Partida Rol por web

Heleth escapó de la prisión debajo de Umhti hace ya unos seis meses y el Rey Alioth había partido con una comitiva a la Tierra: Shado y Onírica. Dos de los guerreros más fuertes de Sonoe. Sin embargo, hubo algo que no te gustó del todo sobre eso. Habías notado algo en Shado, algo oscuro. Por alguna razón, ese Einar no te generaba confianza para ir a otro planeta y llevar a cabo su misión. Trataste de advertir al Rey Alioth, pero este solo respondió con una sonrisa amable:

- Yo quiero confiar en Shado. Sé de lo que me hablas y te agradezco la preocupación, pero quiero confiar en él. Sus habilidades investigativas nos pueden ser de utilidad - y eso fue todo lo que dijo. A pesar de su respuesta, sentías la duda en su corazón. Él tampoco estaba muy seguro de su decisión.

Vigilaste de cerca al Einar por días, esperando ver algo sospechoso, pero no encontraste nada que te permitiera sacar conclusiones. Por el contrario, parecía muy firme en su deseo de ayudar.

Le mantuviste un ojo encima por días antes del viaje por si acaso, hasta un día en que te lo encontraste en la prisión donde había escapado Heleth. El hombre parecía fascinado con la iniciativa de Heleth y Kyloh y parecía emocionarse por el caos que eso podía causar.

- Si me lo preguntas, me alegra que se hayan fugado. Era muy aburrido solo vigilarlos. Pero perseguirlos, no puedo esperar - sonreía con malicia y aquello hizo que te sintieras intranquilo. De seguro el Einar causaría problemas en ese alejado planeta llamado Tierra. No era buena señal, así que le comentaste tus inquietudes nuevamente al Rey, quien te dijo - Está bien. Prepárate para partir, pero vete un mes después. De esa manera, Shado no sospechará. Cuento contigo, Heracles - el rey era amado por su pueblo por la confianza que tenía en todos ellos.

Y tal y como te dijo el rey, esperaste un mes después de su partida para ir en camino tú también. Llegaste a aquel planeta extraño, donde antes se había librado una batalla de luz contra oscuridad, y fuiste recibido por el rey. Este te dirigió a un departamento cercano al suyo en donde estarías para poder vigilar a Shado sin problema.

El rey lucía diferentes trajes para ocultar su identidad, pero estabas seguro que era él. Su aura era la misma y llevaba el anillo que era la funda de la espada esmeralda.

- Bienvenido, Heracles. Es importante que siempre tengas tu camuflaje humano en este lugar. No debemos llamar la atención bajo ninguna circunstancia. Hemos percibido la energía de Umhti antes y creemos que Heleth está reviviendo guerreros muertos para sus propósitos. Si es así, tendremos problemas - y así, te entregó un teléfono celular, te explicó cómo usarlo y empezó a ayudarte a adaptarte a ese nuevo mundo.

Pasado un mes, el rey te dijo que estarían fuera de la ciudad. Había sentido una extraña energía cerca de una ciudad costera, así que iría a investigar. Por eso, te quedarías y vigilarías. Te explicó que estaban en vacaciones de verano y que debías fingir ser solo un adolescente normal. Cuando terminaran las vacaciones, estarías con Onírica y Shado en un instituto humano donde se cree están los guerreros de Andelivian y Hardak reencarnados.

De ese modo comenzaba tu guardia. Ya tenías un lugar en la Tierra, el disfraz de Mike y una misión: proteger la ciudad en ausencia del rey. ¿Qué harías con tu tiempo libre?

Desde una edad temprana, Heracles había estado trabajando en palacio. Había pasado de ser un miembro del servicio a guardia real. No fue un camino fácil ni corto, pero se lo había ganado.

Era uno de los mejores guardias que habían: correcto, fuerte y siempre fiel. Le frustraba el hecho de que no hubiese sido uno de los primeros elegidos en acompañar al rey. Es más, ¡ni siquiera lo habían elegido! No podía creérselo. Claro que le tocaría cuidar el palacio en ausencia del rey, pero él habría deseado acompañarle a ese planeta a buscar a los fugitivos.

Pese a su enfado inicial, no cuestionó la decisión del rey. Siempre le apoyaba y respetaba, esa no sería la excepción.

Los días pasaban, los preparativos para el viaje se iban finalizando. Heracles había notado algo extraño en Shado, pero esperó un tiempo prudencial para comentárselo al rey. No quería que pareciera que se inventaba las cosas por su deseo de acompañarlos al viaje.

El tiempo confirmó sus sospechas sobre el Shado. La inquietud que le hacía sentir el sombrío muchacho era cierta, pero no fue hasta que llegaron a la que fue la celda de Heleth que pudo confirmarlo. Su actitud era la propia de quien pensaba más por sí mismo que por el bien común. Llegado el momento podría incluso echar a perder la misión...

El rey dejó clara su postura: quien le acompañarían serían los elegidos. Él seguiría sus pasos un tiempo después. Un mes no era demasiado tiempo para un Einar, apenas un suspiro. Sin embargo, pensar en todo ese tiempo alejado de su rey y siendo incapaz de protegerle en el caso de que ocurriese algo acrecentaba su nerviosismo.

Pasado el tiempo estimado, Heracles viajó a la tierra, encontrándose al fin con Alioth. -Mi rey- le saludó con el saludo oficial de la guardia, puño en el pecho e inclinación del tronco hacia su majestad. Tal vez su aspecto no fuese el mismo, pero no tenía dudas de que se trataba de él. Aunque se encontraba demasiado solo. -¿Dónde se encuentran Shado y Onírica?

No le gustaba el hecho de mantener su apariencia terrestre. Era muy... blando, flaco y sin músculos... Pero debía acatar las órdenes, así que, una vez más, no rechistó.

Aprendió con torpeza las costumbres terrícolas, así como el uso de sus extraños aparatos. Al principio le costó entender lo que hacían esos cacharros llamados "móviles", pero con el tiempo descubrió que era más intuitivo que otra cosa. En apenas dos semanas ya estaba sentado en el sofá poniendo series de Netflix para documentarse acerca de lo que le gustaba a esa especie y su modo de vida.

Alioth le comunicó algún tiempo después que iría a investigar una ciudad costera. Heracles no parecía muy convencido con esta decisión. -Mi rey, ¿está seguro de querer ir solo? Podría ser peligroso- no dudaba de sus habilidades de combate, pero no le agradaba la idea de dejarle solo. Aunque ese parecía ser su deseo... -Tenga cuidado. Contacte conmigo si necesita cualquier cosa.

No tenía muy claro la duración de esas vacaciones, pero tanto tiempo apalancado en el sofá no le estaba haciendo ningún bien. Si bien al principio podía resultar hasta interesante, pasado un tiempo pasó a ser desesperante. Quería salir, tomar el aire y ver con sus propios ojos lo que hacía la gente corriente.

Salió del piso sin mucha confianza en su apariencia (así no intimidaría a nadie), pero se recordó a sí mismo que así debía ser por el bien de la misión. Caminó por las calles mirando, tal vez con demasiada fijeza, a las personas que se cruzaba. La mayoría mantenía la mirada fija en las pantallas de sus móviles. Mike (su nuevo nombre adquirido para su nueva apariencia) trató de imitarlos, pero no salió tan bien como pensaba. ¡Casi le atropellan! No se le daba bien eso de centrar su atención en otra cosa que no fuesen los peligros callejeros, así que simplemente lo guardó en el bolsillo de su pantalón por si Alioth lo llamaba.

Así pasaron sus días: documentándose con esa gran plataforma de series y películas además de salir a la calle y ver por sí mismo el día a día de las personas.

Decidiste darte un paseo por la ciudad esta vez. Era una calurosa tarde de verano, así que las heladerías se habían vuelto un lugar de paso predilecto en esos días. Muchos jóvenes de diferentes edades se veían revoloteando por aquí y por allá, en busca de su próxima aventura. También se podían ver algunos adultos en sus trajes elegantes, malhumorados y dirigiéndose a sus lugares de trabajo. De lo que habías aprendido, era lo que hacían para obtener los bienes que poseían. En Sonoe, funcionaba la meritocracia, así que no era algo que entendieras del todo, pero Netflix te había ayudado a entender cómo funcionaba. Seguiste deambulando por ahí, observando las conductas, hasta que pasaste por una zona comercia.

Te encontrabas caminando por una tienda de tecnología y pudiste ver muchos televisores en el mismo canal, mostrando una noticia sobre la banda sensación del momento y, la cual, había anunciado que daría un concierto en tan solo dos semanas y podía verse a cada uno de los miembros con claridad.

Ruka es la cantante de la banda y una Idol a toda regla. Miles de seguidores en sus redes, miles de fanáticos, pero no era para más. Tenía una belleza indiscutible y una voz hermosa. Aunque se rumoraba que tenía una relación, ella nunca daba detalles al respecto.

Takeshi es el guitarrista líder y uno de los más codiciados por las chicas. Se dice que Ruka y él tuvieron una relación hace tiempo, pero terminó hace tiempo. Es apuesto y lo sabe.

Edward Tempus, el miembro más reciente de la banda, pero que su talento como guitarrista y cantante le han llevado a ganarse el cariño del público y la mirada de sus admiradoras. Se sabe que tiene una hermana menor, pero no da muchos detalles al respecto.

Tenma es el bajista y aunque no resuena tanto como Takeshi y Edward, se ha sabido ganar su buena reputación por ser caballeroso y noble. Es el más serio de los miembros de la banda.

Ono es el baterista y es conocido por su buen sentido del humor, además de ser un buen chico. Tuvo un tiempo en que estuvo sufriendo de ansiedad, pero esa crisis pasó rápidamente.

Todos ellos se mostraban en la noticia donde Ruka narraba la temática de su próximo concierto: un evento de disfraces. Las personas con los mejores disfraces tendrían el privilegio de subirse con ellos en las presentaciones. Y como siempre, la invitación era a ir. La nota cerraba con una invitación para asistir y con los miembros de la banda despidiéndose. ¿Sería prudente estar allá? Tú llevabas tu disfraz humano, pero ¿se referían a algo diferente? Tal vez te faltaba documentarte al respecto.

El Rey Alioth te había llamado a contarte un incidente que hubo en aquella ciudad tan solo llegaron. Heleth había hecho de las suyas y había atacado el hotel. Afortunadamente, todos estaban bien y tanto Onírica como Shado estaban con él. Él permanecería allá un poco más, cosa que te dejaría intranquilo.

Entonces, sentiste algo familiar: la energía de Umhti. Estaba lejos del punto donde estabas, pero era lo único extraño en el paisaje citadino. Era imposible sentir el poder de Umhti. Fue solo un segundo, pero estabas seguro que se trataba de él.

Ver tantos televisores juntos le resultaba abrumador y alucinante al mismo tiempo. Apoyó las manos contra el cristal y se acercó mucho para ver lo que televisaban. Si veía tantas teles con las mismas imágenes al mismo tiempo no sería capaz de centrarse en una sola.

Televisaban algo sobre un concierto... Le sonaba de haber visto algunos carteles por la ciudad, pero en ellos no aparecía imagen alguna de sus integrantes. Tampoco le había interesado buscar información sobre ellos, al menos hasta ese momento. Pegó más todavía su cara contra el cristal cuando vio al tercer componente. No le resultaba familiar, pero saber que tenía una hermana menor, que era el miembro más reciente y que se sabía poco sobre él, le hizo sospechar. -¿Eres tú?- preguntó a la pantalla. Por experiencia sabía que no le iba a contestar.

Entró a tropel y agitado a la tienda. -¡Quiero lo que sea que se necesite para ir al concierto que han anunciado!- señaló las televisiones del escaparate. Suponía que si en ese lugar anunciaban el concierto también venderían los pases necesarios para acudir.

Ya lo habías experimentado anteriormente, pero la televisión no contestaba. Entonces, entraste a la tienda con aquella energía que te caracterizaba y viste que solo había otras personas mirando algunos objetos como móviles, computadoras y todo tipo de gadgets. Todos te miraron extraño y un hombre con una placa que decía su nombre, se acercó suspirando.

- Hola, me llamo Ryouma. ¿En qué puedo ayudarle? Aunque según escuché, quiere comprar una entrada para el concierto, ¿verdad? - decía con una sonrisa un tanto fingida. Era evidente que ese hombre no estaba muy feliz con su trabajo. Si observabas alrededor, muchos de los otros clientes seguían haciendo todo tipo de comentarios sobre lo que habías hecho. ¿Así de extraño era eso en ese planeta?

- La verdad es que aquí no puede comprarlas, pero creo que en la tienda del frente puede hacerlo - te giraste y notaste que en la que parecía una tienda de música, había un afiche gigante de los Red stones y decía "BOLETAS EN VENTA AQUÍ". Tal vez el chico usaba esas palabras para burlarse un poco y alegrar su propio día.

- Aunque he escuchado que son bastante costosas, pero valdría la pena por ver a Ruka... - carraspeó -, digo, la banda. Sí. Tienen excelentes canciones - se veía un tanto avergonzado por haber dicho eso en voz alta.

Carraspeó un poco para mantener la compostura, o al menos aparentarlo. Estaba claro que se había perdido los papeles por el entusiasmo de una posible pista hacia los prófugos. -Gracias, joven- dijo al muchacho. Aun le costaba asimilar que aparentemente tenían la misma edad. -Diiiigo...- se rascó la cabeza buscando la forma "humana" de salir de esta. -Has servido bien en tu cometido, colega- adelantó el puño como había visto hacer en muchas series a modo de saludo guay.

Acto seguido fue hacia la tienda de música. Sin duda la chica de la banda ejercía algún tipo de embrujo entre los chicos, y despertaba los celos en las chicas. También sería una artimaña digna de Heleth... Sin duda esos chicos eran sospechosos, ¡igual esos hermanos habían conseguido formar su propio ejército! -¡Quiero un boleto para el concierto!- anunció con energía cuando entró al lugar.

El chico te miró un tanto incómodo y cuando le extendiste el puño, dubitativo respondió al saludo chocando tu puño.

- C-claro, un placer - suspiró hastiado y se fue cuando te vio partir.

Al llegar a la segunda tienda, viste que una chica con una gentil sonrisa se te acercó, pero cuando gritaste, la chica se asustó y se cayó hacia atrás. Otros miembros de la tienda de música parecían igual de sorprendidos, pero nadie dijo nada.

La joven te saludó un poco asustada.

- H-hola. ¿Quieres entradas? T-tenemos de varios precios. Mientras más cerca al escenario, m-más costosa. ¿C-cuál te gustaría? - parecía un tanto asustada, pero igual te guió hacia la caja para mostrarte un esquema del auditorio del concierto.

La chica parecía haberse relajado un poco y mientras te explicaba los precios y los lugares, veías el cursor del computador moverse. La verdad era que ya habías visto cómo funcionaba un Mouse, pero todavía parecía increíble.

- ¿Cuál posición te gustaría comprar en el teatro? Tiene capacidad para unas 5000 personas -.

-Oh, disculpe- se apresuró a alargar el brazo para tomar la mano de la chica con delicadeza y ayudarle a levantarse. No había calculado la energía con la que había entrado o hablado y eso había conllevado a que una linda chica acabase en el suelo. -He sido un poco brusco- admitió mientras rascaba su cabeza con una sonrisa cargada de inocencia.

La siguió hasta el lugar en el que le mostró los diferentes lugares que habían para presenciar el escenario y a los músicos que aparecerían en él. -Lo más cerca posible. Necesito conocerlos- dijo con convicción. No sería tan complicado, ¿verdad?

La chica aceptó tu ayuda para levantarse y aunque aún parecía estar algo nerviosa, se mostró amable.

- Descuide. Me pasa todo el tiempo. Soy un poco torpe - y rió.

La chica tecleó algunas cosas con bastante rapidez y entonces, parecía tenerte una respuesta - Para la acomodación Platino serían unos 9000 yenes. ¿Qué silla le gustaría? - y te indicaba cuáles eran las sillas disponibles, que quedaban justo debajo del escenario. Revisaste el dinero terrícola que tenías. El mismo Alioth te había enseñado a manejarlo, pero estabas inseguro de si ese precio era alto o no. Sin embargo, no tenías suficiente dinero tampoco.

Nuevamente, sentiste la energía de Umhti, casi como si fuera un latido de tu corazón muy fuerte. Por un momento, tu pecho ardió ante la intensidad. La energía venía de un sitio cerca, pero nada relacionado con quienes ahí estaban. Tal vez no eras muy listo, pero sabías que había algo peligroso acercándose.

-9000 yenes...- caviló en voz alta. Recordaba algo de lo que le había enseñado su rey acerca del método de pago de los mortales, además del presupuesto con el que contaban. Y eso se escapaba, y mucho, de sus posibilidades. ¡Y siendo solo para una persona! -¿Quién se lo puede permitir?- preguntó altamente sorprendido.

Se irguió repentinamente. Un escalofrío había recorrido su espalda. Una sensación familiar... Sabía que se acercaba. -Seguiré mirando. Tengo que consultar el precio de la entrada con mi... uhm... ¡padre! Eso, sí. Gracias- se dio media vuelta para ojear cosas de la tienda, teniendo bien vigilado el cristal del escaparate para ver quién se cruzaba por allí. Estaba cerca... Cada vez más y más cerca... Esperaría pacientemente su aparición.

Se sorprendió ante tu exclamación - ¿Perdone? No entiendo - miraba confundida.

Incluso se quedó aún más a cuadros cuando te erguiste de repente. ¿Podía ser que te creyera demente? Era lo más posible. Sabías que no te estabas comportando del todo humano, a pesar de tu arduo entrenamiento.

- C-claro, fue un placer - sonreía algo incómoda, pero te hizo una reverencia cuando te alejaste.

Ojeaste alrededor de la tienda y había todo tipo de dispositivos: móviles, algunos accesorios para estos, televisores, equipos de sonido, computadoras, también algunos CDs de grupos famosos, también algunas películas que estaban en cartelera... Todo lo que una tienda como estas podía tener.

Te fijabas en la vitrina por su veías pasar algo extraño y la sensación de cercanía de Umhti se hacía cada vez mayor. Tu corazón latía con velocidad, sentías tu respiración agitarse y la adrenalina disparándose, pero solo pudiste ver a un joven de apariencia seria, que se giró solo un momento a mirarte, sonrió y siguió de largo. Aunque justo antes de que se perdiera de tu campo visual, notaste un extraño símbolo en su mano derecha, el cual te recordaba enormemente a Umhti. La sensación tenía que venir de él. 

Trató de mirarlo de soslayo, de no llamar la atención. Pero era evidente que si lo había percibido él, también lo haría el Umhti. Sus miradas se cruzaron. Estuvo tentado de salir corriendo tras él, pero la coherencia se abrió paso en su cerebro: no podría él solo y llamaría mucho la atención. Abalanzarse sobre alguien sin motivos aparentes no era recomendable...

Apretó los dientes, sintiendo la impotencia de ver cómo se iba sin más, cómo volvía a escaparse. "Al menos sé cuál es su apariencia" trató de animarse con este pensamiento.

Volvió hacia la dependienta muy brevemente. -Sabes cómo son las vacaciones... Pierdes la noción del tiempo y duermes poco- se rascó la cabeza con aires de ingenuidad y una sonrisa encantadora. -Siento las molestias- se inclinó y se marchó de la tienda.

Una vez fuera miró a su alrededor por si volvía a percibir al Umhti o si veía su figura alejarse.

La chica te miró con la duda inundando su rostro, casi como si no pudiera entender una sola palabra de lo que le decías. ¿Serían drogas o algo así?

- No se preocupe. Que tenga un bonito día - dijo con amabilidad y una sonrisa incómoda.

Al salir de la tienda, miraste a tu alrededor para buscar al joven y, a unos cuatro metros de ti, pudiste verlo doblando la esquina. Se giró hacia ti una última vez y siguió su camino. ¿Eran ideas tuyas o de verdad quería que lo siguieras? Eso se ponía cada vez más extraño, casi como si quisiera ser atrapado.

Entrecerró los ojos cuando vio al individuo girar una esquina, no sin antes cercionarse de mirar una última vez a Mike.

Era extraño, pero la curiosidad impulsaba a sus pies a moverse en esa dirección. No quería perderle la pista, así que siguió con cautela los pasos del individuo con el Umhti tatuado.

Fuiste detrás del hombre, siguiendo la invitación que este claramente te hacía y cuando cruzaste la esquina por donde este había girado, te encontraste con un cambio abrupto de ambiente. Un lugar nublado, frío y solitario con solo una tenue luz que te permitía ver un tenebroso puente por cruzar. No había rastros del joven, así como tampoco de la calle con tiendas que habías visitado anteriormente. Todo era oscuro y tétrico, pero podías sentir que ese lugar era oscuro y hostil. Sin duda, aquel hombre poseía un fuerte lazo con la oscuridad.

Los árboles estaban secos, el césped crujía con cada pisada y un fuerte olor a muerte se apoderaba de la estancia.

Tenía miedo. No lo iba a negar. Pero tampoco quería reflejarlo exteriormente, así que se esforzó en parecer impasible. No sabía si alguien podría estar observándolo. 

De tanto en tanto se giraba para mirar lo que dejaba a su espalda, asegurándose de que la ciudad no desaparecía tras él. Pero no había nada ni remotamente parecido a aquella ciudad a su alrededor.

Debía continuar. O trataba de convencerse de ello. Con cada paso que daba sentía un nuevo escalofrío recorrerle la espina dorsal. ¿Quién sería ese tipo? ¿Estaría metiéndose de lleno en una trampa? Seguramente esto defraudaría a su rey, pero quería averiguar de quién se trataba o qué quería de él.

Todo alrededor se había vuelto una oscuridad absoluta, y aunque sentías la energía de Umhti en cada esquina, había algo retorcido, algo oscuro en esta. Podías seguir a través del puente, pero volver atrás no era una opción. Incluso si lo intentaste, volvías a aparecer frente al puente.

Sea lo que fuere, era una trampa, pero también era el único indicio que tenías para averiguar algo sobre Heleth. El rey comprendería si estuviera en tu misma posición. Eso seguro.

- Heleth-sama me habló de ti - escuchaste una voz gruesa con un acento extranjero en la lejanía, pero también se escuchaba muy nítido como para estar demasiado lejos. Las reglas del tiempo parecían verse rotas en ese lugar.

Aunque había intentado tomar otros caminos siempre volvía al mismo lugar. Miraba el puente con desconfianza y lo volvía intentar, pero nada parecía valer en aquel lugar salvo las reglas impuestas por quien lo hubiese creado.

Aguardó tras la revelación de aquella voz. -¿Ah, sí? ¿Y qué te dijo?- preguntó finalmente. Puso un pie, vacilante, sobre el inicio del puente, con intención de cruzarlo. Si no le quedaba de otra tendría que ver qué le aguardaba al otro lado.

Pusiste tu pie en el puente y este crujió de tal forma que juraste que se rompería, pero extrañamente no fue así. A pesar de lo terrible que sonaba, el puente pudo aguantar tu peso. Lo cruzaste con algo de inseguridad, ya que se agitaba con violencia, pero parecía lo suficientemente seguro para permitirte cruzar. El regreso era otra cosa.

Si mirabas para abajo, podías notar que la niebla cubría todo a partir de unos tres metros de ti hacia abajo. Si ibas a caer y a encontrar tu final, no podrías saber hasta estar allí qué era lo que te esperaba allí abajo.

Esa voz se reía con sarna mientras cruzabas el puente - Que eres un rival de cuidado, pero en esa forma te ves patético, ¿no crees? ¿Por qué no muestras tu verdadera forma? Después de todo, sé de dónde vienes porque fue ese poder el que me trajo a la vida - sonaba desafiante y seguro de sí mismo. Su acento era fuerte y con guturales muy marcados. De seguro se trataría de un alemán, aunque era posible que Mike no estuviera del todo seguro de esa información.

Entonces, cuando ya estabas terminando de cruzar el puente, el escenario volvió a cambiar a un extraño templo oscuro. Solo la luz de una hermosa luna alumbraba el lugar y, al fondo de este, pudiste ver una enorme figura alada que parecía esperarte. Ya no había rastros del puente. Solo estaba aquel lugar sellado solo para ti y aquella extraña figura.