Partida Rol por web

Ánima:Más allá del bien y del Mal II, Un reino de Pesadillas

3.1 No es fácil huir.

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28/10/2012, 17:23
Director

La luz de un nuevo día incidía en los párpados de Faliar. Su cuerpo estaba tirado en el suelo, como si fuera un muñeco de trapo que hubiera sido arrojado al suelo cuando el niño se hubiera cansado de jugar con él. Incluso la boca sabía un poco a tierra por el hecho de estar mordiendo el suelo en el momento de despertarse.

A su alrededor, al menos, una escena conocida. Aquella empalizada no era otra cosa que la entrada de Koven, y ahora que el cielo era gobernado por un radiante astro, no parecía tan terrorífico ese mundo. La madera estaba en el mismo lugar que recordaba y hasta el camino que llevaba a la entrada tenía las huellas de los caballos con los que habían llegado.

Por suerte, no se había alejado mucho de Koven, ir al lugar de encuentro no sería difícil.

Notas de juego

A todo esto... qué fue de los caballos?

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28/10/2012, 17:48
Faliar
Sólo para el director

Faliar se incorporó y escupió algo de tierra. Le costó unos segundos adaptarse a la luz del día, después de todo el día lloviendo y aquella noche infernal. Su instinto le había dicho que deberían haber pasado la noche en la guarida de los bandidos, y a todas luces había acertado.

Haciendo memoria, recordó que no pudo llevar a Stefanía a través del portal. Se cerró tras el y la niña se quedó en aquel cuarto de pesadilla. ¿Que habría pasado con ella? ¿Se habría quedado dentro de la Vigilia para siempre, o los demás la habrían empujado hacia un lugar seguro?

Se dio cuenta entonces de que estaba solo; nadie había podido seguirle a través del portal, y seguramente todos estarían separados. Nahia y Catherine incluídas.

Él había tenido suerte y había aparecido justo en las puertas de Koven, pero ¿y los demás? Cath se había quedado inconsciente minutos antes de todo aquello. ¿Y si hubiese aparecido en algún lugar peligroso?

Se levantó del suelo y gritó en voz alta, por si alguien pudiera oírle

- ¡Catherine! ¡Nahia! ¡Pierre! ¡Alguien! ¡¿Estáis por ahí cerca?!

Notas de juego

Como no había ninguna posada... pues supongo que los dejaríamos en la puerta

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28/10/2012, 18:20
Director

La luz de la mañana incidía en los párpados de un Aaron débil. A su lado, el sonido del agua le acompañaba. Una brisa suave lamía su faz y alborotaba sus ya despeinados cabellos. Un pequeño charco de sangre le acompañaba estancado al lado de su cabeza, la cual tenía un pequeño dolor de nuevo, aquella doble personalidad había cambiado. Pero al menos... tenía los recuerdos de Nath durante aquella noche, que no era poco...

El día parecía apacible. Un sol radiante iluminaba el lago y la superficie del agua emitía reflejos himnotizantes. La belleza de Moth no se ponía en duda, al menos por el día. En el momento en el que el Sol cae, y la noche toma el control, toda la belleza se convierte en... otra cosa.

Mas ahora todo parecía ir bien. A lo lejos, a poco más que media hora de camino se veía Koven, había caído en el lago que existía al lado de la ciudad, donde presumiblemente irían a coger agua los pueblerinos. Al menos, si el punto de reunión era ese poblado, no estaba demasiado lejos. 

Había tenido suerte. Pero... ¿Y los demás?

Notas de juego

Aaron time!

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28/10/2012, 18:31
Director

Luces y sombras se mezclaban en los ojos de Alice. Con la suave brisa que mecía sus cabellos, las hojas de los árboles que estaban sobre ella dejaban que sus párpados recibieran luz a intervalos. La asesina sintió como una lengua húmeda pasaba por su cara, más inmediatamente salía corriendo cual animalillo asustado.

La boca sabía a clorofila, cosa que no era extraña pues había caído de bruces en el suelo y no eran pocas las hierbas que ahora tenía dentro. Su cuerpo estaba destartalado, como si fuera un muñeco mal cosido.

Las fuerzas fueron llegando poco a poco, y al mismo tiempo fue dándose cuenta del lugar donde estaba. Escuchaba pájaros cantar, pequeños animales correteando a su alrededor... Si no pudiera ver a lo lejos el poblado de Koven, a más o menos una hora de distancia podría pensar que había salido de Moth. 

Pero no, seguía allí, y parecía que esa región sólo era tan tétrica por la noche. Al menos cuando el sol gobernaba la belleza de la vida tomaba el control.

Ella parecía estar cerca del poblado... mas... ¿Donde estarían los demás?

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28/10/2012, 18:55
Director

El sonido de los martillos y el fuego despertó poco a poco a Nahia. Parecía haber tenido suerte pues a su lado montones de clavos, hazadas, guadañas y demás aperos de metal aparecían esparcidos por la habitación. Una mala caída y podía haber quedado ensartada en uno de ellos, dejando que su sangre regara aquella sala.

Pero no, estaba viva, y sin lesiones. Era como si la propia realidad hubiera apartado aquellos útiles para que la chica cayera en un lugar seguro.

No sabía qué hora era, es más, si no fuera por la escasa luz que se filtraba por las grietas de la única puerta de esa habitación tampoco sabría siquiera dónde estaba. Tan sólo era audible el sonido del martillo, golpeando duras placas de metal, así como el del fuego devorando la madera con el ansia de la naturaleza.

¿Dónde estaría?

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28/10/2012, 18:59
Director

El aire caliente acariciaba la cara de Conrad. Ya no quedaban más que brasas en el fuego que cuando atravesó la realidad permanecía encendido, pero cuando el calor lamía su cuerpo la sensación era de completa comodidad. Bueno... completa quizá no, puesto que su postura no era la más adecuada.

A pesar de que tampoco había caído del todo mal, su cuerpo estaba durmiendo en una postura extraña, de seguro que al levantarse tendría algún tipo de dolor muscular. 

No sabía dónde estaba, y ni siquiera qué hora era, pero al menos el cansancio acumulado del viaje parecía haber desaparecido. Un sueño reparador había devuelto las energías a Conrad. Ahora sólo quedaba volver a Koven, desde donde quiera que estuviera. Al menos estaba dentro de una casa, no quería ni pensar lo que habría ocurrido con los que habían caído al aire libre... una tormenta sería el peor de sus problemas.

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28/10/2012, 19:15
Director

El cuerpo del Cazabrujas estaba apoyado en el madero vertical de la imagen de cristo. Dormía con la cabeza sobre sus hombros, a pesar de no tener una necesidad de hacerlo. La magia de aquel lugar era capaz de hacer que los insomnes cayeran en un profundo sueño. No en vano, era el reino onírico.

La herida del costado de Quint parecía haberse cerrado sola, no sin antes haber dejado una bonita mancha de sangre alrededor de su cuerpo, manchando una tela blanca que hacía de "alfombra" al lado del altar. Una marca inequívoca de que ahí había pasado algo.

Al menos, parecía que nadie había entrado en la iglesia aún, fuera del pueblo que fuera. La luz del día cruzaba los pequeños ventanucos y el rosetón, que a pesar de no ser tan grande como los de las catedrales de Albidión, sí que dejaba pasar luz suficiente para que cualquiera pudiera andar sin tener que cuidar para no tropezar.

 

Notas de juego

esta noche no regeneras vida, sólo te curas la hemorragia. ;)

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28/10/2012, 19:21
Director

Nadie respondió a su llamada. La voz de Faliar se perdió en el aire poco a poco, sin que nadie, ni siquiera un eco respondiera a sus palabras. Pero había algo más en el aire, un sonido regular que parecía provenir del camino. El mago entornó los ojos, tratando de evitar la cegadora luz del sol.

El sonido era similar a un caballo marchando a gran velocidad mientras que unas ruedas de carro esparcían la arena del suelo y chocaban contra las piedras del camino. Y lo que pudo ver Faliar no era distinto a lo que sonaba. Un caballo blanco tiraba de un carruaje muy bien decorado. No era complicado intuir quién era...

 

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28/10/2012, 19:33
Faliar

Faliar empezó a desesperarse al ver que nadie respondia, pero trató de recuperar la calma respirando hondo. Cath y Nahia sabían defenderse solas; puede que Cath estuviese en un estado delicado, pero eso no había mermado sus capacidades mágicas. Lo que más le preocupaba es que se viesen metidas en una situación en la que usar magia pudiese suponer empeorar más las cosas.

Luego vió el carruaje; tan lujoso y decorado... Tenía que ser el de Pierre. Lo que significaría que Julius iría a bordo. Quedándose a un lado del camino, comenzó a hacer gestos en dirección al carruaje, tratando de llamar la atención del conductor

- ¡Julius! ¡Para! ¡Soy Faliar!

Era un gran alivio comprobar que al menos aquella ilusión que vió en la casa no era más que eso. Por un momento, había pensado que habían dejado morir al joven rubio de aquella forma tan horrible

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28/10/2012, 19:44
Director

No era Julius quien conducía el carruaje.

Una vez estuvo más cerca, el mago pudo comprobar el verdadero estado de aquel trasporte. Las cortinas estaba rotas, rajadas, como si multitud de cuchillas muy finas hubieran acosado al carro. Impactos circulares parecían atravesar también el vehículo de lado a lado, como si una de esas armas innovadoras de Lucrecio, los mosquetes y pistolas, hubieran sido usadas contra él.

En resumen, el carro presentaba marcas de haber estado en mitad de un combate, y de no haber salido impune. Al menos, no estaba del todo destruido.

Además, como decía, no era Julius el que gobernaba a la bestia, sino un hombre delgado y con el cabello negro, vestido con un traje muy elegante, en color crema. También tenía marcas de combate, en él pues le faltaba una manga y en el brazo podía vislumbrarse una herida que, si bien ya no sangraba, no habría hecho no hace mucho.

El carruaje se paró al lado de Faliar, y el hombre le miró con los ojos vidriosos.

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28/10/2012, 19:57
François

-Co... ¿Conocías a Julius? Eres... ¿uno de los que busco?

Su voz sonaba entrecortada, a punto de romper a llorar. Era como si a alguien demasiado débil, demasiado flojo, le hubieran encargado una misión excesivamente importante para él. No era más que un mero mayordomo, y estaba conduciendo el carro que tenía que haber traído Julius hasta aquí... ¿Qué estaba pasando?

 

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28/10/2012, 20:03
Faliar

Faliar mira al joven, extrañado

- ¿Eres el mayordomo de Pierre? ¿Que ha pasado con Julius?

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28/10/2012, 20:07
François

-El... me salvó la vida.

Asintió con la cabeza a la primera pregunta antes de contestar a la segunda, más sus palabras se quedaron ahí. No eran capaces de salir de su cuerpo, como si estuvieran atoradas en un gigantesco nudo en su garganta. Tan sólo señaló en interior del carruaje y calló, esperando que Faliar entendiera lo que quería decir.

 

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28/10/2012, 20:14
Faliar
Sólo para el director

Aquellas palabras y la actitud del cochero no auguraban nada bueno. Faliar fue a la parte trasera del carruaje y abrío la puerta

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28/10/2012, 21:10
Director

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28/10/2012, 21:26
Faliar
Sólo para el director

Faliar entró en la cabina, apartó con cuidado el cuerpo de Julius, procurando dejarlo recostado sobre las paredes interiores del carro. Luego abrió el baúl, para comprobar si estaba dentro aquello por lo que había enviado a Julius a una muerte tan injusta

 

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28/10/2012, 21:39
Director

Todo, absolutamente todo, desde la cosa más nimia que habían pedido hasta lo más importante. Julius había cumplido su tarea con precisión de cirujano.

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28/10/2012, 21:45
Faliar

- Gracias, amigo

Faliar sacó del baúl su hacha, su escudo y su armadura, y lo cerró. Salió del carruaje y cerró la puerta despacio, suspiró y se apoyó de espaldas contra el carruaje. Permanecó así, en silencio un rato, mirando a su equipo y pensando si realmente había merecido la muerte de Julius el traer unas cosas que podría haber conseguido en cualquier comercio.

No, en cualquiera no. Cogió su hacha y su escudo, recordando su peso; no tenían nada de especial. No eran mágicos, ni de una artesanía superior, pero le habían acompañado desde que tenía memoria, e incluso antes. Contempló el orgulloso grifo bicéfalo que había labrado en el escudo; el emblema de su familia, un símbolo de valor al que esperaba algún día devolver la honra. Observó a contraluz el brillo del rubí que su hacha tenía incrustado en el pomo. Aquel escudo le había salvado la vida incontables veces, y el hacha había dado muerte a muchos de sus enemigos, incluso a auténticos monstruos como Raptor.

Su armadura; una armadura de piel curtida, trabajada para aparentar ser una armadura de cuero blando común. Él mismo se la había fabricado hace ya tres años, para sustituir aquella gabardina armada que Galael le destrozó. No había tenido oportunidad de probarla, y hubiera deseado que aquel momento no llegase, pero ya entonces sabía que algún día llegaría el momento de tener que vestirla.

Bien, si el recuperar aquellas cosas no compensaba la muerte de Julius, él haria que valiese la pena. Se situó tras el carromato y allí empezó a quitarse su maltratado frac para ir colocándose las piezas de la armadura.

- ¿Quien le ha hecho eso? -le dijo al cochero mientras se vestía

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28/10/2012, 21:59
François

-Dos mujeres.

La voz de François estaba tomada por el llanto. Le costaba hablar sobre el tema, pero sabía que esa información sería de utilidad para aquellos a los que tenía que entregar el baúl. Julius se lo había dicho, y no iba a incumplir sus palabras.

-Investigaron lo que pasó en la fiesta. Al parecer esas investigaciones les llevaron hasta a mi. Estuvieron a punto de matarme en Karlsrude, tuve que encerrarme en mi habitación del hotel. Durante un par de días tuve miedo de absolutamente todo... hasta que él entró en mi habitación. Me lo contó todo, lo que había pasado con mi señor y me entregó la carta de Conrad. Y... lo importantes que sois.

Suspiró, y continuó con el relato.

-Esas dos mujeres no son normales, nos estuvieron acosando mientras conseguíamos lo que el amo y sus nuevos compañeros habían ordenado. Mas de camino hacia aquí nos atacaron con mucha más fuerza. Entonces Julius se sacrificó para que pudiéramos escapar, cubriendo el carro con uno de sus "poderes". Pero una de ellas porta un... una... una lanza que dispara proyectiles. A gran distancia, además.

Silencio...

Uno de ellos le atravesó el corazón. Pero logramos escapar, y creo que las hemos perdido, al menos no hemos tenido más ataques.  

No... no entiendo de esas cosas señor, pero es un hombre bueno. Se merece un entierro digno. Y su último deseo fue ser enterrado en una fortaleza cercana a esta ciudad, Elbrus. Lo llevaré hasta allí después de pasar por Koven y entregar el encargo. 

Se lo debo, gracias a él estoy vivo...

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28/10/2012, 22:25
Faliar

Más asesinas. Seguramente irían detrás de Xerine; tendría que pedirle explicaciones más tarde.

- Si, lo llevaremos a Elbrus. Se merece eso, y más.

Terminó de colocarse las piezas de la armadura, y se ajustó la cinta de sujección del escudo a la espalda. Colocó su hacha en la vaina especial que llevaba al cinturón, y se aseguró de que todo estaba en su sitio y bien equilibrado. Antes de ponerse a la vista del cochero, se concentró y murmuró unas palabras. Una pátina metálica comezó a cubrir las piezas de su armadura y su ropa. Cuando el hechizo finalizó, Faliar parecía un guerrero cubierto por una armadura de placas metálicas brillantes como la plata. El sol refulgió sobre su armadura mientras comprobaba su flexibilidad; ligera y manejable, y dura como el acero. Salió de detrás del carro; equipado con su armadura y sus armas, volvía a sentirse de nuevo él mismo. El traje le había servido bien como "protección de emergencia", pero no podía seguir dependiendo exclusivamente de su magia durante mucho más tiempo. Ahora sentía que podía ir hasta a las mismas puertas del Infierno y volver con cien cabezas de demonio y ni un rasguño.

Se subió junto al cochero y le hizo un gesto para que siguiese adelante

- Vamos; tenemos que encontrar al resto. Y en cuanto a esas asesinas... estoy deseando que nos encuentren, para mandarlas junto a sus otras dos compañeras.

Notas de juego

Lanzo Coraza a nivel avanzado (6 TA + la mitad de la TA de la armadura de pieles)

He recuperado zeon y cansancio?