Partida Rol por web

Os ponéis todos a correr por la extraña plantación, tarea que por lo general no es nada fácil debido a los pocos espacios que hay entre planta y planta ... no tardáis en daros cuenta que algunos de los chuchos que os atacaron (bueno, de la misma especie, pero no los mismos) os están persiguiendo trepando por encima de las plantas o a ras de suelo.

Lanzan alguna dentellada al aire, rasgando ropa o realizando alguna magulladura pero todos conseguís de momento salvar vuestras carnes de sus fauces.

No obstante NO podéis pasar todos por el mismo sitio, esto provocaría un efecto cuello de botella y os quedaríais parados a la merced de los perros, lo que significa que cada uno debe intentar seguir su propio camino, aun y manteniendo un orden y una dirección, en los que esporadicamente perdéis a vuestros compañeros de fatigas entre las bulbosas plantas azules y lilosas.

Lo que en circunstancias normales no llevaría muchos problemas, se agrava debido a la presión de los perros y las prisas.

No sabéis donde os habéis metido, no parece que estáis en un grupo tan grande de chuchos aunque sus ladridos se pueden escuchar aquí y allí, lo que si parece es que no están intentando inmovilizar a nadie, mas bien actúan como si os estuvieran amenazando ... empujando ... hacia una dirección.

Por encima de las plantas, podéis observar a vuestra derecha, unos racimos de otras plantas de un colo blanquecino que se elevan entre las demás majestuosamente, con flores que se abren a lo grande y que envuelven a las otras plantas de su alrededor.

Parece que los perros os están desviando de esa parte y os llevan hacia el exterior.

Mientras corro entre las plantas (supongo que voy en cabeza) intento "mantener el norte". Es decir, cruzar la plantación para poder seguir nuestro camino, independientemente de hacia donde intenten empujarnos los chuchos.

Por aquí ... por aquí ... No os separeis mucho y corred. Hemos dado con una guarida de chuchos. Solo quieren echarnos ........ veeeenga !!! Que la que se quede última le damos un cachete el culo. Asi que, allá vosotras. - Si, aun me quedan ganas para ser chistoso, aunque no tenga puta gracia - ¡ Aligerandooooo !.

Para evitar que nos dispersemos, voy dando gritos mientras sigo corriendo sin detenerme. Espero que se puedan orientar un poco por la voz.

¿¡Y si nos están llevando a un lugar donde les sea más fácil comernos!?

Gritó Emilie, puesto que eso que les llevaran todos a una dirección no le hacía maldita gracia. Le recordaba a los prehistóricos cuando querían cazar algo y lo hacían caer en un barranco para allí terminar de acorralarlo y matarlo...

Intentaba seguir la voz de Ellis, su dirección.

¡ Ahora no están cazando, están defendiendo !.

¡¡¡O empujando hacia algún lado!!!

Chilló Emilie, ¿¡por qué siempre acababa discutiendo con este tío!? Además, al igual que ella, él no sabía el pensamiento de estos perros... ¿y si eran racionales? Quizás no eran como los perros de la Tierra y estos tenían la capacidad de pensar y planificar.

Emma ya tenía suficiente con correr y no ser atrapada por los animales, como para unirse a la discusión.

Intenta seguir la dirección de sus compañeros, no por el mismo sitio, pero sí guiándose por el ruido de los gritos.

No puede evitar mirar a las plantas enormes y blancas. ¿Por qué los perros nos desvían de esa parte? No podía ser que fuesen plantas peligrosas.. si no.. ¿porque iban a intentar salvarles? Aún había muchas cosas que desconocía de aquel sitio. Estaba deseando tener contacto con algun Na'vi para que le explicase el funcionamiento de la biología de Pandora

Tratando de no perder la posición de sus compañeros, cosa nada complicada vistas las voces que dan...

preferiría un poco más de sutileza en nuestro movimiento, pero está visto que con estos sacos de hormonas no hay manera...

... Zulene sigue corriendo.

- Creo que deberíamos evitar esas otras plantas de color más claro. Rodeémoslas por la izquierda. 

Corro en la misma dirección que los demás, intentando no perderlos de vista. Para ello, me guío por los gritos que dan. Son útiles para no perderme, pero los perros lo tendrán más fácil para seguirnos el rastro...

Aún así sigo corriendo, ya que quedarme atrás puede ser mortal.

Ellis y Bost pierden un nivel adicional de fatiga ... gritar y correr no es muy buena idea para mantener una respiración adecuada y ponto descubren que están a punto de sacar el hígado por la boca. Se están quedando sin aire y con la mascara entelada por la acelerada respiración.

Finalmente todos conseguís llegar al otro extremo de la plantación, parece que hace unos metros que los perros hiena os dejaron atrás ...

¡A no! Emilie no ha llegado aquí.

Continuáis corriendo mientras os soltáis gritos y pullas, pero pronto te das cuenta que estas quedando atrás o que no vas en la misma dirección que ellos ... de repente te encuentras lejos y caes de bruces en el suelo, cuando te recuperas intentas apartarte rápidamente de las hienas que están a punto de abalanzarse sobre ti.

Te has vuelto una presa solitaria e indefensa.

Jadeando pero con algo de aliento Zulene alcanza el borde de la plantación y, pr fin, se detiene a descansar.

Con las manos apoyadas sobre las rodillas, pero sin bajar la vista, atenta a cualquier nueva amenaza, intenta recuperar un ritmo regular de respiración...

Mientras tanto sus compañeros van llegando.

uno, dos, tres,... tres,... mierda, falta uno.

- Algo le ha pasado a Emilie. No nos sigue.  levantando la voz ya es ridículo pensar en sutilezas llama a su compañera.
 

- ¿Emilie? ¿Puedes oirnos? ¿Estás bien? 

Llego al límite de las plantas jadeando. Estoy acostumbrada a correr, pero no en una selva con una jauría persiguiéndome... Me paro a tomar aire, advirtiendo que ya no nos siguen. Miro a Zulene. Al parecer se ha dado cuenta de algo...

Al oírla llamar a Emilie, se confirman mis dudas. Emilie se ha quedado atrás... con esos bichos...

-Tenemos que ir a buscarla. No pienso dejar que nadie más muera. Cuantos más seamos, mejor. Nadie debería morir en esta estúpida selva... Se supone que íbamos a llegar a salvo... ¡JA! Cuando vea a mi padre.. se va a enterar.

Por fin llegamos a fuera, dejando atrás ese montón de riñones vegetales y sus habitantes. Con problemas por respirar, apoyo mis manos a las rodillas intentando retomar el aire. Tantas idas y venidas me han dejado rejodidamente exhausto.

Al ver que falta una de las chicas me propongo a gritar su nombre por saber si esta bien, pero aun tengo problemas por respirar debidamente.

¡Ay...!

Cuando se cae de bruces al suelo, no se está mucho tiempo contemplando el mismo, ya que se levanta y comprueba que la máscara permanezca bien puesta lo primero, al ser así se dispone a volver a correr, pero... el sonido de las hienas acechándola consiguen que se gire primero.

Hola perritos guapos... - ella había acertado, no querían proteger nada, querían comerlos igualmente - No me hagáis nada, ¿sí? Y yo no os haré daño a vosotros...

Mientras, sigue retrocediendo, mirando a los ojos al que tenga más cerca, su voz tiembla ligeramente, igual que sus manos... pero sabe que ahora que la han alcanzado ya no va a poder huir fácilmente, el tiempo de girarse y el tiempo de que ellos salten va a ser el mismo, atrapándola.

Tu primer paso para intentar calmar a los chuchos es lanzar la rama que tienes agarrada y mostrarte como inofensiva ... vas retrocediendo paso a paso mientras murmuras palabras tranquilas y pausada, logras atisbar que tus acciones calman a los perros ... no hasta el punto de que te dejen, pero no te atacan, solo muestran sus enormes y babeantes fauces mientras gruñen empujándote a marchar.

Aunque tampoco tienen paciencia infinita y a cada segundo parece que gruñen mas, como avisando de sus intenciones.

Por cierto, escuchas los gritos de Bost llamándote para si estas bien ... pero sabes que si te pones a gritar puede causar que los perros te ataquen de golpe.

Y si no gritas igual los demás vuelven a por ti.

Emma no se había cansado tanto (*) por lo que quizá está algo mejor que sus compañeros, pero aún así siente como un puñetazo en el estómago al oír que su hermana no estaba ahí. Había pensado que ella, con el problema de corazón, podía ser la más débil y había intentado hacer su mejor esfuerzo para no resultar un estorbo. Pero resulta que se había despreocupado por su hermana.

No, no... Murmura asustada mirando alrededor. ¡Emilieeee! Grita a pleno pulmón, y luego se queda unos instantes en silencio, esperando escuchar algo.

Si no obtiene respuesta, mira a sus compañeros y les ordena volver con la mirada, apenas les esperaría y se dirigiría dónde la vió por última vez.

Eso es... cachorritos buenos... yo me estoy alejando, ¿veis?

Miró hacia atrás para controlar que no hubiera de repente un precipicio o más perros, mientras seguía retrocediendo con sumo cuidado. Su voz seguía sonando lo más dulce que podía parecer, pero no podía evitar que temblara.

Alzó la mirada al escuchar a Bost, pero tenía la sensación que si pegaba un grito pondría más nerviosos a los perros... y eso no le interesaba.

Así que siguió retrocediendo, pero cada vez más rápido... apoyándose en las plantas riñones para no desequilibrarse.