Partida Rol por web

Guilles se acerca a la puerta y empieza a trajinar con la cerradura para abrir la puerta. Mientras el resto espera, algo ocurre, Lord Griffon recupera la consciencia. Depositándolo con suavidad, Nostradamus suelta al noble sobre la pared, entonces Millicent se le aproxima y con calma, empieza a hablarle. Millicent le recuerda a su padre, que fue amigo de él cuando aun vivía y entonces prueba en nombrar a la dama, entonces espera. Lord Griffon la mira durante unos instantes y de pronto asiente lentamente

-¿Cómo olvidar a tu padre? Fue un gran amigo- Su voz es apenas audible pero al menos parece responder a vuestras palabras –Se sentiría orgulloso de la moza en la que te has convertido… Millicent-

La mujer se sorprende al ver que no solo responde, sino que la ha reconocido. Por ello, decide arriesgar y preguntar un poco más, le pregunta entonces por el ataque. Lord Griffon escucha y se toma un momento para organizar sus ideas.

-Fue una locura, más que un ejército parecía una plaga negra de muerte y destrucción, en un día sitiaron el castillo y mataron a todo aquel que intentaba huir o enviar un mensaje. Utilizando máquinas de guerra castigaron los muros y usando magia negra atacaron a la cordura de mis hombres. En poco tiempo el miedo hizo mella en sus corazones y no tardaron en perder la compostura y algunos incluso a traicionarnos. Intenté enviar a mi fiel vasallo y amigo Parsafal con un mensaje para la Dama, pero temo que haya muerto. El castillo calló en apenas dos días. Entonces fui capturado y ese al que llaman El Torturador me llevó abajo para intentar sonsacarme toda la información sobre la capital que pudiera darle. De eso hace 5 días. Desee morir, pero no me dejaba. Ha sido una pesadilla.-

Finalmente su voz se apaga y se desploma entre jadeos.

-Mi mujer… la mataron delante de mi- Lord Griffon empezó a sollozar –El amor de mi vida- Como si ese recuerdo le diera fuerzas, el señor del castillo se incorpora y se pone en pie. -No se cual es vuestra misión, pero debemos salir de aquí y avisar a La Dama. Rápido, por ahí –Dice señalando la puerta que acaba de abrir Guilles –Se llega al patio interior y desde este al exterior. Por como hablaban, destruyeron todo lo que pudieron y abandonaron la fortaleza. No creen necesario afianzar posiciones en la retaguardia y eso podría jugar a nuestro favor.-

Apoyándose en Millicent, Lord Griffon camina a vuestro lado. Finalmente entrais en el patio interior, un rectángulo grande de arena con varios palos para atar los caballos y un par de puertas pequeñas, como una más grande que da al edificio central, así como la puerta principal, abierta de par en par, dejando ver el exterior, una campiña de hierba muerta y tierra calcinada. Lord Griffon os explica.

-La puerta grande da paso a la sala de audiencias, las otras son la de servicio y la de la sala de guardia. Pero no hay tiempo, debemos salir.-

Os encaminais con celeridad hacia la entrada para por fin salir del castillo cuando de pronto la reja de la entrada cae cerrando la entrada. Todos salvo Guilles y Regathix se quedan paralizados por la sorpresa. Los dos que han conseguido reaccionar, sacan sus armas al tiempo que 15 arqueros que habían permanecidos escondidos sobre los muros salen de su escondrijo y apuntan sus armas contra el grupo de aventureros. Uno de los arqueros, rompe el silencio.

-Deponed las armas y entregaos. Si no, nos veremos obligados a disparar.-

Una voz nos sorprendio que salio de la nada, guilles y Regatix parece que no fueron vistos y alcanzan a reaccionar... Venimos en paz, levanto mi baculo en son de paz, muestrence por favor, solo estamos de paso... quien es su lider... podemos conversar??? mantengo las manos en alto y espero la respuesta... mientras miro a Millicent y hago una leve señal con mi vista pidiendo apoyo diplomatico, ella era la mejor en esto...

Cuando los arqueros sorprenden al grupo, Millicent agarra al ancianoon más fuerza, temerosa por como pueda reaccionar. Ya ha sufrido demasiado, pero se alegra de que, ahora, al menos esté cosnciente.
No os solteis, mi Lord -le susurra, procurando hacerle sentir protegido.
La guerrera sonríe ante la anticipación de Guilles y Regathis, en contrapunto con las diplomáticas palabras de Nostradamus, que ha demostrado ser el "cerebo" del equipo.
Venimos en son de paz pero tenemos las armas listas -sonríe para sí misma. Nobstante, nuevamente, el mago tiene razón: ante una situación de semejante desventaja, es mejor mantener la calma y procurar no desatar una confrontación.
Pero, ¿que decir?
Tranquilos -Esa siempre es buena forma de empezar-. No opondremos resistencia -dice llena de dudas.
Como señala aquí, mi amigo, ya nos íbamos.
Ahora solo queda esperar... Esperar que a quién manda le hayamos caido en gracia, que las órdenes sean de captura y no de ejecución inmediata. Esperar un milagro, como siempre que se intenta hablar con alguien que parece querer reducirte a un mero alfiletero.

Dejar las armas con lo que cuesta encontrar buenas armas. La situación es difícil pero de peores entuertos abre salido. Mira a su alrededor y estando cerca del portón podríamos refugiarnos en sus laterales. Miro como poder acercarme o subir a la posición de los arqueros.

El acechador ya había notado algo, era un cazador nato, y notó enseguida que algo no andaba bien, así que no se sorprendió cuando comprobó que habían sido cazados como a ratas en un laberinto, su primera intención fue la de salir corriendo de donde provenían, pero si no había calculado mal, habían quince arqueros apuntando, y sabía que quince flechas disparadas en una misma dirección podrían bien ser una sentencia de muerte agónica, no había otra salida, tenían que ser sometidos, y eso no le gustaba nada, estaba pensando seriamente en arriesgarse....

escucho la vos de Millident y veo a mis compañeros, parecia que Guilles y Regatix no estaban tan sorprendidos... solo esperabamos que alguien contestara a nuestras palabras....mientras seguia con las manos en alto

El que parece erigirse como líder de aquel pelotón alza la voz ante vuestras preguntas.

-Nuestras órdenes son de captura, de modo que si deponéis las armas ahora, podréis conservar la vida...- una pícara sonrisa se dibuja en su rostro -... al menos un poco más-

Como respondiendo a esto último, los arqueros tensan algo más sus arcos, listos para disparar ante la menor señal de hostilidad

-Por supuesto, si queréis darnos el gusto, siempre podéis intentar huir. Después de tantos días aquí parados, casi hasta agradeceríamos un poco de diversión en forma de “Tiro al pichón”-

Los soldados estallan en una sonora carcajada. Aunque llena de bravuconería, está claro que la amenaza va en serio y cuentan con la ventaja de la altura y la sorpresa.

Los arqueos se encuentran sobre la muralla a 15 metros de altura. La roca de la pared está pulida y solo pueden verse algunos rotos debido al brutal asedio al que ha sido sometido el castillo. Subir hasta ahí necesitaría de todas tus habilidades de escalador, con el riesgo sumado de que los arqueros no se quedarían de brazos cruzados. Detrás del portón solo hay sitio para 3 de vosotros, no podrías cubriros todos.

un arquero rompe el silencio y volteo hacia donde proviene la voz, inetento aguzar la mirada para intentar observar y ver a quien sirven estos soldados... me mantengo firme... inamobible... Millicent piedes ver alguna insignia o algo que los identifique susurro ligeramente para que solo ella y mis compañeros escuchen quien les ha dado esa orden soldado???  en verdad no queremos causar problemas y solo estamos ayudando a este anciano!!! señalo con un leve movimientod  de cabeza a LG....

La situación se torcia y no siente escapatoria. Busca a sus compañeros en busca de decisión.

En un rápido escrutinio puedes diferenciar dos tipos de soldados en las alturas. Unos llevan armaduras toscas, gruesas y de colores grises y negros, con huesos entrelazados y girones de telas rojas. Sus rostros están descuidados, mostrando barbas pobladas y profundas cicatrices. Sin lugar a dudas, estos son soldados del Señor de la Guerra, así mismo aquel que habla.

Por otro lado, seis de los soldados llevan uniformes más claros en los que el verde predomina como color, sus armaduras, aunque magulladas y dañadas, muestran que no hace mucho se cuidaban y se encontraban pulidas y limpias. Un escudo borrado por fuego deja adivinar una forma de león en ella. Esos son soldados que anteriormente sirvieron en las filas de Lord Griffon. Desertores o tal vez soldados que se rindieron para salvar la vida.

Con un rápido escrutinio Millicent diferencia a dos tipos de soldados en las alturas:
Observa -le indica a Nostradamus, con un susurro-. Llevan armaduras toscas y muy gruesas. Y los colores que lucen son grises y negros -señala, forzando la vista-: Huesos entrelazados y jirones de telas rojas.
A demás, sus rostros se veían descuidados, con barbas pobladas y profundas cicatrices.
Sin lugar a dudas, estos son soldados del Señor de la Guerra.
No obstante, entre las oscuras galas, destacaban seis uniformes más claros:
Mira ahora a los que van de verde -añade, sin apenas mover los labios-. Sus armaduras, aunque magulladas, seguro que, no hace mucho, eran cuidadas y pulidas...
De pronto a la muchacha, le da un vuelco al corazón:
¡El escudo del león! -exclama horrorizada-. Desertores del ejército de Lord Griffon.
La idea la repugnaba, pero de momento era lo único que podía hacerles ganar algo de tiempo y darles un poco de ventaja:
Bueno, parece que la rendición no es una mala opción -dice en voz alta a sus compañeros-. Veo que el Señor de la Guerra cuenta con algunos desertores de Lord Griffon entre sus filas.
¿Díganme, caballeros, cuáles son las condiciones en el bando ganador?

Todos los hombres de armadura negra empezaron a reír al unísono.

-¿Condiciones dices? Todas, mujeres, oro y la satisfacción de poder hacer lo que nos venga en gana- Soltó el que parecía el líder

-Vuestros dioses nada pueden ante el poder de nuestro ejército, sucumbiréis y nos bañaremos es vuestra sangre. Ahora, enfundad las armas en señal de buena voluntad y tal vez viváis un poco más, no tengo todo el día, así que contaré hasta 3... 1...-

El hombre inicia la cuenta atrás, las condiciones de rendición es que  simplemente enfundéis vuestras armas. Extraño ¿por qué dejar que las conservéis? En todo este tiempo, los desertores han permanecido en un absoluto mutismo y  tan solo os apuntan con sus arcos. Lord Griffon da un paso al frente y se planta frente a vosotros

-Hombres de Griffon, os habla vuestro señor ¿Por qué desertar? ¿ya no queda honor en vosotros? Yo, vuestro señor, os conmino a que luchéis un día más y afrontéis la muerte con honor. Yo mismo lo llevo haciendo desde que fui capturado ¿seréis menos?-

Durante un segundo reina el más absoluto silencio, más ningún soldado mueve un solo músculo.

-Bonita arenga viejo, pero sus vidas pertenecen ahora al Señor de la guerra... 2.... –

Lord griffon maldice en voz alta y se gira hacia el grupo

-Me temo que no tenemos muchas alternativas-

escucho y asimilo la informacion de Millicent mis ojos van de un lado a otro buscando algo que nos ayude a salir de esta situacion, solo puedo por el momento intentar ganar unos minutos mas esperen esperen nos rendimos!!! hablo al lider y bajo mi baculo al suelo justo frente a mi y pido a mis compañeros que enfunden sus armas...me concentro y utilizo uno de mis conjuros... sonido fantasma y con un leve e inapreciable susurro me comunico con el comando completo... compañeros puedo intentar crear un sonido fantasma desde la puerta de entrada que nos de un segundo de distraccion pero el riesgo es alto, no hay nada con nos cubra y solo podriamos regresar por la puerta donde entramos o intentar un ataque suisida... si desiden arriesgarce levanten sus manos con un puño cerrado, si no pues esperemos que nuestros dioses se apiaden de nosotros.... lentamente me pongo en pie y espero la respuesta de mis compañeros...