Partida Rol por web

Vasily se sorprendió por lo que parecía que había sido un golpe al aire rozando la piel de la bestia, cuando notó un gemido saliendo de la boca llena de dientes que tenía enfrente. Los nervios le habían hecho creer que sólamente la había rozado, pero entonces fue cuando vio que, aunque no demasiado profundo, había logrado golpear al monstruo.

"Petra siempre está conmigo"- pensó, a la vez que recobraba nuevos ánimos para encarar la que se preveía feroz lucha.

TRas su primer ataque fallido, Ataulfo volvió a levantarse - ¡Estate quieto maldito gusano! - dijo mientras intentaba golpear infructuosamente. Estaba visto que el guerrero estaba luchando más por controlar su gran espada que por golpear al enemigo.

Un grito de dolor salió de la garganta de Romualdo al sentir el mordisco del gusano seguido por la sensación de quemazón y escozor debido a a corrosvia saliva. Tan intenso fue el dolor que Romualdo fue incapaz de concetrarse para pode arremeter eficazmente contra su enemigo, fallando por mucho su arremetida contra la vil criatura.

El mordisco propinado por la criatura a Romualdo le proporcionó la oportunidad al ladrón, aunque los bruscos movimientos no dejaron penetrar la daga hasta el fondo.

Enrabietado al ver como el bicho ese heria a su amigo Rom,el halfling asestó un potente golpe

esta vez consiguió atravesar la dura piel

Los dos enormes gusanos se ven desbordados ante tanto movimiento y lanzan dentelladas sin ton ni son intentanto morder a lo que ellos creian que serian sus presas, pero sin tener sin tener ningun exito en el intento.

 "estos gusanos son mas duros de lo que pense, pero necesitare mi hechizo para los necrofagos"

Arrojo otra daga al gusano ya herido asegurándome de mantener las distancias, sus mordeduras parecen bastante dolorosas. De nuevo mi daga se clava en el gusano

Despues de el fuerte golpe propinado por Siriel y el preciso lanzamiento de Raangar los dos enormes y repugnantes gusanos se agitan por ultima vez y mueren llenando aun mas la sala de un repugnante horror a putrefacción, y haciendose el silencio mientras os mirais unos a otros bajo la tenue luz de las lamparas.

 -será mejor que os miréis esas heridas antes de continuar- comento mientras me pongo a recuperar mis dagas tapándome la cara con un pañuelo

-repugnantes criaturas por cierto-

El elfo, algo mas atrasado que el resto de compañeros se intenta vendar como puede las heridas de los gusanos. - Si en unas horas he muerto, ya sabremos que esos gusanos eran venenosos. - dijo con humor amargo.

"Ten, Druen" - dijo el clérigo dirigiéndose al elfo.

"Esta poción de curación te podrá ayudar. No obstante, quizá deberías intentar aguantar un poco antes de tomártela, por si esos bichos eran venenosos y te van a quitar algo más de salud. Si aguantas, quizá te sea más útil, cuando sepamos si te han inyectado o no veneno.".

"Creo que deberías esperar al menos una hora para tomártela. En ese tiempo pueden ser visibles los efectos" - señaló Vasily.

"Deberíamos buscar un lugar algo más seguro para poder recuperarnos y descansar un tiempo. No sabemos si pueden venir más monstruos de estos." - apuntó Vasily dirigiéndose a sus compañeros.

Cuando por fin los dos gusanos cayeron, Romualdo envainó su espada y se apoyó sobre una de las paredes para comprobar el estado  de su fea herida, que sangraba abundantemente, saliendo de entre los huecos de su armadura y de la propia herida. Tomó asiento y procedió a arrancarse un trozo de su ropa para presionar y vendarse la pierna.

-Maldito gusano, me mordió con saña. Creo que Vasily tiene razón y deberíamos tratar de descansar un poco.-

"Dispongo de otra poción de curación, pero la reservaré para curar a aquel que esté en peligro de muerte" - dijo Vasily.

Mientras tanto, se limpiaba sus heridas que tenían un feo aspecto.

"¿Alguno necesita ayuda para vendarse?" - se ofreció.

"Demos gracias a Halav y a Petra que esta vez hemos salido con vida. Debemos extremar precauciones y estar atentos ante cualquier indicio de peligro."

Vasily nunca había sido demasiado valiente, pero el mismo miedo era el que le hacía sacar fuerzas de donde creía que no tenía para seguir adelante en situaciones complicadas.

"Duncan, ¿cómo te encuentras? ¿crees que podrías adelantarte a comprobar si hay algún sitio seguro en el pasillo de la izquierda o en los dos túneles, para poder acabar de curarnos las heridas?" - preguntó al joven ladrón.

El ambiente opresivo de la caverna solo es aliviado por el poco aire que os llega a traves de las escaleras a vuestra espalda. Teneis un pasillo a vuestra izquierda, uno enfrente y otro a la derecha pero ningun ruido surge de ellos, solo la oscuridad y el olor a corrupción. ¿Cual sera el camino que tomen los valientes aventureros?.

El ladrón apoyado en la pared reprimió una arcada ante el nauseabundo olor de los gusanos.-Por Petra eso está echo con tal de alejarme un poco ni el pañuelo detiene esta peste-. Duncan salió como un rayo hacia el pasillo sur, al llegar a la entrada se detuvo y comenzó el ritual de siempre, ajustarse la capa sin tapar del todo la lámpara, pegado a la pared y alerta a posibles trampas y enemigos. 

Te detienes en el pasillo y escudriñas la oscuridad intentando ver, o intuir mas bien, algo de lo que se esconde entre las sombras. Pero sin mucho exito por tu parte pero tras avanzar unos metros llega a tu nariz el olor a sangre y te fijas que en el suelo, que esta un poco menos removido que en la entrada, hay manchas rojas.

¿son frescas las manchas de sangre?. Me arriesgo con un poco más de luz destapando un poco la linterna para ver mejor. Se me olvidó hacerte las tiradas pero te las hago ahora. Y tengo la habilidad alerta por si acaso.

Duncan comienza a avanzar por el pasillo de vuestra derecha con movimientos sigilosos e intentando hacer el menor ruido posible. Cuando lleva avanzando unos metros se para y veis que descubre un poco el candil que llevaba tapado bajo su capa se agacha y comienza a examinar el suelo.