Partida Rol por web

Faliar suspiró. La idea ya se le había ocurrido antes, pero no quería decirlo. No obstante, que Conrad confirmase lo que el sentía denotaba la urgencia de la situación. Su mirada se paseo por la estancia, deteniéndose primero en Xerine de forma suplicante, pidiéndole que entendiera que era lo que estaba a punto de hacer, y luego en Nahia.

- Nahia... Por nada del mundo se me ocurriría pedirte esto si las circustancias no fuesen las que son, pero Corvinus estaba muy cerca de la Vigilia, o al menos eso fue lo que dijo Emil... Tal vez tu si pudieses... No creo que sea peligroso, y de todos modos podría curarte, pero tienes que decidirlo tu.

Alice suspiró, exasperada

Acabemos con esta farsa

Acto seguido se acercó al centro de la habitación, y, cogiendo uno de sus estiletes, se lo llevó a la mano sin vacilar. Aunque antes de que el filo hendiera su piel pasaron unos segundos, en los que todos pudieron observar como en su rostro aparecía una extraña mueca, ninguno tuvo tiempo de detenerla antes de que su sangre cayera al suelo, fresca y roja. Un gemido surgió de su boca, y sus ojos se volvieron vidriosos, pero no dijo nada. Y aquella mueca... ¿Había sido terror?

Pero... ¿Cómo podía alguien tener miedo a una simple herida en la mano?

...

¿O había algo más?

Realiza el ritual. Cada segundo que perdemos es un segundo que le concedemos a Emil

Faliar se quedó aturdido unos segundos ante la acción de Alice. Se quedó mirándola con consternación; ¿por que ella precisamente estaba dispuesta?

- A...Alice...

La segunda frase le sacó de su aturdimiento. Abrió el libro por donde tenía marcado el hechizo y se dispuso a recitar el conjuro.

- Bien. Traza un círculo en el suelo; tiene que ser lo suficientemente amplio para dos personas; entraré yo solo, pero tengo que traer a Catherine de vuelta. Si no regreso en unos minutos no intentéis entrar detrás; no sería seguro.

Alice comenzó a trazar el círculo, aunque frunció el ceño ante la última frase de Faliar

Entrarás tú solo porque así es el conjuro? ¿O es más otro estúpido intento de autocastigarte a ti mismo?

Faliar no pudo evitar esbozar una sonrisa sarcástica ante el comentario de Alice. ¿Autocastigarse? Si, es posible, pero había otros motivos más racionales

- Porque no quiero que te desangres, porque entrará uno pero si todo va bien saldremos dos, y porque sería absurdo arriesgar más gente a un viaje de no retorno a la Vigilia.

Discrepo. Ya te has encontrado antes con los habitantes de la Vigilia, y conoces su poder. Aunque estoy segura de que estás preocupadísimo por mi estado de salud... La sonrisa burlona en su rostro no dejaba lugar a dudas, aunque era tan fría y desapasionada como de costumbre Si entras sólo probablemente volverás en varias piezas, si es que vuelves. Seguro que eso le viene genial a tu esposa

Se detuvo antes de terminar el primer cuarto del círculo, y se giró hacia Faliar, con expresión cansada

No voy a cuestionar más ninguna de tus estúpidas decisiones, así que cuéntame: ¿Vas a aceptar ayuda o no?

Faliar bufó exasperado. ¿Incluso cuando se ofrecía voluntariamente a ayudar tenía que poner pegas?

- He aceptado la tuya, ¿no? Si alguien quiere venir no se lo impediré, aunque me parezca absurdo.

Asintió y se giró hacia los otros

¿Voluntarios?

Conrad dio un paso al frente, situándose junto a Faliar.

- Yo iré con él -no parecía una sugerencia- Quint, es mejor que tú permanezcas aquí y cuides del resto, aún no sabemos qué eran esas cosas.

Quint asintió a las palabras del cartógrafo.

-Que Nahia se quede conmigo. Si ocurre algo necesitaré un hechicero para... controlar el portal desde este lado. -El cazabrujas se acercó al cuerpo de Aaron antes de continuar hablando y comenzó a examinarlo.- Y Aaron no va a ser de mucha ayuda.

Nahia levantó la mano.

-Yo voy, si Cath está ahí quiero ayudarla. Además, mi magia es curativa, y si tiene problemas sería la única que podría hacer un remedio de urgencia. 

- No sabemos lo que hay al otro lado, Nahia, puede ser peligroso, por ello lo que haremos será traer a Catherine de vuelta. Pero debes quedarte aquí, sanar a Alice del sacrificio que ha hecho, y, como dice Quint, vigilar desde este lado.

Era una de las raras ocasiones en las que el cartógrafo le hablaba directamente a Nahia, y lo hacía con paciencia y determinación, como si expusiese un hecho lógico y empíricamente demostrable.

Miró a Nahia

Quint tiene razón: Si hay que hacer algo desde este lado, eres la única con poder para ello. Vas a tener que conformarte y quedarte aquí, por mucho que te duela

Siguió trazando el círculo, algo más grande que antes, de forma que comenzaba a parecer un extraño huevo. Cuando se quedó sin sangre, volvió a llevarse el estilete a la muñeca y, tras inspirar durante unos fatídicos segundos, abrió un nuevo corte, algo más profundo que el anterior. Nuevas lágrimas aparecieron en sus ojos, pero siguió pintando en silencio, sin quejarse

Faliar asintió. Entendía a su hija, pero lo más racional era que ella no participase en el viaje

- Exacto. Si por lo que fuera el portal se cerrase, habría que volver a abrirlo, y por ello lo mejor es que te quedes a este lado. No debería ser más que entrar y salir, y si la cosa se complicara, yo puedo hacer una cura de emergencia.

Se acercó a ella y le señaló el hechizo en el libro

- Este es el hechizo. Si el portal se cierra, repítelo. Estando el círculo ya trazado a este lado, no debería ser necesaria más sangre.

Conrad miró con aparente indiferencia cómo Alice regaba el suelo con su sangre. No debía mostrar por ninguna circunstancia el peso que le causaba en el corazón verla hacer eso voluntariamente. Aunque seguía algo enojado con ella tras su discusión en Koven, ahora afloraba en el corazón de Pierre otro sentimiento, que surgía de verla realizar ese sacrificio con valor y altruísmo. Ese sentimiento que estaba descubriendo, ¿era orgullo por ella? ¿el orgullo de un...?

¡Maldita zorra...!

Concéntrate

¡Me ha robado! ¡Esta puta niña me ha robado!

Joder, concéntrate

Un parpadeo rojo

Esto te enseñará, puta...

No pienses. Solo dibuja. Dibuja

Aaron miró por encima un segundo el libro que estaba ojeando Nahia.

-Mucho me temo... que el portal es sólo de entrada.

- ¡¿Qué?!

El cartógrafo, que hasta a hora parecía bastante indiferente frente a todo, ahora se mostraba algo sorprendido. No contaba con ese dato.

¿Y ahora, qué?

Aquella era una difícil decisión para el cartógrafo. Realmente sentía que debía cruzar al otro lado, como si el destino mismo le llamase desde el Mundo de los Sueños. Pero, si no podía regresar....¿qué sería de Niobe? ¿Encontraría otra forma de volver, volver a por ella? Debía de haber más de una forma de cruzar la frontera, como la inesperada escena en Koven. Sí, debía de haberla, pero....¿Y si no la encontraba?

Faliar cogió el libro y reyeló el hechizo. Era frustrante todo aquello.

- Eso cambia las cosas... Habría que realizar el portal de vuelta desde el otro lado, y mis reservas de energía mágica quedarían muy mermadas si yo abriese los dos portales.