Partida Rol por web

Sir Breunis pasa primero. A pesar del ambiente novedoso y extraño se maneja con soltura, guarda su turno, simula seguridad. Bien.

Por fin se  encuentra con sir Roderick, conde de Salisbury y organizador del torneo. 

Sir Roderick  es un señor que conoció tiempos mejores como guerrero. Con los años ha perdido figura y pose guerrera pero ha ganado en sabiduría y saber hacer. Parece que gobierna bien su feudo  y tomarse la molestia de organizar un torneo  habla bien de ello.

Le llega el turno a los pj. Es hora de presentarse brevemente ante el señor que organizada el torneo. Esto es muestra de respeto y de agradecimiento. No en vano van a ser sus  invitados. 

La estancia es amplia y esta sobriamente decorada con tapices en las paredes y alfombras en el suelo, en una esquina la chimenea esta prendida y se oye el crepitar del fuego entre los silencios de unos y otros, y siempre que los pasos de los que llegan y de  los que se van no ahoguen el acogedor ruido de la hoguera.

El señor esta sentado en un butacón. Recibe a los recién llegados con una copa de vino que ofrece, tomándose él un sorbo en su propia  copa plateada. Ya son muchos sorbos y muchos los caballeros que le han presentado sus respetos.

 A su lado, en pie,  unos cuantos consejeros y heraldos que van anunciando en voz alta a los caballeros. En una lado apartado, os acompaña vuestro escudero, que porta vuestro escudo y vuestros colores.

Es vuestro turno. Ahora se espera de vosotros que os presentéis .

Era su turno. Avanzó con paso firme, no desvió la mirada pero tampoco la alzaba con superioridad. Las espuelas recién engrasadas tintineaban a cada paso y su mano izquierda descansaba cómodamente sobre el pomo de su espada sin llegar a empuñarla.

-Sir Breunís, hijo de Sir Segundo Máximo de Silchester. Caballero vasallo de Sir Eustaquius magnanimus Primus.-

La última palabra fue acompañada de un saludo muy al estilo caballeresco, una ligera inclinación de cabeza.
Su hermano sujetaba el escudo a su derecha, un poco por detrás de él, y sus ropas caras (de 1 libra) estaban limpias y cepilladas. Si no le impresionaba con aquello, no sabría muy bien como hacerlo mejor.

No se sabrá sin por mera fortuna, o por conocimiento, pero aquella reverencia tan en desuso en la actualidad, era cosa muy usada en la familia del Conde, por lo que que sir Roderick, sonrio complacido al verla ejecutar con acierto y gracia.*

- Fabladme sobre el vuestro señor, pues en aquestas tierras conocemos apenas a ese tal¿ cómo dijisteis que se llamaba el vuestro señor?

-Sir Eustaquius Magnanimus Primus. Vasallo del Duque Ulfius de Silchester mi señor. Alguien con quien no me gustaría medirme en el campo de batalla. Se dice que las batallas que perdió se pueden contar con los dedos de una mano y las que ganó se necesitarían a cuatro caballeros con ambas manos. Sin duda es un valeroso caballero en batalla hijo de una larga saga de valerosos caballeros.-
El propio Eustaquius le echó de sus tierras, le humilló en una ceremonia invistiéndole caballero junto a otros caballeros de igual valentía pero inferior nobleza y es un déspota. Sin embargo el honor personal de Sir Breunís impidió que dijera nada malo de él en presencia de otro señor, a sabiendas de que además eran cosas de mujeres de la corte. Aunque tampoco las desmentiría si llegaba a tal término la conversación.

Cuando mi compañero de aventuras se presenta y termina de hablar con el Conde, doy un paso al frente y me presento yo mismo. Por un momento dudé en hacer los mismos gestos que Sir Breunis, ya que habían causado buena impresión al Conde, pero dude por un momento, y cuando quise acordar, ya era tarde.

- Sir Loren Leblanc, para servirle, Conde Roderick. Soy vasallo de Sir Childebert de Anjers, que le manda todos los respeto y me desea suerte para alzarme con la victoria en las contiendas venideras, trayendo gloria a su nueva casa. 

Tras la pregunta sobre mi señor, no tengo mejores palabras que decir. Es más, no es de mi agrado, pero tampoco se ha portado nunca mal conmigo. No tengo que ocultar como es, pero tampoco es cuestión de decirlo a los 4 vientos. 

- Mi señor procede de una familia que no es noble por herencia, su padre consiguió el título gracias a los contactos que tenía en la corte. Contactos que mi señor, no solo mantiene, si no que ha aumentado con el paso de los años. Eso le posiciona en un lugar privilegiado de la nobleza de mi país. Es generoso y valiente con los suyos. Valores que he aprendido yo mismo de él.

Después de la presentación, esperé a que el Conde contestara antes de continuar mi camino.

-No habemus en este terreno muchos caballeros del continente. No obstante en aquesta sala habemus uno de la vuestra tierra.

Dicho lo cual hace un gesto y uno de los caballeros que estaban próximo a él,  da un paso y se coloca a su lado. 

 - Fabladme pues, sobre el vuestro señor. Yo no lo conoceré pero tal vez Sir Arnoul,   pueda dar cuenta dél.

El otro caballero frances, colocado ya en pie junto al Conde Roderick hace un gesto a modo de ligero saludo, muy frances, aunque nada usado en estas tierras.

Mira  a sir Loren, como esperando que comience a hablarles.

Ambos recordais haber oido hablar de un caballero frances que habia medrado en demasía en la corte del conde Roderick. A este frances se le atribuye la ocurrencia de la creación de este torneo. ( Este es el primer torneo que se celebra en bBritania). Todo parece indicar que ese frances es el propio sir Arnoul. No vino solo, tambien le acompañaban al menos otros 2 de su misma procedencia.

-Sois muy generoso, o tal vez ignorante de las fazañas reales del vuestro señor. No son pocos los que le tienen por déspota y cruel. En verdad ganó muchas batallas, et no le importó saetear a sus propios soldados si eso dañaba tambien al enemigo.

Al parecer la fama negativa de vuestro señor se conoce en esta corte, y no parece ser su omisión del agrado del conde. En verdad parece estar enojado.

Me giro para observar a mi compatriota. Cuando él saluda, le correspondo de la misma forma. Al terminar, mi sonrisa es amplia y a pesar de las ganas que tengo de acercarme a él y charlar, pues según tenía entendido era el encargado de organizar el torneo, el protocolo me impedía moverme de mi lugar hasta que el Conde Roderick. Así que le hablé desde mi posición.

- Sir Arnoul, es un placer conocerle, sobretodo teniendo la misma procedencia que vos. Ardua tarea se ha embarcado con la celebración de este primer torneo. ¿Como lo está llevando? Supongo que tiene ayuda para tan abrumadora tarea y que no necesita a nadie más, pero me encantaría entablar una conversación amistosa con vos, añoro mis tierras al igual que vos, seguro que también. Además, una buena charla en francés me vendría de lujo. Estar continuamente hablando en otro idioma es un esfuerzo demasiado para mi humilde cabeza.

Tras intentar romper el hielo con tan caballero, decidí hacer la pregunta que sin saber por qué, tenía miedo a hacerla.

- Y bien, ¿ha oído hablar de mi valeroso señor? Seguro que si se ha movido por las grandes influencias de Francia, lo conoce. 

Tras intercambiar algunas palabras en frances, Sir Arnoul, mirando al conde dice con frialdad:

- Ya hablá tiempo de hablar de las cosas de la nuestra tierra. El conde os ha hecho una pregunta.

Levanto una ceja sorprendido. Miro de nuevo hacia el Conde y con palabras medidas, pero sin caer en la burla, le vuelvo a comentar.

- Ya había respondido a vuestro Señor, más mis palabras fueron sinceras. Mi señor, como bien comenté en mi presentación, procede de una familia que no es noble por herencia, su padre consiguió el título gracias a los contactos que tenía en la corte. Contactos que mi señor, no solo mantiene, si no que ha aumentado con el paso de los años. Eso le posiciona en un lugar privilegiado de la nobleza de mi país, de ahí que me gustaría hablar con Sir Arnoul, para saber su posición con respecto a la de mi Señor. - Miro a Sir Arnoul, para luego volver a mirar al Conde. - También quiero reiterar que es generoso y valiente con los suyos. 

-No era de mi intención ofenderos Sir Rodrerick, Conde de Salisbury, sin embargo no me pareció honesto fablar mal de mi señor delante vuestra, pues es a él a quien debo mis espuelas aunque fueran puestas en ceremonia común con otros caballeros de menos cuna.- Sir Breunís permaneció cauto obviando también el detalle de que fue expulsado de sus tierras hasta que cosechara fama y gloria para su señor. Aunque visto el desempeño anterior, no sabría decir si obró bien o mal al omitir tal propósito.
-Mi honor es el de mi familia y ella sirve a mi señor, por lo tanto, fablar mal de él, aunque sea cierto, no me parece honorable ni servicial al nombre de mi familia.- 

El conde Roderick podia haberle reprochado al joven caballero, alguna virtud sobre la hospitalidad, sobre la charla leal, honesta y amigable entre caballeros, y más aun ante uno de mayor rango, pero en vez de eso, prefierío hacerle un gesto de superioridad mandandolo pasar al salón con un aire de superioridad y despecho.