Partida Rol por web

Kayah bajó las manos y obedeció. Miró a sus dos compañeros. 

—Hagamos lo que dicen, por ahora. 

En verdad, lo único que estaba haciendo era buscar un buen momento para contraatacar. Mientras tanto, observó a su alrededor, pendiente de cómo podían escurrirse en dirección a los líderes. No era su problema, desde luego, pero estaría bien presenciar esa reunión de alguna forma. 

No entendía muy bien que pasaba, empezaba a ser una mala costumbre en ese lugar. No le gustaba.

Pero la gente y ellos mismos debjían serán protegidos, no consideraba aquella exhibición agresiva como un ataque (aun) era consciente de que desconocía demasiadas cosas, y desde el inicio no comprendió demasiado esas formas de entretener a la gente que esperaba a un avatar, que Nou intuía que tal vez no acudiera.

¿Había perdido el tiempo? No, el gran árbol le había guiado hasta allí por algo, y empezaba a saber el porque.

Movió sus brazos rítmicamente, llevando su cuerpo hacia la bahía y hacia esas personas, no quería atacar si no era necesario.

El furor me invade. Sudo helado y mis manos quieren tomar fuego y atacar, a como hacía antes.

Mis pies se clavan en el suelo y mi ser también, inerte, ni siquiera debato, ¿es que será este el camino final?, ¿lo que he buscado?, ¿he de ser bueno usando mi fuerza?

Algunas noticias habían llegado a Ba Sing Se hacía años, cuando el Avatar Korra tuvo que combatir un grupo de sectarios. Aquella situación me hizo recordar inmediatamente ese episodio, y no pude evitar soltar un suspiro de aburrimiento.

El fuego azul se propagaba a gran velocidad y se dirigía a nosotros. Para mi sorpresa, el chico encapuchado desplegó un muro de agua para protegerse, moviendo sus manos siguiendo un ritmo armónico.

Inmediatamente reaccioné, golpeando el suelo con mi pie izquierdo y levantando los puños. Una piedra brotó del suelo y cubrió todo mi frente. El escudo estaba preparado.

Agradezco que todos cooperen — dijo el maestro al ver que todos los maestros bajaban la guardia y permanecian espectantes ante él. — ahora por favor todos los no maestros coloquense hacia la derecha. 

Maestros — comenzo el monje de fuego — diganme ¿acaso no estan cansado de este nuevo orden mundial? ¿no estan hartos de que los no maestros tengan tanto poder sobre nosostros? Miren lo que el Gobierno de los no maestros nos ha dado. Dos guerra, la furia de los espiritus. Y la muerte del ciclo Avatar. 

esto ultimo causo un gran revuelo entre todos los presentes, maestros y no maestros.

Con el ladrón arrinconado, Shio se mostraba firme y algo cansada. Ella tenía el dinero que le daban en la isla de los maestros aire para poder ayudar a las personas como misionera, así que lo sacó de su túnica y se lo mostró al chico.

- Te lo daré si hablas. Si no lo haces, te llevaré inconsciente con Tenzin y que él decida qué hacer. Créeme, él no es tan generoso. Al fin y al cabo, tú y yo somos iguales - volvió a guardar la bolsa para seguir apuntando al chico.

- ¿Serás un chico bueno? Puedo ser bonita, pero no indefensa -.

Los relampagos vinieron desde la entrada Este del anfiteatro, junto con una gran cantidad de personas que esta entrando en este. Y aunque no habia cundido el panico entre las personas si habia cierto aire de intranquilidad que termino de convertirse en panico cuando los 12 maestros fuego redirigieron su llamaradas de tal maneras que las otras 2 entradas al anfiteatro estaban bloqueadas por grandes muros de fuego 

Por favor, por favor. Les pido que no se alarme. — la Voz del hombre llegaba desde el escenario una de las puertas bloqueadas. Segundos despues un hombre atravezo las llamas, aquel que hablaba tenia ropas de un maestro aire, pero la llama que tenia encendida en la mano declaraba lo contrario.

Nadie aqui esta en peligro. Por ahora. Solo cremos unos minutos de su tiempo. se que tanto el precidente como lo lideres de las cuatro naciones deberan llegar en breve, una vez hayamos hablado con ellos podran irse.

El hombre se dirijio hacia el escenario donde se econtraban los maestros fuego.

Ah, y por favor a todos los "maestros" aqui presentes. No les aconsejo que intenten ser heores. Hay muchos mas peligros al rededor del Anfiteatro que, les aseguro seran mas dificisiles de enfrentar que un puñado de maestros fuego.

Todos los maestros que habian preparo sus elementos para el combate comenzaron lentamente a disminuir sus emanaciones de Chi.

El hombre misterioso sonrio.

El joven maestro aire frente a ti cayo de rodillas preza del panico.

Tras la primera oleada de fuego el escuadron liderados por el Oni Bender se quedo soprendido cuando dos maestros, uno de tierra y uno de agua habian protegido a un gran numeros de civiles al usar su Control para crear una pequeña barrera.

Acaso, osan interponerse al ejercito liberador? — el Maestro Oni dio un gran salto impulsado por el fuego control, y llego muy cerca de los tres maestros. — Prefieren que los no maestros sigan su injusto jugo contra nosotros? que fuimos bendecidos por los espiritus?

El maestro no espero respuesta y ataco al maestro agua y a la maestra tierra con un golpe en arco de fuego negro.*

Es un farol, seguro. Tenía que serlo. Era estúpido, ¿cómo podía eso llegar a suceder siquiera? Era de locos pensar que era culpa de los que no tenían control. 

—No le escuchéis —susurró—. No dejéis que entre en vuestra cabeza... —insistió. 

Y señaló hacia donde iban a reunirse. Necesitaba escuchar la verdad, no lo que vociferaba para causar reacciones en el público recluido. 

Recibo el impacto de la llama y me dejo desplomar como muñeco.

Ya en el suelo me quedo desenfocado y sin preocuparme hasta que fugazmente me levanto y lanzo una bola de fuego hacia los ojos del atacante sin inmutarme o mostrar indicios de duda.

Este será el camino que probaré.

Atacar a civiles indefensos, y procurar golpearles a ellos, eso era un ataque que podría herir a muchos, no sólo eso; el tipo grande cayó al suelo. Por suerte se levantó rápido, pero eso era sobrepasar la linea, con heridos no iba a limitarse a la defensa.

- Ningún no maestro nos ha atacado, ¿más no es hipocresía críticar a otros cuando eres tu quien les ataca? Deberías refrescarte un poco.

Movió de nuevo sus brazos, como el oleaje rompiendo en forma de ola, haciendo que el muro de agua se ablandara hacia ese tipo, y con intención de arrasar las llamas que pudieran haber.

Resoplé, harta ya de un combate sin sentido alguno. ¿Por qué nos atacaba un enmascarado ridículo con ideas estúpidas? Aquella no era una buena forma de pasar mi tarde, pero al fin y al cabo, había que reaccionar o morir chamuscada.

Le di un golpe al suelo con mi pie derecho y multitud de piedras del tamaño de puños saltaron al instante. Inmediatamente hice una vuelta en redondo y golpeé el aire con ambos brazos, provocando que todas las rocas salieran disparadas en dirección al enemigo, como si de una lluevia de pedruzcos se tratara.

El maestro vestido como monje bajo de la tribuna y comenzo a pasearse por el publico de maestros, este se detenia cada cual para hablarle, de una manera que nadie mas podia escuchar lo que decia.ç

Pero luego de que este pasara por un grupo de maestros tierra, los maestros respondieron a sus palabras con un "Viva Ciudad republica y el gobierno del precidente" Tras aquello los maestros comenzaron a atacarlo. Otros maestros vieron esto como la oportunidad para atacar a sus captores y no dudaron en ir contra los maestros fuegos y salvar a los civiles. 

Pese a la velocidad del maestro fuego, para esquivar dos de los tres ataques dirigidos hacia él, no fue lo suficientemente diestro para bloquear el golpe de la maestro tierra. El cual lo hizo retroceder.

Pero los otros soldados salieron a cubrir a su lider lanzando fuego control contra los tres maestros. Las bolas de fuego y las llamaradas volaban mientras los otros tres maestro respondian bloqueando y esquivando mientras intentaban encontran un momento para devolverles los ataques.

Lo bueno del agua es, que todo lo que baja... Sube. Agua ahora embarrada se alzaba en una doble intención de defenderse y de atacar, aquel individuo era rápido, pelear allí no era lo que Nou hubiera querido, ese tipo de juegos despectivos solo crearían malas sensaciones, y casi era como sentir las raíces del gran árbol bajo sus pies, temblando triste por aquellos agresivos individuos.

El líder de aquel colorido grupete había recibido mi ataque, bloqueándolo con la cara. Al parecer, la piedra fue lo suficientemente dura como para hacerlo retroceder unos pasos.

Sonreí, aquel combate no me estaba pareciendo tan aburrido después de todo. Igualmente, era evidente que corríamos peligro y que aquello iba muy en serio. Si algo salía mal, terminaría muerta, riesgo que hizo subir la adrenalina y la diversión en partes iguales.

Frente a las llamas que se aproximaban, respondí levantando pedregones que explotaban en pedazos con cada bola de fuego que les impactaban. Finalmente me detuve, salté con ambos pies y una roca del tamaño de un cerdo brotó poco más de un metro más allá. Con ambos puños hice un gesto y la brutal arma arrasó con tres maestros fuego enemigos.

Trato de esquivar los ataque rodando lateralmente mientras sólo me concentro en la acción del momento. Me sentía antiguo, lleno de mi rabia de antes de mis sueños proféticos.

Y terminando el giro lanzo instintivamente otra bola de fuego hacia el líder tratando de acabar con el que atacó primero hacia nuestro recién formado grupo.

Durante el brutal intercambio los tres maestros se imponieron superiores frente a los soldados haciendo gala de un increible control y velocidad endiablada para esquivar los arcos flamigeros de los soldados.

Si embargo luego de acabar con los 7 soldados que saltaron a ayudar a su lider todos los demas fueron al encuentro de los Maestros. Superados en numeros de 7 a 1, los tres maestros no tenian oportunidad alguna de salir bien parados de aquel lugar. Si no fuera por la oportuna intervencion de los Maestros Metal y la fuerza policiaca de Ciudad republica que descendio de sus Dirigibles al encuentro de los Soldados.

Sin muchas más opciones, Kayah dio la señal a sus amigos. 

—¡Ahora, chicos! Defendeos mientras nos abriros paso. Tenemos que sacar de aquí a al consejo. Proteged a los no maestros siempre que podáis. No podemos dejar que estos pánfilos nos ganen... 

De todas formas, ya había demasiados maestros encargándose de los civiles. 

Como enrabiado me lanzó hacia el que parece ser el líder mientras en mi mente los segundos se vuelven horas.

Observo en el frenesí al hombre que he tomado de objetivo y lentamente empiezo a apagar mis intentos de quemarle.

Ahora corro, pero con la intención de frenar en seco frente al hombre para así asestarle un certero golpe en el abdomen, con la intención de inhabilitarlo.