Partida Rol por web

Bajo las luces de New York

Electrosand

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15/12/2012, 14:25
David Stanford [Superviviente]

2:22

David sacó la cabeza del agua, literalmente. Se pasó las manos por la cara, espantando el agua de aquella pequeña fuente, y se sentó en uno de los brazos del sofá mientras se secaba relativamente con la manga de la camisa. Su chaqueta reposaba sobre el pomo de la puerta, y el paquete de tabaco sobre la mesilla, junto con el mechero. Sacó el teléfono móvil de los cojines del sofá, y sin mirarlo para no estallar en llamas, se lo guardó en el bolsillo, con todo lo demás.

- A esto lo llamo yo acabar un día con el pie derecho- dijo satisfecho mientras cogía uno de los cigarrillos y, entre dientes, le pegaba fuego tapando la llama con la otra mano-. No es que quiera cambiar de tema, porque ya sabes que me encanta rememorar las jugadas, pero... ¿mañana por la tarde?- preguntó bastante más interesado, pues, por mucha vida física que tuviese David, le preocupaba bastante más su hija que los placebos del cuerpo. Le sabía algo mal con Sasha, y de ahí la cadencia entre todas las frases y la última, pero no le quedaba más remedio.

Juegos secundarios aparte, la cría tenía que aparecer. De poco servía ser famoso y deseado, aunque esto último tenía el polo opuesto, convenientemente omitido, si al final del día no podías meterte en la cama sabiendo que tu hija estaba a salvo. ¿Qué clase de monstruo sería David de lo contrario? No era ya de por sí el prototipo de buen padre americano católico, pero de ahí a perder de vista a su hija había un paso, y bastante grande.

David echó un trago a la botella abierta, alternándola con la colada mientras la mano libre le ofrecía el cigarro de después a su compañera de juegos, de una forma bastante desinteresada.

- Bueno, creo que, salvo que quieras matar a este viejo con un segundo asalto- una forma sutil de decir que tenía pocas ganas, la verdad, pues, por mucho que le gustase, no lo hubiere disfrutado ni hecho disfrutar tanto como hubiese sido menester, por una cuestión emocional. La ira ayudaba en el primero, pero no en el segundo-, deberíamos ver si los demás siguen vivos. Creo recordar que una hasta iba vestida de colegiala, y eso está a medio camino entre ponérmela dura y darme un poco de miedo.

Sonrió, cual pícaro, con esa última frase mientras acercaba los dedos índice y pulgar, ovalados, formando el característico símbolo de pequeñez. David era un bufón cuando se lo proponía, y aquello no era más que algo para suavizar la realidad, y la realidad era que en ese instante el reservado le recordaba más a GreatBalls que a otra cosa. Y eso no podía salir bien.

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15/12/2012, 19:58
Sasha

- Me parece bien. respondió perezosa la actriz, haciéndose la remolona en el sofá mientras David volvía a poner las cosas en orden. Había sido más una liberación que un disfrute carnal, un punching bag sin necesidad de causar daños ni destrozos a nadie. Uno agradable, pero no por ello menos real.

Desde su trono de cuero, sin ningún tipo de metáfora sadomasoquista, Sasha contempló todo el ritual de vuelta a la realidad del escritor. Móvil, lavado de cara...sus ojos semicerrados fijos en todo lo que hacía, como si fuese una leona vigilando lo que sucedía en sus tierras.

Con un último gemido de disfrute la mujer acabo de desperezarse y se levantó, recolocándose el vestido y el pelo con un simple gesto de la mano. Lo cierto es que el efecto de normalidad había sido conseguido. Azar o habilidad, nunca podría saberlo.

- Vamos, anda. añadió con descaro, mientras se acercaba a la puerta y la abría como si llevase horas esperándole. Será mejor que comprobamos que ElectroSand sigue en su sitio con esos danzando por ahí.

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15/12/2012, 22:43
Director

Abandonando aquella capilla madre de malas noticias, la actriz y el escritor salieron del reservado justo a tiempo para verse casi arrollados por el hombre aislado del principio, qué evitó justo a tiempo a la pareja antes de seguir con paso rápido. No sin dedicarles una mirada asesina, por supuesto. Salió sin alterar el paso lo más mínimo, y los guardaespaldas le abrieron hueco casi espantados.No tenía mucha forma física, pero un empellón como el que estuvo a punto de darle a Sasha podía ser letal cuando estabas justo encima de unas escaleras.

Al parecer el imbécil ya había logrado su polvo del día, aunque no debía de haber sido lo bastante bueno para el ánimo que llevaba. 

- Maldito imbécil...declaró Sasha leyéndole el pensamiento a David, sorprendida por las malas maneras.

Desde luego, el mundo estaba lleno de Greatballs. Con paso bastante más calmado que el de su amigo, David y compañía volvieron al banal mundo de la planta baja. La música seguía sonando a todo volumen, y había incluso más gente que antes colapsándose en la pista de baile. Desde luego, iba a estar difícil encontrar a sus amigos por ahí.

La noche acaba de empezar y esta guardaba aún un par de sorpresas para el escritor, sonriendo divertida. Y una de ellas estaba a punto de llegar.

Pero antes, Jean se acercó a la pareja con los brazos abiertos a modo de saludo. Milagrosamente el doctor les había visto bajar las escaleras, y se había acercado contoneándose por la pista, imitando los meneos de las chicas del lugar para regocijo de David, quién obviamente no se había dado cuenta. Habrían hecho falta prismáticos para poder distinguir al viejo entre la multitud, por poco que entonase en el ambiente trajeado como iba entre tanta chica demasiado poco vestida.

Extrapolando un poco, Samantha y el resto del grupo deberían estar por ahí, pero David no alcanzaba a ver a ninguno. El médico llevaba una copa en cada mano y en un gesto de inimitable generosidad, le tendió una al escritor. La menos llena, por supuesto.

- ¡Ya pensé que te habías ido a casa, carcamal!- dijo, riendo. Aunque no me extrañaría, con esta puta mierda de música...

- Tiradas (1)

Notas de juego

EDITADO para cuadrar con posteriores versiones.

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16/12/2012, 00:42
Edward Bradley

El taxi acabó su carrera en la acera frente al Electrosand. Bradley tenía varios motivos para pararse a esa distancia. El primero era que prefería mantener un perfil bajo y dejarle el protagonismo a estrellitas como su jefa. El segundo era de una índole más sibilina y sociópata, y es que Edward quería ver, tantear a ése playboy que era Ashton García. Quería ver por fuera el garito, sentir el bullicio y experimentar hasta dónde era ése impresentable capaz de movilizar a la urbe. Conclusión: el típico capullo que cae mal al abogado. - Espero que Linda se divierta entrevistando al señor especial.

Tras pagar la carrera en efectivo, Bradley se bajó del coche mientras encendía un Treasurer Black. Otro de los motivos de aparcar tan relativamente lejos es que tenía la posibilidad de disfrutar un cigarro antes de llegar. Conforme iba avanzando, las preocupaciones del día, que no eran pocas, se iban desvaneciendo de su mente. Porque que quede claro, aunque esté dispuesto a hacer que su jefa trabaje al máximo, él no estaba de servicio esa noche. No después de todo el follón que le habían montado. Era su noche, y podía hacer con ella lo que le viniera en gana.

Una vez frente a la cola, Edward enarcó una ceja mientras cavilaba. - ¿Habrá llegado ya la princesita? Puede que me ahorre algo de tiempo. Buscando con la vista cualquier indicio de la hija de su jefe, Bradley sacó su teléfono y marcó el número de Linda Charlmers. Porque, ¿qué mejor manera de empezar una noche de fiesta que escuchar la dulce voz de la niña de papá nº 1 de Nueva York?

- Por cierto, ¿habrá venido la relaciones públicas? Espero que sí.

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16/12/2012, 00:59
Director

El local por fuera dejaba claro que había sido un local industrial. Había sido, porque las reformas se habían encargado de eliminar por completo aquel aspecto. La cola, bastante impresionante, rodeaba gran parte del edificio y acababa en unas enormes puertas metálicas custodiadas por dos enormes gorilas que se encargaban de dar el pase. Esas puertas eran de lo poco que quedaba original en aquel lugar, y de lo poco a lo que los expectantes clientes que quedaban fuera prestaban atención.

Un gran cartel metálico con el nombre de la discoteca brillaba con iluminación cambiante entre el blanco, el azul y el verde que incidía desde abajo. Este eclipsaba por completo el resto de las formas más allá de la puerta, pero los ojos del abogado, buscando defectos como un pobre busca el pan, vieron más allá. La mayoría de la nave había sido recubierta con placas blancas que suavizaban las antiguas formas del local y tapaban el feo color gris. Cuanto tiempo duraría ahí eso no lo sabía, pero desde luego se habían gastado un buen dinero en cubrir toda la superficie.

Mientras el humo de su caro cigarrillo se perdía en el frío aire newyorkino, la voz de su tierna acompañante respondió al otro lado de la linea.

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16/12/2012, 01:07
Linda Charlmers

- Ya pensé que no llegabas.- Sin saludar siquiera. Tan agradable como siempre.- Me estoy congelando de frío en la puerta, capullo.

Mirando de nuevo hacía allí, Edward pudo ver una figura abrazada a un chaquetón con un vestido demasiado corto, que alzó la mano para señalizar su posición. Seguro que a papi no le había hecho gracia que saliese enseñando tanta pierna. Aunque él no se iba a quejar: sería una capulla, pero tenía unas señoras vistas que pasear.

- ¿Vienes aquí o qué? preguntó retóricamente, como la bussiness woman que era sin miedo al gasto de su tarjeta telefónica. Parecía que Charlmers padre había ejercido sus labores y Linda no se había tomado bien el tener deberes que hacer en lo que planeaba ser solo una noche de fiesta gratis.

Bueno, que se jodiera.

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16/12/2012, 01:14
Director

Después de disfrutar un poco más de su cigarro (y, por que negarlo, de la sensación de superioridad que le proporcionaba estar jodiendo a la hija de su jefe después de que le putease), Edward al final cruzó. Linda ni siquiera le dirigió la palabra, solo una mirada mezcla de odio y arrepentimiento. La chica se lo había buscado ella solita, y parecía ser consciente. Quizás esas habían sido las intenciones de Ronald desde el principio...

Ambos se acercaron a la cola VIP y como había prometido la relaciones públicas, Linda solo tuvo que decir su nombre para pasar. Los dos encargados de seguridad se miraron con extrañeza al ver que Edward no pasaba detrás. Al menos hasta que dio su nombre.

-Ah, tu. dijeron sencillamente. Toda una muestra de comprensión auditiva por su parte.

Uno de ellos rebuscó entre los papeles que tenía, antes de tenderle al abogado una de las entradas. Ah, que bien se sentía en sus manos. El tacto metálico, los colores llamativos que brillaban bajo la luz. Ey, tenía algo escrito.

"Para que el Señor Abogado se tome un respiro, porque hay pocas cosas más duras que la ley ;)"

Sin duda, cosa de la tailandesa, que había obrado su magia. Cada vez más henchido de orgullo y con una sonrisa más grande en la cara, Edward pasó hasta lo que era el guardarropa solo para encontrarse con una nueva sorpresa.

Linda le estaba esperando, ya sin abrigo.

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16/12/2012, 01:26
Linda Charlmers

La joven se había apartado ligeramente a una esquina y vigilaba con esfuerzo y el ceño algo fruncido la afluencia de gente. Ahí, medio arrinconada y casi encogida y...

Un momento. ¡Estaba asustada! ¿Así que era eso, eh? Papi había mandado a su querida a hacer un reportaje vital para la sección de ocio. Era su prueba de fuego, y no una cualquiera. Tenía concertada una entrevista con un peso pesado de la vida social newyorkina: motherfucking Asthon García. Tenía que lucirse y demostrar que no iba a heredar el periódico por mero apellido, sino porque podía sacarlo adelante.

Desde luego, era un buen marrón si solo esperabas ir a pillarte una buena borrachera.

El alivio que mostró cuando vio entrar al abogado fue tan obvio que Bradley sintió un agradable vuelco en el estómago. El ver como volvía a fingir un mohín de disgusto ante su presencia fue suficiente para dibujarle una sonrisa de oreja a oreja, que la chica no pareció entender.

- Pensé que entrabas de acompañante de mi pase VIP. dijo la chica, mirándole de arriba a abajo. Me sorprende que te hayan dejado entrar con entrada normal por esa cola. Ya, ahora preocúpate por la cola... Vamos. añadió, agarrándose a la manga del hombre para no perderse entre la marabunta de gente que se agolpaba en la discoteca. No quiero llegar tarde a mi entrevista.

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16/12/2012, 01:40
Director

Desde luego, lo bueno de la EletroSand estaba dentro. La discoteca era gigantesca y miles de personas ataviadas con sus mejores galas nocturnas se contoneaban en la pista de baile ante la música de uno de los Dj del omento, mientras del techo caían unos bailarines de unas enormes cintas como si aquello fuese una actuación de circo. A la derecha había una barra, donde los camareros y camareras agitaban cocteleras en el aire. Miles de botellas estaban apiladas tras ellos, alguna ginebra de mil dolares llamando sinuosamente al abogado. Pero aún no.

Los bajos golpeaban el estomago del Bradley a cada bajada de ritmo de la música, y las luces estroboscópicas hacían que la visión pareciese cosa de otro mundo. Miles de personas estaban allí congregadas disfrutando. Menos una. Linda miraba alrededor y por encima de la gente, como si Asthon fuese a aparecerse como un dragón a raptar a la princesa. ¿Sería entonces el abogado un príncipe?

La noche comenzaba a estar en pleno apogeo, pero aún les faltaba lo mejor por ver. Subiendo las escaleras había una vista espectacular de la marabunta de gente que se agolpaba abajo saltando ante el DJ que, desde su posición privilegiada, anunciaba la buena nueva de la juerga. Y antes de llegar a los reservados, unos gorilas de traje y corbata, que frenaban el acceso a una importante cola de gente que intentaba entrar a los reservados con o sin pase. Si había una entrevista sería allí, seguro, pero lo mejor sería preguntar.

¿Eso sí, a quién?

Notas de juego

Para no saturarte, que he dado muchas cosas por supuestas, te dejo un post de reacción y acción antes de que Linda siga a lo suyo ^^

Violet es omnisciente en esta escena. Superpoderes de bailarina. :P

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16/12/2012, 01:51
Director

El busca de Violet vibró, sacándole del ensimismamiento en el que le había subido el vestido. Era difícil caminar al nivel de los mortales con esos tacones y esa vestimenta más propia de un panteón divino. Pero no era una bailarina más esta noche, no. Era la relaciones públicas, y era un cargo de importancia en una inaguración. Y más en una inaguración como aquella. ElectroSand, la discoteca del momento. Tenía que brillar con luz propia incluso fuera de su barra de baile. Si no...¿por qué le había comprado Asthon ese pedacito hermosísimo de cielo que llevaba puesto?

El mensaje era breve: la típica brevedad de un ritmo frenético y alguien sin muchas ganas de escribir.

"El Abogado esta dentro. Linda Charlmers está dentro"

Linda Charlmers, la periodista que venía a entrevistar a su querido Asthon. Violet había movido sus hilos para convencer a su querido jefe de que aquello vendría bien. Este al principio había argumentado que tenía la noche muy ocupada, pero había acabado cediendo.

Tendría que comprobar que era una muchacha decente, y no una pilingui de tres al cuarto intentándole robar el hombre de sus sueños. Por entonces sería culpa suya. Llevaba muchos años peleando por ese apuesto semental como para que llegara ahora una cualquiera a intentar seducirle. Aunque claro, ¿quién querría a una periodista teniendo a una hermosa tailandesa vestida de ángel?

Notas de juego

Puedes encontrar sin ningún problema a Edward Bradley y Linda Charlmers. Superpoderes de Relaciones Públicas :P

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16/12/2012, 01:57
Edward Bradley

El abogado quedó sorprendido al ver la "dedicatoria" (por llamarlo de alguna manera) que le habían hecho a su entrada. Si fuera una quinceañera sobrehormonada y tuviera en su habitación un corcho para colocar fotos, esta sería la clase de cosas que pincharía en el. Habrá que comprarse un corcho...

Si esto había contribuido a aumentar la perplejidad de Edward, cuando dejó su abrigo en consigna y se volvió hacia su jefa, para encontrarla temblando como un pajarito sin plumas, su estado mental llegó a un punto intermedio entre Qué demonios llevaba ése cigarrillo Soy el rey del mundo. No obstante, no pudo evitar sentir cierta empatía hacia la pobre, pobre Linda, que sólo quería agradar a papi y demostrarle que es una niña grande, capaz para heredar el negocio.

Un momento, ¿Edward Bradley sintiendo pena por Linda "Zorra-del-averno" Charlmers? En serio, ¿qué llevaba ése cigarrillo? Pero ahí estaba, ése nudo en el estómago que le impedía soltar la puntilla sarcástica, el comentario enervante que sacara de quicio a la jefa. Quizá fuera por verla allí, indefensa en ése páramo hostil (o por qué no, por verla con un vestido de 10) que el abogado no podía simplemente quedarse allí a ver cómo el mundo trataba mal a ése angelito descarriado. Haciendo de tripas corazón, decidió que iba a ayudar a Linda en todo lo que pudiera en el enfrentamiento con García. Conforme se iban moviendo se acercó al oído de su jefa para garantizar que se entendieran a pesar de la música y comenzó a compartir datos.

- Por lo que he podido investigar, Ashton García es un gilipollas de buen calibre. Típico vividor, playboy narcisista al que le gusta ser el centro de todas las cosas, creo que montar una discoteca en este plan es sólo una muestra más de su carácter. Lo más seguro es que intente llevar la situación de la entrevista hacia su terreno, pero creo que sabe tratar con gente de éste nivel. - finalizó intentando levantar el ánimo de Linda. Edward seguía sin creerse lo que estaba haciendo.

Cuando llegaron al umbral protegido por dos gorilas, Bradley concluyó que donde hay gorilas hay gente importante detrás, y por la masa de gente que los guardianes echaban hacia atrás, el pez que hubiera ahí detrás debía de ser gordo.

Creo que estamos llegando. Convendría identificarse y ver si nos dejan pasar. No creo que nos pongan muchas pegas si mencionamos a García, y menos cuando les digamos que hemos estado hablando con la relaciones públicas, Violet Carson, esta misma mañana. - dijo el abogado provocando que Linda tomara la iniciativa. Al fin y al cabo, los gorilas siempre son más amables al decir que no a una señorita que a un tirillas como él, por mucho traje nuevo que llevara.

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16/12/2012, 01:46
David Stanford [Superviviente]

David apretó los puños ante el gesto del hombre. El efímero palidecer de las manos, privadas de sangre, no era sino la nueva contenida. Ira. El pecado capital residía en un segundo plano del hombre, pues, mitigado, el recuerdo de su hija y un impresentable seguía ahí. De normal hubiese dicho algo, muy del estilo de "Un respeto a la señorita" o alguna fanfarronada similar, pero se lo ahorró con un rebuzno y una de esas miradas que matan, pues sabía que si le decía algo, el replicaría, y entonces tendrían que rodar ambos por la escalera. Era un imperativo categórico emocional. Como suena.

Pero se calmó y siguió como si nada, pues más le valía disfrutar la noche antes de seguir con la búsqueda de la chiquilla. Con un gesto en el hombro de Sasha intentó serenarla, aunque, ¿cómo conseguir que otro lo haga si ni tú eres capaz? No puedes. Al menos, David no podía.

Una vez abajo, todo volvió a su razón de ser. Desde luego el novelista, aunque no tenía vergüenza ni modales, no estaba hecho para bailar por su propio pie. Podía, con más o menos entereza, que no estilo, pues nada tenía que ver bailar bien a hacerlo con aplomo, pero al hombre había que sacarle a bailar, y aún así aquello no le llamaba demasiado la atención. Prefería los alrededores, desde luego, y bien tuvo que agradecer la aparición de Jean.

- La noche es joven, no como otros- recitó el novelista, con una frase hecha y una coletill que le venían al pelo, pues el no era joven, pero aún le faltaban años para llegar a los de Luca-. Música para rebaños- añadió sin más, con una frase muy propia de sus libros, aunque lo dijo sin ninguna connotación, como si fuesen palabras vacuas-. En el reservado no se escucha más que el rumor del agua, había tantas pijotadas que me ha faltado un adorno más para empezar a mear oro. Deberías verlo, es el trastero de un millonario Zen- señaló el lugar al hablar, empleando para ello un dedo vuelto hacia atrás por encima del hombro-. ¿Cómo va todo por aquí abajo, en el mundo de los mortales?- bromeó, pues él estaba más cerca de la muerte que nadie, y Jean podía pegarle un par de giros que les dejasen a la misma altura, o incluso por debajo. Era el poder de tener aún menos vergüenza y más hedonismo-. Cuando entré había una mujer vestida de colegiala, un bombillo- Charlie, por su cabeza-, violador 2.0 y la pobre Sam- sin apodos, más que el triste pero bien escogido adjetivo.

A saber lo que había estado haciendo el médico, aunque si iba vestido y podía hablar, nada que no pudiese contar. Si seguía así acabaría, como aquella tarde, descojonándose de los que al final no recordaban lo que debían. No esperaba que supiese demasiado sobre los demás, pero toda información sobre su equipo era más que deseable.

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16/12/2012, 12:08
Violet

A Violet le vibraba todo, tanto que al principio ni se dio cuenta de que su busca la avisaba de un nuevo mensaje. 

"Mmm así que ya están aquí" Una leve sonrisa se dibujó en su cara, nada mejor que la búsqueda de aquellas dos personas por todo el local para exhibirse como ella sólo sabía. 

Caminó entre la multitud hacia la zona de la entrada. Si acababan de llegar no estarían muy lejos de allí. Los hombres con los que se cruzaban la miraban con embeleso y ella les regalaba una pícara sonrisa, pero sólo a los más guapos. Más de uno recibió una disimulada reprimenda de su novia, otro lo que se ganó fue un tortazo de su novia por mirar a la bailarina sin mucho disimulo. Aquello le divirtió. 

Consiguió una copa de champagne de uno de los camareros y siguió con su misión. Aquella bebida en la mano le daba una apariencia más sofisticada y misteriosa. 

Entonces reparó en aquella extraña pareja que pretendía entrar en la zona VIP. Parecían algo fuera de lugar, sobre todo la muchacha, que rayaba el nerviosismo, o eso creyó ver Violet. Su instinto le dijo que había finalizado su búsqueda. 

Con una interesante media sonrisa y paso decidido, se acercó a ellos. El abogado no era en exceso atractivo pero tenía una apariencia muy interesante, ojalá le acompañase la personalidad. Y en cuanto a ella... una chica mona como tantas. Violet rió más abiertamente, aquella muchacha no era rival para la diosa tailandesa. 

-Buenas noches -saludó mientras acariciaba su labio inferior con el borde de la copa, un gesto muy sensual-. Soy Violet Carson, relaciones públicas de este templo del ocio -hizo un teatral gesto con el brazo, intentando abarcar todo aquel espacio- ¿Es posible que me encuentre ante el Señor Bradley y la Señorita Chalmers?

Violet se giró hacia la pista, como si estuviera vigilando que todo fuera bien, aunque sus verdaderas intenciones era que aquellos dos pudieran ver la suave y blanca piel de su espalda, que aquel vestido dejaba al aire. 

La bailarina volvió a mirarles y les sonrió. Clavó su intensa mirada en los ojos del abogado, a la espera de una respuesta. 

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16/12/2012, 20:59
Jean Luca

Sasha le restó importancia con rapidez al encontronazo, y se encargó de buscar un tema de conversación nuevo durante su bajada por la escalera que David no pudo oir ni a gritos. Suerte que abajo consiguieron un lugar más alejado de la gente en el que poder bajar algo el tono, aunque nadie les iba a librar mañana de una buena ronquera. Pero mayor suerte era aún que Jean hubiera logrado verlos, ojo avizor. El médico pareció retroceder casi inmediatamente cuando David le describió los reservados.

- Bastante mierda zen tengo con las salas de espera. El médico hizo un gesto de hastío con los ojos, antes de pegar un buen trago a la copa. Con el chute de analgésicos que llevaba, aquello podía acabar mal. Y ahora me quieren dar la brasa para que mueva las cosas de sitio en MI consulta. Así que casi que mejor no subo. Iba a ser encabronarme a lo tonto.

Mirando distraído al rebaño que se paseaba ante sus narices, como si buscase olvidarse de las líneas de la tierras y los muebles blancos con tanto vividor a la vista, Jean prestó atención meramente funcional a las palabras de David. Lo sorprendente es que tardase tan poco en responderle con tantos datos: sus amigos deberían haberse perdido hacía tiempo en aquella masa anónima, pero Jean parecía tenerles bastante localizados en tamaña cantidad de gente.

- Tu anciano rockero ha desparecido con su concubina y un ruso trajeado que parecía ser amigo suyo, aunque luego juraría que he visto a Sam danzando por ahí. Comentó, mirando la multitud como si fuese a aparecer de nuevo convocada por su voz, que apenas se oía sobre la abrumadora música. De bombillo no se nada y la colegiala está empinando el codo en la barra. Al menos la última vez que miré. Puedes probar. Yo por mi parte creo que me largaré: tanta mierda me esta reventando la cabeza. Uno ya no tiene la edad de antes.- declaró negando con la cabeza con demasiado humor como para que fuera un comentario serio.

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16/12/2012, 21:21
Linda Charlmers

Linda se quedó sorprendida al principio por la aparición de Violet, y no pudo evitar abrir lentamente la boca en gesto de sorpresa al ver el modelito de la mujer. ¿Era envidia eso que veía la bailarina en sus ojos? ¡JA! No todo el mundo podía tener un Brawl a medida. Sin embargo la joven tardó poco en recuperarse, y la actitud temblorosa que la tailandesa había creído ver desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

Con tranquilidad la chica, que andaría por los veinte años, se desembarazó del brazo del abogado, antes de girarse para colocarse perfectamente ante la bailarina. La charla de Edward parecía haber funcionado, y Linda le mandó un sutil mensaje no verbal con la mirada recuperando su habitual gesto. No estaba muy seguro de que había querido decirle, pero una cosa estaba segura: Linda Charlmers había vuelto.

- Un placer conocerla, señora Carson- respondió la chica con una sonrisa que hizo por un momento dudar a Violet de quién mandaba en aquel lugar. Y el apelativo parecía ir a maldad. Sin embargo le tendió una mano con rapidez y educación.- Efectivamente, yo soy Linda Charlmers y mi compañero es Edward Bradley. Venimos  la entrevista con el Sr. Garcia: tenemos todo preparado para que salga en el número de mañana. Aunque antes de nada, gracias por proporcionarnos un pase.- añadió, con una breve risa de felicidad, que aún así sonó algo nerviosa. Puedo imaginarme lo difícil que habrá resultado hacernos un hueco entre tanta gente.

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16/12/2012, 22:37
Edward Bradley

Lo primero que pensó Edward era que en algunas culturas milenarias el vestido que llevaba la relaciones públicas era considerado una petición explícita de sexo. La primera impresión suscribía que la bailarina se llevaba a los hombres de calle, que lo sabía y que además le gustaba. Por otra parte, al abogado le hizo mucha gracia el comentario que elaboró acerca de la propia discoteca. Estaba acostumbrado a ser él el que esgrimía verborrea para desestabilizar y llevar la conversación a su lado. Lo último que le llamó la atención fue el poco disimulo con el que la chica trataba de coquetear con el abogado. Por desgracia para ella (Ja, por desgracia para él), Bradley estaba junto a una mujer que podía cortarle algo más preciado que lo que le podía dar la bailarina, y es el sueldo.

Antes de que Edward pudiera presentarse Linda decidió que era el momento de recuperar su carácter, lanzándose hacia delante con todo. Creo que la prefería cuando era un pajarito asustado. ¿A qué viene este retorno a la todopoderosa jefaza? ¿Quizá la aparición de otra hembra exuberante ha provocado esto? A Bradley le hubiera encantado seguir analizando los patrones de conducta de las mujeres cuando se enfrentan en un duelo de presencias, pero se supone que estaba trabajando.

Dado que Linda llevaba el peso de la conversación (para una vez que el interlocutor no es un asqueroso tiburón de las finanzas le tienen que quitar su lugar como conferenciante), Bradley se limitó a asentir cuando su jefa decía algo con respecto a él. Aunque había una cosa que no podía callarse. En cuanto su jefa comenzó a agradecer el pase, vio su oportunidad.

- Yo también tengo que agradecerle que dispusiera de mi entrada - comenzó el abogado con el mejor tono que la música le permitía modular. - No sabía que disponía de dedicatorias personales para los distintos invitados. - finalizó con una sonrisa a medias entre burlona y siguiéndole el juego a la bailarina. Tras esto, volvió a su papel de esbirro detrás de su maestro.

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16/12/2012, 23:21
Violet

Violet se llevó la copa a los labios para beber, pero justo en ese momento la señorita Chalmers extendió la mano para saludarla y la bailarina tuvo que cambiar la copa de mano para devolverle el gesto. 

-Venimos  la entrevista con el Sr. Garcia: tenemos todo preparado para que salga en el número de mañana. Aunque antes de nada, gracias por proporcionarnos un pase. Puedo imaginarme lo difícil que habrá resultado hacernos un hueco entre tanta gente -la muchacha parecía haberse vuelto mucho más segura que al principio, incluso en exceso, llegando a rayas la petulancia. Había algo en aquella chica que no le gustaba, su sexto sentido le decía que, debajo de aquella dulce apariencia, se escondía algo que aterrorizaría a los osos amorosos. 

La tailandesa acarició uno de los pliegues del vestido, disfrutando de lo exquisito de su confección. Aquel gesto en realidad significaba algo así como "yo tengo un Brawl hecho a medida y tú no, estoy por encima de ti en la pirámide de macizorras". Decidió que la mejor manera de intentar anular su arrogancia era adularla. 

-Vaya, señorita Chalmers, es usted realmente encantadora -Violet le ofreció la más tierna sonrisa de su repertorio.- Será un placer acompañarlos hasta el despacho del señor Garcia. Aunque debo advertirle que la entrevista no podrá extenderse demasiado ya que, como comprenderá, mi jefe está muy ocupado esta noche -la joven había logrado convencer a Asthon de que aquella entrevista sería una publicidad fantástica para la discoteca, además de ser gratuita, pero aún así su Gastón había exigido que fuese corta. 

El abogado había permanecido callado hasta el momento. En aquel segundo plano más parecía un guardaespaldas o una niñera, dada la corta edad de Linda Chalmers. 

- Yo también tengo que agradecerle que dispusiera de mi entrada. No sabía que disponía de dedicatorias personales para los distintos invitados. 

-Sólo para aquellos que son lo suficientemente inteligentes para llamarme y hacerme la pelota -Violet rió y le guiñó un ojo -. Acompáñenme, por favor -les indicó al tiempo que se dirigía hacia la entrada de la zona VIP.

Una parte de los asistentes ahogó una exclamación cuando los acróbatas de las telas realizaron una figura especialmente difícil. La bailarina se detuvo un momento a observarlos. El espectáculo era absolutamente increíble. 

-Juraría que le he visto un testículo -comentó Violet mientras reía como si fuera una niña de siete años. 

Continuó la marcha, franqueando a los guardaespaldas, que abandonaron su rígida postura únicamente para mirar el duro y bien trabajado trasero de la bailarina. Atravesaron un largo pasillo hasta llegar a una oscura puerta que daba al despacho de su jefe. Violet dio tres ligeros golpes con los nudillos y, sin esperar respuesta, abrió la puerta. Allí estaba su jefe, adonis inmaculado de pelo engominado, casanova hercúleo de glúteos cincelados en mármol. 

Será mi amante bandido, bandido... corazón, corazón malherido.

Su Gastón no la había visto todavía, así que Violet se esforzó en hacer que su entrada fuese los más espectacular posible: labios sensualmente entreabiertos, mirada intensa, andares felinos y un escote muy bien puesto. 

-Buenas noches, jefe -la tailandesa aleteó con las pestañas-. Le traigo a la señorita Chalmers, la reportera, y a su acompañante, el señor Bradley -los presentó rápidamente y se acercó más a Asthon, para que viera aquel vestido bien de cerca (y a ella también, por supuesto)-. Muchas gracias por el vestido, no puede ser mejor. Espero que también sea de tu agrado -coqueteó al tiempo que daba una vuelta sobre sí misma para permitir que su jefe pudiera contemplar toda su anatomía. 

Violet podía coquetear con todos, intimar con algunos, y acostarse con unos pocos, pero, en el fondo, sólo tenía ojos para su Gastón. 

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17/12/2012, 04:15
David Stanford [Superviviente]

- ¿El gran Jean Luca rechazando una buena fiesta? No lo creo- respondió el escritor sin muchos miramientos, luciendo casi una afirmación en lugar de una pregunta-. Aunque eso- señaló el vino- quizás no te conviene demasiado- añadió como amigo, pues a Lew había podido salvarle la vida, pero una intoxicación sería mucho más difícil que una alergia, y no quería acabar con leyendo su analítica de sangre al borde de una cama de hospital.

Con los ojos, sin embargo, el escritor buscó al cabronazo de antes. Sí, el estirado de constitución palillo con pocos modales. David no era un hombre muy dado a montar broncas de forma gratuita, pero no tenía reparos en armar un buen escándalo cuando la situación lo merecía. Y desde luego, Sasha lo merecía. En frío las cosas se veían de otra forma, y era el momento de ello. Quizá la querida hubiese decidido no darle importancia, y David, llamado a la serenidad, también, pero no por eso iba a defender a nadie. Todo sea dicho, casi prefería no toparse con su rostro.

- De todas formas, mamá también está algo descolocada- añadió, refiriéndose a sí mismo como madre por la naturaleza de su comentario anterior- no te lo vas a creer si te lo digo, así que míralo tú mismo- mientras decía esa última frase y volvió sobre sus pasos en twitter, aunque decidió ni volverlo a leer. Ahora parecía bastante más fácil hablar del tema, quizá porque las masas de gente y la música ayudaban a sus neuronas a frenarse.

El hombre enseñó la pantalla a su compañero, revelando probablemente el motivo de su enfado. Y a ver que opinaba el buen Doctor.

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18/12/2012, 17:35
Jean Luca

- Como médico puedo asegurarte que una copa de vino al día es beneficiosa. Pero creo que es ya la tercera. Admitió, pensativo. Pues bébetelo a mi salud. Le respondió al escritor, intercambiando el móvil por la copa de vino. Mi mujer te lo agradecerá.

Jean entrecerró los ojos para poder leer la pantalla del movil entre tanto baile lumínico. Las luces se empeñaban en hacerle la vida imposible con sus idas y venidas entre colores, pero el cambio de gesto del doctor le dejó claro a David que había conseguido leer aquello.

- La puta. Fue lo único que agrego, al parecer repasando el perfil del pronto archiconocido GreatBalls, mientras su dedo movía la pantalla lentamente escaneando la información. Un capullo e ingenioso secuestrador de hijas. No se lo digas a Lew, o querrá sacarlo en uno de tus capítulos. Por irónico que pudiese sonar el médico lo decía en serio. ¿Y que piensas hacer con esta mierda?

Cargando editor
18/12/2012, 17:44
Director

Twitter aparte, David no consiguió localizar al foco de su ira entre tanta gente. El capullo no era demasiado grande ni llamativo, y resultaría prácticamente imposible encontrarle en la discoteca, al menos sin moverse del sitio.

- Tiradas (1)