Partida Rol por web

Asesinato en Córdoba

III. La huida

Cargando editor
25/05/2014, 23:59
Narrador

Cuando Gracián golpea con la suya maza a Bernardo, la psicosis cunde de nuevo entre el gentío que abarrota la plaza. ¡Son ellos! ¡Intentan silenciar al suyo cómplice! son algunos de los gritos que se escuchan por doquier cuando el vuestro "fanático religioso" particular cae inconsciente por el brutal golpe, ante la mirada atónita de cuantos vos rodean.

Tal como pasara hace apenas unas horas a la salida de lo que otrora fuere el Mesón de Don Fadrique, una marabunta de gente furiosa, bien por el pánico, la escasez que empezaba a abundar en la ciudad o por motivos religiosos o morales, se abalanza contra vosotros con sed de sangre. Mientras Bernardo es pisoteado sin piedad, vos dais cuenta de que es hora de partir si queréis seguir con vida, pues ningún ¡Alto a la guardia! parece capaz de calmar a aquestas gentes.

Por un lado, un grupo, liderado por Ishaq, buen conocedor de su Córdoba natal, echa a correr en pos de la collación de San Lorenzo a través de las callejas más estrechas, intentando perder a los suyos perseguidores. Por otro lado, el grupo que iba a llevar a Gracián al cuartel consigue huir también, aunque con más dificultades (pues aunque Martí está en buena forma, Gracián et Pedrinho non son precisamente lo que diríase veloces).

Notas de juego

Marcaos por separado a partir de ahora: Ishaq, Yunus, Zacarías y Rodrigo por un lado, y Gracián, Pedrinho y Martí por otro.

Cargando editor
26/05/2014, 01:17
Narrador

Tras dejar atrás al violento gentío, con alguna dificultad (pues a Yunus cuéstale seguir el ritmo), el aliento vos falta cuando llegáis al fin a la collación de San Lorenzo, una de las zonas más peligrosas de la ciudad según se cuenta. La suciedad en las calles es mucho mayor, et un hedor insoportable inunda toda la collación al parecer. El aspecto (et el olor) de quienes vos cruzáis non es mucho mejor que el de las calles. Gente de baja estofa os mira de reojo, algunos desafiantes et otros con miedo al ver la capa que porta Ishaq.

Sea como fuere, non pasáis desde luego inadvertidos. La calle está abarrotada de gente, et sin ninguna señal, non parece tarea fácil encontrar a los tales Alfredo et Hassán.

Cargando editor
26/05/2014, 01:23
Narrador

Tras dejar atrás al violento gentío, con alguna dificultad (pues a Gracián et Pedrinho cuéstales seguir el ritmo), el aliento vos falta cuando llegáis al fin a un lugar seguro. Non sabéis muy bien dónde estáis, pues non sois conocedores de la ciudad, mas hay un mercado cerca et varios edificios con rótulos et estandartes* en las suyas puertas. Podría tratarse pues de lo que en otras ciudades conócese como "distrito comercial".

Notas de juego

Una tirada de Memoria o Leer y Escribir os ayudarán con esto.

Cargando editor
26/05/2014, 03:19
Pedriño "O Maruxo"
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
26/05/2014, 09:04
Yunus ibn al–A'war

Sería tan difícil encontrar a los dos sicarios como encontrar una lenteja en un granero. La cosa se complicaba por momentos; casi nos habian linchado nuevamente al salir de la judería y ahora, en los barrios de bajos fondos, la gente de baja catadura nos lanzaba miradas agresivas ─Ishaq, credo vuestra capa non reportarános más que problemas por aquestos lares. Deberíais de guardarla.

Cargando editor
26/05/2014, 09:07
Zacarías ben Eleazar

─Maestro, ¿cómo encontraremos a esos dos hombres? ─pregunta el zagal con nerviosismo. Nunca había estado en este lado de la ciudad.

Cargando editor
26/05/2014, 09:08
Yunus ibn al–A'war

No lo sé Zacarías ─respondo al nervioso muchacho ─quizá si fazemos sonar la bolsa soltemos alguna beoda lengua de taberna.

¿Qué opinades vosotros? ─pregunté a Ishaq y al de Baena.

Cargando editor
26/05/2014, 11:13
Martí Carbonell

"Otra vez igual" pienso al ver el gentío que viene hacia nosotros, una mirada al suelo sirve para comprobar que Bernardo a quedado inconsciente, mientras la muchedumbre se acerca y varios le golpean, "es momento de salir de aquí" el pensamiento me viene a la cabeza y rapidamente corro para salir de ahí, no sin dar o recibir algún que otro golpe o empujón.

Algo desorientado y cansado, miro atrás tratando de ver si Pedriño y Gracián siguen mis pasos, tras comprobarlo, callejeo sin ningún rumbo al que poder seguir, tras unos minutos, parece que hemos dejado atrás a la muchedumbre -Espero que el resto también haya tenido suerte- digo a Gracián y Pedriño.

Me quito la capa de la guardia y la escondo entre mis ropas mientras recuperamos un poco de aire.

-¿Alguno sabe donde estamos?- pregunto mientras contemplo los estandartes que cuelgan de los diferentes edificios y lo que parece un mercado.

- Tiradas (1)
Cargando editor
26/05/2014, 18:36
Ishaq ben Abner

¿"Tabernas"? ¿"Sonar la bolsa"? -parafraseé a Yunus mientras me quitaba la capa con gran pesar debido a tenía cosido la cruz del Rey David y símbolo de mi pueblo-. Entonces la doblé con cuidado y la escondí bajo una piedra o teja (pues estaba rota y ya ni se sabía qué era), en un callejón cercano.

Veréis, señor Yunus -les dije a él y a su zagal-, desde que era pequeño que viví en la aljama, pero al morir el padre mio que me tuve que hacer a las calles. Et que viví por aquí, si mal no recuerdo. Aquí las tabernas, pese a muchas en Córdoba, no son sino centros donde los maleantes van a parar; et que de no ser aquesto, que allí sólo van vagos y vagabundos cuando los dejan entrar en sus locales... Veréis: iremos al pórtico de la iglesia de San Lorenzo, si os place; allí, en su pórtico de entrada, se agolpan criminales, mendigos y "malasvidas" que saben decir más con un pestañeo que lo que quizá un alguacil diríate por un saco de maravedíes... Es un lugar concurrido y con vida, y ni tan siquiera los alguaciles se atreven a ir en patrullas por lo peligroso que és.

Entonces miré de uno a uno a mis otros compañeros.

Es más, que el buen criminal no es chivato -algo me reconcomía por dentro al decir ésto-, y que si alguno reconócenos con lo del tal Bernardo, que no lo dirá: que se llevará antes él puñada por "lengua larga" que nos por falsos instigadores.

No era ducho con espadas o escudos, pero conocía Córdoba casi como la palma de mi mano. Sabía del peligro, pero puestos a elegir mejor el peligro criminal que el peligro alguacil...

Cargando editor
26/05/2014, 22:35
Rodrigo de Baena

Rodrigo había seguido al viejo poniendo fe ciega en él, al fin y al cabo el anciano parecía conocer la ciudad, algo que el de Baena no tenía ni idea. Pero a medida que adentrábanse en aquellas callejas malolientes y veía las miradas torvas posadas en ellos, comenzó a entrarle las dudas de haber elegido bien. Aquellos lugares sólo podían albergar maleantes y pordioseros y no veía manera de sacar algún provecho de allí. Y más se afianzó en aquella idea oyendo lo que decía el joven Ishaq.

- Yo no conzco ni ésta ni otra parte de la ciudad, ya que nuevo soy en ella, pero lo que no me parece a mí que sea buena idea es enseñar la bolsa al primero que nos topemos, que aquí parezme a mí que hay demasiado maleante y no me veo saliendo con vida de ésta. Quizá sea buena idea ir a donde dice Ishaq mas... ¿cómo podremos hallar respuesta sin salir a malas con las preguntas? Quizás esos dos que buscamos no quieran ser encontrados.

Cargando editor
26/05/2014, 22:56
Narrador

Faces memoria et non cuéstate trabajo recordar el emblema de los banderines que cuelgan de uno de los edificios cercanos. Trátase del emblema del gremio de Tejedores, el mismo que portaba un omne con el que cruzáraste durante el tuyo camino hacia Córdoba un par de días atrás.
 

Cargando editor
27/05/2014, 00:48
Pedriño "O Maruxo"

Entre a xente, el tanto correr y la sangre derramada era difícil, moito, saber dónde estábamos. Miré a Gracián, que corría justo delante de mi, tratando de alcanzar a Martí que daba vueltas como un poseso en medio de la calle. Parecía que no se hallaba en la ciudad, y de hecho preguntó. Si algo me habían enseñado en Lugo era el distinguir bien os pendois de las casas "como un buem rapaz instruido". Así que mientras recobraba el aliento y procuraba que los pestiños siguiesen en mi estómago miré los colores azules y blancos del lugar.

— Tranquilo, ra...ra...ra...rapaziño. Ese banderolo de aquela esquina — dije apuntando con el dedo — es dos texeidores, los tejedores. Debemos estar en su gremio. Creo que pu...pu...puedo chegar al cuartel...

Luego me presigné, pensando en la que habíamos librado y esperaba como Martí y Gracián, que el resto de los guardias hubiesen de sobrevivir a aquel infortunio. Hacía la señal de la cruz cuando me acordé otra vez de la capa.

— Y... y... ¿si coxemos un poco de ropa? Si hay texeidores elos tienen de eso... creo. — miré al mayor del grupo, como esperando su consentimiento. — Eu digo para cambias as nosas ropas y pasar más desapercibidos.

Cargando editor
27/05/2014, 10:12
Yunus ibn al–A'war

Me alegré de que Ishaq hubiera venido con nosotros. Las cosas eran como eran; yo conocía gran parte de la ciudad, muchas personas influyentes y era docto en multitud de temas, pero en lo que se refiere a los bajos fondos y a la gente de mala calaña mi ignorancia era tan grande como peligrosa.

Asentí a Ishaq ─Fazed de guia entonces, pues yo non acostumbro yo a visitar aquestos lares. ─me tranquilizó que al menos se deshiciera de la capa.

Cargando editor
27/05/2014, 16:06
Gracián de Alcaracejos

Tras comprobar que el golpe había dormido profundamente a Bernardo, Gracián reposó tranquilo por un segundo. La felicidad, sin embargo, no le dudo mucho. Cuando la marabunta se les abalanzó encima, le vinieron de nuevo los agobiantes recuerdos de la carrera nocturna del día anterior: sudores, respiración entrecortada, aire caliente y escaso... No, por Dios, ¡todo menos otra carrera por esta ciudad infernal!

Aunque no quisiera, Gracián se vio obligado a correr, y vaya que si corrió... Cuando el joven Martí decidió que ya era conveniente detenerse, el pobre soldado ya no sabía donde estaba. De hecho, solo veía fachadas medio borrosas y llenas de puntos luminosos. El aliento le faltaba y era incapaz de hablar, ocupado como estaba en inspirar con la boca desencajada. Oía discutir a sus compañeros discutir sobre donde estaban, aunque parecía una conversación lejana y totalmente ajena.

Por suerte Pedriño, que no parecía estar mucho mejor que él, se situó un poco y comentó algo de comprar unos ropajes. Poco a poco, fue recuperando los sentidos y fue capaz de responder de forma entrecortada. Aaaarfff... paremos y compremos buuuffff... algo de ropa. Aaaarrggf yo no puedo más buuugf con mi pobre alma...

Notas de juego

Por cierto, entiendo por lo que has escrito antes que a Bernardo lo hemos perdido por el camino... No había ninguna opción de salvarlo? Cuando lleguemos al cuartel con los brazos vacíos va a ser divertidíssimo...

Cargando editor
27/05/2014, 20:05
Ishaq ben Abner

Quizás unas monedas, tal cuáles -aclaré al de Baena-. Quizá si a uno de aquellos tipos le prometes un plato caliente de sopa y unos menudillos con algo de queso te cuente cosas, sean ciertas o sean rumores (y los rumores suelen ser verdad por estos lugares...). Pues si gustáis, puedo guiaros -les dije* a mis compañeros-.

Notas de juego

*Espero no haberme extralimitado en ésto , máster. Ya te dije que conocía Córdoba de mi campaña, y aparte Ishaq "vivió" aquí tiempo ha.

Cargando editor
27/05/2014, 20:17
Narrador

Notas de juego

Efectivamente, no hubo forma de cargar con Bernardo. La gente se abalanzó sobre vosotros al ver cómo intentábais silenciarle, y la última vez que le visteis se perdió en una maraña de escuálidas piernas que le pisoteaban de camino a vosotros ;)

Cargando editor
28/05/2014, 00:12
Narrador

Bajo alguna que otra mirada de extrañeza llegáis, a través de las calles más inmundas y embarradas de Córdoba, al pórtico de San Lorenzo, con Ishaq a la cabeza. El pórtico, que cubre la portada principal, está atestado, como de costumbre, de ladrones, mendigos et gentes del mal vivir, contrastando con la portentosidad de la iglesia, construida sobre una antigua mezquita. El sol acércase a mediodía tras la desvencijada imagen de San Lorenzo que corona el campanario, construido sobre el antiguo alminar.

Notas de juego

Nada, nada, es un placer ;)

Por cierto, Rodrigo, ¿tú qué hiciste con tu capa cuando te la quistaste? ¿La llevas encima, o también la dejaste abandonada como Ishaq?

Cargando editor
28/05/2014, 21:46
Pedriño "O Maruxo"

Miré a Gracián un poco embobado pos no era la mía intención gastar diñeiros, más bien tomar la ropa prestada... amparados por a xustiza. Pero como me dijo pai, dónde hay patrón no manda marinero; cerré mi boca y señalé una de las casas de los texeiros. Seguro que tendrían capas mejores que aquelas. Ya de gastar maravedíes, que fuesen en un buen paño, carallo.

— ¿Ahí? 

Pero no fui. Que foran elos primeiro, por si acaso la bicha, el diablo, andaba cerca, que bien pareciese que nos había mirado un bizco por la mañana. Además aquel sitio era donde mandaba el tal don Honesto... hasta que apareció morto et bien morro en la posada. Bueno sería que no nos relacionasen allí con aquel hideputa de Bernardo de los mil nombres y religiones. Penselo pero también callé eso, que no quería asustar a os meus amigos.

Cargando editor
29/05/2014, 00:53
Yunus ibn al–A'war

El sol castigaba con fuerza aquellas calles decoradas con suciedad y barro. Los mendigos amontonados recordaban a ratas hambrientas, y los ladrones eran como escuálidos gatos al acecho de cualquier presa tan incauta como para caer en su sutil y peligrosa danza macabra. Omití cualquier comentario de la situación, pues la evidencia de nuestra delicada situación era tal, que de poco más que para aumentar nuestra preocupación servirian mis palabras...

─Vos seguimos Ishaq.

Cargando editor
29/05/2014, 15:56
Ishaq ben Abner

Por una vez yo guiaba al grupo de, ahora, antiguos alguaciles; y diría que fuera placer en habiéndose seguido el tal Yunus y su pupilo, et también ese pardo, Rodrigo. Mas que hubiéralo dicho de no ser porque sentíame yo un poco a desgana del lugar donde íbamos, et que al poder ponerlos en peligro, más que placer fuera aquello motivo de rechiste posterior... Y es que precisamente no íbamos a tratar con simples "malavidas", sino que San Lorenzo, por muy Santo que fuera su gran nombre, albergaba la mayor parte de la malicia de la bella Córdoba, toda ella concentrada en pocas calles... Sería mejor no nombrar el nombre del "Arrancac...", quiero decir, demasiados detalles a mis compañeros sobre la zona.

Mantened los ojos abiertos, et hablemos lo necesario -les murmuré por lo bajo a los mios amigos-.