Partida Rol por web

Las palabras del viejo no le sorprendieron, despues de todo, al llegar a cierta edad, se ve mierda en todos lados. Lo cual no es mas que la mas pura verdad, la mierda te llueve alli donde vayas, no importa lo rico, atractivo o suertudo que seas. Siempre pisaras algo maloliente que te manchara hasta las rodillas. Cuando estaba a punto de mostrar su acuerdo sobre el asunto escuchan todo un poema de insultos. Vince se estira un poco para ver que era lo que estaba pasando. La joven parece estar en verdad enojada y si su dedo fuera un arma el grandote estaria muerto hace rato.

-¡Quella ragazza!- exclama divertido-. Tiene mucho fuego en su interior ¿no?

Decide ir detras del anciano, no queria perderse nada de lo que estaba pasando. Hasta quizas tuviera suerte y pudiera hablar con la chica del amplio vocabulario. De seguro no era de las que gustaban ser "rescatadas", todo lo contrario, debia ser alguien rebelde que hacia lo que queria y como queria. Debia planear una tactica de avance, de otra forma no tendria posibilidad. Tambien debia tener cuidado con el tipo al que estaba increpando, era grande y de musculos abultados, musculos de gimnasio, pero musculos al fin. El otro tipo parecia ser el clasico parlanchin que regalaba sonrisas y promesas como quien respira.

-Esta ragazza si que sabe hacerse respetare- hablaba con un ligero acento italiano, a pesar que venia hablando sin el, pero era conciente que a algunas mujeres esto le atraia-. Toda una donna forte..

No despego los ojos de los suyos, a pesar que sentia un gran peso en ellos que le instaban a admirar el resto de su figura.

Veo la oportunidad perfecta de escaparme de Norman Tales cuando se origina el escándalo, sintiendo de golpe la necesidad de actuar y apaci...

- ¿Qué haces? -Protesto indignada al ser agarrada por la parte baja del brazo izquierdo, algo por encima del codo, interrumpiendo así mi avance-. ¿Amable? Así no lo estás siendo para nada, ¡suelta!

Doy un tirón del brazo para que me suelte, olvidando por completo el jaleo de delante. Ahora mismo, lo que más ganas tengo es de romperle la nariz a este tipo, incluso se me pasa por la cabeza la idea de acusarle de activista y detenerle por la fuerza, dislocándole el brazo al esposarle y a invitarle a pasar unos días en un calabozo... por capullo. Lástima que sería una excelente manera de destaparme tontamente.

- Lo siento -Gruño en murmuros, para evitar que los demás escuchen, olvidando el ser tajante pero cuidadosa por ser completamente hostil-, pero la opinión no es recíproca. No me vuelvas a poner la mano encima si no quieres que no haya necesidad de divorcio.

Le lanzo una mirada envenenada, alejándome de él paso a paso, con la clara intención de ir al origen de los gritos.

Richard se había peleado con periodistas dieciocho veces en su vida, y eso sin contar las peleas que solo habían sido insultos sin llegar a los puños.
La última vez, había sido simplemente al salir de un estudio televisivo, camino a su limusina.
Un camarógrafo le apuntó sin advertencia y lo fotografió, justo cuando el egocéntrico y rico rufián se acomodaba disimuladamente un testículo.
Ricky ni siquiera dudo, ni lo insultó, ni trató de arrebatarle la cámara. Sino que como un acto reflejo ante el estallido del flash, le dio directamente una trompada en plena cara.

Todo esto recordó el matón mediático ante los insultos de la reportera morocha...todo esto, y las muchas horas perdidas entre abogados, cámaras televisivas, y visitas a los tribunales...
Con lo cual, simplemente respiró hondo y resistió su tentación de responder a los insultos...
¿Golpearla? Nunca...Era un empresario bruto y mediático...pero le habían inculcado en su gruesa cabeza que a una mujer no se le tocaba un pelo...

Richard alzó una mano, y comenzó a hacer un ademan...Ademán que quedó trunco e inconcluso al recordar que no le habían permitido llevar sus seis guardaespaldas con él durante el trayecto...
En fin...

Calma gatita! Tranquilízate, que te creo, te creo...Dijo en voz muy alta, llamativa, y como buscando simpatizantes...
Solo tenias que explicártelo quieres?

Raquel hizo un ademan de golpearle el abultado pecho, y Richard mordió el anzuelo...y le sujetó la muñeca....(*)

ADEMAS, -Tuvo que alzar algo la voz, con autoridad...debido al escándalo que había estallado en el tren, y a la voz de fondo de la locutora de rrhh...
...ADEMAS, A MI TAMPOCO ME GUSTAN LAS ARMAS...CREEME!...JAJA, SI SOY COMO MAC-GYVER EN ESO, JAJAJA.... -Las carcajadas de fondo, cómplices ante su ocurrencia nunca llegaron, recordándole una vez más que no se encontraba en un estudio de televisión amistoso...
Soy uno de los pocos aquí que no van armados querida. Le pudo agregar en voz más normal, casi rostro contra rostro, antes de soltarle nuevamente la muñeca. Y le guiño un ojo.

John Freeman vio muchas cosas que nadie creeria en Vietnam: Atacar naves en llamas mas alla del delta del Mekong. Chorros de napalm brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Hué. Todos esos momentos los aceptó como un soldado. La muerte y la guerra van de la mano. Sin embargo, su familia (su madre y dos tias. Su padre murio en la guerra de Corea poco despues de nacer el) siempre le inculco el respeto a las mujeres y nunca permitio que en su unidad se maltratase o violase a las mujeres vietnamitas. Si habia que matarlas por traidoras, sea. Pero con el mismo respeto que a un hombre.

A sus 60 años, John ya esta muy mayor para cambiar y la actitud del fanfarron con la periodista le ha molestado. Podra ser una hippie comunista. Podra decir dos palabrotas de cada 3 palabras; hecho que es, sinceramente, lamentable: que educacion dan a las jovencitas hoy en dia? Pero es una chica y hay que respetarla, pardiez

Ademas, si defiendo a una periodista del Post claramente anti –armas, la publicidad para Freeman Co. en los periodicos mañana va a ser genial. – piensa pragmaticamente.

John, aparta amable pero firmemente a Richard y a la periodista y se pone en medio.

Basta – dice sin levanter la voz pero con autoridad, consciente de las camaras – Estamos aqui como invitados en un evento muy especial. Si no le gusta – dice dirigiendose a Raquel – deberia haber dejado a otra persona cubrir el evento. Si va a participar, por favor, comportese. Yo mismo estoy en contra del uso discriminado o irresponsible de las armas y es por eso que Freeman Co nunca hace tratos con gobiernos que no respetan los derechos humanos.

Nota mental: Acuerdate de llamar al director de ventas para confirmar que el pedido a Afghanistan esta bajo el nombre de una de nuestras empresas fantasma

Se gira a Richard

En cuanto a usted, – le mira fijamente, sin mostrar ningun tipo de temor ante su tamaño – Estoy seguro que no pretendia ofenderla y que simplemente se le ha malinterpretado. Disculpese y dejemos esto detras nuestro – Sonrie conciliador – Ademas, seguro que despues de la presentacion tienen preparado un buen buffet donde podemos discutir las cosas mas amigablemente.

-¿Esta todo bien cariño?-

Dijo mientras le extendía su mano a Lisa, esperando que ella entendiera la indirecta. No pretendía que se armara un alboroto tan rápidamente, eso seria lo peor para su misión actual, por lo que de momento debería contener a los civiles. Tras de el, parecía ser que Freeman comenzaba a controlar la situación con un discurso muy bien armado sobre derechos humanos. Ese hombre tenia una increíble habilidad de parla, no es de extrañar viniendo de una cabeza de compañía. Observo por unos segundos a Tales y dibujo una sonrisa un tanto burlona en su boca, sabiendo que esto incomodaría al hombre.

-Por favor, deberías aprender a respetar a una mujer, aun mas si no la conoce-

Terminado su pequeño discurso, su sonrisa se borro, mirándolo seriamente. En el ejercito ruso, mientras se entrenaba, le enseñaron que para intimidar a una persona insegura, lo mas factible era una sonrisa burlona, seguida de una fría mirada, por lo que Carter decidió poner a prueba esta idea en Tales.

Turno 3.

El tren ha penetrado en la enorme formación montañosa, y el paisaje desértico ha dado paso a túneles oscuros, que se ven salpicados cada cuatro minutos por estaciones iluminadas por halógenos, con nombres señalados por asépticos carteles de neón azul. El vehículo, sin embargo, no para en ninguna de estas estaciones, y se dirige presumiblemente al lugar en el que tendrá lugar la presentación.

Mientras, en su interior las cosas se van caldeando. Ray se acerca poco a poco a su alterada compañera, apartando amablemente a una gran cantidad de viajeros boquiabiertos y seguido de cerca por Mazzaro, vestido con su traje de personal técnico.

-Esta ragazza si que sabe hacerse respetare. Toda una donna forte-

Raquel gira la cabeza, algo sorprendida por el acento, mientras al otro lado del vagón Lisa camina hacia ellos con el Sr. Tales agarrado del brazo. En un momento de ira, la guardia de seguridad se gira hacia él, y lanza una amenaza que no consigue disuadir a su gordo pretendiente;

(Sigue...)

El representante suda copiosamente, y parece intentar una última estrategia para conseguir el corazón de Lisa; "Pero si usted no me conoce... vamos, no me diga éso... eh... estoy seguro de que si quedáramos su opinión de mí sería mucho mejor, no puede tratarme tan mal...", titubea con su mejor mirada de perrito abandonado. Mientras tanto, ella se ha soltado del agarre, pero él la sigue como un pollito perdido.

(Sigue...)

No muy lejos de allí, Richard está "disculpándose" a su modo, como una montaña de músculos frente a un pequeño huracán. En el momento en el que llama "gatita" a Raquel, ésta deja de prestar atención al extraño acento de Mazzaro y vuelve a enfrentarse a él; "¡¿Gatita?!, ¡¿Gatita?!". Sin embargo, el bozarrón del Bel disculpándose enmascara la retaíla de groserías que salen por la boca de la periodista antes de que Freeman medie en el asunto.

El empresario de armas alza las manos conciliador y lanza un mensaje para las cámaras, (algunos periodistas del vagón están empezando a grabar), con un mensaje antibelicista y llamando al sentido común y a la conciliación. La joven reportera gráfica parece algo apabullada por lo que dice, y se da cuenta de que está saliéndose de tono justo cuando el Sr. Blind llega junto a ella y la coge del hombro.

(Sigue...)

"Disculpen a mi compañera, muchachos", exclama el hombrecillo de las gafas sonriendo a Freeman y a Bel. "Perdió a un amigo hace poco, y está con los nervios a flor de piel, deben comprenderlo", dice cogiéndola por los hombros y apartándola del jaleo, hacia donde se encuentra Mazzaro.

(Sigue...)

Todavía algo enfadada, Raquel parece entrar en razón, y hoscamente habla para la gente que está mirándola, e incluso grabándola. "Eso... eso es cierto, yo... qué chingada, lo siento". Parece un poco más tranquila, y se queda mirando al suelo con cara de fastidio, como enfadada consigo misma por el numerito. "Celos...", susurra mirando a Richard molesta.

(Sigue...)

En ese momento llega Lisa, perseguida por su acosador particular, que a base de babosadas y sudores está empezando a resultar extremadamente grosero. Carter, que hasta ahora había estado al margen, se acerca a ella y se hace pasar por su marido;

-¿Esta todo bien cariño?-

Después de la mirada, Tales realmente cree que se trata de su marido, (bonificación de +6 a la tirada de Amenaza), y con una mirada de ojos grandes y nerviosos musita una disculpa penosa y se pierde entre el gentío, asustado del ruso.

(Sigue...)

Finalmente, el tren detiene su trayectoria en una gran estación. Se trata de una especie de hangar, que seguramente en algún momento ha albergado camiones de transporte; sin embargo, ahora contiene unas inmensas gradas construidas con aluminio.

Al salir del tren os encontrais una sala inmensa, con algunas puertas peatonales al fondo y un par de enormes puertas para vehículos cerradas. Todo está iluminado por potentes focos, situados en lo alto de la media luna que forma las gradas, con centenares de asientos orientados hacia el centro de la media luna, un laboratorio-invernadero metido dentro de una gran mampara de cristal. En el interior, a través del mismo, se puede ver material de laboratorio con aspecto muy caro. (Podéis echarle un vistazo a la imagen que ilustra este capítulo para haceros una idea).

La gente empieza a salir del tren y a sentarse en las gradas. Hay una especie de patio de butacas situado cerca del laboratorio acristalado, al que se acerca Raquel para hacer buenas fotos y Tales seguramente para conseguir toda la información posible de la competencia. Blind, en cambio, comienza a subir las escaleras del anfiteatro metálico en busca del palco, situado más arriba y más lejos del laboratorio de cristal. Antes de hacerlo, le da un apretón en el brazo a su compañera de forma amistosa.

Vosotros podéis decidir colocaros en cualquiera de las dos zonas; en el patio de butacas, cerca del laboratorio encapsulado, (como Raquel y Tales), o bien en el palco de arriba, lejos de él, (como Blind).

A medida que os vais sentando, se descubre una cortina roja que se encontraba detrás del laboratorio embotellado, (en frente del anfiteatro de aluminio), ocupando un lateral de la sala.

(Sigue, no postear...)

Un balcón queda al descubierto cuando la cortina termina de correrse, y un hombre de aspecto adusto y ambicioso, conocido por todos los asistentes, aparece acompañado de Dana Williams y de otro hombre, con ojos grandes y cabello claro y con una bata blanca.

El Sr. Sunshade, envuelto en su traje de seda, os da la bienvenida con su traje de seda. "Damas y caballeros, bienvenidos al fruto de la inversión de empresas Sunshade; el interior del complejo Frontera". Luego hace una pausa dramática, y comienza a hablar de las distintas "Fronteras" que pueden existir; "El pueblo recibe su nombre de la cercanía con México, pero no sólo existen fronteras políticas; también hay fronteras en nuestras mentes, fronteras en nuestra tecnología, y aquí, en este complejo de investigación, es donde todas esas fronteras han desaparecido...", comienza su discurso.

(Sigue...)

El discurso del pez gordo tardará bastante en terminar; mientras tanto escoged si vais a estar cerquita del laboratorio para poder ver mejor, (patio de butacas), o bien un poco más lejos, donde parecen colocarse los más prudentes, (palco). Decidid también si acompañaréis a los personajes que conocisteis en el vagón o si os sentaréis lejos de ellos.

¡Es vuestro turno!.

Richard pasa el resto del viaje sonriendo y disfrutando del paisaje, y cuando el tren se detiene le da un cariñoso golpe con el codo al vendedor de armas, señalando la cúpula de cristal con el laboratorio dentro.
Mira...! Creo que una de mis empresas vendió parte de los materiales que se usaron ahí...

El rostro de Jack le resultaba conocido...quizás en alguna oportunidad habían hecho negocios turbios, pero no era el momento ni el lugar para hacer memoria con el comerciante armamentista.

El empresario descendió entre los primeros hombres del tren, y aunque le molestaba tener que convivir con la escoria periodística, ésta vez no era él el centro de atención y podría soportarlo...

Haciendo señas al ex combatiente, le indicó las butacas más cercanas al laboratorio, y se dirigió hacia allí dispuesto a estar en la primera fila.

¡Al fin comienza el show! Exclamó el ricachón dando una vuelta hacia el tren y alzando los brazos en alto. Uno de los reflectores, apuntando hacia las salidas del tren para iluminar a los pasajeros, brilló contra sus anillos y la pulsera de power-plastico.

Girando nuevamente hacia el escenario, pasó junto al grupo de periodistas y guiñando el ojo hacia Raquel y arrojándole un beso con solo los dedos índice y mayor -modismo clásico de Richard ante las cámaras-, exclamó hacia el grupo de camarógrafos.
Me sentaré por ahí adelante, frente al laboratorio...después de todo, he pagado parte de él, jaja...-exagera, creando un bonito rumor mediático-

Así que si quieren, pueden hacer un paneo si?...
Ah...Por cierto, lamento su perdida. Susurra al final, con un último guiño a la morena, y viendo que algunos de los pasajeros le han seguido los pasos, se apresura hasta buscar un asiento privilegiado...

Ya cuando Sunshade comienza su oratoria, Richard está tumbado en la butaca, con los dos gruesos brazos invadiendo ambas fronteras...."-...frontera...El pueblo recibe su nombre..." Suena en los altavoces.
Los lujosos zapatos, se cruzan cómodamente estirados hacia el frente, y Richard, al ver a Jack entretenido cerca del grupo de periodistas, levanta su brazo derecho para hacerle señas al ex combatiente.

Acepto la ayuda que me ofrece Carter, agarrándome a su brazo y acercando mi cuerpo a él como si buscase su protección, dándole incluso la espalda a Tales. La verdad es que sí le miro a los ojos, siento cierta curiosidad acerca de por qué ha venido, yo sola podía con él y diez más. Si no, en vez de aquí estaría haciendo ganchillo en mi casa. No me extraña que Tales no tarde en esfumarse, las miradas que le pone mi compañero habría acojonado a cualquiera con mucha mejor forma física y lo extraño es que no se haya meado encima.

Pasados unos segundos de la estupefacción, me aparto de él y carraspeo alisándome el pelo. 

- Muchas gracias, "amor mío", pero podría haberme encargado sola -Me cruzo de brazos. La verdad es que no podía sin armarla, pero si lo admito igual se emociona y, por algún motivo, siento una intensa e ilógica rivalidad hacia él-. La próxima vez, pregunta.

Ni siquiera me doy cuenta del viaje, el tren ya se ha parado y es hora de bajar para seguir vigilando. Dirijo una última mirada a Carter, antes de irme con toda la comitiva en el más absoluto silencio. Al llegar al lugar de reunión, hago una mueca y comienzo a subir las gradas hasta la parte superior. Sin duda, quien construyó este lugar no pensaba en la seguridad gruño en murmullos. La parte buena es que tiene buenas vistas y, de paso, estoy lo más lejos posible del gordo de antes.

Me siento al lado de uno de los que estaba envuelto en el jaleo de antes, Blind según su identificación.

- Vaya vistas, ¿eh? Quién quisiera ser el privilegiado de delante... -Sonrío con amabilidad y alargo mi mano: - Me llamo Lisa, soy una nueva empleada de Frontera y mi función es... esto... -Con nerviosismo, saco de una carpeta un par de papeles y leo lo que pone- Analizar y comprender el estado mercantil en base a... básicamente saber qué es lo que opina el público de Frontera. Me gustaría empezar con usted ya que es periodista... si no le importa.

Cuando el veterano periodista trajo a su compañera cerca de donde estaba Vince, este esbozo su mejor sonrisa, abrio la boca para presentarse cuando el tren freno y todos comenzaron a bajar. Su oportunidad se arruino en menos de un segundo, pues la fotografa bajo rapidamente para hacer su trabajo.

Espero a que el tren se vaciara un poco, todos querian salir al mismo tiempo y eso se asemejaba a un rodeo de vacas. Una vez conforme con el flujo de personas sale tratando de pasar desapercibido. Lo unico que le faltaria era que lo viera un supervisor y lo mandara a cambiar lamparas en alguna oscura oficina. No tenia ganas de trabajar, queria encontrar alguna chica que este buena y dispuesta a pasar un momento fogozo con el. ¿Tan dificil era eso?

Miro a su alrededor aburrido, no habia mucho donde elegir, la mayoria eran periodistas tratando de parecer jovenes a las camaras, gordos empresarios tratando de sonreir a cada camara y cientificos que jamas en su vida habian visto la luz del dia. Como quien dice una porqueria.

Entonces vio al sujeto enorme con cara de dibujo animado, el que tenia cientos de joyas que lo hacia parecer a Mr. T. Le tiro un beso a la fotografa con mal caracter y esta le obsequio una encantadora y venenosa mirada. Esa era su oportunidad. Asi que mientras Sunshade decia su discurso, al cual no le presto atencion, el italiano camino derecho hasta la morena.

-Piensa- se dijo-. Es arisca, mal hablada y quiere undir la empresa en la que trabajas. No le gustaras solo por tu sombrero y tu porte de semental. ¿Que es lo que mas querria una mujer asi?

En su mente se formo un plan, nunca habia estado en esa zona, pero estaba seguro que podria abrir cualquier puerta que se pusiera en su camino...

-Disculpeme- dijo lo mas cortes posible una vez que estuvo a su lado-. Pero...¿No le gustaria tomar fotos mas interesantes?- cuando vio que arrugo el ceño se dio cuenta que habia elegido una mala convinacion de palabras-. Del complejo, puedo llevarla a donde sea y donde quiera. Lo hare solo por saber su nombre - Nombre, talla de sosten y tatuajes ocultos-. No tiene nada que perder.

Mostro su mejor sonrisa y puso cara de inocente, aunque sus ojos parecia despedir llamas.

John salio del vagon charlando tranquilamente con varios periodistas, contento de haber solucionado la situacion. De todas formas, tampoco lo veia como una gran hazaña. John O. Freeman estaba acostumbrado a que cuando hablaba el, la gente solia escuchar. Habia sido asi los ultimos 35 años. Por que iba a cambiar ahora?

Se adentro en la sala, todavia con los periodistas pero atento a todo lo que veia a su alrededor

Dios mio, menudo despliegue de medios. Esta claro que aqui el dinero no ha sido un problema…

Vio como Richard le hacia un gesto desde la primera fila donde le habia guardado un sitio junto a otros importantes empresarios y personalidades. Evidentemente, como en la Antigua Roma, los mas importantes se ponian delante. Reprimio un primer impulso de no ir. Richard era un poco bocazas y se empeñaba en llamarle Jack, pero estaba metido en proyectos como este y podrian interesarle algunos otros que Freeman Co. se traia entre manos. Ademas, era bueno para la empresa aparecer en primera fila en los periodicos de mañana.

Se acerco y se sento a su lado, junto a otra gente tambien con pinta importante

Bueno, parece que al final vamos a ver para que todo este despliegue de medios… Aunque, sinceramente – le comento en voz baja a Richard – si fuera Sunshade hubiese elegido otra corbata con un poco mas de vida, no crees?

Al empezar Sunshade el discurso, John hace como que escucha, pero su mente vaga por otras fronteras. Las fronteras entre el hombre y el animal. Las fronteras entre el amigo y el enemigo… Vietnam le habia enseñado que esas fronteras eran muy debiles y facilmente franqueables.

Esperemos que algunas de ellas no hayan sido traspasadas aqui… – Piensa con una repentina premonicion. Inmediatamente la descarta – Dejate de tonterias, John, y estate a lo que tienes que estar. Te estas haciendo viejo, siempre recordando las mismas historias.

Sin embargo, al igual que cuando viaja en avion, no consigue autoconvencerse del todo y sigue un poco nervioso

Carter se encogió de hombros con una agradable sonrisa en su rostro, mientras Lisa le daba la espalda al alejarse. No emitió respuesta alguna, respeto la privacidad de su compañera y anoto mentalmente el preguntarle antes de actuar frente a ella; se recostó sobre la salida de emergencia del vagón y esperó a que todos salieran de el. Estando solo y fuera de la vista de cualquiera, Carter reviso su arma, para asegurarse de que esta no fallara si había algún inconveniente, luego la guardó nuevamente y se dirigió hacia afuera, viendo así lo que sucedía.

Su experiencia personal le decía que tomar la primera acción en una situación podía ser de vida o muerte, estar sentado, dificultaría esa acción, por lo que se acerco a la zona de las gradas que conformaban el palco y se recostó sobre una de las vigas de acero. Observó la situación, o por lo menos, lo que podía ver de ella; los civiles iban y venían de un asiento a otro, acomodándose para obtener la mejor vista posible del lugar. Sunshade se hizo presente en la reunión, con un "emotivo" discurso de bienvenida, puras palabras endulzadas que se enredaban y distorsionaban la realidad que aquel hombre quería esconder. Tomo una pequeña libreta y un lápiz los cuales tenia en su bolsillo y comenzó a hacer anotaciones del discurso, también esquematizó un pequeño diagrama del lugar en el que se encontraba, percatándose al hacerlo de un grupo de cajas, si podía llegar a ellas sin ser detectado, podría  ver si encontraba alguna pista para su investigación, aun así, era temprano para movilizarse, debía esperar un poco mas.

Turno 4.

Blind se aparta cortésmente, dejando que Lisa tome asiento a su lado, y sonríe con sencillez dándole la mano y respondiendo a sus palabras. "Encantado de conocerle, señorita. Mi nombre es Ray Blind, y la verdad es que no tengo muy buena vista", se ríe con contención. "Así que tanto me da quedarme aquí que abajo, yo trabajo de reportero, y podré escribir lo que comenten a través de la megafonía. ¿Quiere estudiar lo que pensamos lo visitantes de este lugar?. Bueno... lo que yo pienso es que algo huele mal en Dinamarca. Llevan encerrados aquí años, haciendo quién sabe qué, y ahora anuncian un mutágeno que puede cambiar el mundo". Suspira. "Llevo sesenta años en este mundo, Lisa, y muy pocas veces lo he visto cambiar a mejor", exclama con una sonrisa triste.

(Sigue...)