Partida Rol por web

El sitio estaba a reventar, y si salía en busca de la chica rubia y de Dayanne era posible que no le permitieran volver a entrar, por lo que Will meditó unos instantes que hacer finalmente. Cualquier otro día, Will habría olvidado a la rubia y se habría centrado en cualquier chica del local, pero ese día necesitaba un gran triunfo, y aquella chica parecía un 10.

Decidido a ligarse a una tía perfecta, Will salió del local en busca de aquella chica, con la intención de hacer esa noche inolvidable.

Una vez que fijabas tu atención en un objetivo, raras veces te desviabas de él y la mayoría de veces conseguías lo que te proponías, así que ignoraste todo lo que había a tu alrededor, las miradas sugerentes y la excitación que te despertaba, dejándote llevar por la emoción de la caza.

Saliste fuera después un arduo trabajo, puesto que coincidió con la entrada de bastante gente, por lo que al final, cuando conseguiste salir a la calle, no había rastro de la muchacha, solo del enorme guardia de seguridad que estaba a tu lado.

La carretera se abría delante de ti, y la acera continuaba a izquierda y derecha, atravesando varias calles perpendiculares.

Según iba pasando el tiempo Rina se iba preocupando mas por Anna, mira con preocupación a Andrea y dice:

Si, a mi también me preocupa bastante… es raro, ¿donde se habrá metido?

Suspira profundamente, no le gustaba nada la situación, era como Andrea había dicho, una cosa era que se marchara de juerga, pero lo que estaba pasando ese día era otra cosa muy diferente:

Me preocupa mucho… pero no podemos cancelar el concierto, mira como esta el local… Arthur se ha ofrecido a tocar el bajo, quizás entre todas podamos cubrir a Anna.

Se notaba un poco agobiada ya que no sabia realmente que hacer, por un lado no quería actuar sin Anna, pero tampoco podían desaprovechar esa ocasión, ademas poco a poco en su mente se iba formando una idea que no quería contemplar y era que Anna hubiera sido victima de aquellas desapariciones. Suspira y dice:

Creo que lo mejor es seguir con el concierto, si queremos ser profesionales no podemos cancelarlo y contactar con la policia por la desaparicion de Anna

-Oh, ¡Pues sí, claro! Suena perfecto, vamos entonces.- Respondí antes de que mi atención volviera a Andrea y Rina. Con todo lo que decían a mi también me llegaba a preocupar un poco la situación de Anna, pero ya iban a presentarse y además una de las chicas ya fue a buscarla. Poco podía hacer yo si no la encontraron en su casa, y menos iba a tener suerte si iba caminando por allí gritando su nombre.

-Rina, Anna, tienen que mantener la calma. Dudo que algo malo le haya pasado en realidad, de seguro pasó algún problema familiar o algo y no pudo llevarse el teléfono o algo así, no tienen que ponerse paranoicas con eso de las desapariciones, porque cuando les llegue el momento de tocar, lo menos que podrán hacer será concentrarse y poder tocar como es debido. Traten de llamar a los padres de Anna y preguntar si acaso salió en camino al pub y desde hace cuanto, de seguro podrán sacar algo de información que las dejará un poco más tranquilas.-

Saya llegó corriendo en ese preciso instante, cruzando entre la gente hasta alcanzar el sitio en el que os encontrabais. Al llegar, negó con la cabeza.

-Ni rastro. No está en casa y sigue sin responder al teléfono. Acabo de hablar con su vecina y me ha dicho que no le ha parecido verla en todo el día, que habitualmente coinciden a mediodía pero que ni eso.

Después, miró a Andrea y a Rina.

-Supongo que ahora lo prioritario es el concierto. ¿Qué hacemos? ¿Sabéis de alguien que pueda sustituirla?

Andrea miró preocupada a Saya. A ella le parecía muy inusual y se temía lo peor, que hubiese tenido un accidente o que alguien le hubiera hecho algo. Aunque Anna estaba un poco loca, jamás se había saltado un concierto y nunca se había ido de juerga y se había perdido durante tanto tiempo.

-Arthur se ha ofrecido a tocar el bajo en su lugar. Supongo que será mejor que vayamos a prepararnos. No tengo demasiadas ganas, pero quizás no tengamos otra oportunidad como esta -comentó Andrea, apesadumbrada.

En ese momento llegó otra chica que se unió al grupo y que nada más llegar, tocó el brazo de Wendy.

-Eh, W. Te hemos estado esperando. ¿Por qué no has venido? -le preguntó. 

Era una chica joven y elegante, atractiva, sin duda alguna. Wendy se giró hacia ella.

-Oh, ah... p-perdón, es que no me había dado cuenta. Arthur va a sustituir... este es Arthur -dijo, señalando a Arthur -. Pues... él va a sustituir a un miembro del grupo que actúa ahora. Ella es Rina y va a tocar con sus compañeras.

Wendy os miró a todos.

-Es mi amiga Brooke.

Brooke desvió la vista hacia los demás.

-Hola, chicos. Pues es un placer conoceros. Teníamos muchas ganas de veros tocar. ¿Qué le ha ocurrido a vuestro compañero?

Sentía que todo estaba pasando demasiado rápido y que aquello se nos estaba saliendo de las manos, ¿había alguna forma de detener aquella pelea? Me arrepentí de haber dicho aquellas palabras... Cuando golpeé a la otra chica rubia en la espalda con el tablón, se resquebrajó en varios pedazos, dejando dos partes en mis manos astilladas. No sabría decir exactamente que me motivó a reaccionar en el momento que la mujer me amenazó después de golpearla con la tabla pero fue casi instintivo cuando mi mano derecha se abalanzó y clavó la madera astillada en su pecho... 

Pude ver los ojos de la chica un segundo, justo antes de que se convirtiera en... ¿polvo? Me había quedado paralizada en el sitio mientras veía el suelo en la que solo había una tierra blanquecina y que el poco viento que hacía en el callejón, lo arrastraba. En ese momento no podía pensar en los otros dos contrincantes, solo no entendía que había sucedido en aquel momento... 

Pude levantar la mirada furiosa hacia el hombre que hasta entonces solo se había quedado mirando, y casi como una amenaza le insistía en irse...

Esta vez la asiática estaba más centrada, o quizás él no lo estaba lo suficiente, luchaba bastante bien para ser una primeriza, eso se lo debía admitir. ¿Tanto le inspiraba o asustaba aquel tipo? Pues sabía que normalmente esas dos cosas iban de la mano.

-Chica, no tengo ni para calentar contigo...- Le respondió algo cansado al vacile.

Aun así era cierto que se lo había estado poniendo difícil, no como para darle una medalla, pero que hubiera conseguido defenderse era digno de elogio.
Aun así la atención de Matt seguía dividida entre su enfrentamiento y el de su compañera, pero lo estaba haciendo más que bien. De hecho el asombro se dibujó en su cara cuando partió la madera en la espalda de su oponente. Por un segundó temió por su seguridad, pero entonces la sorpresa golpeó de nuevo, esta vez en forma de aniquilación de una de las vampiras. ¿Había sido suerte u otra cosa? Tampoco tenía tiempo para pensarlo.
El joven intentó ganar algo de distancia con la asiática para acercarse a su improvisada compañera.

-¿Me lo prestas?- Le pidió con una sonrisa y un guiño a Dayanne.

Tras la pregunta el muchacho intentó coger una de las partes de la madera astillada para lanzarsela al pecho de su contrincante, le había dado demasiadas oportunidades a la primeriza asiática para retirarse y no parecía que fuese a suceder.

El instinto de Dayanne no le engañó. Primero golpeó a la chica-monstruo y después, agarró otro trozo y se lo clavó, sin pensarlo, en el pecho. El cuerpo de la mujer explotó en un montón de cenizas luminosas que prácticamente se desvanecieron, a la par que el grito de la chica se convertía en un simple eco.

No podía comprenderlo, pero así había ocurrido. Había luchado con un monstruo y este había terminado por desaparecer, justo cuando le había clavado una estaca... ¿en el corazón?

Matt, mientras tanto, se decantó por el camino fácil. En lugar de continuar luchando, le pidió la estaca a la chica, que tan bien y sorprendentemente había sabido utilizarla, y se la lanzó hacia su contrincante, justo en el centro del corazón. La chica asiática se desvaneció igual que la otra, dejándolos a los dos, a solas, porque al mirar hacia el final del callejón, el otro hombre, que había estado observando la escena como si de una película se tratara, simplemente, había desaparecido, junto con la chica que le había atraído hacia allí.

Ella había sido un cebo pero por cualquier motivo, no era prescindible, al igual que había sucedido con las otras dos chicas.

También lo hicieron los rasgos monstruosos de Matt, que ahora parecía tan humano como cualquier otro, y que tenía delante a alguien a quien no esperaba encontrar.

Cuando todo se había calmado mis manos cayeron a ambos lados del cuerpo soltando los últimos restos de la tabla que quedaba. Mientras miraba el suelo comencé a notar que un pitido se intensificaba en mis oídos y mis ojos comenzaron a rallarse. 

Como si mi cuerpo no tuviera energía me senté sobre mis propios talones, abracé mis piernas y metí la cabeza en mis rodillas.- ¿Qué debo hacer ahora...? - susurré. ''Había matado a una persona...'' pero no quedaban rastros de su cuerpo. Sabía que si iba a la policía a explicar lo sucedido no me creerían y si no ¿quién lo haría? Tampoco podía involucrar a nadie de mis amigos... Y la familia de esa chica, la seguirán buscando eternamente sin saber lo que sucedió...

Se seguían acumulando las dudas de lo que debía hacer y aunque estaba a punto de llorar, entre la rabia, la tristeza y la confusión mis lágrimas no salían. Solo enterré mi cabeza esperando que entre tanta oscuridad viera la luz al final del túnel.

Quizá había cometido un error al salir del Pub con tantas posibilidades dentro, pero Will sentía que tenía que conocer a aquella chica para convertir aquella noche en una noche legendaria. Sin saber muy bien hacia dónde tirar, Will se giró para preguntar al segurata - Perdona tío, ¿Has visto hacia dónde se dirigía un pibonazo rubio que acaba de salir? Es posible que le siguiera una chica guapa, castaña, como de metro setenta. Por un momento le pareció que estaba describiéndole a un policía una sospechosa al dar tanto detalle de Dayanne, pero cuanto más detalle diera al segurata, más opciones tendría de obtener una respuesta.

El guardia te dijo que esperaras porque no hacía más que entrar gente. Solo después de un rato, se quedó libre para atenderte y se colocó delante de ti, sacándote una cabeza entera de altura.

-¿Es que crees que soy de una agencia de viajes? Si quieres una tía búscala tú solo -te dijo, sin alterar el gesto y volviéndose de nuevo hacia la puerta, ignorándote completamente.

La enorme cantidad de músculos se le había debido subir al cerebro o bien este, haberle bajado a otro lugar, pero lo que más te jodía era que estabas perdiendo el tiempo y que para cuando consiguieses saber por dónde se había ido, quizás ya no estuviese allí.

Así que o lo convencías por las buenas, o por las malas, para que te diese la información, o escogías una dirección, la que te pareciera más probable, izquierda o derecha.

Se permitió una pequeña sonrisa victoriosa, le habían obligado, pero no por ello dejaba de celebrar sus habilidades internamente.

"Por subnormal y cansina."- Pensó al recordar su insistencia.

Aun así sus facciones enseguida se endurecieron al recordar al proxeneta voyeur, pero este ya se había ido, ¿quién cojones era? ¿y que pretendía?, seguía sin estar seguro de si era una verdadera amenaza o un listillo que acababa de aprender una valiosa lección.
Echó un vistazo buscando a Martha, quizás siguiese por allí, aunque en aquel momento tampoco le preocupaba demasiado, después de la que le había liado más le valía esconderse.
Entonces su mirada se fue hacia la chiquilla en shock y el joven suspiró hastiado. Era un verdadero problema, pero suponía que tendría que lidiar con él.

Matt se acuclilló frente a la chica a poco más de un palmo de distancia, pero no hizo nada por tocarla.

-No está mal para una... ¿bibliotecaria?- Dijo alzando las cejas con una pequeña sonrisa burlona mientras intentaba hacer memoria, aunque estaba bastante seguro de que era ella.- ¿Estás bien?- Preguntó ligeramente preocupado mientras la miraba fijamente esperando que levantase la cabeza, aunque en realidad tampoco era asunto suyo. ¿Porqué leches se había metido en medio? Aunque al final su ayuda le había venido bien.- Creo que deberías volver a casa.- Concluyó en un tono bastante neutro.

Tenía bastantes preguntas, pero no parecía que ni si quiera la chica conociese las respuestas, eso si, parecía de todo menos normal. Fuera como fuese lo mejor para todos sería que se olvidara del asunto.

Rina al igual que el resto de chicas estaba muy preocupada, realmente se sentía mal, pero no podían perder esa oportunidad, no solo por ellas, sino por Anna también:

Creo que lo mejor es seguir adelante, no solo por la oportunidad que es, Anna seguro que nos riñe si le decimos que no hemos tocado porque no la encontrábamos.

Cuando aquella chica llega y se presenta saluda con la mano y responde:

Hola, encantada, yo soy Rina, si, vamos a actuar. Muchas gracias por el cumplido, espero que no os decepcionemos.

Mira a Arthur y junta las manos mientras las extiende hacia delante y medio inclinándose dice imitando un tono de niña pequeña:

Entonces ¿nos ayudas? ¿verdad? Te lo agradeceremos un montón, venga, por fi porfi