Partida Rol por web

Me di la vuelta, extrañada de que alguien continuara hablando en voz alta detrás de mí. Parecía que aquel sujeto de la capucha no estaba muy bien de la cabeza. Podía ser que estuviera loco, o podía ser que los locos fueramos nosotros.

-Hay gente que ve sombras en cada esquina -le dije-. El mundo es sombrío, cierto, pero tampoco tanto.

De inmediato me puse a tararear una canción que mi madre entonaba cuando yo era pequeña. Las piedrecitas bailaban entre mis dedos.

-¿De dónde eres, encapuchado?

El muchacho miró a la chica, le explicó sobre esas sombras que algunos ven en cada esquina - Venimos de la tribu del pantano, vivo cerca del tronco del gran árbol que nos une a todos.

Metió su mano en el bolsillo y sacó una mosca que tímidamente volvió a introducirse en el - esa pequeña es alma, y en mi capucha esta Viper, no le gusta mucho la luz solar.

Vio que movía esas piedras - un movimiento relajante,... ¿Y tu? ¿De donde vienes?

Miré con desinterés al muchacho hasta que sacó una mosca del bolsillo. Clavé la mirada en sus ojos, un brillo de curiosidad apareció en ellos.

-¿Tienes una mosca por mascota? -pregunté, sin dejar de jugar con mis piedras- Supongo que es normal si vienes del pantano. Jamás estuve en uno. Será un sitio húmedo y entreverado... ¿qué hacías para divertirte?

Vio que movía esas piedras - un movimiento relajante,... ¿Y tu? ¿De donde vienes?

-Ba Sing Se -respondí, suspirando y volviendo a concentrarme en mis piedras-, una ciudad grande aunque no tan moderna como esta. Prefiero sus colores, el gris es un poco aburrido. Allí me dedicaba a la poesía y a la música, hasta que todo eso me aburrió. Entonces me alejé, para conocer el mundo, ¿sabes? Y vagar por ahí. Quiero hacer algo productivo, algo que no me agobie cada mañana. Puede que aquí, entre tanto ajetreo, por fin lo encuentre.

Hice una pausa, miré hacia las aguas cristalinas de la bahía y las piedritas salieron volando en esa dirección, chapoteando en el agua hasta desaparecer.

-¿Tú que haces aquí?

¿Era raro que una mosca viniera con él? Nunca pensó en eso - supongo que se me podría llamar peregrino, la unión del gran árbol es inmensa en el pantano, pero quería saber como eran otros lugares, verlos, sentirlos, saber todo lo que me falta por entender.

¿Que hacía para divertirse? - siempre me ha gustado intentar sentir y conectar con el pantano, practicar el control de mi interior y exteriorizarlo a modo de práctica, hacer que las hojas danzen y el agua salte, me gustan las cosas relajantes.

- supuse que intercambiar unas palabras con el avatar sería una parada interesante en mi viaje, aunque me gusta más escuchar...

Tal vez hablar con esa chica era lo más productivo de su viaje por el momento, fuera del pantano, por las sendas poca gente se tomaba el tiempo de hablar, y hablar con sus dos acompañantes era lo único que había podido hacer por el momento. Como mínimo ya conocía bastante a sus dos amigos, a los que esa misma muchacha llamaba "mascotas".

-Mmm, interesante... -susurré en un tono que denotaba todo lo contrario- ¿Las cosas relajantes te divierten? Suenas más a un monje de algún templo del aire que a un habitante del pantano. ¿Seguro que no hay nada mejor que hacer entre el musgo y los cocodrilos?

Tomé mi bolsita del tabaco y comencé a armarme mi siguiente cigarrillo.

-Hablar con el Avatar me parece una tarea un poco complicada, dudo que tengas la oportunidad. Si lo haces, bien por tí. Y si no, mejor, seguro hay mil cosas por hacer en esta ciudad que opacan una aburrida charla con una mujer entrada en años.

Esa chica parecía aburrirse, una lástima, pues a él esas conversaciones no le desagradaban.

- ¿mujer entrada en años? Pareces joven, en eso de que parezco un monje, no me parece mal, deseo viajar para saber si mi decisión de substituir a mi maestro un día en la protección del gran árbol es solo por falta de conocimiento, o si es un deseo sincero, así que supongo que algo debo parecerme a un monje, si. En el pantano puedes hacer muchas cosas, desde esquiar en sus aguas como hacen muchos, hasta carreras, sin olvidar que puedes perderte en el pasado, recordar cosas con mayor facilidad, y si no te encallas en tus recuerdos, buscar en ellos consuelo, hablar con quien ya no está, pese a que sería una conversación en una sola dirección o con respuestas que haya mencionado antes dicha persona. Sin duda se pueden hacer muchas cosas, aunque no nos guste a todos lo mismo, podemos hacer cosas parecidas.

Solté una carcajada ante el comentario del muchacho.

-¡No me refería a mí! Le decía mujer entrada en años a el Avatar. Korra y a no es la muchacha esbelta de antaño.

Hice una pausa, extendiéndole una mirada curiosa.

-¿Dónde esta este pantano? ¿Ese gran árbol es mágico o algo? Parece importarte mucho.

- el gran árbol es el centro de todo, sus raíces se extienden por todo el mundo, no se cuanto debería cabar, pero sin duda a nuestros pies también se extienden, tal vez a un metro, a diez o a cien, es el encargado de unirnos a todos, puede que su influencia no se perciba más allá del pantano, pero sin duda me permite viajar sabiendo que mis amigos están conectados a mi por esas raíces. Aunque tal vez sea solo una creencia personal, todas esas cosas debo evaluar en este peregrinaje. En cuanto al avatar, no es un requisito hablar con ella, solo un capricho.

Sabía que su fe en el gran árbol podía ser distante para muchos, no era un paraje concurrido. Incluso podía ser peligroso para gente no habituada a él, era fácil perderse en recuerdos y caer por algún lado o hacerse daño. Aun y así amaba su hogar.

Basicamente, este fue el Dia en el que el Avatar llego a ciudad republica por primera vez — le contesto. Eydan quien estaba observando a un grupo de maestros fuego que hacian gana de su habilidad de Fuego control para deslumprar al publico con piruetas y circulos de fuego.

Aunque ya hace muchos años que nadie a visto al avatar asistir a este evento. Algunos dicen incluso que esta muerta, pero no creas nada de eso. son puras patrañas de algunos grupos antei avatar. — Finalizo Mira, que se encontraba al lado de la maestra agua.

Oigan chicas — les llama Eydan — no notan algo raro en los maestros Fuego. Como si fueran un poco agresivos.

Y en efecto, los maestros fuego desplegaban sus llamas de una manera amenazante. Quizas un no maestro lo pasara por alto pensando que solo le estandando un poco de fidelidad a la representacion. Pero alguien que sabe de Control puede Sentir la cantidad excesiva de Chi que los maestros  fuegos estan usando en aquel momento. 

Kayah miró extrañada a Eydan. 

—¿Anti-avatar? ¿Por qué alguien estaría en contra del Avatar? —preguntó un tanto confundida. 

Se había criado bajo la alargada sombra de lo importante que era el Avatar. Especialmente ahora, que el Avatar provenía de la Tribu del Agua. Realmente, no se le ocurrían razones para lanzar rumores tan absurdos. 

—Bueeeeeno, ¿y qué hacemos ahora? —preguntó emocionada—. ¿Qué se hace en este festival? 

Entonces, escuchó la mención de Eydan respecto a los maestros de fuego. Instintivamente, aunque no se notó como algo agresivo, se llevó la mano al odre de agua de color blanco que llevaba en la cintura. Manías de los maestros de agua eso de llevar un poco de su elemento consigo. Especialmente si todavía tenías un tatuaje con forma de loto rojo en la nuca debajo de toda esa melena castaña. 

—¿Agresivos? —preguntó, pero enseguida se dio cuenta de qué se referían—. Sí, tienes... tienes razón. Eso es demasiada cantidad de Chi... —observó. 

Miro hacia los lados y se giró hacia sus compañeros. 

—Mejor que nos echemos un poco hacia atrás... La cosa puede "estallar" dentro de poco... 

Y como si sus palabras retaran al destino, todos los presentes en el anfiteatro escucharon un gran estruendo. Unos Relampagos destellaron el el aire. Pero el dia estaba Hermoso, y como Kayah y sus compañeros pudieron ver, esos relampagos  no venian del cielo, si no que ascendian hacia este. 

Los relampagos vinieron desde la entrada Este del anfiteatro, junto con una gran cantidad de personas que esta entrando en este. Y aunque no habia cundido el panico entre las personas si habia cierto aire de intranquilidad que termino de convertirse en panico cuando los 12 maestros fuego redirigieron su llamaradas de tal maneras que las otras 2 entradas al anfiteatro estaban bloqueadas por grandes muros de fuego 

Recordando rápidamente sus tiempos de estratega y guerrillera, se volvió rápidamente hacia sus dos amigos. 

—Myra, encargate de las llaman que nos lleguen, yo te apoyo. Eydan, tenemos que llegar al muro, ¿podrás abrir un agujero con tu control de la tierra? Necesitamos sacar de aquí a la gente antes de que se den cuenta de nuestra presencia... 

Dicho esto, hizo un gesto hacia el fondo, a una pared. 

Pero antes de que el maestro fuego se retirara del lugar. Los tres maestros vieron como un gran numero de personas llegaban corriendo hacia el anfiteatro. Por muy emocionados que estuvieran los maestros intuyeron que algo malo pasaba, pues aquello parecia que en vez de venir a ver los festejos hacia el avatar estaban escapando de algo.

Rapidamente comprendieron de que escapaba...

Tres relampagos surcaron el Cielo dirijidos desde detras de la ola de gente que corria. segundos despues el poderoso rugido llego a los idos de los maestros. Tras unos segundos las personas empezaron a rodear a los tres maestro y les permitieron ver mejor a los usuarios del fuego azul. Los tres maestros estaban embutidos en unas armaduras ligeras de cueron negro con Cascos y ornamento que los hacian parecer Oni* pero lo mas terrorifico de aquella vision fue en nutrido escuadron que marchaba tras de ellos. 30 o 35 soldados que hacian retumbar el suelo a cada paso. 

Por favor, por favor. Les pido que no se alarme. — la Voz del hombre llegaba desde el escenario una de las puertas bloqueadas. Segundos despues un hombre atravezo las llamas, aquel que hablaba tenia ropas de un maestro aire, pero la llama que tenia encendida en la mano declaraba lo contrario.

Nadie aquie esta en peligro. Por ahora. Solo cremos unos minutos de su tiempo. se que tanto el precidente como lo lideres de las cuatro naciones deberan llegar en breve, una vez hayamos hablado con ellos podran irse.

El hombre se dirijio hacia el escenario donde se econtraban los maestros fuego.

Ah, y por favor a todos los "maestros" aqui presentes. No les aconsejo que intenten ser heores. Hay muchos mas peligros al rededor del Anfiteatro que, les aseguro seran mas dificisiles de enfrentar que un puñado de maestros fuego.

Todos los maestros que habian preparo sus elementos para el combate comenzaron lentamente a disminuir sus emanaciones de Chi.

El hombre misterioso sonrio.

Miran que habia comenzado ha ejecutar las ordenes de su amiga se quedo de piedra cuando aquel hombre con aspecto de nomada del aire hablo.

¿que hacemos ahora Kayah? solo hay una puerta libre, pero esta entrando mucha gente por ahi. — la chica miro a su alrededor — ademas todos los maestros han declinado a pelear al parecer.

Doy la vuelta y empiezo a navegar entre mis azules pensamientos cuando un estruendo parecido al ruido de un terremoto se escucha detrás mío.

Mi vista se desenfoca y no puedo creer lo que veo, ni siquiera puedo tratar de explicarlo. Un batallón de guerreros está ahora enfrente de mí y los jóvenes con los que hablaba.

Y mi mente se fue durante un segundo que pareció eterno mientras mi cara sonreía afligida sin darme cuenta. Estaba pensando en mi sueño otra vez, estaba pensando en que si atacaba a los hombres..., y mi agresividad antigua trataba de volver ante mi miedo a lo que pasaría conmigo ante la terrorífica situación.

Muchachos, ¿ustedes saben pelear?-digo sereno a pesar de estar temblando por dentro.

La gente comenzó a correr alborotadamente. Por un momento pensé en la pereza que me daba aquella actividad, sin comprender cómo la gente podía desplazarse tan rápido sin tomarse un descansito. Entonces escuché los gritos y comprendí que algo estaba mal. La gente no estaba emocionada por la fiesta, estaba asustada por algo terrible, algo que les perseguía.

Me volteé ante los estruendos que le siguieron. Un contingente de soldados venía en nuestra dirección, encabezados por tres sujetos que ejecutaban un fuego control increíble. Por un momento me quedé paralizada observando las llamas. No sabría decir si por temor o por asombro.

Muchachos, ¿ustedes saben pelear?-digo sereno a pesar de estar temblando por dentro.

Miré pasmada al chico que hablaba, y luego contemplé alrededor la absoluta ausencia de otra defensa más que nosotros. ¿Dónde estaba la policía cuando se la necesitaba? ¿Acaso Ciudad República no contaba con ciudadanos valientes? Resoplé, ofuscada por tener que reaccionar, pero no nos quedaba otra opción, era eso o lanzarnos a la bahía, y yo no pensaba bañarme dos veces en un mes.

Asentí y elevé las manos rápidamente. Dos piedras del tamaño de cocos se elevaron a mis costados.

-No tenemos mucho que hacer contra esta gente, mejor ir pensando en como largarnos de aquí -les dije.

Otra carrera de gente, tanto alboroto ¿y por que? Otra demostración rara... O eso pensaba hasta que las dos personas que acababa de conocer hablaron. Esos tipos no eran parte del espectáculo, ¿quien lo diría? La verdad era que Nou no entendía muy bien lo que ocurría, no era el tipo más avispado del lugar ni mucho menos, o era simplemente, que le gustaban las cosas sencillas y sin complejidades.

Al lado de la bahía, no podía pedir mejor lugar para toparse con problemas. Extendiendo su mano hacia adelante y dando una vuelta sobre si mismo, comenzó su danza llamando al agua que amablemente deseara acudir a él.

Mirando a aquellos agresivos exhibicionistas habló - ¿podríais ser más amables? Hay gente mayor a la que le cuesta correr tanto, no creo que la avatar acoja con buenos ojos esta agresividad...

Maestros de Ciudad Central, ¡Regocíjense! Pues el Sagrado ejercito liberador ha llegado para quitarles el Jugo de los no maestros. Regocíjense, pues renaceran de las llamas.

Y cuando el Maestro finalizao, una oleada de fuego salido de detras de él, impulsado por los 30 soldados que tenia a sus espaldas. La ola de fuego era tan grande que el calor se sentia como si estuvieras de cara al mismisimo sol.