Partida Rol por web

Para alivio de Nathaniel y un mono que comenzaba a hacerse algo evidente, el Lúmiere había abierto aquel día. Dentro solo había un par de parroquianos habituales, pues los jovencitos en busca de alcohol barato sin que les pidieran el carnet no llegarían hasta bastante más tarde. Lo normal.

Si no fuese porque Harry lucía un aspecto bastante deplorable. Luciendo un moratón en un ojo y una mejilla hinchada, el camarero estaba sirviendo torpemente una caña con una venda en la mano, como si allí no hubiese pasado nada. El resto de la gente estaba callada con cierta tensión, como si todo el mundo quisiera preguntar y nadie se atreviese.

- Ey, Nat. dijo el camarero, con un intento de sonrisa que tiró de su mejilla malherida, haciendo que se convirtiera pronto en una mueca incómoda. ¿Como va?

Vaya! Harry... dificilmente podía esconder mi asombro. Me senté en un taburete junto a la barra. Bajé un poco la voz, y con tono humilde le dije... ¿Que es lo que ha pasado?¿¿Quien te ha hecho eso?? Me quité la cazadora, mirándole espectante.

Lo cierto es que con la pregunta de Nathaniel, el hombre tembló un poco y apartó la vista, nervioso. Algo muy poco habitual en Harry. Era un camarero de armas tomar, de esos con una escopeta detras de los whiskies llamada Libro de Reclamaciones. Había parado peleas solo a gritos y echado a gente peligrosa del bar porque le habían armado pelea con un habitual.

Pero ahí estaba ahora, temblando como un cachorrito apaleado, protegido entre sus cientos de botellas y su barra de madera.

- Nada, un accidente... mintió malamente, sin rebajar la voz. Como si no tuviese nada que ocultar: lo único coherente de aquella mentira mal llevada. ¿Que te pongo? La rapidez que usaba para cambiar de tema era más que obvia, y Nathaniel se dió cuenta de que el resto de la cliente le estaban crucificando con la mirada.

"Callate, capullo. ¿No ves que le han dado una paliza?"

Al ver la reacción del bar, me sentí un poco incómodo. ¿Nadie me podría decir lo que le ha pasado? 

Anda harry, si no te importa me pones una caña. 

En voz baja, solo para él: ¡¡Pero Harry!! ¡Como que un accidente?! ¡Mirate! No te va a pasar nada por contármelo... a lo mejor podría ayudarte! Se como tratar con gente peligrosa. Creeme. 

breve pausa

Amigo... te contaría una historia. Puede que yo te parezca un empresario prestigioso que nunca ha estado en en suelo... caminando por el duro asfalto, al lado del resto de personas. Pero de hecho estuve... y te aseguro que ese asfalto por el que pisaba no era precisamente un caminito de rosas. Hace años trataba con la peor gente en Las Vegas. Y mas de una vez tuve que salvar mi culo de recibir cuatro tiros... bebo un trago de la jarra de cerveza Lo que te quiero decir es que se lo que son "ciertos" problemas con "cierta" gente. Y a lo mejor podría ayudarte, al menos te podría presentar a alguna persona más metida en "eso"... ... ... ... ¿Son "ESOS" tus problemas?

Tras mirar de reojo y algo avergonzado la charla de Nathaniel, Harry tiró dos cañas y con un gesto de cabeza le indicó al agente que se fuera con él a una de las mesas más apartadas. En otro momento de la noche no se lo podría haber permitido, pero ahora solo estaban los conocidos.

Con un gesto de dolor el hombre se dejó caer en las sillas y, tras un par de minutos de tenso silencio, al fin comenzó a hablar.

- Nat, no se con quien te metiste en las Vegas, pero...el hombre se pasó la mano por la frente. Estaba entre avergonzado y asustado por todo aquello, como si aquella paliza hubiera sido solo un aviso. Mira, ya no puedo pasar mierda. Vale, aquello si que era una puta mierda de noticia. Me habían advertido, y yo me reí, porque ya ves lo que paso. A cuatro gatos.

Era cierto, Harry pasaba pero casi más por hacer un favor a un par de clientes que por sacar buena tajada. No sabía cuantos más de allí consumían, pero el camarero solo pasaba a los más leales, que era una pequeña parte de la considerable afluencia del local.

-Pero el otro día vinieron unos tipos trajeados y me zurraron de lo lindo. Nos zurraron. Corrigió, tras una pausa. Al tio que me daba a mi la droga, a sus dos matones y a un colega que me había acompañado.

Y eran dos.

Se llevaron al camello y...se calló, antes de volver a pasarse la mano por la cara. Había cosas que era mejor no contar, sobretodo cuando no acabas de saber muy bien que había pasado. Mira Nat, no te metas, ¿vale? Ha llegado alguien nuevo a la ciudad que maneja el cotarro y que juega muy grande. Y punto. Nueva York esta demasiaod jodido ultimamente- comentó, tragando saliva. Nathaniel tuvo la sensación de que el hombre se refería a algo más, pero quizás era solo el mal sabor de boca después de todo lo ocurrido.- Tendrás que buscarte a otro que te pase coca, pero siemrpe serás bienvenido a mi bar. Espero que lo sepas. respondió, con una sonrisa dolorida.

Joder... Esto si que es una mierda.

Miro a Harry con complicidad, y pasados unos segundos tengo un arranque...

¡¡Hijos de puta!! Es que uno ya ni puede vivir tranquilo!! Joder, si es que es la puta verdad, que solo pasas coca a cuatro gatos... No se quien será el cabrón, pero parece que pretende llegar muy lejos...

Ultimamente es cierto que están pasando cosas. Me angustia pensar que todo puede estar relacionado con la misma persona.

¿Sabes lo que te digo? Algunas personas estarían mejor con un cargador entero del 44 esparcido por su cuerpo. ¡¡Hijos de puta!! Lo que realmente me pudre por dentro es que el mundo está dirigido por peces gordos a los que les pone hasta cachondos penetrar a las personas analmente con un hierro al rojo. Por que eso es realmente lo que hacen. Muchos no es que les guste el dinero; es que les gusta imponerse a las personas y su sufrimiento. Lo he vivido... Putos miserables...

Me estaba subiendo la agresividad, y ya me daba cuenta de que me estaba acalorando. Calma.

Bueno, miremos por el lado optimista. No es mi intencion molestar diciendo esto, pero la verdad es es que  no te ganas la  vida con la coca... No estas perdido. Se de alguno que estaría acabado completamente. Y Harry, no vengo a tu bar por que me pases coca, deberías saberlo!...aunque... la verdad es que era muy comodo que me la pasaras tu, en confianza.

Mierda ¿Que cojones hago para pillar? Meditando un poco me doy cuenta de que tengo a Jonny. Suele estar enterado de todo... No se como lo hace. Y puede que Jonny sea la solución a mis problemas. Me contará lo que sabe acerca de lo que pasa en Nueva York, y con suerte encuentro camello. 

Harry, No se lo que puedo hacer, pero esto no va a quedar así. Ahora mismo voy a husmear, a ver que se cuece por NY.

Y sentado con Harry, y con menos de media cervezam busqué en mi movil. "Jonny C." Botón verde. Y a esperar.

Harry se sobresaltó un poco ante el cabreo de Nathaniel, pero había algo en los ojos del camarero que agradecía aquel gesto. Como si fuera él quién quisiera chillarlo, pero tuviera demasiado miedo de que le oyesen y volviesen a por más.

- Mirándolo positivo, supongo que es la patada en el culo que necesitaba para salir de esta mierda. Literalmente. añadió intentando consolarse, con una sonrisa torcida no demasiado convencida. Y sin más se levantó, dando una palmada en el hombro al agente, como si de verdad fuese él quién necesitase consuelo.

Así era Harry, el perfecto camarero. No tardó ni medio minuto en sacar conversación cuando volvió a la barra, a servir con su brazo medio escayolado.

Pero Nathaniel ya había iniciado su cruzada personal, y la fea fotografía de Jonhy brillaba en la pantalla de su móvil, su número debajo. El aparato dio un par de pitidos, señal de que comunicaba, antes de que una voz ronca de fuerte acento hispano se hiciera presente.

- What's up, malamadre...preguntó el méxicano con una pequeña risilla. O estaba contento de oirle, o estaba contento de ir muy puesto. Hacia mucho que no sabía de ti, hermano. ¿Como te van los negocios?

Hola Jonny!... ¿Que tal andamos? Ciertamente, el tono jovial de Jon era contagioso, proviniera de la droga o de lo que proviniese. A mi, me alegraba hablar con el... Si, jaja, hace mucho tiempo que no nos vemos. Te llamo por que me gustaría charlar... ¿Quedamos hoy y tomamos algo tranquilamente?¿O andas liado?

El mexicano se quedó unos callado, como si se estuviera pensando la respuesta, antes de hacer un ruido de desaprobación con la lengua.

- ¿Tan gordo es que ni por el celular puedes decírmelo? Miedo me da, hermano. Una sonora carcajada aturdió a Nathaniel por unos segundos, que tuvo que apartarse el teléfono de la oreja a riesgo de quedar sordo. Ya sabes que siempre estoy disponible para ti. Y más cuando huelo negocios. Nat casi podía imaginarse la sonrisa de su amigo, sus dientes torcidos al acecho de la más mínima cantidad de dinero que morder. Solo dime donde.

Gordo... la verdad lo parece, pero todavía está por ver... al lado de Jonny ya había descubierto que un poco mas al sur no hay nada que no lo arreglen dos tiros bien dados. Eso es lo que sentía Nathan, aunque la verdad es que esa filosofía no le iba nada bien. Algunos problemas les resolvió milagrosamente con un acto heróico, tipico de la cinematografía de acción de los años ochenta. Pero se había metido en otros mas gordos precisamente por actuar de esa forma. Una vez mató al cabecilla de una banda que quería coaccionar su local. Se reunió con el y le mató junto a otros dos. No funcionó. Esa era una banda bastante organizada... y le costó cambiarse a otro local de la misma calle... por que fue mas barato que arreglar los desperfectos. ¿Como arregló el problema con la banda? A tiros. El estado de Harry, y la rabia que daba ver a alguien cercano mal por culpa de otros le había recordado esa loca época.

Eso era un no acabar... como una pescadilla que se mordía la cola... casi ni salir de una y meterte en otra. Hacía mucho tiempo de ello, pero Nathan por un breve momento pensó que se sentía con ganas de encapucharse y limpiar la mierda que le rodeaba a fuerza de cañón. Pon los pies en tierra... ¿Que mierda hay que limpiar? Ni si quiera son problemas tuyos. Deja de hacer castillos en el aire.

Wow Todavía no se nada... pero me gustaría hablarlo

¿Que te parece quedar ya? No tengo nada mejor que hacer... Se que no te gusta la 5ª avenida... Jonny se lo había dicho alguna vez. Sentía como que la gente le miraba por las calles. Demasiado formal era la 5ª, no pasaba mucha gente con las pintas de Jon. ...pero ¿y si te pasas por aquí? Estoy en el bar Lumiere. Al fondo. Le dije la dirección y acto seguido me desplacé a la esa esquina del bar. Es extraño. Hay bares que tienen una esquina... especial. En la que observas todo lo que pasa en el bar, pero a la vez es confortable porque estás como apartado... subconscientemente te sientes protegido ante la gente que te pueda tachar de extraño en el bar.

- Tardaré pero espérame con una chela y oiré hasta misa. replicó, con una risilla, antes de colgar.

Nathaniel ahora estaba solo. Bueno, relativamente. No mucho más allá, en la barra, Harry servía a los parroquianos de siempre fingiendo amabilidad. Aquí no ha pasado nada, amigos. Y los amigos asentían con sonrisas falsas y gesto sombrío. Pero las cosas no eran así. Algún hijo de puta había venido a alterar el tranquilo ecosistema ilegal del barrio. Los sanos trapicheos entre conocidos con confianza, sin pretensiones de sacar los cuartos a nadie con mierda adulterada.

Y eso jodía a Nat.

No solo como consumidor. El mismo había estado en negocios de ese calibre, y sabía mejor que nadie de los allí presentes lo que significaba. Se empezaba con una paliza a un camarero, pero pronto alguien le daría dos tiros a alguien. El mismo lo había hecho en su día, así que...¿por qué no pensar que otro podía hacerlo?

Estuvo un buen rato en sus cavilaciones hasta que la puerta volvió a abrirse y el méxicano entró. Harry le dedicó una significativa mirada que dejaba bien claro que no estaba de humor para los follones que el hombre solía montar, pero Jonhy se limitó a responderle con una sonrisa torcida. No iría tan puesto si de momento usaba el sentido común así.

Cuando localizó a Nat en la esquina se limitó a sonreir de nuevo, esta vez enseñando los dientes amarillo de fumar tabaco y otras sustancias, y dio un cabeceo a modo de saludo. Sus botazas negras resonaron por el local, hasta que arrastró la silla para poder sentarse.

- ¿Y bien, compadre? Más vale que la charla me merezca el puto viaje en taxi... Cualquiera se lo hubiera tomado como una amenaza, y más conociendo el precario estado económico de Jonhy, pero Nat comprendió el peculiar tono de broma. Al fin y al cabo, había compartido mucha mierda con aquel hombre...

Nathan le miró sonriente al tiempo que le dio un apretón en el hombro en señal de complicidad. Aunque con ojos emocionados y sonrisa sincera, por un momento Nathaniel observó con tristeza el estado de Jon.

No le veía desde hacía algún mes. Y hasta ahora no se había dado cuenta... Jon lucía su expresión afable que siempre tenía ante las personas que ex-profesaba confianza. Se le veía contento... feliz. Pero cada vez se hacían mas evidentes los signos que indicaban el envejecimiento, como a una roca a la que el agua la desgastaba poco a poco. Jonhy. Siempre al pie del cañón. En el filo de la navaja. Eres de las pocas personas a las que confiaría mi vida.... mi compañero... mi viejo amigo. Y la calle está empezando a pasar factura a tu cuerpo...

Muchas veces Nat fantaseaba con la efímera ilusión de que algún dia Jon se hiciera hueco en un trabajo serio, dejando la vida de calle, dejando las drogas, dejando las peleas de bar. Efímera. Desaparecía al tiempo que le daba en todas las narices ver la abrumante incompatibilidad de Jon con ese estilo de vida ...Jonhy... nunca cambiarás. Joder! Como quiero a este hijo de la gran puta! ... cuanto me alegraría verle feliz... con un buen trabajo... quizá con una familia... ¿sería un buen padre?

Pero Nat salió inmediatamente de ese corto trance. Se alegraba un montón de verle :)

Llamé la atención a harry Harry! Cuando puedas, un par de cañas!! a Jonhy ¿O prefieres tequila? Por no perder los buenos hábitos...

Viendo esa sonrisilla en la cara de Jonn, me pregunté en alto ¿¡ Te habrás traído algo de eso que te has tomado!?Eh! Cacho perra?!ando con mono... luego te explico jajaja....

Poniendo esa expresión característica con el ceño fruncido del meditabundo Nathaniel, hablé: Vale... ahora vamos en serio. ... ... ... ¿Como empezar?... ... Si. Lo has visto ¿no? señalé discretamente con la mirada a harry. ... Te harás una idea de lo que quiero saber... Nueva York se está moviendo. Están pasando cosas extrañas. Cosas inusuales. Y claro está, tu siempre estás enterado de lo que se cuece por ahí. Así que, la pregunta es muy sencilla. ¿Qué está ocurriendo?

Jon siempre tenía algo que aportar. Y esperaba que esta vez no fuera menos.

- Ando sin mierda. declaró con seriedad, callándose por un momento cuando Harry les acercó las cañas de mal humor. Lo último que quería hoy allí era a aquel liante, pero confíaba en que como amigo de Nathaniel no daría muchos problemas. Al menos, no aquella noche.

- Bah, una mierda inusuales. Dijo el mexicano, dando un buen trago a su caña. Eres un teatrero. Soltó una risa que duró muy poco, pues el asunto era bastante serie. Alguien se está haciendo con el control de la coca por aquí. Y no solo la coca. Gente que pasa metanfetas me ha dicho que les están metiendo la bota en el culo. No se de que puto país es la nueva mafia esta, pero son unos putos estiraos de traje. Si aquello se suponía que era una pista vital para el cerebro licuado de su amigo, Nat no llegaba a entenderla. ¿Y que más daría como coño vistiesen? De momento por lo que he oído solo le han dado en las pelotas a gente como tu y yo, pero en algún momento le darán a algún ruso un poco ido, algún chino de mierda o un el puto italiano de turno, y entonces podemos cagarnos por la pata abajo.

Y tras esas proféticas declaraciones, Jonhy dio un buen trago  la caña, como merecido premio. 

¿No te haces una idea de quien puede ser ese grupo o es aorganización? Me interesaría saber mas información acerca de esa mafia que están montando ¿Sabes de alguien que pueda saber algo? Si es verdad lo que dices, seguramente todavía tienen que pasar cosas y hay que estar preparados por si se acerca el chaparrón ... no me gusta que toquen a gente de mi alrededor... ademas la empresa está yendo mal... ¿Podría estar relacionado? ... ...bueno, estos días, intenta averiguar algo... sabes que te pagaré bien... 

A jonhy nunca le había hecho gracia que Nat le diera dinero, pero Nat siempre insistía en que le iba muy bien y que le sobraba, por eso a veces Jon aceptaba el dinero como una especie de "pago a sus servicios"

Tras una tarde de charla y de cañas, Nathaniel le dio 70$.

Aceptalo insistió... Has venido en taxi, y te he comido el tiempo. Además gracias por la información. Por cierto... también te recompensaré si me encuentras un camello... llevo un puto dia entero sin coca y no creo que aguante muchos mas.

-No tengo ni puta idea, mano. Y casi prefiero no saberlo. Y era raro, porque el mejicano siempre aprovechaba la más mínima oportunidad para meterse de cabeza en negocios sucios. Parece que son cabrones muy puteros, y hasta que no relajen no pienso meter cabeza. Pero si es por ti, mano- Jonhy arreó un buen palmotazo en el hombro de Nat- buscaré algo. Estate atento al celular.

Con una sonrisa, Jonhy aceptó el dinero que le tendía el hombre, acosado por el gasto que solían implicas esas fechas del año. Nat tendría que esperar...por su coca y su información.

Jonhy se marchó por la puerta, y fui a pagar a Harry. Bueno... un día interesante... la información me pululaba por la cabeza. Harry... Mafia... Coca... Las vegas... ... ... Pero todavía quedaba rematar el día. Me quedaba ir a casa, coger la invitación, arreglarme, y ponerme en marcha... ...  la Electrosand me espera!

Acompañados por el frío y un sol que empezaba a desaparecer temprano, ambos policías caminaron hasta el Lúmiere. El local del momento. Al menos en lo que a sordidez y misterio se refería.

Rick era un habitual del lugar o al menos lo fue en su momento, y Jackson pudo darse cuenta de por qué. Apenas habían abierto la puerta del local cuando el olor a bar antiguo, a alcohol barato y tabaco a escondías golpeó hasta casi dejar K.O. al veterano policía. Si los famosos locales del cine negro podían trasladarse al siglo XXI, el Lúmiere sería uno de ellos. Tan familiar y tan extraño como una prostituta habitual, como un cigarrillo prestado.

Rick Rogers, detective privado, estaba hecho a medida para aquellos sitios. O esos sitios estaban hechos a medida para él, pero lo cierto es que el hombre pasó a ser casi una parte más de la escasa decoración del lugar, perfectamente camuflado como el perfecto predador. En su salsa.

Y eso que un domingo por la tarde no es un buen sitio para un bar: al menos si no es un bar familiar. Dentro solo había un par de parroquianos habituales, pues los jovencitos en busca de alcohol barato sin que les pidieran el carnet se habían marchado ayer por la noche. Lo normal.

Si no fuese porque Harry tenía un aspecto bastante deplorable. Para acabar de rematar la decadencia del local, el hombre estaba luciendo un moratón en un ojo y una mejilla hinchada, aunque parecía haber visto días peores. El camarero estaba sirviendo torpemente una caña con una venda en la mano, como si allí no hubiese pasado nada. El resto de la gente estaba callada con cierta tensión, aunque la llegada de Rick parecía haberla calmado levente, haciendo que los parroquianos saludasen con una muda inclinación de cabeza.

Vaya fiestón.