Partida Rol por web

sabia que tendriamos que haberlos matado

Valenso sintió un profundo escalofrío que le heló el corazón. Era sencillamente demasiado. Demasiado grande, demasiado poderoso. Demasiado mágico.

- Maldita brujería - murmuró tratando de desembarazarse del miedo. Y un solo pensamiento atravesó su cabeza. Si mataban al mago tal vez los seres desaparecieran. O huyeran.

O lo que fuese.

Así que decidido a eliminar a Hernandez antes que las quimeras pudieran golpearle, y rezando para que eligieran a otros antes que a él para atacarle, Valenso cargó contra Hernández

Domingo empezaba a estar cansado de encontrarse tantas cosas imprevistas. "Pero cuanta gente hay en esta prisión(Y a parte los monstruos)? Y Amra? Eso no era una leyenda? Que cojones hace en Zíngara? No estaba muerto?"

Ensimismado en sus pensamientos, no se da cuenta de lo que tiene delante hasta que Vizarro empieza a correr hacia Hernandez.

Fugazmente, el pirata desenvaina sus armas, listo para cargar junto a su compañero, pero un ruido un poco más a la izquierda los distrae.

Al ver tan monstruosa abominación, Domingo se caga las patas abajo (Pero sin que nadie lo note.)

Dudando si cargar o salir por patas, observa a su amigo Vizarro, caer por el agujero del pozo.

"Mierda! Maldito cabrón!" Piensa, ya que está demasiado asustado como para articular palabra alguna.

"Lo pagarás muy caro, Hernandez..." En un intento de coger carrerilla, Domingo siente una punzada en las piernas. "Maldita sea, estoy hecho polvo, casi no puedo ni moverme."

Con sangre fría empieza a barajar las posibilidades que tienen. "Por donde hemos venido está Amra, que SEGURO que nos matará a todos. A esos bichos no me puedo ni acercar y Hernandez está haciendo algo raro, MUY raro..."

Despacio y casi inconscientemente, Domingo se dirige hacia una de las esquinas, intentando apartarse de la puerta y alejarse lo máximo de las bestias.

De repente, el nordheimer sale corriendo hacia Hernandez, aun con espada en mano y se lanza hacia el, en un intento de derribarle y tirarle por el pozo, gritando su mas temido grito de guerra para darle fuerzas.

la tiradaen otro post, para no cambiar de opinion

Halgar retrocede unos pasos al comprobar lo que escondían las jaulas, con los ojos abiertos de par en par. Al otro lado, Vizarro y Hernández saldan sus cuentas pendientes con mal resultado para el que hasta ahora había sido su guía. Aunque su instinto le pide atacar al zíngaro hasta dejar sólo los despojos, el miedo agarrota sus músculos.

- Mierda, vámonos de aquí!

uuis ke me acojono

Tras los primeros instantes de confusión, el Aesir carga contra Hernández con todas sus fuerzas. Es posible que acaben muriendo a manos de aquellas criaturas, pero al menos ese malnacido descansará en aquel pozo con el infeliz de Vizarro.

Temujin disparo su arco mientras corria con los demas para alejarse de la criatura. Quiza abatiendo a Hernandez podrían salir de alli.

El brujo Zíngaro, está apunto de completar su ritual, mientras las enormes bestias se avalanzan sobre vosotros.

En presos del pánico y el miedo, intentáis salir de la sala tan rponto como podéis y Hernandez está justo en el medio.

Continuar su ritual se hace casi imposible mientras trata de defenderse, y cuando Halgar casi lo parte por la mitad con su enorme espada cáe de espaldas al suelo con el vientre rajado y las tripas empiezan a brotar de la herida, salpicando sangre vilis y eces.

El fulgor de las manos y la cuenta del ojo de Hernandez se vuelve inestable e intermitente, el mismo brillo morado y amarillento sale de las heridas que le habéis echo, y cada vez la luz se hace mas intensa en su interior, como si las energías demoniacas que está invocando se concentraran en su cuerpo en lugar de salir de él.

-Bgwaaaaaaaaaah!!

Un grito de sufrimiento agónico es lo único que es capaz de decir Hernandez, con una voz horripilantemente distorsionada, como si procediera de un lugar muy lejano, gutural, casi avisal.

Mientras grita la las energías místicas que se acumulaban en el empiezan a sobresalirle del pecho en forma de un orbe incandescente, al tiempo que se forman, de las sombras tintineantes que prollectan las antorchas que iluminan la habitación  tanto las vuestras, como las de las quimeras, como las de los muebles y todo aquello que hay en la habitación, ceintros de diminutos espectros, que se arremolinan al rededor del orbe, vaporosos, oscuros, como un velo oscuro y raido, con formas muy vagamente humanoides.

Los espectros oscurecen totalmente el orbe y este desaparece, en una fuerte ola de viento que os hace cerrar los ojos un instante.

En cuanto los abrís las luces, los espectros y el orbe han desaparecido, la iluminación de esta sala vuelve a ser la habitual, y vuestras sombras vuelven a estar bajo vuestros pies, tranquilizados, o inquietados por haber visto la naturaleza de las sombras, es cosa vuestra.

Todo esto ha sido real? Estáis delirando? No importa, no hay tiempo ahora para filosofar, o decidir si estáis locos o no. Aun no estáis a salvo.

Hernandez está tendido en el suelo, sangrando y desvalido, solo por el lamento de morivundo que emite podéis notar que aun sigue vivo. (lo habés dejado a 0 XDD, pero como no tiene mas poder mágico y el tio está drenado por todas partes, supondremos que está indefenso).

Las dos quimeras siguen en la sala, para vuestra desgracia. Y no han parado su avance furioso. Pero cuando Hernandez queda incapacitado y todas las fuerzas demoniacas se han disipado, han quedado muy aturdidas, como si algún hilo mágico las manteniera unidas a Hernandez de algún modo. Tiempo que Mariano no desperdicia para correr con Fernando y Julian a sus hombros, pero no corre mucho.

Pero algo si ha canviado para vosotros, las dos quimeras empiezan a encojerse, del mismo modo que se han agrandado antes. Cuando llegan a vosotros son algo mas grandes que un caballo, pero no por eso dejan de ser peligrosos.

Las dos bestias, ahora de vuelta a su tamaño natural, si se le puede poner ese adjetivo a estas abominaciones, se lanzan sobre vosotros.

El monstruo con cabeza de toro se corre tan rápido como sus deformes patas le permiten, cargando con los cuernos de una de sus cabezas con una fuerza asombrosa. Clava sus cuernos en el pecho de Halgar y lo alza y voltea. (9 de daño, reduces 6 así que solo 3)

El Norteño sale despedido varios metros atrás y la quimera con forma de toro lo sigue mientras resopla por las fosas nasales de sus tres cabezas.

Por desgracia para Halgar cuando va a caer al suelo, no choca contra él, sino que cae por el enorme pozo precipitándose al vacio.

El toro a su vez no ha podido frenarse a tiempo y tropieza con el altar de frente al pozo, por lo que cae también por el (nueva escena)

Mientras tanto, arriba, el ser con formas felinas trata de hacer pedazos a Wulferic con sus grandes garras, pero el Aesir y sus reflejos salvajes consiguen evitarlo, bloqueando con su espada en el último instante, y lgra no ser herido.

Halgar y el toro se precipitan en una caida larga y pronto desaparecen en la oscuridad del pozo. Mientra, Hernandez sigue agonizando en el suelo y la bestia leónida os ataca. Mariano ha dejado caer su espada y carga con Julián y fernando lejos del peligro, hacia la siguiente habitación, pero se mueve lento debido al peso.

Que haréis?

A pesar del intento de embestida de la bestia, el norteño sigue en su empeño de arrojar a hernandez por el pozo.

Rematar a un enemigo indefenso (golpe de gracia) es una acción de asalto completo que provoca ataque de oportunidad.

A todos el mundo menos a los piratas de nvl 2 o mas ("seguir camino de sangre y muerte") que lo hacen como acción gratuita, así de guais.

También puedes atacarle y luego salir corriendo, pero pudes fallar y tal...

Lo digo por si lo queréis tener en cuenta.

creo que mi personaje no es capaz de razonar ahora mismo, iba como un loco a por el brujo, sin importarle lo demas. asi que creo que deberia de ir a piñon fijo a por hernandez y luego salir corriendo. o al menos asi lo creo.

Al ver como Wulferic se dispone a rematar a Hernández varias cuestiones se pasan por la cabeza de Valenso. La primera es, por supuesto, lo útil que podría ser tener al brujo prisionero. La información que se podría obtener, que propiciara un cambio dinástico a su favor, sería impagable.

Pero luego recuerda que es Hernández uno de los responsables de la debacle de su patria, e igualmente de lo que ha visto. No tiene esperanzas de poder controlar a alguien así, y su brujería es, sin duda, demasiado peligroso

- Que acabe con él - piensa para sí mientras, al ver que la quimera toro y Halgar caen por el tunel, y solo queda la quimera león, se adelanta hasta esta y adopta una postura defensiva, para dar tiempo a Wulferic a acabar con ella.

- ¡Aquí ya no hay nada que hacer. Remata a ese cabrón, y vosotros, id terminando y salgamos de aqui!