momento!

Eso es suficiente hermano, reza por ambos pues salir este dia no es nada facil, las masas no se comportan de acuerdo a las normas,reina el caos y a saber lo que estos barbaros herejes son capaces de hacer.

Me coloco una capa sobre mi habito de los dominicos, dejo a la vista la cruz que siempre porto en el pecho y dispongo a salir en busca del insentato dominicio.

Tan pronto como salgo del edificio , puedo discernir el caos y el jolgorio propio de esta pecaminosa festividad. A cada paso que doy,mi rostro de enfado es mayor... Llevo la cara visible, que vean estos pecadores quien soy...

El camino hacia los barrios bajos es como el descenso a los infiernos de Dante. Las escenas son cada vez más desvergonzadas e intolerantes. A la altura de una calleja, un grupo de hombres corren en dirección opuesta, gritando.

-¡Cuidado! ¡Vienen las fregonas!

Tras ellos, entre rissas y chillidos, aparecen un par de docenas de mujeres, en su mayoría talluditas, vistiendo ropas viejas, con el rostro embadurnado en ceniza y que comienzan a lanzar cáscaras de naranjas rellenas de salvado y grasa.

Aprovecho la llamada de atencion de Juan, y que la gente esta borracha para agenciarme un par de posesiones.

Intento esquivar lo que las mozuelas lanzan , pero termina impactando en mi.

¡Desvergonzadas!¡Como os atreveis! Esto es de locos... Digo mientras intento limpiar un poco mi habito manchado.

Endiaviblada fiesta, convierte a las personas animales, pero no puedo pararme aqui... Tengo un mision mas importante, he de encontrar a Fray Hernando.

Envidiable plasticidad para ser un fraile. Esquivas la mayor parte de las cáscaras, pero una de ellas se estrella contra el faldón de tu hábito, dejando una mancha de pequeño tamañano en el ribete blanco... una mezcla de salvado y grasa, que queda pastosa.

Las mujeres se acercan al fraile. Parece que quieren rodearle. Algunas de ellas le hablan, zaínas.

-¿Se ha perdido, padre?

Mientras me encuentro limpiando mi habito , siento como las mozas que anteriormente me habian manchado me rodean y al escucharlas las respondo.

¿Perdido yo? Hijas mias siento deciros que son vuesas mercerdes las que estan perdidas... ¡Perdidas en el camino del pudor,el camino hacia el Señor¡ Dejad este camino que habeis elegido, estais a tiempo de rectificar...
Como inquisidor, he visto como muchas almas han sido purificadas mediante el fuego santo, no teneis que llegar a ese punto...

Pensadlo hijas mias... y ahora dejad que prosiga mi camino.

Gaspar de Zapata se ajusta su antifaz en forma de calavera al rostro y compone una sonrisa encantadora. Va disfrazado de Tiempo, con un jubón en el que hay bordados relojes de arena y un lema en el sombrero que reza VIVE MEMOR LETI, FUGIT HORA: vive recordando que has de morir, pues el tiempo pasa. Toma del brazo a su amigo el doctor Medilla y se dispone a escoltar, galantemente, a la señora de Cagliorostro.

-A fe mia, señor doctor, que no dice mentira el bellaco aquel. Pero llegamos tarde a la embajada francesa y tenemos con nosotros el deber de llevar una joya de resplandeciente belleza al baile -dice, ampulosamente; parece que le gusta más la retórica que la adulación, por otra parte-. ¡Subamos al coche, si os place!

- ¿Conseguistes algo? - pregunto a mi compañero tras mi corta actuación... Bien sabido es por mi que pese a la rapidez de lo sucedido, su mano es una auténtica ganzúa para lo de vaciar monederos...

- Compadre de andares, en este dia de fiesta y jolgorio mi gaznate reclama vino. ¿No opina Vuestra Merced que es de buen caballero atender las peticiones?

Con la máscara apenas se le ve la cara, pero si el movimiento de su ojo bueno, con el cuál debe observar todo lo que ocurre a su alrededor.

El ladrón obtiene cien años de perdón robando a sus semejantes. En total, se hace con un botín importante: 100 reales.

Ignoro a las gentes que festejan y continuo mi camino con paso firme y señorial hacia la embajada francesa.