Partida Rol por web

Con mucha destreza y no poca suerte os alejáis de los insectos asesinos. Os mantenéis en el más absoluto silencio, con temor a que puedan oíros, incluso cuando hace mucho que los habéis perdido de vista. Quienes os habéis ocultado en el agua tenéis las ropas empapadas e impregnadas de fango maloliente. Tiritáis de frío y el viento no ayuda.

Pese a vuestras desventuras, sentís esperanza cuando observáis desde una elevación, a lo lejos, un árbol enorme que parece situarse en el corazón del pantano, probablemente en la zona de aguas más profundas. La luz del sol lo hace brillar como si de él se desprendiese un poder místico. Debe ser, sin duda, el gran Árbol Esmeralda. Probablemente en unas horas de caminata llegaréis hasta él sin inconvenientes. Ahora bien, necesitáis comer y descansar antes de reemprender la marcha.

Ya lejos del peligro inmediato busca con la mirada a sus compañeros-padre, voy a hacerle señas a nuestros colegas...... Cree que pueda preparar algo para ayudar a Dasron - preguntó sobre si podría, ya que no se las complicaciones de la magia.

busco a mis colegas con la mirada, y aunque la altura de Dasron no es mucha su cuerpo de tonel le ayuda a resaltar si sabes lo que estas buscando. Así que silenciosamente sacó una pieza de metal brillante de mi mochila y dirijo al otro grupo esperando que me vean, el mensaje es fácil : señaló al padre, muestro arco, señaló abejas

Dasig señala a hacia el árbol.
- Nada obtendremos de enfrentarnos a esas monstruosidades. Tenemos suficientes peligros delante nuestro. Olvidemos los que dejamos a nuestras espaldas.

Ya habíamos andado lo suficiente pues nuestro destino parecía revelarse a simple vista, aunque habíamos logrado burlar sin problema a las abejas, la maniobra requirió su buena cuota de esfuerzo así que era momento de reponer algo de fuerza e idear un plan para llegar a la zona del "Árbol Esmeralda".

—Compañeros —digo—, tomemos un momento de reposo y comamos algo para reponer fuerzas.

—¡Comida, deliciosa comida! —pienso, un hobbit no desprecia ningún momento que tenga la promesa de comida.

Una vez pasado el peligro me reuní con mis compañeros. Leyacar estaba empapado y olía realmente mal.

-Creo que necesitas un buen baño jaja -dije arrugando la nariz.

A lo lejos pudimos ver el Árbol Esmeralda. Me quedé asombrado con su brillo, parecía realmente un árbol mágico.

-¡Allí mirad! Por fin lo encontramos - dije señalando en dirección al árbol.

Aún quedaba un buen trecho para llegar a él. Y estaba en mitad del pantano, por lo que parece que tendríamos que mojarnos si queríamos conseguir esas raíces.

-No sería mala idea descansar y tomar un bocado antes. Esconderme de abejas gigantes me abre el apetito.

Aprovecháis el propio montículo para hacer un alto y comer un poco. Tener el gran Árbol a lo que parece un tiro de piedra os da renovados ánimos. Reposáis, os preparáis y reemprendéis el camino tan contentos que apenas reprimís las ganas de cantar historias tradicionales de vuestra aldea.

El camino hasta el gran Árbol Esmeralda resulta menos sencillo de lo que aparentaba. El terreno es accidentado y agreste, abundan los obstáculos y la incesante marcha os llena los pies de ampollas. La vista desde lejos engaña, parecía estar mucho más cerca.

No obstante, vuestra voluntad supera cualquier dificultad y, tras una larga caminata, cansados y sudorosos, llegáis a la orilla de la masa de agua donde se ubica vuestro destino.

El gran Árbol Esmeralda es enorme, nudoso y antiquísimo, probablemente haya conocido las primeras eras del mundo. Su brillo místico os deja boquiabiertos por su gran belleza. Sin embargo, también observáis que está enfermo, sus hojas empiezan a amarillear y marchitarse. Algo parece estar causándole daño.

El árbol se ubica en el corazón del pantano, rodeado de aguas profundas, turbias y verdosas. En ellas abunda la vida acuática. Tendréis que nadar para llegar hasta él, o procuraros algún tipo de balsa porque está lejos de la orilla.

Miro aquella inmensa laguna e intento imaginar como podría pasarla a nado, parece difícil pues no la conozco y no se que peligros guarda. 

—Podríamos improvisar una balsa, pero debería ser lo suficientemente grande para que quepamos todos al tiempo —digo a mis compañeros—. O tal vez si  no conseguimos construir una lo suficientemente grande un grupo puede ir hasta el árbol mientras el otro espera de este lado.

Expongo mi idea esperando que los demás la aprueben o propongan algo mejor.

Me quedé mirando embobado aquel majestuoso árbol. Nunca había visto nada igual. Pero parecía estar enfermo.

-Algún tipo de mal aqueja al Árbol Esmeralda. Espero que las raíces sean fuertes y sirvan al curandero.

Para llegar debíamos sortear las aguas del pantano. Y sólo los dioses sabrán que esconden sus aguas. Viendo lo visto... seguramente serían criaturas enormes.

-Voto por la balsa. No me apetece mojarme y no quiero descubrir qué tipo de criaturas habitan éstas aguas.

-me paRece bien..... Solo 2 cosas, alguien sabe como construirla, y saben como protegerla y a nosotros arriba

- Yo puedo construir una balsa, tengo nociones de artesanía. En cuanto a la defensa... mientras estemos arriba seremos vulnerables. Habrá que rezar para que no nos ataquen mientras cruzamos el pantano. Necesitaré palos y ramas, cuanto más secos mejor flotará -  explicó a sus compañeros. - Hojas para la cobertura y también cuerda, mucha cuerda. Busquemos en los alrededores.

Dicho esto el enano se apresuró a buscar los materiales. No había tiempo que perder. Construir una balsa lleva su tiempo si se quiere que tenga cierta calidad y aguante el trayecto sin romperse.

Intento colaborar al enano en la elaboración de una balsa, no tengo experiencias en estas lides pero unas manos extras, aunque pequeñas, pueden ser de ayuda en este momento.

—En seguida Dasron —digo, y me pongo en acción. Voy recogiendo hojas, troncos y cáñamos que consigo en los alrededores y los pongo a disposición del enano.

Dasron se pone a la tarea de construir la balsa, pero después de todo el día de caminata y tras el susto con las abejas está cansado, dolorido, nervioso y nada le sale a derechas. ¿Cómo se hacía este nudo, es así o se pasaba por este lado? Viéndolo de este talante, Garsam se pone a su lado y decide echarle una mano. Ambos se compenetran y trabajan codo con codo hasta dejar lista una balsa resistente que podrá llevaros a todos al centro del lago.

Ya es tarde, necesitáis acampar, o bien cerca de la orilla, donde estáis, o quizá en otro lugar que os pueda resultar más resguardado.

Malhumorado y algo mojado, al final salí de mi escondrijo y avancé sin ser detectado por las abejas gigantes. Después de reunirme con los demás avanzamos un trecho y desde un pequeño promontorio pudimos ver a lo lejos el árbol que buscábamos. Era bastante bonito y de un color llamativo. La magia se desprendía de él como los rayos de luz del Sol.

El camino se hacía pesado, ya que debíamos de cruzar marismas, esquivar ramas y aguantar el fétido olor del pantano. Además, el árbol parecía estar más lejos de lo que en un principio habíamos calculado. Casi al final del día llegamos cerca de él, pero había una profunda laguna. Debíamos de fabricar una balsa para llegar hasta él, y que pudiera con los cinco. El enano y el halfling enseguida se pusieron manos a la obra, pero no entendía por qué recogían hojas y ramitas. Con eso no iban a hacer nada, ya que con el solo peso del orondo enano, lo que fabricaran se hundiría sin haber avanzado un metro.

-"Creo que deberíamos de montar un campamento aquí e intentar talar algunos árbolillos más gruesos que simples ramas y hojas. Atando los troncos con cuerdas, haremos una balsa que podrá soportar el peso de algunos, no sé si de todos."

Lay por su parte solo quedo pasmado al ver el árbol y viendo trabajar a sus compañeros decidio ser mas url con el campamento - voy por agua y ramas para hacer una fogata-pensó un momento - oigan solo por curiosidad.... Quienes van a ir en la balsa?- le parecía poco práctico hacer una balsa para 5 si no todos eran necesarios

La balsa ya estaba lista. No íbamos a cruzar los mares con ella pero serviría. Barrik sugirió reforzarla con troncos más gruesos.

-Me parece buena idea. Iré a cortar algunos.

Tras el trabajo que nos llevó toda la tarde estábamos algo cansados. Así que paramos a comer.

-Busquemos un lugar para acampar. Me rugen las tripas. Para recoger las raíces con que vayan dos supongo que será suficiente. ¿Lo echamos a suertes?

Cuando Dasig ve al gran árbol esmeralda enfermo, una sombra de preocupación cae sobre él.
- Este árbol ha estado aquí siglos y con sus raíces se han elaborado muchos remedios. No creo que sea casualidad que ahora que la enfermedad ha empezado a acosar a los lugareños, también el árbol muestre una enfermedad. Deberíamos investigar qué le pasa, además de recoger las raíces.

Permanece pensativo un momento y añade:
- Tal vez no esté directamente relacionado, pero entonces no puedo sino ver la mano de los dioses en todo esto: nos han traído no sólo para salvar a la gente, sino para salvar el remedio que cure esta enfermedad ahora y en los siglos que estén por venir.

Dicho lo cual, y viendo que vamos a pasar el día aquí, Dasig hace una plegaria a los dioses:
-Guiadnos en esta misión, permitidnos encontrar al mal que ronda en este lugar, para que podamos purgarlo.

Dasig se dedica entonces a ayudar a montar el campamento recogiendo leña por los alrededores, pero siempre atento al susurro de los dioses. Cuando ya está atardeciendo se acerca al enano y al mediano y asiente aprobatoriamente.
- Una buena balsa... con esto deberíamos poder cruzar la laguna todos. Y sí, pienso que deberíamos ir todos. No tiene sentido dividirnos, porque si algún peligro nos alcanza, será más fácil sortearlo juntos.

Al fin la balsa nos quedó bien, bueno, eso parecía, pero las palabras del clérigo me llamaron la atención —¿la misión se complicaba más? —me pregunté—. Ahora era momento para descansar  los planes llegarían junto con las energías renovadas. Así me dispuse a preparar algo bueno para el equipo.

Asentí a las palabras del clérigo.

-"Dasig está en lo cierto, no debemos separarnos. Si aún siendo cinco somos vulnerables ante peligros menores como las abejas gigantes, ante un peligro mayor seríamos carne de cañón si somos menos. También digo de ir todos hasta el árbol, aunque dé un poco de miedo ir en la balsa hasta allí. Pero ahora descansemos y recuperemos fuerzas, ha sido un día intenso."

Me senté enfrente de la fogata que habían encendido y empecé a quitarme las botas, ya que tenía los pies doloridos.