Partida Rol por web

-Denzel -pregunta, preocupado-. Denzel, ¿estás bien? ¿Puedes oírme?

Nada de esto es una buena señal. Continúa hablando al muchacho, tratando de llamar su atención, mientras trata de valorar qué es lo que le ha ocurrido exactamente.

En ese momento se percata de que Virgilio no ha acudido y se gira en su dirección.

-¿Virgilio?

-¿Por qué no se mueve?

 Con todo lo que estaba sucediendo, lo peor que pudo pasar fue que Virgilio se sumergiese en sus pensamientos básicamente sin quererlo: su mente le arrastró hacia las profundidades de su mente, y fue tocado por el conocimiento que ignoraba inconscientemente, pero... ¿De qué manera...?

 -Mght... -pestañeó varias veces luego de lo que pareció ser un pequeño trance autoimpuesto, observando velozmente la situación actual para encontrarse que habían logrado zafar al niño del agarre del tentáculo, sin embargo eso no resolvía el problema...

 Tras chasquear los dientes, pasaría a clavar su mirada sobre el niño en brazos de Alice, sin ser necesario que este le correspondiese la mirada para lo que iba a hacer.

Duerme.

  Le ordenó mentalmente, esperando que su subconsciente no se equivocase con aquella teoría...

Ni siquiera supone un verdadero esfuerzo; la Voluntad del muchacho está tan mermada que no ofrece resistencia a la orden mental y cae al instante en  un profundo sueño.

Apenas un instante después, una voz anti-natural resuena por toda la sala.

-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

En el mismo punto donde antes había un portal se vuelve a abrir la realidad, pero esta vez no como un pórtico al otro lado, sino como un desgarro en el mismo aire del que surgen tentáculos enormes que llegan a todas partes con una velocidad pasmosa, apartando escombros y bloqueando el camino mientras la "verdadera forma" del ser finalmente sale a la luz.

La criatura era oscuridad, pura, tangible y viscosa. Apenas podía mantener una forma coherente en esta realidad mientras tentáculos de limo negro se movían de un lado hacia otro en un intento de dar una forma coherente a su ser.

Su mera presencia os despierta terrores ocultos en vuestras mente, pero conseguís a duras penas retener la arcada. Hasta que tres ojos, brillantes como ascuas al rojo, surgen de la amorfa forma. Aquellos órganos eran poco menos que orbes brillantes que parecen enfocarse en cada uno de vosotros y en todos a la vez, puesto que su posición y tamaño cambia aleatoriamente al tiempo que su forma muta de formas inenarrables.

Podéis sentir el odio de aquella criatura, el dolor es casi físico y carga el aire con un olor a petróleo y muerte.

Aquella cosa acierta a formar una especie de oquedad que hace las veces de boca solo para exhalar un aullido sordo que atormenta vuestras mentes con cien imágenes de dolor y muerte.

Algo en vuestro interior grita y se retuerce contra el asalto y lucháis con toda vuestra voluntad para mantener la cordura.

La miasma se yergue hasta alcanzar una altura desproporcionada, su forma oleosa lo abarca todo y es difícil incluso de mirar.

Pero sabéis que no tenéis opción: es vuestra vida o la de aquel ser.

-¿Pero qué...?

Luthor observa, asustado, la masa informe que se yergue ante ellos y, al igual que sus clones, trata de esconderse fuera de su vista. Por lo visto, Virgilio sabía lo que se hacía... sea lo que sea esa cosa, está mejor fuera de Denzel que dentro. Pero no deja de ser un problema serio...

 Si bien lograr dormir a Denzel quitaba una preocupación al grupo, el terror desatado a causa de esto haría considerar al pelirrojo que tal vez no fue la mejor idea. Aquella criatura de estructura indescriptible y caótica provocaría que se le erizase la piel al hombre de ojos blanquecinos, quién a diferencia de Luthor y sus clones se quedaría en su lugar observando fijamente a la amenaza.

 -... -no mostraba miedo en su mirada, pero desde su interior se sentía incapaz de moverse: no podía, no debía, no iba a permitirlo...

-Algún día terminaremos en un sitio con unicornios amables y hadas que nos traigan copas de néctar- Iria usa su impresionante agilidad para lanzar una granada sobre el enemigo- Ojalá ese bicho tuviera alguna debilidad elemental, pero según esto... hoy no es nuestro día de suerte.

La criatura recibió el impacto de lleno, congelando la parte de la criatura donde había impactado la granada. Si el ataque le había echo algún daño, no parecía dar señales de ello, sin embargo... quien sabe si aquella cosa podía sentir algo.

Con su compañero psíquico paralizado, Luthor se recompuso sin problemas, canalizó tanta energía mágica como le fue posible al tiempo que el grimorio respondía a sus hechizos, agitándose salvajemente en el aire mientras un círculo místico en torno al hechicero cobraba forma un momento antes de manifestar la energía arcana en forma de aves etéreas que chocaron de lleno en el centro de la masa amorfa y oscura que era su rival.

El impacto había sido brutal y parte de la masa de la criatura cayó al suelo como un limo negruzco y humeante. Pero la criatura pareció no reaccionar ante el ataque.

En respuesta, lanzó uno de sus apéndices al lugar donde estaba Iria, usando de cuanta fuerza tenía disponible. El impacto fue tan devastador que todos los presentes pudieron oír con claridad como los huesos de la muchacha crujían con el terrorífico impacto mientras su cuerpo era lanzado con furia lejos de la forma principal, chocando estrepitosamente contra otro de los tentáculos inertes a varios metros de donde había estado.

Mientras Iria volaba por los aires, un segundo tentáculo comenzó a canalizar energía arcana, haciendo que un círculo místico apareciera bajo sus pies.

-No me gusta nada -murmura para sus adentros al observar las evoluciones del tentáculo.

Por un momento se le pasó por la cabeza la idea de levantar una barrera arcana para protegerse a sí mismo y a sus compañeros, pero antes de eso debía asegurarse de que aquél ser no utilizaría su magia contra ellos. De lo contrario, ¡estaban perdidos!

Concentrándose, asió el grimorio con ambas manos, y los símbolos de un Sello Místico comenzaron a dibujarse en torno a la criatura, emitiendo una intensa luz de color rojizo...

 Las fuerzas del pelirrojo le abandonaban con cada acción que aquella criatura tomaba contra ellos: las visiones del cuerpo roto de la chica saliendo volando luego de uno de sus ataques solo le hacía dudar de cuanto tardarían en ser los siguientes.

 -Aún tenemos oportunidad...

-Es muy fuerte...

-¡Debo moverme...!

-¡Acabaré destrozados!

 Los pensamientos empezaban a causar un estado de delirio en el psíquico, quién a pesar de todo nunca pudo prepararse para los horrores que habitaban más allá del velo...

Las cosas estaban muy mal, y parecía que sólo podían ir a peor.

El intento de hechizo de Luthor fue repelido por el contra-hechizo que había preparado la criatura. Era una trampa ingeniosa y parecía preparado para lo que estaba a punto de pasar. Nuevamente, preparó un hechizo mientras su tentáculo libre lanzaba un poderoso barrido contra el hechicero, la cobertura tras la que estaba de poco le sirvió para salir volando por el impacto masivo que acababa de recibir.

Iria por su parte solo podía asistir al espectáculo de como su compañero era vapuleado como un muñeco mientras vaciaba el contenido de una segunda poción.

-Cada vez que esa criatura golpea, está a punto de matarnos. Debemos ajustar nuestra estrategia si queremos sobrevivir. Virgilio, por la Diosa, DESPIERTA DE UNA VEZ Y AYÚDANOS.

 Aún con el cuerpo de su compañero volando tras uno de los ataques de la criatura, no seria hasta escuchar el grito de Iria que Virgilio finalmente volvería en sí, momento en el que su mirada se clavaría de manera más firme sobre la criatura a la vez que colocaba sus manos delante de su pecho, simulando sujetar algo que, con esfuerzo, intentaría cerrar más y más, simulando una especie de cúpula invisible que se iría formando alrededor del enemigo en busca de atraparlo y evitar así que continuase atacando.

 -Intentaré retenerla un tiempo: los ataques serán menos efectivos, pero al menos tendremos tiempo para que no nos mate -declaró.

Viendo a su compañero hechicero volar por los aires en una postura francamente peligrosa, Iria decidió que la salud de sus compañeros debía ser su principal prioridad, por lo que se inclinó sobre Luthor para ofrecerle una de sus mejores pociones.

-Aprovéchala bien, es la única que me queda- el rostro de Iria estaba surcado de una notable preocupación, no le quedaban demasiadas de esas pociones y debían encontrar la forma de acabar rápidamente con aquella cosa- ¿Se os ocurre alguna forma de acabar con esto?

A su espalda, Virgilio centra su mente en una trampa psíquica en la que encierra a su enemigo, puede sentir su ira, su odio hacia la vida y su enorme poder hormigueando en sus defensas psíquicas, pero finalmente consigue encerrarlo en una trampa de éxtasis, aunque no estaba claro durante cuanto tiempo podría resistir.

Luthor asiente emocionado a Iria cuando le hace entrega de su poción.

-Gracias -susurra.

No podía permitirse tener amigos. ¿Acaso estaría Máscara de Sombras esperando el momento perfecto para burlarse de él? ¿Existía, acaso, alguna forma de derrotarlo? Debía intentarlo, y jamás podría hacerlo solo. Decide que cuando encuentre algo de tiempo confiará su historia a sus nuevos compañeros, incluso aunque ello entrañe un cierto peligro para ellos... Sin embargo, ahora mismo tienen asuntos más urgentes en que pensar:

-Tiene que tener un punto débil -afirma, aprovechando el movimiento de Virgilio-. ¿Tal vez los ojos?

-Necesitamos un plan, más que conocer sus puntos débiles.- Iria parecía confiada pero estaba bastante claro que la preocupaba el curso de la batalla; una y otra vez miraba hacia donde se escondían el resto de sus compañeros: Lyra y Alice parecían estar bien, pero Denzel está increíblemente pálido, aunque se le podía ver claramente que respiraba tranquilo- Hasta ahora ha tomado el rumbo de la batalla, y con cada uno de sus golpes nosotros nos debilitábamos... Si no podemos huir, tenemos que trabajar juntos.

-Y rápido- un crujido a vuestras espaldas os revela que no tenéis demasiado tiempo, la criatura se está liberando de su prisión- No creo que tengamos muchas más oportunidades.

 -Físicamente es tan real como cualquier cosa, pero dudo que pueda verse afectado por efectos mentales... Estaba dentro de Denzel, él lo tuvo que traer a este plano de alguna manera, entonces debe haber una manera de regresarlo a su sitio... -dedujo el pelirrojo, aún con su mirada clavada sobre aquella criatura en un intento de seguir manteniendo la prisión en la que le había encerrado. -. Otra opción es... El exterior -añadió. -. Si logramos sacarle de aquí de manera "controlada" tal vez podríamos usar a las almas en pena del bosque en su contra, pero si sale mal habríamos liberado a esta cosa de las ruinas...

-No creo que esa trampa pueda mantener a esa cosa demasiado tiempo encerrada- Iria preparó sus espadas y se colocó frente a los dos varones- Si quiere golpearos, intentaré ponerme en su camino y resistir tanto tiempo como pueda, vosotros atacar con todo lo que tengáis; este combate no acabará con nosotros. Quizás si podemos golpearla lo suficientemente fuerte, pierda su forma definitivamente y se pueda destruir.

Como si estuviera respondiendo a la preparación de la muchacha, el halo psíquico que rodeaba la monstruosidad se dispersó y esta volvió al ataque, como si el tiempo no hubiera pasado para ella.

 Tal como se venía advirtiendo desde hace rato, y la propia peliazul pudo asegurar recientemente, Virgilio seria incapaz de seguir reteniendo a la criatura, lo que solo permitió al pelirrojo enforcarse en los alrededores buscando una nueva manera de actuar.

 -Conque golpearla con fuerza... -sin muchas más opciones, el hombre decidiría atender a la idea de la chica y actuar con fuerza bruta.

 En su caso, esta vendría en forma de un gran escombro que, con el uso de sus poderes, levantaría del suelo y se dispondría a arrojar directo hacia la bestia.

-Esta criatura ya es lo bastante peligrosa en el plano físico como para permitirle hacer magia.

Decidido a no desaprovechar la oportunidad que les ha brindado la Trampa de Éxtasis, Luthor se toma su tiempo para preparar cuidadosamente el Sello Místico que la criatura había contrarrestado mediante un potente contrahechizo. Las líneas eran en esta ocasión más intensas; la voluntad de Luthor, más fuerte; la ejecución, más precisa. Por otra parte, el telépata había liberado la Trampa justo antes de de que el Sello fuera completamente conjurado. ¿Tendría tiempo aquél tenebroso ser de intentar un contrahechizo?

-Poco importa -piensa mientras el último símbolo termina de formarse.

-La suerte está echada.

La criatura se vio repentinamente abrumada por los sucesivos ataques. Aunque el escombro calló con una tan brutal que gran parte de su cuerpo quedó reducida a una plasta oscura, otras partes ocuparon el lugar en el extraño amalgama. Iria, por su parte, se lanzó al ataque con todas sus fuerzas. El ataque inicialmente parecía no demasiado preciso, pero la muchacha usó su ingenio para, en el momento en el que la forma se movía, usar su propio movimiento para arrancar finalmente un gran pedazo de masa viscosa que cayó a varios metros de distancia.

Incluso abrumada, la criatura aún resistía, y mientras que con uno de sus tentáculos se apartaba a la molesta muchacha de pelo azul, haciendo que su menudo cuerpo cayera en una posición imposible y con un espantoso sonido de huesos rotos, con la otra comenzó a dibujar un sello místico, sin embargo, las líneas de prohibición del hechizo de Luthor hicieron que la criatura no pudiera canalizar su propia energía.

Una mueca de horror retuerce el rostro de Luthor, que recuerda cómo Iria, retorcida en el suelo, había compartido con él su poción hace tan solo unos instantes. La desesperación deja paso a la furia. Ambos sentimientos son viejos conocidos del mago, que no encuentra la más mínima dificultad en canalizarlos hacia un solo objetivo: destruir a la criatura que tiene delante. Sabedor de que su Sello místico ha impedido un contraataque mágico, Luthor se prepara para levantar una Tormenta Arcana de proporciones épicas.

La ingente densidad de energía mágica acumulada en el tenebroso recinto a lo largo de los siglos se agita ante la llamada del hechicero, surgiendo del suelo, de las paredes, y desde el mismo aire, condensándose a través de los distintos planos de existencia hasta formar una masa prácticamente tangible. La tensión aumenta hasta tal punto que descargas de color azulado se hacen visibles alrededor de su cuerpo, propagándose por toda la estancia. El ambiente se torna sofocante incluso para los seres carentes de la más mínima percepción mágica.

Luthor aprieta los dientes e intensifica la potencia del conjuro, focalizando las corrientes mágicas en un vórtice cercano al centro de la estancia. Las líneas muestran una enorme resistencia. El movimiento, inicialmente caótico, adquiere inercia poco a poco, aumentando la velocidad de rotación al tiempo que disminuye el radio de giro. Las descargas son cada vez más frecuentes y virulentas, arrancando trozos de piedra y provocando enormes tiznajos carbonizados en los puntos donde impactan contra el suelo o las columnas.

Los truenos se suceden en una cadencia tan alta que acaban fundiéndose en una única traca ensordecedora. La furia del hechicero ha sido completamente transferida a la Tormenta, dejando su mente en blanco; toda su voluntad centrada en evitar que la tempestad adquiera vida propia. Todavía no. A través de las descargas centelleantes, Luthor percibe con total nitidez la presencia de su enemigo. El tiempo permanece congelado un instante, en el que la toda energía colapsa hacia un único punto.

La implosión desata un extraño vacío en la sala, que queda sumida en el más absoluto silencio.

Durante un instante.

Exhausto, Luthor libera el poder de la Tormenta en dirección al monstruo. La energía arcana arrasa todo cuanto encuentra a su paso. Los escombros vuelan en todas direcciones, mezclados con negros jirones de la obscena substancia que daba cuerpo a la criatura. Los rayos crepitan salvajemente; su fulgor cegador inunda la estancia, y el volumen de los truenos alcanza niveles difícilmente soportables. No resulta fácil discernir si es solo la habitación, sino la realidad misma, la que se tambalea violentamente, desmoronándose con estruendo; cayendo a pedazos sobre sus cabezas. Las rocas se precipitan sobre el suelo, rompiéndose en mil pedazos.

Luthor vuelve a mirar hacia Iria, iluminada por el débil reflejo azulado proyectado por los últimos retazos intermitentes de la Tormenta.