Partida Rol por web

Los calabozos del Boa Blanca resultaron ser bastante menos aterradores de lo que habíais pensado. Cuando os sacaron de las jaulas encantadas os llevaron hasta unas celdas bastante amplias donde os dieron comida bastante insípida y algo de agua fresca. Cada celda dispone de dos camastros, donde perfectamente podéis acomodaros. Os han dividido de manera bastante sencilla, en una celda están Alice e Iria, la siguiente ocupada por Dama Verith y Lyra y en la última han dejado a Luthor. Las paredes parecen bastante sólidas, al igual que los barrotes, y aunque entra más bien poca luz, en ocasiones podéis ver el brillo de las runas blanco azuladas que parpadean ocasionalmente.

Según las instrucciones de uno de los soldados, permaneceréis allí hasta el General Chanatos os haga llamar.

Por el momento os dejan a solas con vuestros pensamientos.

Luthor paseó la mirada, incómodo, por su celda. No hubiera tenido ningún sentido resistirse, pero eso no hacía que se sintiera mejor. Aunque no pudiera hacer gran cosa para protegerla, le hubiera gustado estar más cerca de Lyra. Al menos, estaba con Verith. A las otras dos chicas también las habían encerrado juntas. No se podía decir, desde luego, que se encontrasen en una situación envidiable, pero tampoco era el peor escenario posible (al menos, de momento): era obvio que no deseaban acabar con ellos; de lo contrario, ya lo habrían hecho. La cuestión era para qué los querían vivos...

Todo había sido bastante... raro... No nos habían pedido nuestros nombres, ni querían saber qué hacíamos allí, ni nada en absoluto. Como si no les importase. Además, ¿aquel barco? ¿Desde cuándo Tres Ríos tenían aquella tecnología? Sabía que era un pueblo acostumbrado al agua, ¿pero aquello? 

Por suerte había leído el nombre en el casco: Boa Blanca. ¿Habría leído algo de él en algún sitio?*

Al igual que la persona que estaba al mando. No se había presentado, ni dicho su rango, ni nada. Pero tal vez por su indumentaria podría saber algo de él... De algún libro...*

Por otro lado, nos habían tratado muy bien. Demasiado bien. Es cierto que la comida no era ningún lujo, pero nos habían tratado con educación y respecto. Incluso diría que aquellos guardias no querían pasar por toda aquella situación. ¿Qué pasaba allí?

-Lyra -dije mirando a la muchacha-. ¿Qué sabes de este barco? Porque me ha parecido demasiado avanzado para ser de Tres Ríos. 

El Boa Blanca es el Buque insignia de Tres Ríos. El más grande, mejor equipado y con los mejores avances en magi-tecnología militar del mundo moderno. Aunque hay barcos fluviales mucho más rápidos, es un buque de guerra que deja pequeños incluso a los mejores navíos de las Islas de Cristal.

Desde su inauguración, hace treinta años, ha salido de puerto en muy contadas ocasiones. Aunque nunca has estado a bordo, sabes que un orgullo para la ciudad, y que solo se moviliza para ceremonias y asuntos bélicos de la máxima importancia.

Por lo que leíste en alguna ocasión, tiene capacidad para albergar una pequeña aldea y suministrarles comida sin problemas (inicialmente estaba pensado como un Arca para lo más mejor de la sociedad, pero "alguien" decidió darle un uso más militar)

Como hija de quien eres, obviamente, sabes que el tipo que daba las órdenes en el cráter es el General Chanatos, un hombre de mal genio y mecha corta que es la mano derecha de la Regente de Tres Ríos (casi su perrito faldero) Has cruzado palabras en muy pocas ocasiones con él porque es un reconocido racista (?*) Si alguien puede estar al mando de este buque, será él, independientemente de quien sea el capitán del barco.

El "truco" de ocultación, en realidad, es bastante común. Incluso en Golden Ash Tree se usa para ocultar algunos asentamientos lejos de la seguridad de la ciudad. Se requiere una gran cantidad de Magicita, pero no es lo más puntero del mundo en tecnología de ocultación (la base donde habéis estado tenía uno muy parecido en el centro, pero ocultar semejante bicho debe requerir unas cantidades abrumadoras de energía O varios hechiceros canalizando un hechizo de ocultación)

Después de lo que os parece una eternidad, un grupo de guardias aparece por la puerta. Están bien armados y bastante serios, y se coordinan para poder sacaros uno a uno sin usar demasiada violencia (salvo que sea estrictamente necesario)

Uno por uno os van llevando a una pequeña sala contigua donde os inmovilizan a una silla. Una vez allí, el hombre que dirigía las tropas, General Chanatos, simplemente os mira con desprecio durante un tiempo antes de empezar con el interrogatorio.

-Soy el General Chanatos. Su Excelencia me ha otorgado el honor de comandar las Fuerzas de Tres Ríos. Hablo en nombre de Su Excelencia y responderéis a sus preguntas.

-Que hacíais en el Arca. ¿Sois espías de Puerta Dragón?- espera con impaciencia vuestras preguntas, pero cuando intentáis articular palabra, el inmenso hombre os interrumpe con un nuevo y más violento bombardeo- ¿Cómo os habéis infiltrado en el Arca? ¿Sois espías de Puerta Dragón? ¿De Nueva Alexandria?

Verith estaba bastante enfadada y no era para menos. Ella respetaba a los humanos, pero había algo que no se tenía que olvidar. Era Perfecta, y aquel trato vejatorio hacia su persona le indignaba.

Salió de la celda para ser llevada a una sala, lugar donde la inmovilizaron a una silla. A la pelirroja le dio la risa, como si aquello fuera a ser barrera para adquirir la libertad. Evaluó sus poderes psíquicos, si estaba recargada podría usarlos contra el recién descubierto enemigo, si estaba de capa caída esperaría a descansar. Eso sí, iba a ser una reclusa un tanto incómoda de soportar, porque la muchacha de ojos verdes tenía genio y no estaba dispuesta a que la denigrasen.

- General, suélteme - Así empezó ella la conversación, sin anestesia - Soy Perfecta, no puede darme un trato tan vejatorio. Exijo además ver a su Excelencia, que me reciba y se presente como es debido - Y tan ancha se quedaba ella, analizando con sus ojos verdes al varón - ¿Espías de Puerta Dragón? ¿Por quién me tomáis?... No deberíais de insultarme, vaya a ser que mi superior le pida a su Excelencia que le dé explicaciones sobre todo esto... Ahora comportaos como un hombre de bien y traedme algo apetitoso para comer y una copa de vino - Dijo Verith manteniendo la calma, estaba claro que los problemas no habían hecho más que empezar, ganar tiempo aparentando rango era una estrategia como otra cualquiera.

-Esgrimís vuestro linaje como si fuera una espada, y sin embargo "espía", sigues atada y sin tener el control de la situación. Ninguna espía se acercará tan siquiera a Su Excelencia, y menos con esos modales- el hombre da una vuelta a tu alrededor tanteándote, de querer, podrías entrar en su mente sin ningún problema, tras abrir la grieta al Vacío ni si quieras tienes un simple susurro, aunque aun no sientes la presencia de Deus- Ahora, maldita espía, responde a mis preguntas- se planta en frente de tu cara en un intento obvio de intimidarte o de sacarte de tus casillas- Que hacíais allí y para que Nación trabajáis. Siguiendo las instrucciones de Su Excelencia, no usaré la violencia; pero conozco otras formas de sacaros toda la información que necesito, aunque preferiría que os mostréis mas colaborativa. Si en verdad sois una Perfecta, no me gustaría lastimar a alguien de tan digna especie.

Me quedé algo sorprendida al ver como me sacaban con tanta seguridad y me inmovilizaban en aquella silla. Aunque me sorprendió más ver la actitud del hombre que estaba al mando.

Gire la cabeza como si fuera una niña pequeña al que le han explicado algo y no termina de entender.

-Es un placer volver a verle, General -empecé a decir, haciendo hincapié en "volver"-. Es bastante probable que no me recuerde. Soy Lady Iria Van Halen* y, como supondrá por mi apellido, soy la nieta del Gobernador de Golden Ash-Tree. Hemos coincidido en varias recepciones organizadas por este en las que intercambiamos algunas impresiones. 

Me detuve un momento para que mis palabras fueran calando en él. Tenía bastante claro que, dado su historial, no me recordaría. Pero esperaba que ser la nieta de quien era fuera aliciente suficiente para refrescarle la memoria o, al menos, suavizar sus maneras.

-Entre mis pertenencias se encuentra un broche de Golden Ash-Tree que me identifica como embajadora de dicha nación. Si lo desea, puede mandar un mensaje para que corroboren este dato si lo ve necesario. Desde luego, no me gustaría que hubiera ningún mal entendido, y mucho menos con una embajadora de por medio.

Tras decir aquello miré las ataduras que me retenían y justo después le miré a él.

-Revisaré esa información, si realmente es una emisaria de los Greeny (término muy insultante para referirse a los habitantes de Golden Ash Tree) entonces esta conspiración va mucho más lejos de lo que habíamos pensado. Siempre pensé que esos masca-hojas se mantendrían lejos de magi-tecnología, pero veo que sus traiciones no tienen límites.- solo por un momento parece que relaja su posición marcial de tensión, pero en realidad era solo un amago antes de volver a abalanzarse sobre ti- Ahora responde a mi pregunta "nieta del Gobernador"... ¿Qué hacía en el Arca y desde cuando es una espía de los Greeny?

Antes de que puedas responder, un soldado llama la atención del general, que se aparta un poco de ti, aunque ha estado a punto de darte un cabezazo de la tensión. Aunque el hombre habla en voz baja, está lo suficientemente cerca como para que, a poco que aguces los sentidos, puedas oírlos.

-El Boa Blanca está a punto de terminar las reparaciones Señor- el soldado está tranquilo solo en apariencia, notas la tensión entre ambos- Los ingenieros dicen que en unas pocas horas podremos volver al puerto.

-¿Alguna noticia de la marioneta?

-Sigue en sus aposentos, Señor. Los guardias han dicho que no se ha movido y que simplemente pasa el tiempo tocando su arpa.

-Excelente.

No tardas demasiado en recordar que la Regente de Tres Ríos es una dedicada músico de arpa y que además era toda una virtuosa, por lo que se deben estar refiriendo a ella claramente.

-¿Por donde íbamos... "emisaria"? Ah... si, estabas a punto de cantar como un canario.

Luthor observaba con cierta curiosidad cómo lo ataban a la silla y examinó la habitación una vez el trabajo quedó concluido, agitando ligeramente las manos para evaluar su calidad.

-Así que... desprecio -pensó para sí-. Muy bien; juguemos.

No creía tener ningún secreto que guardar (al menos, en cuanto al Arca se refiere), pero no le gustaba cómo lo estaban tratando.

-Me llamo Luthor Wayland -se presentó lentamente, con una leve inclinación de cabeza, correspondiendo a su interlocutor- y no soy un espía.

-Y tengo que creer las palabras de un espía que tapa su rostro para que no puedan identificarlo fácilmente. De todo ese pequeño "grupito" eres el más sospechoso de todos...- el hombretón te mira de arriba abajo con claro aires de superioridad- Vamos a hacer esto por las buenas, por el bien de los dos. No veo cicatrices, así que no eres un soldado, y no creo que tu frágil cuerpecito pueda soportar demasiados castigos físicos- Antes de que puedas siquiera replicarlo, el hombre se lanza sobre ti y te propina un puñetazo en el estómago que te revuelve hasta las mismas entrañas. No solo ha golpeado con una fuerza descomunal, propia de un Perfecto, ha golpeado con precisión y presión letales. Ese mismo impacto, desatado, te habría lanzado de la silla... y sigues clavado en la misma posición- Intenta ser más cooperativo, por favor. Para quien trabajáis.

Aquel hombre me caía mal. No estaba siendo nada educado y, desde luego, no pensaba con claridad. Y menos cuando escuché que, parecía, que tenían a la Regente de Tres Ríos "vigilada". Nada de aquello tenía buena pinta.

-¿Espía? El arca pertenece a la Puerta del Dragon. Y fueron ellos los que me mandaron allí. La intención era que, como una emisaria neutral, pudiera investigar lo ocurrido allí. 

¿Un golpe de estado? ¿Querían hacerse con el control del Arca? ¿Por qué creía que era una espía? 

Intento hacer memoria sobre lo que sé de la Regente de Tres Ríos y si la conozco. Podría sernos de utilidad, aunque si la tienen retenida... Poca utilidad tendría... 

Desde hacía años era consciente de que la información era poder, y no estaba dispuesta a ofrecérsela a este hombre. Por el momento guardaría que sé que tienen allí a la regente, aunque desde luego dice mucho de aquello. Al igual que el barco, ¿estaba averiado? 

-Mentiras de una traidora- las venas del cuello del hombre empiezan a palpitar con furia- Mentiras y más...- un soldado entra a la carrera en la sala y saca al general por la fuerza. Esta vez no puedes oír lo que dicen, pero cuando el general vuelve, tiene la tez pálida como si acabara de ver un fantasma.

Sin decir una sola palabra, él personalmente te suelta y un soldado te lleva de vuelta a la celda.

-No, no podría soportarlo -tosió-. Así que, si no quieres matarme, ve con cuidado. Por otro lado, mi concepto de "por las buenas" no incluye atar a mi interlocutor a una silla y acusarle gratuitamente de espionaje. Y si no vas a creer mis palabras, no veo la necesidad de pronunciarlas. Me has dicho tu nombre, y yo te he dicho el mío. Lo siguiente que has hecho ha sido propinarme un golpe en la boca del estómago...

-Aunque, dadas las circunstancias -guiñó un ojo-, lo pasaré por alto. Puedes considerarlo un gesto de cortesía.

Sonrió tras la máscara mientras forcejeaba ligeramente con las manos, moviéndolas de un lado para otro.

Recuerdas ver una sonrisa entre cruel y satisfactoria en el rostro del Perfecto, como sus músculos adquirían una tensión tal que incluso parecía que crecían de tamaño. Recuerdas el sonido de los nudillos del hombre al crujir mientras se preparaba para su siguiente golpe; como su inmenso puño se acercaba casi a cámara lenta hacia tu cara.

Luego solo has visto oscuridad.

No recuerdas que te haya dolido. No alcanzas a recordar que te haya siquiera golpeado. Y cuando te levantas en el suelo de la celda donde te tenían prisionero, estás aturdido, confuso, quizás te duele un poco el cuello pero no estás seguro de porque.

Te quitas un poco la máscara para examinarte el rostro en los restos de lo que esperas sea un charco de agua y casi te asustas al ver el inmenso moratón que ahora cubre toda la parte inferior de tu cara y parte de tu mejilla, además tienes el labio ligeramente cortado. Curiosamente, solo te duele cuando te lo tocas.

Cuando traen a Luthor del interrogatorio está inconsciente. Dos soldados, vestidos con una combinación de túnica y armadura, le han traído a rastras.

Desde el otro lado de la puerta podéis escuchar el sonido apagado de General Chanatos, en lo que solo se puede considerar un amplio abanico de insultos, maldiciones y un uso bastante variado del lenguaje soez, además de amenazas varias sobre la persona de vuestro compañero que incluyen arrancar partes de su cuerpo y volverlas a integrar de maneras ampliamente creativas.

Cuando dejan al hombre tendido sobre la celda, uno de los soldados saca un tónico de los pliegues de su ropa y lo aplica con sumo cuidado sobre el rostro en pésimas circunstancias de Luthor; en condiciones normales le habría roto varios huesos de la cara, labios, una ceja; su cara es un amasijo sanguinolento que, al aplicar el ungüento, recupera gran parte de su salud, aunque quedan evidencias de ensañamiento que tardarán algún tiempo en curarse.

-Decididamente, tienen órdenes de no matarnos -constató, volviendo a colocarse la máscara-. ¡Estoy deseando ver cómo se las arregla con Verith!

-¡Ouch! Vaya, parece que también me duele cuando me río.

-Chicas -susurró-, ¿estáis ahí?

Todos mis planes de fuga y pelearme con mapas y complicarme la vida... a tomar por saco

X^D