Partida Rol por web

Aegon abandona la sala camino a sus quehaceres y os quedáis vosotros.

 Como quiero ir a Lórien, decido enviar una pájaro mensajero desde el aviar de la terraza, para ello decido bajar a la biblioteca y coger la otra escalera, la del noroeste, la única que sube más allá del cuarto nivel, y concertar una cita con algún elfo que me pueda guiar a Lórien o de lo contrario no me permitirán el paso al interior del bosque.

Baldac saludó a Caleb con una leve inclinación de cabeza, escuchó sus palabras mientras miraba a su sabueso, Urko.
Urko era más grande que Jambo, al parecer, se llevaban bien entre ellos, cosa que agradó al joven de los bosques.
- Los animales no guardaban dobles intenciones. O te aceptan con ellos, o no.- pensó en silencio.

- Con vuestro permiso, me gustaría consultar unos libros en la biblioteca. Nos vemos a la noche, que tengáis un buen día- dijo mientras chasqueaba la lengua.

Jambo levantó las orejas y inició una leve carrera, hasta ponerse a su lado, Baldac se despidió no sin antes coger otra manzana de la mesa.
Fue hacía la puerta rumbo a las escaleras y la cerró tras de sí.

Cuando ya Aegon y Baldac habían abandonado la estancia, Iorlas fue consciente del estado de nerviosismo que se había apoderado de él. Esperaba que estos nervios no se hubieran transmitido en sus preguntas acerca de los dos aprendices ausentes. Sin duda no iría a tocar a sus puertas, no quería mostrarse aún más desesperado. Pero la realidad era que el hecho de que hubiera cosas que se escaparan a su control le hacía volver loco. Aquel día iba a hacérsele insoportablemente largo.

Así que optó por despedirse del único que aún permanecía en la sala, Caleb, y él mismo emprendió camino escaleras abajo. Su objetivo, averiguar algo más del paradero de los dos aprendices que presumiblemente habían iniciado quehaceres antes que los demás. Por supuesto, sin perder de vista a los demás. Iorlas no tenía todavía claro si podía fiarse de todos ellos, aun siendo sus compañeros. 

La gran biblioteca está vacía, Saruman no se encuentra aquí, ni tampoco Ereld o el otro aprendiz.

   Entras, la gran biblioteca de treinta metros de diámetro y casi veintitres de alto. Cinco niveles de pasillos de hierro rodean su perímetro, unidos entre sí por escaleras de caracol. Estas siete espirales de estrechos peldaños en forma de rejilla están distribuidos a intervalos regulares por la sala y alcanzan una altura máxima de dieciocho metros sobre la base de la cúpula, sostenida por un entramado de hierros cuya complejidad y ornamentación hacen de esta sala una joya que siempre has apreciado. Incontables libros y miles de rollos de pergaminos, manuscritos atados y otros documentos se guardan y protegen aquí.

   Al este, una puerta pequeña y estrecha de piedra negra rompe el patrón repetido de bastidores y estanterías. Al otro lado de esta puerta hay un pasillo corto al final del cual se encuentra un balconcillo con barandilla de hierro, que se asoma justo encima de la puerta principal.

   La biblioteca está vacía, aparte de la puerta a la balconada, aquí dan las puertas de las cuatro escaleras que ascienden en espiral por el interior de los cuatro enormes pilares torre de Orthanc.

   Atraviesas una puerta de paneles finamente labrados, como las otras y entras en la escalera del noroeste. La gran cavidad de este pináculo empieza a estrecharse conforme asciendes desde el tercer nivel y sigues subiendo al cuarto nivel. Los escalones en espiral hacen un pequeño rellano ante una puerta en un arco ojival. Conduce al estudio de Saruman. Sigues subiendo.

   Llegas al rellano del quinto nivel. Frente a ti, en la pared, ves una gran puerta metálica de diseño inusual. En vez de girar sobre sus goznes, como casi todas las puertas, sube deslizándose por una ranura. Saruman os explicó que es un cierre de seguridad, por si se diera el caso de que se desprenda algún gas peligroso u otro desastre del laboratorio que está al otro lado. La puerta sellaría el laboratorio hasta que el peligro pasase. Continuas.

   En el sexto nivel, el rellano ya es pequeño y apenas iluminado. A un lado se alza la estrecha puerta de piedra negra que conduce a la cámara del palantir, una estancia en la que el propio Saruman mismo se atreve a entrar en contadas ocasiones. Sigues subiendo.

   Estás en el séptimo nivel y en el último rellano de la escalera más alta. Dos ventanucos dan al norte y al oeste. Al sudoeste hay una portezuela estrecha que conduce a la azotea de Orthanc.

   La atraviesas.

   Muy por encima de la llanura de Isengard se alza el séptimo nivel de Orthanc; el observatorio de la azotea. Aunque se le llama séptimo nivel, sabes que en realidad podría haber otros pisos entre los niveles principales, con estancias cerradas con llave y posiblemente criptas secretas. Saruman admite que incluso él podría no haberlas encontrado todas, todavía.

   Esta estrecha área exterior está resguardada entre los picos de los cuatro impresionantes pilares de piedra negra a ciento cincuenta metros sobre el suelo, unidos por un muro que es casi de tu altura. Allá abajo, se extiende el llano de Isengard, envuelto en niebla. Una fría brisa te agita los cabellos y en el suelo ves grabado muchos signos astrológicos. Te acercas a las jaulas donde están los pájaros que se usan para enviar mensajes.

   Comienzas a escribir cuidadosamente una nota para solicitar una cita con algún elfo de Lorien con el que poder negociar un salvoconducto al reino élfico. Cuando has terminado de escribirla y antes de enviarla oyes pasos en la escalera. ¡Alguien sube! Rápidamente ocultas la nota entre tus ropas e intentas dar la impresión de estar despreocupado.

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  Sales por la puerta y la cierras tras de ti, con tu equipo y tu perro. Estás en el cuarto nivel, esta escalera y sus escalones terminan enfrente de la puerta que da al ala de los aprendices. Aunque esta puerta no es tan imponente como algunas de las que se encuentran en los niveles inferiores está hecha de madera dura y maciza, con runas que no entiendes y delicados dibujos labrados de forma muy elaborada. En el pequeño pórtico, junto a la puerta, cuelga un fanal de latón y cristal que proyecta una luz acogedora sobre el rellano.

   Desde aquí sólo puedes volver a tus habitaciones o bajar, empiezas a descender la escalera. Llegas al rellano del tercer nivel. Una puerta grande de madera oscura y brillante y de arco ojival está empotrada en un nicho de la pared interior. Esta enorme puerta conduce a la biblioteca de Orthanc, si sigues bajando llegarás al segundo nivel y si subes volverás al cuarto. Empujas la puerta y entras en la biblioteca.

   Aunque has estado varias veces todavía te sientes abrumado por el enorme tamaño de la biblioteca, de treinta metros de diámetro y casi veintitres de alto. Cinco niveles de pasillos de hierro rodean su perímetro, unidos entre sí por escaleras de caracol. Estas siete espirales de estrechos peldaños en forma de rejilla están distribuidos a intervalos regulares por la sala y alcanzan una altura máxima de dieciocho metros sobre la base de la cúpula, sostenida por un entramado de hierros cuya complejidad y ornamentación hacen de esta sala una joya que siempre has apreciado. Incontables libros y miles de rollos de pergaminos, manuscritos atados y otros documentos se guardan y protegen aquí.

   Al este, una puerta pequeña y estrecha de piedra negra rompe el patrón repetido de bastidores y estanterías. Al otro lado de esta puerta hay un pasillo corto al final del cual se encuentra un balconcillo con barandilla de hierro, que se asoma justo encima de la puerta principal.

   La enorme habitación está iluminada, básicamente por siete ventanales que se levantan desde el suelo hasta la cúpula junto a cada una de las escalerillas para acceder al los estantes. Por la noche el techo abovedado emite una iluminación cálida y amarillenta. Una vez prenguntaste a Saruman sobre las características del techo hechizado pero se limitó a sonreir y dijo que los númonóreanos solían disponer de "baratijas" como esta. El suelo de la sala está ocupado por numerosos escritorios en los que se amontonan documentos, algunos sueltos y apilados en paquetes, otros encuadernados y otros en proceso de construcción en hojas sueltas con la fluída caligrafía de Saruman.

   La biblioteca está vacía, no ves ni rastro de Aegon por aquí, ha debido ir a otro sitio.

   Escoges un rincón y te acomodas mientras escoges los libros que has venido a buscar.

   Sales por la puerta y la cierras tras de ti, con tu equipo. Estás en el cuarto nivel, esta escalera y sus escalones terminan enfrente de la puerta que da al ala de los aprendices. Aunque esta puerta no es tan imponente como algunas de las que se encuentran en los niveles inferiores está hecha de madera dura y maciza, con runas que no entiendes y delicados dibujos labrados de forma muy elaborada. En el pequeño pórtico, junto a la puerta, cuelga un fanal de latón y cristal que proyecta una luz acogedora sobre el rellano.

   Desde aquí sólo puedes volver a tus habitaciones o bajar, empiezas a descender la escalera. Llegas al rellano del tercer nivel. Una puerta grande de madera oscura y brillante y de arco ojival está empotrada en un nicho de la pared interior. Esta enorme puerta conduce a la biblioteca de Orthanc, ves entrar dentro a Baldac y su perro Jambo y cerrar la puerta. No ves a Aegon.

   Si sigues bajando llegarás al segundo nivel y si subes volverás al cuarto. Y si empujas la puerta entrarás en al biblioteca, claro. En el segundo nivel esta escalera da al cuarto de invitados, y más abajo sigue descendiendo hasta el primer nivel y a la gran sala de la entrada. Si quieres ir a otra estancia del cuarto o segundo nivel debes atravesar la biblioteca y escoger la escalera adecuado o bajar al primer nivel y hacer lo mismo.

   Mientras decides tu siguiente movimiento, oyes pasos a tu espalda. Caleb baja con su perro Urko y sigue descendiendo camino hacia abajo.

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Caleb viéndose solo mira a Urko, este levanta las orejas.

- Tienen razón. Hoy va a ser un día largo.

Le hago un gesto y me sigue, sabiendo lo que toca.

Ambos nos dirigimos a las escaleras.

   Sales por la puerta y la cierras tras de ti, con tu equipo. Estás en el cuarto nivel, esta escalera y sus escalones terminan enfrente de la puerta que da al ala de los aprendices. Aunque esta puerta no es tan imponente como algunas de las que se encuentran en los niveles inferiores está hecha de madera dura y maciza, con runas que no entiendes y delicados dibujos labrados de forma muy elaborada. En el pequeño pórtico, junto a la puerta, cuelga un fanal de latón y cristal que proyecta una luz acogedora sobre el rellano.

   Desde aquí sólo puedes volver a tus habitaciones o bajar, empiezas a descender la escalera. Llegas al rellano del tercer nivel. Una puerta grande de madera oscura y brillante y de arco ojival está empotrada en un nicho de la pared interior. Esta enorme puerta conduce a la biblioteca de Orthanc, ves parado en el rellano a Iorlas que parece pensativo si entrar en la biblioteca o no.

   Sigues bajando al segundo nivel, en este rellano encuentras una puerta alta de pulida madera de roble. El dormitorio de los invitados, la puerta está cerrada. Por lo que sabes, hace años que no hay visitantes de fuera hospedados en Orthanc. Continuas bajando por las escaleras.

   Llegas a la base de la escalina de piedra que asciende retorciéndose en espiral por la parte central de uno de los cuatro impresionantes pilares de Orthanc. En los otros tres hay otras tantas escaleras. Una masa de piedra maciza rodea la base que conforma el inicio de la escalera. Del muro cuelgan unos largos estandartes, cuyos colores se han apagado con el paso de los años. Ni ellos, ni los fanales colocados a intervalos regulares hacen mucho para combatir la sobrecogedora negrura de la estancia. Un pequeño pasadizo en la piedra comunica con la estancia central, lo sigues.

   La hermosa sala de entrada tiene un techo abovedado, cubierto de paneles labrados de fina madera de roble. El suelo es de mármol negro pulido, y hay muchos objetos y obras de arte en hornacinas repartidos por todo el perímetro. El ruido de tus pasos resuena en la amplia habitación, Urko es más silencioso. Desde aquí puedes pasar a cualquiera de las cuatro escaleras que suben en espiral en el interior de los pináculos, entrar en la cocina, en la sala de estar, ir a la despensa o disponerte a salir de Orthanc dirigiéndote al puesto de guardia interior de la entrada de la torre.

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Saruman en estos momentos se dirige a la azotea.

Saruman no se encuentra en la Cámara del Palantir.

   Son las once, ha pasado más o menos una hora mientras os repartis por la torre y hacéis vuestras tareas.

 Me comporto como si hubiera subido a dar de comer a los pájaros, lo cual no es algo raro, ya que muchas veces lo hago, por cariño a los animales. No es ningún secreto, así que si alguien de la torre sube y me ve realizando la tarea, pensará que he decidido hacerla, como si fuera un día más. Solo espero que, sea quien sea, se marche pronto...

Una vez en la planta Baja, y antes de salir fuera de la torre para dar un corto paseo,
me dispongo antes a asomarme a las diferentes estancias, para tener controlado el numero de sirvientes que merodean (y hacerme una idea a lo que pueda enfrentarme en mis paseos por la torre)

Me interesa es ver el movimiento de personas aparte de mis compañeros aprendices...

Aquella biblioteca siempre había causado una gran fascinación en Baldac.

Tanto conocimiento condensado en varias estanterías llenas de libros, pergaminos y anotaciones que aglutinaban no solo la historia de los hombres, si no los conocimientos de los elfos y enanos.
Su, ya antiguo maestro, solía recorrer estas estancias y sin duda, hasta el último rincón de esa estancia era digna del primero de los Istari.

Tras cerciorarse que nada ni nadie estaba en la sala, su sabuesoJambo se tumbó en el centro de la habitación con aire somnoliento, Baldac por el contrario, decidió buscar algún libro que hablara de cómo ocultar su presencia aunque fueran varios minutos.
- Un encantamiento que no sea muy difícil- dijo en un susurro mientras pasaba las manos por algunos tomos de magia.

Tras escoger varios libros, y antes de analizaros en profundidad, decidió dirigirse al balcón a observar todo lo que ocurría fuera de Orthanc.

El hombre del bosque fue a la sección de magia, en busca de algún conjuro